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CALLE ALEGRIA:
Nº 1.- LA ALBOREÁ
Nº 3.- NO NI NÁ
Nº 5.- YA SOMOS BASTANTES
Nº 7.- PARTIDO ANDALUCISTA
Nº 9.- B.S.N. GIRALT LAPORTA, S.A.
Nº 11.- ESTRELLA SAN AGUSTÍN
Nº 13 -15.- LO QUE NOS FALTABA
Nº 17.- PEÑA CULTURAL BÉTICA
"MANUEL ESPINA"
CALLE BULERIA
Nº 1.- LA PRIMERA A LA IZQUIERDA
Nº 2.- AMIGOS DEL MOLINETE
Nº 3.- CUCHARÁ Y PASO ATRÁS
Nº 4.- LOS GITANITOS
Nº 5.- EL REALAJE
Nº 6.- LOS DEL METRO DE MÁS
Nº 7.- HASTA LA CORCHA
Nº 8.- AMIGOS DEL DUCAL
CALLE SEGUIRIYA
Nº 1.- LOS FARAONES DEL GUADAÍRA
Nº 3.- PARTIDO POPULAR
Nº 5.- LA FUENTE DEL PIOJO
Nº 7.- LA NUESTRA
Nº 11.- FÚTBOL SALA ALCALÁ
Nº 13 -15.- CASA EXTREMADURA
"ALGUADAÍRA"
Nº 17.- LOS ESPUMOSOS
Nº 19.- LA CANALLA
Nº 21.- EL RINCÓN DE BENAROSA
CALLE SOLEÁ
Nº 1 - 4.- CLUB DE TENIS OROMANA
Nº 2.- A. D. JUANCA
Nº 6.- LOS 17 Y UNO MÁS
Nº 8.- PON PON PON
Nº 10.- TÓ ER MUNDO ES GÜENO
Nº 12.- -------
Nº 14.- SEMOS LOS QUE ESTAMOS
CALLE TARANTA
Nº 1.- P.S.O.E. ALCALÁ DE GRA.
Nº 2.- ANDALAUCE
Nº 4.- EL ARREBUJO
Nº 6.- LA JARANA
Nº 8.- LA BUENAS GENTES
CALLE MARTINETE
Nº 1.- LOS COMPADRES
Nº 2.- ARTE Y COMPÁS
Nº 3.- HDAD. SAN MATEO EVANGELISTA
Nº 4.- LA MITAD MÁS UNO
Nº 5.- PÁ NOJOTROS
Nº 6 - 8.- AA.VV. LOS PANADEROS
Nº 7.- LOS BARRIGONES
Nº 9.- LA MÁS GUAY
Nº 10.- LA SALEROSA
Nº 11.- UN PUÑAO DE GÜENA GENTE
Nº 12.- PEÑA C.D. EL CASTILLO
Nº 13.- EL REVUELO
Nº 14.- EL JARRITO
Nº 15.- LOS DEL PASTORCITO
Nº 17.- LOS DEL CUCHARÓN
Nº 19.- LA ALMAZARA
Nº 23.- LOS PIES REONDOS
Nº 25.- LOS BUENOS AMIGOS
Nº 27.- LA ESQUINA DEL PEREJIL
Plano de Feria de Alcalá de Guadaíra 2013
CALLE FANDANGO
Nº 1.- Y TODO VA BIEEEÉN
Nº 3.- COTO DE CATA
Nº 5.- HDAD. NTRA. SRA. DEL ROCÍO
Nº 7.- HARANA
Nº 7-A.- LOS DE ANCA DETRÁ
Nº 9.- LA CHUMBERA
Nº 11.- AL ALBA
NIÑOS PERDIDOS
POLICÍA NACIONAL
POLICÍA LOCAL
PROTECCIÓN CIVIL
BOMBEROS
CALLE MALAGUEÑA
Nº 2-A.- LOS MAUROS Y SUS AMIGOS
Nº 2-B.- CLUB DE LUCHA CRISTÓBAL
DE MONROY
Nº 4.- PARTIDO COMUNISTA ANDALUZ
Nº 6.- AL COMPÁS
Nº 8.- FUNDACIÓN DE CARNAVAL
Nº 10.- CÍRCULO ALCALÁ
Nº 12.- EL CAJUL
Nº 14.- AMIGOS DE LA RADIO
CALLE MEDIA GRANAINA
Nº 1A.- AMIGOS DE LAS FIESTAS
Nº 1B.- AQUÍ NO HAY QUIEN VEVA
Nº 2-4.- NOS DA IGUAL
Nº 8.- PEÑA CULTURAL FLAMENCAALCALÁ
CALLE PETENERA
Nº 1.- ASOCIACIÓN REYES SILOS
Nº 3.- EL SUBMARINO AMARILLO
Nº 3A.- LOS OCHENTEROS
Nº 5.- NTRA. SRA. DE LA LUZ
Nº 7.- LOS PUYAS Y ALGUNOS MÁS
Nº 9.- DE MOMENTO… NO SABEMOS
Nº 11.- LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Nº 13.- EL CÓNCLAVE
2
SILVIA Sánchez Benítez es profesio-
nal de la comunicación audiovisual
y corporativa. Organizadora de eventos
expositivos. Es Licenciada en Bellas
Artes, obteniendo entre otras meciones:
