MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
Ensayando 4 ultimo
1. BENEMÈRITA UNIVERSIDAD
AUTONÓMA DE PUEBLA
FACULTAD DE CIENCIAS QUÌMICAS
LICENCIATURA EN QUÍMICO
FARMACOBIOLÓGO
DESARROLLO DE HÁBILIDADES EN EL USO DE LAS
TECNOLOGÍAS LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN
Maestra. Rosa Elena Arroyo Carmona
“EL AMOR NO ES UN CORAZÓN SINO UN CEREBRO
PRODUCIENDO SUSTANCIAS”
LÓPEZ ORDAZ SULY DHAMAR
2015
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………...3
1. ¿Qué es el amor?........................................................................4
1.1 ¿Amor o costumbre?............................................................4,5
1.2 ¿Deseo sexual o apego?........................................................5
2. Emociones …………………………........................................................6
2.1 ¿Dónde se crean las emociones?…………………………………….6
2.2Neurotransmisores encargados de causar las emociones…….........7
3. Después del “enamoramiento” ¿Qué sigue?.....................................8
3.1 Consecuencias del amor…………………………………………....8,9
Conclusión………………………………………………………………………...9
Bibliografía……………………………………………………………………….10
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El amor no es un corazón sino un cerebro produciendo sustancias
Suly Dhamar López Ordaz
Introducción
Los seres humanos estamos programados para buscar nuestra media naranja. En
los genes existen claves biológicas que unidas a nuestras experiencias familiares
nos guiarán en esta loca búsqueda por el amor. (Chávez y Aguirre, 2010).
Aunque el amor es visto como una experiencia maravillosa y mágica, la ciencia ha
llegado a la dramática conclusión de que el enamorarse, lejos de ser una sagrada
comunión de almas, es el efecto de un flujo de sustancias químicas y la
programación genética. Explica la doctora en Ciencias Biomédicas de la UNAM.
(Ostrosky, 2010).
El amor en estos tiempos es esencial para muchas personas ya que todos
necesitamos una persona que esté a nuestro lado, nos haga sentir de la mejor
manera y nos apoye cuando sea necesario. Sin embargo todos hablamos del amor,
sin saber de dónde o cómo surge pues la mayoría creemos que lo único que puede
ocasionarnos todas estas series de emociones están regidas por el corazón, pero no
es así es por eso que en este ensayo se trata de explicar de manera concisa en
donde se origina el “amor” ya que como todas las ciencias la biología y el campo
científico no se queda atrás dando una explicación lógica a todos estos cambios en
nuestro organismo si de sentimientos se trata, el amor es una buena excusa para
presentar al cerebro enamorado. Mientras Allan Hobson postuló que las
ensoñaciones son los síntomas de un cerebro, temporalmente psicótico, Georgina
Montemayor, de la facultad de Medicina de la UNAM, dijo que el amor es un estado
de demencia, pero reversible. Según la investigadora, cuando alguien se enamora
diversas sustancias ocupan todas sus neuronas y entonces el cerebro enloquece,
alcanza un estado obsesivo compulsivo. Si tú, lector lectora, no hace otra cosa que
pensar en su princesa o príncipe, además de que se vuelve improductivo (a) y pierde
la compostura, es porque su loco cerebro tiene activadas zonas como el hipotálamo,
el hipocampo y las partes del sistema límbico (Gutiérrez, 2008).
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1. ¿Qué es el amor?
"El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en
él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo”
-Gustavo Adolfo Bécquer
"El amor es una enfermedad del hígado tan contagiosa como el suicidio, que es una
de sus complicaciones mortales”
-Gabriel García Márquez
Helen Fisher nos dice “el amor romántico es, en mi opinión, una de las tres redes
cerebrales primigenias que evolucionaron para dirigir el apareamiento y/o la
reproducción. El deseo, el ansia de satisfacción sexual, nació para motivar a
nuestros antepasados a encontrar la unión sexual con casi cualquier pareja. El amor
romántico, la euforia y la obsesión de «estar enamorado» les permitían concentrar
sus esfuerzos en el cortejo de un solo individuo cada vez, ahorrando así un tiempo y
una energía de inestimable valor para el apareamiento. El cariño, el sentimiento de
calma, paz y seguridad que sentimos a menudo o hacia una pareja duradera,
evolucionó para motivar a nuestros antepasados a amar a su pareja el tiempo
suficiente para criar juntos a sus hijos. En resumen, el amor romántico está
profundamente enraizado en la arquitectura y la química del cerebro humano”.
