5. EL UNIVERSO
I
“Porque nosotros somos la encarnación local del
Cosmos que ha crecido hasta tener consciencia de sí.
Hemos empezado a contemplar nuestros orígenes:
sustancia estelar que medita sobre las estrellas;
conjuntos organizados de decenas de miles de billones
de billones de átomos que consideran la evolución de
los átomos y rastrean el largo camino a través del cual
llegó a surgir la consciencia, por lo menos aquí.
Nosotros hablamos en nombre de la Tierra. Debemos
nuestra obligación de sobrevivir no sólo a nosotros
sino también a este Cosmos, antiguo y vasto, del cual
procedemos”
Cosmos, Carl Sagan.
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9. EL ORIGEN
II
MITO U’WA, Fragmento.
Al principio, el universo estaba conformado por dos esferas: un
mundo de arriba de luz cálida y seca y un mundo de debajo de
oscuridad húmeda y vacío. Vino después el movimiento y los
mundos de abajo y de arriba se mezclaron y como resultado de
esta mezcla surgió el mundo intermedio, el mundo de arriba es
blanco, el mundo de abajo es rojo, de la mezcla se formaron el
mundo azul y amarillo. Los mundos de arriba y de abajo son
indestructibles. Pero, por el contrario el mundo intermedio solo
puede existir si se mantiene esos dos mundos originales.
Los hombres habitan en el mundo intermedio y allí la vida fue
creada a partir de los materiales que pertenecen a los dioses del
mundo de arriba y de abajo. Estos materiales están almacenados
en distintas esferas, y son por lo general lagos de colores. Todo
lo que existe en el mundo paso a través de esta esfera durante el
momento de su creación y en ese paso tomó todas sus
propiedades.
El mundo de arriba, blando, es el lugar donde habita el agua pura
y el mundo terrenal se presenta con las montañas cubiertas de
nieve. Al interior del mundo amarillo se encuentran las
propiedades de las enfermedades y el rojo es el mundo de la
fertilidad y de la sangre menstrual. El barro es el material de las
que están hechos todos estos elementos, los guardan los dioses
en distintas esferas. Los dioses chamanicos viajeros robaron por
medio de engaños el barro que se encontraba en estas esferas y
lo llevaron al mundo intermedio, el mundo de los hombres…
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14. EL SOL
III
EL SOL
A plena luz de sol sucede el día,
el día sol, el silencioso sello
extendido en los campos del
camino.
Yo soy un hombre luz, con tanta
rosa,
con tanta claridad destinada
que llegaré a morirme de fulgor.
Y no divido el mundo en dos
mitades,
en dos esferas negras o
amarillas
sino que lo mantengo a plena
luz
como una sola uva de topacio.
Hace tiempo, allá lejos,
puse los pies en un país tan
claro
que hasta la noche era
fosforescente:
sigo oyendo el rumor de aquella
luz,
ámbar redondo es todo el cielo:
el azúcar azul sube del mar.
Otra vez, ya se sabe, y para
siempre
sumo y agrego luz al
patriotismo:
mis deberes son duramente
diurnos:
debo entregar y abrir nuevas
ventanas,
establecer la claridad invicta
y aunque no me comprendan,
continuar
mi propaganda de cristalería.
No sé por qué le toca a un
enlutado
de origen, a un producto del
invierno,
a un provinciano con olor a
lluvia
esta reverberante profesión.
Pablo Neruda.3
18. LA LUNA
IV
LA LUNA
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines
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22. LOS PLANETAS
V
LA TIERRA
Niño indio, si estás cansado,
tú te acuestas sobre la Tierra,
y lo mismo si estás alegre,
hijo mío, juega con ella...
Se oyen cosas maravillosas
al tambor indio de la Tierra:
se oye el fuego que sube y baja
buscando el cielo, y no sosiega.
Rueda y rueda, se oyen los ríos
en cascadas que no se cuentan.
Se oyen mugir los animales;
se oye el hacha comer la selva.
Se oyen sonar telares indios.
Se oyen trillas, se oyen fiestas.
Donde el indio lo está llamando,
el tambor indio le contesta,
y tañe cerca y tañe lejos,
como el que huye y que regresa...
Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra:
lo que camina, lo que duerme,
lo que retoza y lo que pena;
y lleva vivos y lleva muertos
el tambor indio de la Tierra.
Cuando muera, no llores, hijo:
pecho a pecho ponte con ella,
y si sujetas los alientos
como que todo o nada fueras,
tú escucharás subir su brazo
que me tenía y que me entrega,
y la madre que estaba rota
tú la verás volver entera.