Premio del «XXV Concurso Nacional
de Pintura» de Alcalá de Guadaíra
(1996), Primera finalista del «III Premio
Nacional de Pintura» de Caja Rural de
Sevilla (1996), y Premio «VII Concurso
de Proyectos Empresariales» en Alcalá
de Guadaíra (2007). Participa en exposi-
ciones de arte como artista en diversas
provincias de Sevilla.
Este año es la autora del cartel de
nuestra Feria de Alcalá de Guadaíra,
expresando en la presentacion del mismo:
El cartel está inspirado en el de
"«Fiestas de Primavera. Semana Santa
y Feria» de Sevilla, de José García
Ramos (1912). No se trata de un intento
de recuperación de ningún tiempo pasa-
do, no es una versión, ni un impulso
nostálgico, sino un ejercicio de admira-
ción y homenaje en el que he tratado de
sustraer lo «esencial» a mis ojos, esto
es; el protagonismo de la mujer y los
elementos iconográficos dotados de
identidad.
Como en el cartel de García Ramos,
la mujer está sentada sobre una edifica-
ción (quizá sea esta la única semejanza
formal con el cartel) pero es una mujer
de nuestro siglo. Ella es musa, eje y pro-
tagonista, y se erige en el contexto como
un gran monumento. He querido darle
ese tratamiento porque es así como veo
hoy la feria, con la mujer como herede-
ra de la fiesta, luciendo traje y su nuevo
respeto y posición social, de ahí que no
se muestre jocosa sino soberana.
Los elementos iconográficos tam-
bién son aquí señas de identidad; el
albero de nuestra tierra, el azul de nues-
tro río y de nuestra bandera, y nuestro
castillo. La tipografía que he seleccio-
nado, con aire modernista, es elegante y
delicada.
Eliminado cualquier ruido o ele-
mento superfluo, he tratado que la sen-
cillez y la limpieza de la imagen hagan
prevalecer las tres cosas importantes
que quería decir; feria, mujer, Alcalá de
Guadaíra.
Con su obra atraerá a los miles de
alcalareños al Recinto Ferial de San Juan
para el disfrute de la misma.
SILVIA SÁNCHEZ BENÍTEZ:
AUTORA DEL CARTEL DE FERIA
Apesar de las difíciles circunstancias económi-
cas y sociales que vivimos, la feria nos llega
como una vivencia necesaria.
Necesaria porque es también un trabajo para
muchas familias, una manera de
ganarse la vida que esperan todo el
año y que entre todos debemos com-
prender y apoyar. Pero no sólo por
esto, la feria es esencialmente un
espacio de encuentro, relación y con-
vivencia entre personas. Y es preci-
samente en momentos de dificultad,
en situaciones desfavorables, cuando
mayor bien nos hace el sentir la cer-
canía y el apoyo de los demás, el
estar juntos, compartiendo lo que en ese momento
tengamos, y sintiéndonos parte de un colectivo
que nos acoge, nos arropa y nos fortalece.
