1. EL ÁRBOL DE LA
CIENCIA.
Pío Baroja
Miren Izarra
2. Introducción
Nació en Donostia en 1872. Estudió la
carrera de medicina ejerciéndola
durante poco tiempo pues pronto
descubrió su vocación de escritor y se
dedicó por completo a la literatura
hasta su muerte en 1956.
En 1915 se le empieza a considerar un
autor importante, y en 1935 ingresa
en la Real Academia de la Lengua
Española.
3. En su juventud fue un anarquista
convencido.
se reflejará en sus obras mediante un total
inconformismo hacia casi todo: la religión, la
política, el ser humano y la vida en general.
Junto a ese inconformismo, sentía una
enorme ternura hacia los seres más
desvalidos de la sociedad.
Como hombre de la generación del 98,
sentía una profunda preocupación por
el futuro del país.
Su obra es compleja y en ella se
encuentra todo lo vivido e imaginado
por Baroja, desde sus deseos hasta su
decepción.
4. Baroja escribió muchas novelas,
agrupadas en trilogías
Lucha por la La Busca
vida Mala Hierba Aurora Roja
Tierra Vasca La Casa de Aizgorri El
Mayorazgo de Labraz
Zalacaín el Aventurero
La Raza La Dama Errante La
Ciudad Niebla El
Árbol de la Ciencia
5. El árbol de la ciencia
Antes de la aparición del existencialismo
literario en Europa, Sartre y Camus, lo
encontramos en los novelistas del 98:
– visión angustiada del ser humano en el
mundo,
– extrañamiento ante la realidad,
– planteamiento del sentido o sinsentido de
nuestra vida.
Unamuno se centra en el problema de la
personalidad e inmortalidad (Niebla, San
Manuel Bueno); Baroja, aferrado al discurrir
selvático de los hombres en la tierra (El árbol
de la ciencia).
6. El árbol de la ciencia (1911)
Es la novela más típica de la Generación del 98. El autor la
califica de novela filosófica. Lo es, sobre todo, en lo que se
refiere a la parte cuarta, donde Hurtado dialoga con
Iturrioz.
Aquí se condensan las preocupaciones fundamentales de la
novela, especialmente el sentido de la existencia propia y
colectiva.
El protagonista anda buscando una una verdad espiritual y
práctica, y empieza a bucear en los libros de filosofía.
En los diálogos con su tío contrasta opiniones en torno al
origen del mundo y del ser humano, la libertad y Dios
(indemostrables, según ha leído en Kant), el relativismo de
las verdades, y la posibilidad de tomar por tanto el fin como
norma moral.
7. El árbol de la ciencia (1911)
Sobre todo destacan los interrogantes a
propósito de la vida humana, del sentido
personal de la existencia.
La vida aparece como algo desordenado,
inconsciente, algo arrasador, una cacería cruel.
Hay mucho de determinismo en esta novela.
Esto atraía a Baroja; una de sus trilogías lleva el
significativo título de La lucha por la vida.
8. En sus memorias, Baroja escribió:
“El árbol de la ciencia es, entre las novelas
de carácter filosófico, la mejor que yo he
escrito. Probablemente es el libro más
acabado y completo de todos los míos”.
Baroja recurre a la novela para reconstruir su vida. Nos relata la vida de
Andrés Hurtado, su alter ego. En la novela aparecen los mismos
personajes que en su vida, los mismos ambientes… Al escribir sus
memorias y al contar sus estudios en Madrid, la muerte de su hermano o
su estancia en Valencia, transcribe literalmente largos pasajes de “El árbol
de la ciencia”.
Pero, además de esto, la obra es una auténtica radiografía de una
sensibilidad y de los conflictos espirituales de la época.
9. Argumento.
El árbol de la ciencia responde a lo que la crítica alemana llama
Bildungsroman, que es la novela de la formación de un personaje.
Pío Baroja relata la vida de un estudiante, Andrés Hurtado, un
personaje perdido en un mundo absurdo, sus actividades, su
ideología... que, cuando acaba la carrera, se plantea qué hacer con
su vida.
Toda la vida de Andrés está llena de breves momentos de ilusión, de
acción, con su consecuente desilusión, tanto en lo personal como en
lo social. Todas las circunstancias que le rodean le son adversas. Es
un muchacho reconcentrado y triste, que se siente solo, con un vacío
en el alma, y que siente a la vez una sed de conocimiento y la
necesidad de encontrar una orientación para su vida.
10. Andrés Hurtado ya se nos muestra desilusionado al principio de la
novela, ante los profesores, el ambiente de la universidad, la mala
relación con su padre... Sus estudios no colman su ansia de
conocimiento y su contacto con los enfermos y el conocimiento de la
miseria social del mundo de Lulú, su futura mujer, son otro motivo de
depresión para Hurtado, aunque agudizan su sensibilidad
humanitaria.
Hurtado acude a su tío Iturrioz para comentar con él sus
preocupaciones, ya que a sus amigos no les interesan. Andrés se da
cuenta de que es una de las pocas personas con las que puede hablar
sobre asuntos trascendentales.
