La acidificación de los océanos debido al aumento de dióxido de carbono en la atmósfera tiene graves consecuencias para los ecosistemas marinos y para la humanidad. Al reducirse los niveles de carbonato en el agua, se ven afectados moluscos, corales y peces, lo que altera las cadenas tróficas y amenaza la seguridad alimenticia y los medios de vida de las personas. Además, la disminución de la pesca tendría un impacto económico negativo a nivel local y nacional. Por