William, el hijo pequeño de una familia extraña que ponía nombres con A a sus hijos para darles sabiduría, vivió en un laboratorio abandonado intentando resolver problemas a través de experimentos durante años. Su sobrina Elena lo visitó y solo encontró un diario explicando que había descubierto el número pi, 3.14159265, que ayudará a resolver problemas a lo largo de la historia.
1. EL NUMERO PI
Había una vez, en un pueblo pequeño una familia muy extraña. Esta familia
tenía 5 hijos, y se llamaban; Ariel, Augusto, Amanda, Aron y William. Los padres
decidieron ponerles a sus hijos nombres que empezaran por A, porque querían que
tuvieran la misma inteligencia como Ares, el dios de la sabiduría. Pero en cambio, al
hijo pequeño William, decidieron no ponerle un nombre que empezara por A porque
creían que no iba a necesitar ningún nombre para darle sabiduría porque éste, ya la
tendría.
Cuando los cinco niños se convirtieron en cinco adultos, todos triunfaron en sus
trabajos, todos, menos William. El hijo pequeño de la familia Otis, se fue a vivir a un
laboratorio abandonado, con el fin de hacer algo que resolviera todo tipo de problemas.
Estuvo intentando hacer experimentos durante muchos años, pero él nunca conseguía
resultados. La gente pensaba que William tenía la maldición de Ares, pero él sabía que
algún día sus números y cálculos valdrían la pena y ayudarían a la gente a resolver
problemas.
Pero pasaron años y años y no se supo nada más de él. Un día, la hija de uno de
sus hermanos, sintió curiosidad por conocer a su tío y fue a visitarlo al laboratorio
abandonado. Elena, que es así como se llamaba, no sabía lo que se iba a encontrar allí.
Entró, y no había rastro de nadie. Buscó a alguien y no encontró a nadie. En ese sitio
solo había un diario viejo encima de una mesa desgastada. En ella ponía esto:
Durante todos estos años he estado trabajando duro, para que alguna vez alguien que
tuviera un problema acudiera a mí en busca de la sabiduría, pero nadie vino. El que esté
leyendo esto ha tenido suerte de encontrarlo, porque tiene en sus manos la razón por la
que todos los científicos morirían, la solución de una circunferencia. No es nada más
que un simple número, pero un número que ayudará a lo largo de la historia:
3,14159265, el número pi. Por último quisiera decir, que yo nunca he tenido la
maldición de Ares, todo lo contrario, he tenido la bendición.
Maite Atutxa (2ºB)