Andrés se refugia en la filosofía, leyendo a autores como Kant y
Schopenhauer, los mismos que el propio Baroja leía. Para Andrés,
Schopenhauer era como un consejero, empieza a creer en su visión
pesimista del mundo y su filosofía, que estará presente a lo largo de
toda la novela.
11. Avanza en su carrera y siguen sucediéndose el optimismo y el
pesimismo. Piensa que el mundo le presenta la cara más fea y que
ser inteligente constituye una desgracia en este mundo: la felicidad
sólo puede venir de la inconsciencia y el conocimiento trae siempre
dolor consigo (Schopenhauer).
Ante las dos alternativas que le ofrece la conversación con su tío, se
inclina por la ataraxia (la abstención y contemplación indiferente de
todo).
Luisito, el hermano menor de Hurtado, enferma y han de
trasladarse a un pueblecito en que creen que se curará.
Andrés se siente en paz, aunque también siente una insociabilidad
interna. No quiere salir a la calle ni conocer gente, contempla las
estrellas, lo que le produce pensamientos perturbadores... Tampoco
este retiro le da la tranquilidad.
12. Vuelve a Madrid pero la mala relación con su padre hace que desee
marcharse.
Va a un pueblo burgalés a sustituir a un médico. Durante este
tiempo muere Luisito, lo que perturba su paz interior y le lleva al
escepticismo ante la ciencia y a las más negras ideas ante la vida.
Un nuevo intercambio con su tío Iturrioz sobre sus interrogantes
filosóficos sirve de paréntesis en la novela, y de enlace entre la
primera parte (la formación de Andrés que concluye), y la segunda,
su experiencia como médico.
Con su filosofía a cuestas, Andrés va a Alcolea del Campo,
pueblecito manchego como médico titular. El pueblo le produce un
profundo malestar y bastante aburrimiento: lo absurdo de la
relación entre los vecinos, el estado de inercia y desconfianza de la
gente, la situación del la España rural, la envidia, la crueldad y el
orgullo, el caciquismo... Todo ello ahonda su sufrimiento vital.
13. Decide retirarse y alcanza un estado de ataraxia que sólo queda
perturbado por su última noche allí, cuando se encuentra abatido
por su relación con la mujer de la casa y se convence de lo absurdo
que es todo.
Vuelve a Madrid, donde la presencia de los desastres producidos por
la guerra de Cuba, lo lleva hacia un absoluto pesimismo político y
adopta una postura pasiva en busca de una paz desencantada.
Tras esta desilusión se produce una nueva ilusión, un resquicio de
esperanza: Andrés se casa con Lulú y con ella se retira de la
sociedad. Se dedica al trabajo de la traducción y es más feliz que
nunca.
Esta paz provisional vuelve a romperse por una nueva y definitiva
desilusión cuando Lulú muere al dar a luz. Andrés sufre de nuevo
las experiencias de la vida, lo que le lleva al suicidio.
14. Composición de la novela.
El árbol de la Ciencia es una novela de personaje
en la que Andrés Hurtado da unidad al relato,
hilvanando multitud de elementos: personajes,
ambientes, lugares.
A pesar de la afirmación de Baroja de que
escribe sus libros “sin plan”, premeditadamente
o no, se da una composición simétrica en esta
obra.
15. Atendiendo a la vida de Andrés Hurtado,
distinguimos dos grandes bloques:
1. Su formación como persona
Sus estudios en Madrid, sus primeras experiencias;
comienza a leer filosofía y se convence de las ideas de
Schopenhauer. Andrés se muestra pesimista ante el
mundo y la sociedad que va conociendo.
2. Su experiencia existencial
Andrés busca una orientación para su vida. Cuando ya
ha terminado su formación, nuevas ilusiones y
desilusiones, su estancia en Alcolea, experiencias en su
trabajo como médico y en el mundo, su matrimonio y
efímera paz y felicidad, y su muerte.
16. Estructura externa
El contenido se divide en siete partes -cada una
de ellas con un título muy significativo- que
constan de un número desigual de capítulos,
cada uno con su título correspondiente.
Son capítulos relativamente cortos, dado el
gusto de Baroja por la frase corta y el párrafo
breve para hacer la novela poco aburrida, como
él decía.
17. Estructura
I La vida de un estudiante en Madrid Primeras
experiencias
Familia y estudios
(“formación”)
II Las Carnarias
El mundo en torno (Aparece Lulú)
Experiencia decisiva
III Tristezas y dolores
Enfermedad y muerte del hermano
Profunda desorientación de Andrés
Intermedio reflexivo
IV Interrogaciones
V La experiencia en el pueblo Nuevas experiencias
En el campo (búsqueda de una solución
vital)
VI La experiencia en Madrid
En la ciudad (Reaparece Lulú)
Nueva experiencia decisiva
VII La experiencia del hijo
Matrimonio y muerte de su hijo y de su mujer. Suicidio
de Andrés
18. Personajes
Doctor Iturrioz: Es el tío de Andrés y otro de los
protagonistas de la novela. Este personaje se
convertirá en el mejor amigo, junto a Lulú, de
Andrés Hurtado. Con él discute todo los
interrogantes sobre la vida. Es él quien, junto a
otro médico, le ve en su lecho de muerte
después de que Andrés se haya suicidado.