(Fisher, 2004).
1.1 ¿Amor o costumbre?
El amor es compromiso, felicidad y satisfacción; la costumbre es agobio,
preocupación y desamor.
Cuando permanecemos unidos a nuestra pareja por mucho tiempo, corremos el
riesgo de dejar la puerta abierta a la monotonía y el aburrimiento. Con el paso de los
años y la convivencia constante podemos perder la magia inicial que sentíamos y la
capacidad de asombro hacia la otra persona puede verse mermada. Por ello es
importante desarrollar la capacidad de mantener viva la llama del amor y evitar que
esa relación llena de entusiasmo, compromiso y felicidad se convierta en sólo una
costumbre en donde la presencia de nuestra pareja sea únicamente una necesidad
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de contar con alguien a quien acudir en ciertos momentos. El secreto para evadir la
rutina es alimentar lo que sentimos cada día con pequeños o grandes detalles que
demuestren amor. El lazo afectivo entre dos personas se genera desde la atracción y
un principio denominado enamoramiento, que es la etapa más simpática y bonita que
tiene la pareja, en la que puede expresar con facilidad sus sentimientos. Lo difícil
llega después, poder mantenerlos constantes a lo largo del tiempo. “La costumbre es
el proceso en el cual dos personas están juntas, pero sin una visión en común.
Simplemente entienden esta unión como una especie de acompañamiento y lo
afectivo pasa a segundo plano o se llega a perder por completo” (Velázquez, 2013).
El psicólogo Óscar Urzagasti agrega que si bien en la etapa del enamoramiento hay
mucha química entre los enamorados, de forma natural eso irá disminuyendo y se
llegará a un amor más racional. “La relación entonces cambia y se empiezan a
priorizar ciertas cosas que son de interés común, como los hijos, la situación
económica, la salud y otros. Esto ayuda a desarrollar el vínculo”.
1.2 ¿Deseo sexual o apego?
El bienestar de las personas se relaciona con la satisfacción de sus necesidades
más básicas a lo largo del ciclo vital. Entre ellas, dos realmente importantes: la
vinculación afectiva y la satisfacción erótica. Dicho en términos populares: el amor y
el sexo. El deseo sexual es una fuerte motivación que impulsa al individuo a la
búsqueda de placer erótico en el encuentro con el otro. El amor impulsa al ser
humano a buscar un vínculo, es decir, una relación privilegiada con otra persona, que
sea percibida como incondicional, sensible y duradera, referencia esencial para la
estabilidad emocional. La teoría del apego es un marco idóneo para comprender la
interacción de ambas dimensiones. El ser humano, a lo largo de la historia de sus
relaciones vinculares con sus figuras de apego, integra representaciones mentales
que configuran los modelos internos, los cuales se expresan en estilos de apego.
Éstos regularán sus relaciones interpersonales, en especial las relacionadas con la
proximidad psicológica y la intimidad erótica. (Gómez, 2009)
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2. Emociones
2.1 ¿Dónde se crean las emociones?
El cerebro con una estrategia universal, permanente y genuinamente humana. La
respuesta a la visión de “su” cara libera oxitocina, la hormona de la confianza, el
acercamiento, la ternura. Esta hormona activa la dopamina –hormona de la felicidad–
, que participa en la generación de un estado placentero.
La visión del rostro del ser amado crea pistas neuroquímicas en el cerebro que
refuerzan los circuitos correspondientes y generan ese vínculo afectivo y cognitivo a
la vez. Se activan las áreas de la corteza del “cerebro social” que procesa las
relaciones interpersonales. En ese momento se produce un efecto sorprendente: se
silencian las áreas que procesan lo negativo.
Se observa así en la neuro-imagen lo que la sabiduría popular dice: que el amor
romántico es ciego y que las madres son siempre partidarias de sus hijos. Por
supuesto, los padres también, pero ellas lo viven de forma muy particular en una
especie de diálogo molecular y emocional, tal y como describimos en “La
comunicación materno-filial en el embarazo: el vínculo de apego” (EUNSA, 2011).
