4. Génesis 3
21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los
vistió.
Génesis 4
4 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y
dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido[a] varón. 2 Después dio a
luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue
labrador de la tierra. 3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín
trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo
también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.
Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con
agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera,
y decayó su semblante.
6. Génesis 22
1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a
Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas,
y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto
sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se
levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó
consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña
para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le
dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar
de lejos.
7. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con
el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y
adoraremos, y volveremos a vosotros. 6 Y tomó Abraham
la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él
tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos
juntos. 7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y
dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él
dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el
cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios
se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E
iban juntos.
8. 9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho,
edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a
Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y
extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para
degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio
voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano
sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco
que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu
único.
9. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus
espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus
cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en
holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el
nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.[a] Por tanto se
dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
10. 15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez
desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice
Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has
rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré,
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu
descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En
tu simiente serán benditas todas las naciones de la
tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 19 Y volvió
Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos
a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.
12. Éxodo 12:21-23
21 Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les
dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y
sacrificad la pascua. 22 Y tomad un manojo de hisopo, y
mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el
dintel y los dos postes con la sangre que estará en el
lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su
casa hasta la mañana. 23 Porque Jehová pasará hiriendo
a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los
dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará
entrar al heridor en vuestras casas para herir.
13. (Éxodo 29:38-42).
38 Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de
un año cada día, continuamente. 39 Ofrecerás uno de los
corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la
caída de la tarde. 40 Además, con cada cordero una
décima parte de un efa de flor de harina amasada con la
cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas; y
para la libación, la cuarta parte de un hin de vino. 41 Y
ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo
conforme a la ofrenda de la mañana, y conforme a su
libación, en olor grato; ofrenda encendida a Jehová
14. 42 Esto será el holocausto continuo por vuestras
generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión,
delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros,
para hablaros allí. 43 Allí me reuniré con los hijos de
Israel; y el lugar será santificado con mi gloria. 44 Y
santificaré el tabernáculo de reunión y el altar;
santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos, para que sean
mis sacerdotes. 45 Y habitaré entre los hijos de Israel, y
seré su Dios. 46 Y conocerán que yo soy Jehová su Dios,
que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en
medio de ellos. Yo Jehová su Dios.
16. Dios le ordenó a la nación de Israel que
realizara numerosos sacrificios de acuerdo a
ciertos procedimientos prescritos por Dios.
Primero, el animal debía ser sin defecto.
Segundo, la persona que ofreciera el sacrificio
debía identificarse con el animal. Tercero, la
persona que ofrecía el animal debía infligirle la
muerte. Cuando era hecho en fe, este sacrificio
proveía el perdón de los pecados.
17. Otro sacrificio requerido en el Día de la Expiación,
descrito en Levítico 16, demuestra el perdón y la
remisión del pecado. El sumo sacerdote debía tomar dos
machos cabríos como la ofrenda por el pecado. Uno de
los machos cabríos era sacrificado en expiación por el
pecado del pueblo de Israel (Levítico 16:15), mientras
que el otro macho cabrío era llevado y liberado en el
desierto (Levítico 16:20-22). La ofrenda por el pecado
proveía perdón, mientras que el otro macho cabrío
proveía la remisión del pecado.
19. Isaías 53
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue
llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca
Jeremías 11:19
19 Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no
entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo:
Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los
vivientes, para que no haya más memoria de su nombre.
Miqueas 5:2
2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de
Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son
desde el principio, desde los días de la eternidad.
20. Lucas 2
1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte
de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este
primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban
todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José
subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de
David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de
David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada
con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos
allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a
su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un
pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
21. Los ángeles y los pastores
8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban
las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les
presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de
resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No
temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será
para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de
señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una
multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y
decían:
22. 14 ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los
pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y
veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José,
y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo
que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron,
se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María
guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y
volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las
cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
23. Mateo 2
1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes,
vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde
está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos
visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3 Oyendo esto, el rey
Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Y convocados todos
los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó
dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron: En Belén de
Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
24. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo” (Juan 1:29)
Romanos 3
24 siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado
por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
25. Sabemos que la paga por el pecado es la muerte (Romanos 6:23)
y que nuestro pecado nos separa de Dios. También sabemos que
la Biblia enseña que todos somos pecadores, que ninguno de
nosotros es justo delante de Dios (Romanos 3:23). A causa de
nuestro pecado, estamos separados de Dios, y somos culpables
ante Él; sin embargo, la única esperanza que podríamos tener
es que Él nos proveyera un medio para reconciliarnos con Él, y
por esa razón Él envió a Su Hijo Jesucristo a morir en la cruz.
Cristo murió para hacer expiación por el pecado y pagar el
castigo por los pecados de todos los que creemos en Él.
26. ¿Porque Jesús fue acostado sobre el pesebre?, La historia enseña que
en la antigüedad en Israel, “los pesebres eran comederos para
animales, donde se ponía el forraje para alimentarles” y eran de
piedra. Los pastores ponían en los pesebres a sus “corderos recién
nacidos”, para protegerlos de cualquier vicisitud inesperada.
Los corderos perfectos (sin manchas) así llamados, “fueron usados
para el sacrificio para liberar los pecados”. El pueblo de Belén donde
nació Jesús, era famosa porque los corderos sin manchas, eran
utilizados para el sacrificio. Los corderos elegidos deberían ser
perfectos, y los envolvían en una tela blanca y los acostaban en el
pesebre, para mantenerlos a salvo de cualquier vicisitud
inesperada. Hoy el pesebre es sinónimo de “cuna de Jesús”.