Se inspira en un tío-primo del novelista llamado
Justo Goñi que vivía en Madrid, y a quien el
joven Baroja solía ver a menudo
19. Andrés Hurtado
Es el protagonista de la obra, el alter ego de Pío Baroja
en la obra. No comparte las ideas de derechas de su
familia.
Joven inquieto y ávido de aprender cualquier cosa,
especialmente medicina. Este afán de aprendizaje le
lleva a plantearse cuestiones existenciales -sobre todo a
partir de la muerte de Luisito- que discute con su tío
Iturrioz.
Estas inquietudes vitales terminan con su muerte. El
fallecimiento de su esposa poco después de dar a luz un
niño que nace muerto le sumen en una profunda
depresión que no puede aguantar.
20. Luisito
Al hermano de Baroja, Darío,
le corresponde el personaje de
Luisito. Darío murió en
Valencia en febrero de 1894.
Baroja cuenta: “...Andrés abrió
la carta, la leyó, y quedó
atónito. Luisito acababa de
morir en Valencia...”
21. Lulú
Se la podría considerar la tercera
protagonista de la obra.
Al principio aparece como alguien
poco significativo para Andrés,
simpática pero fea. Poco a poco se va
dando cuenta de que es la mujer a
quien ama. Tal es así que Lulú
termina representando para Andrés
el sumun de mujer inteligente y bella.
Llegó a amarla hasta el punto de no
soportar su muerte.
22. Julio Aracil. Amigo íntimo de Andrés, compañero desde
antes de la carrera, y de trabajo después. Aunque su
forma de vida no concordaba con los ideales de Andrés
Hurtado, eran buenos amigos
Montaner. Compañero de carrera de ambos, mantenía
con Andrés discusiones de todo tipo. Montaner era
derechista, aristócrata, monárquico y clasista.
Paradójicamente acabó siendo pobre y pidiendo un
puesto de trabajo a Aracil.
Antonio Lamela. Otro amigo de Baroja en sus años de
estudiante, y es incluido en la novela sin otra
modificación que su nombre. Aparece brevemente en
otras novelas de Baroja.
Julio Aracil y Montaner representan a dos amigos
verdaderos de Baroja: Carlos Venero y Pedro Riu Davets,
mencionados a menudo en sus memorias.
23. Margarita. La hermana de Baroja, Carmen, se convierte
en este personaje, una mujer resignada a los valores de la
época y acostumbrada a vivir en el seno de una familia
tradicional y de derechas.
D. Pedro Hurtado. Padre de Andrés, hombre totalmente
contrario a las ideas de este, de costumbres e ideas
conservadoras y que demostraba (y sentía) muy poco
afecto por Andrés.
Dorotea. Representa para Andrés (y en la obra) el amor
carnal, toda la lujuria desenfrenada de una pasional
explosión de amor por una noche.
Dña. Leonarda. Madre de Lulú representa la mujer
madura de la época de Andrés. Volcada a la religión y a
los valores tradicionales que la sociedad imponía.
24. Las dos Españas: Pueblo y ciudad
El mundo rural: Alcolea del Campo
Es un mundo inmóvil como "un
cementerio bien cuidado", presidido
por la pasividad y la insolidaridad de
sus gentes ante las injusticias.
Palabras como egoísmo, prejuicios,
envidia, crueldad, son las que
sobresalen en su pintura.
Es un pueblo ficticio al que Baroja da
características típicas de un pueblo
manchego. Así, su crítica socio-
política pretende ser de carácter
nacional.
25. La ciudad, Madrid, es "un campo de ceniza" por
donde discurre una "vida sin vida". De nuevo se
nos presentan muestras de la más absoluta
miseria, con la que se codea la despreocupación
de los pudientes, de los "señoritos juerguistas".
Experiencia de Madrid y la Universidad
La sexta parte, La Experiencia en Madrid, comienza con
el regreso de Andrés Hurtado a la ciudad, donde recibe
la noticia de que España ha declarado la guerra a los
EEUU y de que no hay casi posibilidades de ganar.
26. Influencias filosóficas
En la obra destaca el pesimismo de Baroja hacia la vida en general,
como se puede apreciar en “... La vida en general y sobre todo la suya,
le parecía una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable...”, donde cabe
destacar la presencia de estos adjetivos –tres notas descriptivas y una
filosófica – un auténtico resumen de la visión de Baroja acerca de la
existencia.
La manera en que Andrés Hurtado se inicia en la lectura de los filósofos
alemanes es pura autobiografía, que el autor describiría más tarde en
sus memorias en el tomo Familia, infancia y juventud.
Durante toda su vida consideró a Kant como un símbolo de cultura,
marca de prestigio intelectual, aunque no lo entendió directamente sino
a través de la interpretación de Schopenhauer.
Esta relación filosófica con Kant-Schopenhauer se puede observar en
los capítulos en los que Andrés discute con su tío Iturrioz. El respeto
intelectual y ético que Baroja siente por Schopenhauer es
incuestionable.