Gabriela Mistral
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25. EXTRATERRESTRES
VI
Ovnis
obviamente, a bud
Dice mi amigo bud que los ovnis no vienen
de marte ni de la URSS ni de cabo cañaveral
sencillamente llegan de un remotísimo futuro
con la peregrina intención de investigar
cómo fue que los terrestres empezamos a jodernos
es decir cuál fue el origen de la gran hecatombe
que para ellos por supuesto es historia
y en cambio para nosotros pecadores
una mera y sombría posibilidad
en el caso de que bud tenga razón
los osados ovnímodos serían
una suerte de arqueólogos ideológicos
algo así como choznos de levi strauss
perdidos en alguna galaxia de reposo
no estaría de más intentar persuadirlos
de que han confundido la ecuación y la ruta
y que en consecuencia aún nos pertenece
la empalagosa opción de no estallar
y así mientras ellos computan y computan
su electrónica / gaseosa / ultramundana
fe de erratas
nosotros persignémonos
o respiremos hondo
o bajemos al refugio más próximo
Mario Benedetti
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28. LAS ESTRELLAS
VII
Fugaz -Estrella Fugaz
La eterna noche transita fiada
convencida de su reino sin final,
las nubes han despojado el aliento
ya nadie al cielo quiere mirar.
Inesperada irrumpe la calma
una llama a lo lejos resplandeciente
pomposa anuncia el reino del alba
por ella toda la tierra se resiente.
De su luz poco el mundo vería
habría a otro cielo de partir
quizá a destellar de alegría
frente a otro que va a sucumbir.
Fugaz dimitió al trono la noche,
porque el deseo olvidaste cumplir.
Edison Durán
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31. METEORITOS
VIII
"Año de Meteoros 1859-1860“ Extracto
"No me olvido de cantar acerca de cómo se movía [el barco]
rápidamente y rodeada de decenas de miles de pequeñas
naves,
Ni del cometa que surgió repentinamente y ardiendo por el
norte,
Ni de la extraña y gigante procesión de meteoritos que
pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas,
Sólo por un momento, sólo por un momento guió a sus
bolas de luz extraterrestre sobre nuestras cabezas, y
después se fue
De ello, e irregular como lo eran ellas, canto, con sus
destellos, que iluminarían estos cantos.
¡Oh año salpicado del mal y del bien – año de profecías!
¡Año de extraños y pasajeros cometas y meteoritos!
Y mientras me muevo rápidamente entre vosotros,
destinado a caer y a ser olvidado rápidamente, ¿qué es este
canto?
¿Qué soy yo sino uno más de tus meteoritos?"
Walt Whitman
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35. AGUJERO NEGRO
IX
Como el agujero negro
Toda vida es una carrera contra el tiempo.
Cada duda es un pedazo del alma,
es como un agujero negro
que engulle toda certeza,
como traga los astros del Universo.
Pero temer es un mal procedimiento.
Cada temor roba la calma
como el agujero negro
que roba la materia celeste
bebiéndose todo el misterio.
Pero el cobarde no vale a nuestro método.
Cada cobardía es una lanza,
como el agujero negro,
que hiere todo a su paso
con la afilada punta de su hierro.
Vida es lo que hay antes de los féretros.
Cada muerte cuesta cara,
como el agujero negro,
que cobra caro todo lo que devora
¿Dónde lo pone? ¡No lo sabemos!
PC
36. ASTRONAUTA
X
EL ASTRONAUTA PREPARA EL DESCENSO, Fragmento
La enorme luna blanca está tan cerca
y aún no puedo creer que soy yo el elegido
para dejar mi huella en sus desiertos.
Todo es ya la blancura.
Miro entre olas de sombra a la ballena blanca del cielo.
Hijo de turbias razas que temieron la noche,
las ideas oscuras, los dioses, las pieles oscuras,
ahora soy el ápice del arpón antiquísimo
que codicia la carne de este planeta blanco.
Alguien sabe en lo alto que estoy girando en tomo de la
luna.
No puedo recordar en este instante si
Él habló de la luna en sus parábolas.
No sé si aprobará que un hombre hecho de polvo,
de polvo y de pecado, pise los peldaños del cielo.
Para saber quién soy, sé que debo contar con la última
estrella,
sentir que en mí se cruzan infinitas distancias,
que soy el ojo que titila de profundidades incandescentes,
la mano que moldea como cera las masas de hierro,
la que traza las ínfimas parábolas
y levanta en neblina la geometría de las aguas.
William Ospina