Hagamos todos un esfuerzo por los demás,
pero hagámoslo también por ganarle todos unos
minutos a la vida… Unos minutos de convivencia,
de encuentro y de diversión. Todos lo necesita-
mos.
Feliz feria a todos,
FELIZ FERIA A TODOS
Antonio Gutiérrez Limones
3
«La Feria es un lugar de conviven-
cia y de tolerancia en la que todo el
mundo acude para compartir algo»
M
ANUEL Casado Trigo es el encar-
gado de realizar el anuncio de
la Feria de Alcalá de Guadaíra.
Lleva el título de pregonero y tiene la
alta responsabilidad de realizar la invita-
ción oficial para propios y extraños a
adentrarse durante cuatro días en un
territorio en el que la alegría es obligada
y compartir lo mucho o lo poco, la mate-
rial y lo espiritual es una forma de vida.
Manuel Casado conoce bien el paño
sobre el que disertará en el escenario de
la Caseta Municipal. Sus credenciales
para esta función son inmejorables. Para
empezar es de Alcalá, por familia, por
vivencias y por devoción. Desde siem-
pre ha estado involucrado en sus fiestas
y sus celebraciones. Dispuesto a ayudar
a engrandecer todo lo que tenga que ver
con su pueblo. Prueba de ello fue su tra-
bajo en la exitosa puesta en marcha del
Teatro Auditorio Riberas del Guadaíra,
a través de su empresa de gestión cultu-
ral Bisemol.
Manuel sabe de cante y de pellizcos.
Su madre ha hecho de su hogar un lugar
en el que la música siempre ha estado
presente y se ha vivido como la forma
natural de expresarse. Fini Trigo, la niña
que quiso ser artista, que vibraba al
escuchar a Marisol o a Marifé de Triana,
sembró en su hogar una semilla que ha
dado fruto en sus hijos. Sus tres varones
destacan en la materia. Alfonso es
actualmente el director del musical «Los
Miserables» que está en escena en Londres.
Su hermano Antonio, profesor en el
ciclo de sonido del Instituto Tierno
Galván, ha pedido una excedencia pre-
cisamente para marcharse a Londres con
Alfonso e intentar su sueño de vivir de
la música. Y Manuel ha paseado por el
mundo llevando las sevillanas de su tie-
rra por bandera, con el pasaporte de su
grupo Atalaje. Un grupo de flamenco,
pero sobre todo de amigos que surgió
del Coro de la Hermandad del Rocío y
que llegó a grabar varios discos y a actuar
en importantes escenarios. Así que de
sevillanas, otra pieza fundamental de la
Feria, Manuel va más que sobrado.
En cuestiones de Feria, podemos
decir que tiene una licenciatura y un
máster. Acumula vivencias y recuerdos.
Entre ellos enmarca de forma especial
los momentos de juerga en La Fuente
del Piojo, con «Coqui», a la que tanto se
echará de menos en la Feria de este año.
Porque la Feria de Manuel, es la Feria
de día, la que comienza a la hora del
almuerzo y se extiende hasta que el cuer-
po aguante.
Pero sobre todo es un enamorado de
la Feria de Alcalá. Una Feria de la que le
gusta el marco con el fondo de los pinos
de Oromana o su «espíritu abierto, con
las casetas dispuestas a acoger a todo el
que se acerca». Una fiesta de la que
también alaba el buen gusto y el cuida-
do que se pone en el exorno de las case-
tas. Una Feria en la que Manuel Casado
sitúa el momento perfecto para encon-
trarse con los amigos y sobre todo con
los que están fuera y acuden estos días
fieles a la idiosincrasia alcalareña. Una
celebración a la que el pregonero define
como «lugar de convivencia, de tole-
rancia y en el que todo el mundo acude
para compartir algo, es una fiesta que
tiene sus valores propios». Y en la que
advierte la fortaleza de una tradición que
se impone a las circunstancias puntuales,
«vamos adaptándonos como en otras
muchas cosas de la vida, no debemos de
dejar de ir a la Feria por la situación de
crisis, porque hay muchas formas de
vivirla», afirma. Aunque a veces la adap-
tación sea volver a la tradición, redefi-
niéndola. En este sentido, el pregonero
formula una propuesta que no puede ser
más alcalareña, «¿por qué no recuperar
la celebración en el Águila con la orga-
nización de una «velá» alrededor del
Santuario en agosto y con los cultos y la
procesión a la Patrona, como elemento
central?».
