El análisis de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia muestra que los votantes siguen prefiriendo candidatos outsiders y posiciones definidas, y que los partidos tradicionales continúan perdiendo apoyo. La izquierda radical fue derrotada, mientras que el candidato revelación se posiciona en el centro. El 7 de mayo se decidirá si Francia elige a una candidata de derecha que quiere sacar al país de la UE y la OTAN, o a un ex ministro liberal que promete permanecer en la euroz

1. ANÁLISIS PRIMERA VUELTA ELECCIONES EN FRANCIA
Francia confirma que los outsiders y las posiciones definidas siguen siendo atractivas para
los votantes, que los partidos tradicionales siguen perdiendo electores y que las encuestas
vuelven a ser claves por encima del Big Data.
Las elecciones de primera ronda que hace menos de 24 horas terminaron en Francia
demuestran un claro ejemplo del ejercicio que debe hacer la izquierda en el mundo para
re-inventarse, de lo contrario se quedará atrás por lo que ya es una real y marcada
intención de preferencias hacia posiciones que se afilian con la derecha.
La izquierda radical es vencida y el candidato revelación es un outsider que se para en el
centro y al que el partido socialista, al final del proceso de estas “primarias” electorales,
apostó para no perder la vergüenza.
Es una demostración más que conectarse con la esencia emocional de los votantes es la
clave para ganar votos. Las elecciones “primarias” en Francia demuestran que una cosa
es lo que se dice de dientes para fuera para ser políticamente correcto en las redes
sociales y otra es el verdadero sentir que está afincado en valores sociales, morales y
familiares que definen al final los procesos de elección y decisión del votante.
Confirma que los partidos tradicionales y sus estructuras perdieron sintonía con el
electorado. Los candidatos de los partidos tradicionales son desplazados por fuerzas,
movimientos o partidos que hace un tiempo eran livianos en peso electoral, pero que
entienden el sentir de los votantes y aumentan la desconfianza por los partidos
tradicionales.
El domingo siete de mayo se sabrá si definitivamente Europa da un giro definitivo a la
derecha para hacer sincronía con las voces que ya se escuchan en Hungría, Austria y en
los Estados Unidos o si apuesta a una continuidad relativa con un candidato que en un
principio buscó el apoyo del partido socialista, pero que al no encontrarlo decidió abrir su
carpa aparte con su movimiento “En Marcha”, y que hoy recibe abiertamente y no
soterrado el respaldo de la izquierda francesa.

2. Francia, además de ser la segunda economía más importante de Europa y de ser definitiva
para sostener o hundir el euro, es uno de los países europeos que más ha colaborado en el
proceso de paz con Colombia. Si el siete de mayo ganara Marine Le Pen, hija del
fundador del partido Frente Nacional y que a pesar de sus esfuerzos en el discurso ha sido
encasillada en la ultra derecha, seguramente se verá un cambió definitivo en el apoyo
económico y político que Francia ha dado a la implementación de los acuerdos de paz
con la guerrilla de las FARC.
Le Pen, en su discurso fue clara en señalar que quiere a Francia fuera de la Unión
Europea, fuera de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y que endurecerá las
políticas migratorias en un momento en que las crisis de inmigración africana y asiática
busca salidas y gobiernos aliados.
Por el contrario de ganar el joven ex ministro de economía de Hollande y que hasta hace
cinco meses era un improbable candidato por no tener el respaldo de las bases del partido
socialista que se con fue Jean-Luc Mélenchon y Benoit Hammon, Francia entraría en el
gobierno de un aparente tecnócrata liberal que plantea seguir en la eurozona y que tiene
un discurso ecléctico en el que se ven posiciones cercanas al partido socialista en temas
como la inmigración y que al mismo tiempo plantea medidas liberales para impulsar la
economía.
Minutos después de que salieran los resultados que coincidieron con las últimas encuestas
publicadas y que daban como ganador del primer round por la presidencia de Francia al
candidato de “En Marcha”, se hicieron públicos apoyos del partido socialista y del
partido republicano que harían pensar en un frente común que el domingo 7 de mayo
daría como presidente a Macron. Sin embargo, quedan unas cuantas semanas y se verá si
el discurso fuerte, directo, emocional y dirigido a la médula de los valores familiares y de
seguridad de Le Pen logran convencer a las fuerzas de coalición que estarían rodeando a
Macron y en especial al elector francés.