Este documento discute el futuro de la televisión chilena y argumenta que las áreas dramáticas, como las telenovelas, ofrecen la mayor esperanza de salvación. Señala que programas como "Los 80" y "Donde está Elisa" tuvieron un gran impacto y permitieron abordar temas sociales importantes. No obstante, identifica dos problemas: la figura poco valorada de los guionistas y la sobreexplotación de los actores.