Enrique recibió una carta de Jesús diciendo que lo visitaría el sábado. Sin nada para ofrecerle, Enrique compró pan, pavo y leche con su último dinero. En el camino, se encontró con una pareja sin hogar que pedía ayuda, así que les dio la comida y su abrigo. Al llegar a casa sin nada, encontró otra carta de Jesús agradeciéndole la "cena" y el abrigo.