Con los mimbres que atesora el pre-
gonero, seguro que compondrá una pieza
del gusto de la gente de Alcalá. Una
obra dividida en once pasajes literarios
en los que repasa las cosas que definen
a su ciudad con emociones que se trans-
miten en forma de versos y que ilumina-
rán el espíritu feriante de los asistentes.
Por supuesto, no faltará una parte musi-
cal y una sorpresa que seguro emociona-
rá a los asistentes.
4
MANUEL CASADO TRIGO.
PREGONERO DE LA FERIA 2013
Alberto Mallado
Periodista de ABC
Director de www.guadairainformacion.com
Caseta
«Los Faraones del Guadaíra»
Caseta «El Cónclave»
5
6
Caseta
«El Revuelo»
Caseta
«Los del Pastorcito»
7
C
ORRÍA el año 1947. La Feria de
Alcalá se celebraba en el recinto
del castillo, en torno a la Ermita
del Águila. Un emplazamiento inmejo-
rable, que pronto se quedaría pequeño.
Mirador para todo el paisaje alcalareño.
Nuestro cronista, don Fernando de los
Rios, ojos azules y voz jupiterina, lo cali-
ficó como «Feria en el cielo». La calle
del Infierno, ocupaba la explanada baja,
con seis o siete atracciones. No podían
venir las grandes, ni los circos, porque
no cabían por el Arco. Pero resultaba
deliciosa, manejable, muy calurosa de día,
pero había relente de noche. En Agosto.
Un grupo de jóvenes que habíamos
puesto en escena la comedia Papeles de
Muñoz Seca, con fines benéficos y gran
éxito de público, tuvo la peregrina idea
de instalar una caseta en la Feria. Entonces,
todas eran institucionales: ElAyuntamiento,
Educación y Descanso, Nuevo Casino,
Peña Sevillista, Peña Bética, y Hermandad
de Labradores, así que lo nuestro era
inédito.
La primera particularidad estaría en
el baile, pues siendo todos de Acción
Católica, el Cardenal Segura, la declaró
incompatible con el baile moderno,
«agarrado», no así con el regional o flo-
klórico. Muchos no compartíamos este
criterio, pero aceptamos disciplinadamen-
te, mas bien como un reto «¿Habría otra
manera de divertirse?».
Y la enorme dificultad de que no
teníamos dinero: estudiantes, empleados
meritorios, aprendices de obreros. Pero
había juventud y ganas. El sitio nos lo
dió el Ayuntamiento,entre dos grandes
casetas. La estructura de hierro, nos la
prestaron unos colegas de Mairena; el
frente y los toldos, de la Feria de Sevilla,
por amistad; el exorno de guirnaldas y
flores quedó a cargo de «las niñas» -
nuestras hermanas, novias y amigas- cuyo
papel regaló Enrique Rodríguez, ellas las
confeccionaron y nosotros, las colgamos,
junto con la instalación eléctrica aportada
por Pepe Castro y Joselito Bonilla; el mos-
trador, los hermanos Troncoso; el albero,
un sobrante de la vía pública. Nuestras
manos de estudiantes tenían ampollas de
clavar la piqueta en el durísimo albero
del Águila, para cimentar la caseta, lo que
hacía reir a los trabajadores. El tablado
para los artistas lo puso el maestro Palacios,
que solo pidió una gratificación para sus
albañiles.
Contratamos una megafonía en Sevilla,
al precio de ochenta pesetas diarias, hacien-
do un reparto a escote. La animación de
la caseta correría a cargo de las niñas,
especialmente Regla Cirera, Anita Pinto,
Concha y Salud Vega, Lola Romero,
nuestras artistas teatrales, que bailaban
sevillanas incansablemente, acompañadas
por Carlos Núñez Moreno de Guerra, y
alguna intervención voluntaria y desin-
teresada del Platero de Alcalá.
