San Valentín era un sacerdote en el siglo III que celebró matrimonios en secreto para jóvenes enamorados, desafiando la prohibición del emperador Claudio II. Cuando el emperador se enteró, llamó a San Valentín a palacio, donde aprovechó para predicar el cristianismo. Aunque Claudio inicialmente mostró interés, sus asesores lo convencieron de ejecutar a San Valentín, quien desde entonces se convirtió en el patrón de los enamorados.