Un emir se disfraza como mercader para conocer a un juez sabio. En el camino, un mendigo le pide limosna y que lo lleve en su caballo a la plaza. Cuando llegan, el mendigo dice que el caballo es suyo. Ambos van con el juez, quien los hace reconocer el caballo entre 20 caballos al día siguiente. Tanto el emir como el mendigo lo reconocen, pero el caballo solo mira al emir, revelando que es el dueño verdadero. El juez sentencia que el cab