Vino un grupo de gitanitos, de no
más de diez años, presentado por Juan
Barcelona, que interpretaban graciosa-
mente el baile de sus mayores. Caché: la
voluntad. Se ganaron la simpatía de todos.
Aún conservo la amistad de algunos.
Los verdaderos aficionados al cante y al
baile, nos consideraban como un oasis,
dentro de la monotonía de las demás case-
tas, con orquestas y animadores. Para las
sevillanas, alquilamos un pianillo en
Sevilla, que traje en el tren de los pana-
deros y se quedó los tres días; tocaba
con las manos, con los codos y con la
cabeza, siempre protestando por haber
tenido que subir la Cuesta tirando del
artefacto, aunque le recordábamos que tres
de nosotros íbamos detrás empujando.
Menos mal que el regreso lo facilitó
Alfonso Tobalo, con su camión.
Nuestro«barman»fueAntonioVillagrán,
un prodigio de optimismo, que vino con
dos camareros y confesó haber ganado
algo, pero que ni en la guerra había tra-
bajado tanto como en nuestra Caseta.
Nadie la sabía mejor que nosotros que
éramos porteros, empresarios, palmeros,
obreros y clientes, todo al mismo tiem-
po.
Caseta de Feria «PAPELES». Año 1947.
Caseta «PAPELES».
Antonio, El Platero, y a la guitarra, Carlos Núñez Moreno de Guerra.
RECUERDOS DE LA FERIA
LA CASETA «PAPELES»
8
Comonúmerofuerte,IgnacioCaballero,
seise de la Catedral que me recomendó
a una chiquilla del Tardón, Marujita Díaz.
La contratamos en setenta y cinco pesetas
diarias, una miseria comparada con las
mil pesetas diarias que pagaba Educación
y Descanso a Antonio Machín y otras
mil a la orquesta. Nuestra Marujita vino
en el tren, con su madre, como es natu-
ral. Se soltó la melena, hasta la cintura,
cantó y bailó lo que quiso: bulerías, ale-
grías, soleares. Nos hizo reir con la dis-
locación de sus ojos; nos emocionó can-
tando «Banderita, tu eres roja..». La Feria
se despobló a nuestro favor. Exito total.
Con el dinero del primer día, se cortó la
melena y trajo una permanente abisinia.
Le reñimos todos, pero no se alteró: Tres
noches de delirio.
Su presencia, estimulaba. Entraron
recitadores voluntarios, Nicolás Carretero
toreaba de salón y ponía banderillas teó-
ricas; un señor desconocido, pidió auto-
rización para darnos una charla sobre
los peligros de la bomba atómica. Un tal
Curilla, hacía imitaciones. Era en verdad
una Caseta diferente, aunque a veces
nuestra modesta megafonía, basada en un
«picú», era avasallada por la gran poten-
cia de los altavoces de las casetas veci-
nas. Entonces no se medían los decibelios,
pero teníamos que salir a suplicarles que
bajaran un poco el volumen.
El domingo de Feria no se abría por-
que estábamos todos en la Procesión de
la Virgen del Águila, pero al retorno nos
quedábamos hasta el amanecer, ayudan-
do a la familia Chacón a encender el fuego
para los calentitos. Alguna madre joven,
nos acompañaba muy gustosamente. El
invento funcionó. Animación constante,
como se esperaba de la edad de los socios,
todos jóvenes y de vacaciones. Había otra
manera de divertirse.
No me quiero acordar de las cuentas.
Nuestros ingresos eran 50 socios a 40 pts,
y 50 los transeuntes, (un solo día) a 25
pts. Cuando pagamos la electricidad cal-
culada y el alquiler de sillas y veladores,
quedó un déficit que pagamos a escote
los varones; las niñas, no.
Todavía nos quedaba una sorpresa.
Acabada la Feria, vino el Sr. Font, repre-
sentante de la Sociedad de Autores, con
una carta del Gobernador Civil, recla-
mándonos 800 pesetas por la música del
pianillo y por las canciones interpreta-
das por Marujita.Terminamos en el Cuartel
de la Guardia Civil.
