La realidad aumentada permite la superposición de datos virtuales generados en tiempo real sobre el entorno real, permitiendo interactuar con elementos ficticios reconocidos por software. Consiste en añadir información virtual a lo físico existente sin sustituir la realidad, combinando una imagen real con otra virtual. Se requiere una pantalla, cámara, software y activador para visualizar la realidad aumentada mediante marcadores o dispositivos en la cabeza, de mano o proyectores espaciales.