Según Domeena Renshaw, investigadora del Departamento de Psiquiatría y
Neurociencia del Comportamiento de la Universidad de Loyola (EE UU), enamorarse
genera en el organismo una auténtica "inundación" de sustancias químicas que nos
hacen sentir bien, y que también son responsables de reacciones físicas como el
enrojecimiento de las mejillas, la sudoración de las palmas de las manos y la
aceleración del latido cardíaco. Concretamente el "cocktail" cerebral de los
enamorados está formado por dopamina, adrenalina y norepinefrina.
La dopamina provoca sentimientos de euforia, mientras que la adrenalina y la
norepinefrina hacen que el corazón lata con fuerza y nos quitan el sueño.
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2.2 Neurotransmisores encargados de causar las emociones.
Una emoción es, en primer lugar, una función fisiológica que dispara una serie de
respuestas en el organismo. "Se estimula el nervio vago -cosquilleo en el estómago-,
las glándulas suprarrenales liberan hormonas como la adrenalina o el cortisol, y la
musculatura se tensa. Tiene una función protectora. Se estima que un estudiante
comienza a liberar adrenalina 16 días antes de un examen. Durante la prueba se
produce un pico que le hace rendir más y cuando termina baja". En el amor
adolescente, el amor impetuoso y romántico, intervienen sustancias como la
feniletilamina, que segrega el cerebro y tiene efectos parecidos a una anfetamina,
que hacen que este tipo de enamoramiento sea más emocional, y por tanto, más
ciego. (Morgado, 2005)
Algunos neurotransmisores producidos son oxitocina, vasopresina, dopamina
además de feromonas. Estas sustancias que se producen en el cerebro no solo
actúan en este propio sino en el resto del organismo, provocando cambios en todo
nuestro cuerpo, de hecho cuando estamos enamorados es completamente diferente
a cuando estamos ya en una relación estable, o cuando terminamos una relación, o
cuando nos terminan en una relación", Estos cambios incluyen la alteración en la
frecuencia cardiaca explica Ignacio Camacho Arroyo, profesor de la Facultad de
Química de la UNAM.
Las sustancias están asociadas con otras funciones del organismo, por ejemplo: la
oxitocina, que está asociada con los vínculos de pareja, con la confianza y la
amistad; también es útil para la mujer durante el parto y la lactancia.
La vasopresina que se ha relacionado con la fidelidad; también nivela los volúmenes
de agua y la presión arterial.
Y la dopamina, asociada al placer, regula todos los movimientos finos de nuestro
cuerpo. "Todas estas sustancias que están relacionadas con el amor, para que
actúen tienen que unirse a unas proteínas que se llaman receptoras, entonces
cuando la oxitocina se une a esas proteínas receptoras, provoca cambios en la célula
que te llevan a tener una sensación de placer".( Arroyo,2007)
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También las feromonas activan la atracción por una persona a través del sentido del
olfato, independientemente de sus características físicas, esa parte del olor es muy
importante, pero muchas veces se piensa que comprando o administrándose
feromonas vas a atraer a alguien que te interesa y puede ser completamente lo
contrario."
3. Después del “enamoramiento” ¿Qué sigue?
3.1. Consecuencias del amor
Explica el psicoanalista José de Jesús González, director del Instituto de
Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS), que la crisis económica puede
ser un enemigo para el amor. Cuando se está tenso o deprimido, no se es receptivo
a estas claves, pues se está más interesado en cubrir necesidades básicas como
alimentación, solventar los estudios de sus hijos o bien encontrar trabajo. Esto
genera un declive en las sustancias amorosas y si a esto se suma la ansiedad,
puede desencadenar una depresión e incluso violencia intrafamiliar. De aquí el dicho
de que "cuando el dinero falta el amor sale por la ventana". Agrega la doctora
Ostrosky que con la ansiedad y la depresión cae la secreción de sustancias como la
falta de dinero en los hogares también cambia el rol familiar, si la madre y el padre
tienen que salir a trabajar. Aquí dependerá de qué tanto se esté dispuesto a aceptar
esto, el éxito de la nueva dinámica. Las crisis también causan desequilibrios que nos
obligan a cambiar. De cada uno dependerá cómo restablecer el equilibrio. Otros
optan por no enamorarse, pero para la doctora Ostrosky opina que nadie está
inmunizado contra el amor. Nadie se salva de experimentar esas vivencias. Tal vez
lo importante sería encontrar un desintoxicante adecuado, para no sufrir la crisis de
abstinencia de la droga: aprender a hacer pareja con uno mismo, para después ser
capaz de formar una pareja duradera. Los expertos coinciden en que hay quienes
ante situaciones de crisis económica optan por el camino contrario; es decir, tratan
de calmar su ansiedad y la depresión con la actividad sexual y buscan muchas
parejas sexuales. Quienes optan por la promiscuidad generalmente se distinguen por
ser personas más primitivas, dominadas por el cerebro reptilito. (González, 2010).