El desmonte de la caseta, fue igual-
mente rápido y con voluntarios. Pusimos
unas cartas de gratitud, pero a los trans-
portistas había que pagarles. Otro escote.
Lógicamente, acordamos no ponerla
mas. Pero al año siguiente, volvimos a
montarla, con el nombre de «RUTAS»,
y el subtítulo Caseta de la Prensa, por-
que teníamos un periódico (clandestino,
pero periódico) y así repetimos varios
años. Cosas de los jóvenes. La Feria en
el Cielo y «las niñas» se lo merecían.
Sirvan estas líneas de cariñoso recuer-
do, para los mencionados, los olvidados
y los que están disfrutando de una mere-
cida y real Feria en los cielos.
Primera fila arriba y de izquierda a derecha: Antonio Díaz, Juan Cano, Eduardo Hermosín, Juan Gutiérrez, Rafael La Casa,
Manuel del Molino, Eduardo Bulnes, dos camareros, Mateo Hermosín, Manuel del Trigo y Pepe Castaños.
Segunda fila: Consuelo La Casa, Elvira Casado, Pedro La Casa, Juan Mª Alvertos, Antonio Vals, Sra. de Figueredo,
Marujita Díaz, Vicente Romero, Ángeles Moreno, Enrique Rodríguez, Montoya, Celestino Martín y Rafael Rodríguez.
Tercera fila: Conchita Casado, Mª del Carmen Trigo, Concha Bulnes, Lola Ramos, Beatriz Figueredo,
Mª de los Santos Alvertos, Carmen Castaños y María de los Santos. Cuarta fila: Lola Trigo, Encarnita, Lola Romero,
Concha Trigo, Esperanza Figueredo, Mª del Águila Alvertos y Emilia Granados.
Vicente Romero Muñoz
9
Caseta
«El submarino
amarillo»
Caseta
«Los Ochenteros»
A
NTES de abordar el presente
documento, objeto de nues-
tro artículo, recordemos que
hace tres años se celebraba el 800
aniversario de la fundación, en 1209,
de la Primera Orden de San Francisco
de Asís (1182-1226), cuya rama más
numerosa fue la de los Franciscanos
de la Observancia, «Ordo Fratrum
Minorum» (Orden de los Hermanos
Menores).Término éste de «Menores»
que adoptaron como sinónimo de
«humildad».
Tomando como base y apoyo nues-
tros documentos, originales e inédi-
tos, vamos a comentar algunos capí-
tulos de la historia franciscana, para
encuadrarla, como debe ser, en su
marco temporal, institucional y reli-
gioso. Sólo, así, entenderemos todos
mejor los entresijos de las tres órde-
nes religiosas fundadas por el seráfico
Francisco.
Para ello haremos un breve reco-
rrido por sus «Estatutos», y su con-
tinuada renovación a lo largo, y
hasta el siglo XVII; hablaremos de
la constitución de las dos grandes
Familias de la Observancia; estudiare-
mos el desarrollo de las órdenes francis-
canas; y, finalmente, siguiendo nuestras
fuentes, comentaremos la vinculación
de la Orden con Alcalá, y desglosare-
mos su contenido y su excelente simbo-
logía. Hagamos, pues, un poco de histo-
ria.
En cuanto a los Estatutos de la
Observancia diremos que los más anti-
guos son los acordados en Narbona, en
tiempos de San Buenaventura (1257).
Más tarde, aquellos capítulos fueron
reducidos a doce, en la Congregación de
Perpiñán, en 1331. En España, concreta-
mente,
[…] en Barcelona, en el año de la
Redención de 1451, en el convento de
Santa María de Jesús, se juntaron en uno,
con la autoridad del papa Gregorio IV, y
después, Nicolás V, los Estatutos, tanto
Apostólicos como los de la Orden, abre-
viándose en nueve capítulos.1
Ya, hasta 1532, no se volvieron a
revisar los Estatutos, pero en 1549 la
Congregación de Burgos determinó que
los citados Estatutos de la ciudad condal
[…] se redujesen a un breve compendio,
cosa que no se hizo hasta el Capítulo
General de Salamanca, en 1553, donde las
dos Familias, Cismontana y Ultramontana,
acordaron su publicación, previa autori-
zación del papa Julio III (1550-1555).
