Max, un perro feliz que recibió un hueso de regalo para su cumpleaños, se topó con su reflejo en el río y creyó ver a otro perro con un hueso más grande. Al intentar arrebatarle el hueso de su reflejo, Max dejó caer el suyo al agua. Triste por haber perdido lo real por perseguir una ilusión, Max regresó a casa.