Según los expertos, el amor real es el que finalmente puede fortalecer al ser humano
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para enfrentar cualquier clase de crisis. Las sustancias químicas del amor siempre
están ahí y basta estimularlas para que vuelvan a recorrer el torrente sanguíneo.
Cuando esto ocurre surge de nuevo el enamoramiento y con él llegan las drogas
amorosas y el bienestar. Revivir los besos apasionados puede poner a circular por
nuestra sangre todas estas sustancias, a las que además se pueden agregar la
"imaginación". El apoyo emocional también puede favorecer la secreción de oxitocina
y el resto de los neurotransmisores involucrados pueden estimularse ocupando cierta
parte del día en realizar cosas que realmente te gusten. Si uno está bien, podrá
transmitir ese bienestar a su familia. Se dice que ciertos alimentos pueden
incrementar el deseo sexual y fortalecer el amor–, lo cual es un mito. El mayor
afrodisiaco es la imaginación. Y en época de crisis es un recurso sumamente
económico. Sobre todo teniendo en cuenta que hoy no hay sueldo que alcance para
mantener a dos familias o salir con varias chicas y chicos (Ostrosky, 2010).
Conclusión
Ahora podemos darnos cuenta de que nuestra percepción de los sentimientos no es
siempre la correcta y que no debemos creer en lo que solo algunas personas
piensan, es mejor adentrarnos a conocer el mundo de la ciencia para poder aprender
como en este caso sobre “¿corazón o cerebro?”; Pues con todo lo expuesto
anteriormente podemos saber que en realidad son neurotransmisores los causantes
de todas nuestras emociones en dónde influyen reacciones químicas que los
producen.
En conclusión, el cerebro es el que causa todas las emociones tanto las que nos
hacen sentir la persona más maravillosa, así como también las sustancias que nos
hacen caer en depresión ante una ruptura amorosa es por eso que debemos
aprender a controlar lo que sentimos ya que una afer ración amorosa puede causar
más problemas de los que imaginamos por eso es mejor tener un cerebro romántico
e inteligente que sea capaz de razonar aun estando enamorado pues aunque suene
difícil es posible; y así ahora podemos cambiar los corazones que teníamos
aludiendo al amor por cerebros reaccionando y trabajando para no caer en
situaciones como el “enamoramiento”.
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Bibliografía
CHÁVEZ, M., & AGUIRRE, A. (2010). La química del amor. 561), 80-89
Gutiérrez, S. (2008).El cerebro Enamorado. La Primera Dama. El Universal.
Fisher, H. E. (2004). Por qué amamos: Naturaleza y química del amor romántico.
Madrid: Taurus.
Gómez, Z. J. (2009). Apego y sexualidad: Entre el vínculo afectivo y el deseo sexual.
Madrid: Alianza.
Ibargüen A. E. (2013, 14 de noviembre).Diferencia, el amorde la costumbre. La Razón.
Recuperado de http://www.la-razon.com/suplementos/mia/Diferencia-amor-
costumbre_0_1942605815.html
López, N. & Sueir, E. (2012, 19 de Septiembre). Cerebro enamorado, corazón
inteligente. Mira. Recuperado de http://cefim.org.mx/
Morgado, I. & Bulbena, A. (2005,31 de mayo). La química de las emociones. El País.
Recuperado dehttp://elpais.com/diario/2005/05/31/salud/1117490405_850215.html
Zubiría, S. M. (1999). ¿Qué es el amor?. Bogotá́ : Fondo de Publicaciones Bernardo
Herrera Merino.