El documento argumenta que el estado, el mercado, la sociedad y los propios pobres deben trabajar juntos para combatir la pobreza. El estado debe fomentar la participación política y garantizar los derechos democráticos, mientras que el mercado puede ayudar a los pobres si la economía prospera. La sociedad puede formar asociaciones y organizaciones para complementar las actividades del gobierno. Los propios pobres también deben participar mediante el uso de sus habilidades y cultura local en los proyectos de erradicación de la