Los micrófonos convierten las vibraciones sonoras captadas por su diafragma en señales eléctricas a través de procesos como la inducción electromagnética o la piezoelectricidad. Existen micrófonos analógicos y digitales, donde los analógicos producen señales continuas y los digitales producen señales discretas de 0 y 1. Aunque los métodos analógicos capturan mejor los matices sutiles del sonido, los digitales mejoran constantemente y pueden usar mayores velocidades y precisión.