Con todo, en el Capítulo de Valladolid,
en 1565, la Familia Cismontana retomó
los Estatutos de Barcelona, dejando sin
vigor los salmantinos.
Andando el tiempo, siendo Ministro
General el notable Padre Fray Francisco
Gonzaga, se reunió […] en la ciudad
imperial de Toledo, en el convento de
San Juan de los Reyes, en la fiesta de
Pentecostés, en 1583, el Capítulo
General, que modificó los Estatutos
siguiendo la recomendación del
Concilio de Trento.2
En 1606 se cele-
bró, allí mismo, otro Capítulo, pero
las decisiones se aplazaron para el
de Salamanca, en 1618. Cuando llegó
el momento de los acuerdos, las
disensiones fueron tantas y tan fuer-
tes que se volvieron a posponer los
capítulos.
Por fin en 1621, en el convento
de San Francisco, de Segovia, se logra-
ron puntualizar las últimas modifica-
ciones. En los Estatutos se incluyeron
los decretos pontificios, se sujetaban
a la censura de la Iglesia, y, final-
mente, […] se exhortaba a todos los
religiosos, sin excepción de Familias,
a su recibimiento y observancia.3
Como vemos, hasta casi doce modi-
ficaciones sufrieron los Estatutos
franciscanos, que, como veremos des-
pués, no lograron unificar del todo
las tendencias religiosas dentro de la
Orden.
En este sentido, ello dio lugar a la
existencia de dos grandes Familias o
Vicaríasindependientes:laCismontana y la
Ultramontana, ya citadas. Con respecto
a la primera, se extendía por tres países:
España, Francia y Alemania, repartida en
68 vicarías provinciales. Como no es el
caso enumerarlas todas, aquí, sólo cita-
remos su distribución en la Península,
que es el siguiente: Castilla, Aragón,
Santiago de Compostela, Portugal, la de
la Concepción, Andalucía, Burgos, la de
los Ángeles, la de la Piedad Descalzos,
la de San Gabriel Descalzos, Cartagena,
la de los Algarbes (sic), Mallorca, la de
San Miguel, Cantabria, Canaria, Cerdeña,
Valencia, Cataluña, la de la Rábida
Descalzos, la de San José Descalzos, la
de San Antonio Descalzos, la de San
Juan Bautista Descalzos, Granada y San
Pablo Descalzos.4
Asimismo, en las Indias Occidentales
figuraban las provincias de Nueva España
TESTIMONIOS DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
TRES DOCUMENTOS SOBRE LA ORDEN FRANCISCANA
Y SU VINCULACIÓN CON ALCALÁ
1. Estatutos Generales de Barcelona para la Familia Cismontana de la Regular Observancia de N.P. San Francisco. Toledo, 1583, en casa de Pero
López de Haro, editor, impresor y librero.
2. Estatutos Generales de Barcelona. En Madrid, Imprenta Real, por Tomás Iunti, impresor del Rey Nuestro Señor. Año 1622.
3. Estatutos Generales de Segovia, ídem, ibídem.
4. Los franciscanos Descalzos pertenecían a los Hermanos Menores de la Estricta Observancia (O.F.M.D.), y eran conventuales reformados que pro
pugnaban el rigor y la austeridad conventual. Su fundación fue en Granada, en 1495, debida a Juan de Guadalupe (Nota del autor).
Ilustración de San Francisco de Asís,
en la portada de los Estatutos de Barcelona.
México, por Pedro Ochatre, editor, 1585.
Señalaste, Señor a tu siervo Francisco
con los signos de nuestra Redención.
10
(con 10 sedes), y la del Reino del Perú
(con 7 sedes). Por último, en las Indias
Orientales existía la de Santo Tomás en su
Custodia de la Madre de Dios, en Malaca.
ConrespectoalaFamiliaUltramontana,
ésta se extendía por otras tres naciones:
Lombardía (con 11 sedes), la del Pequeño
Reino (con 9) y la Ultramontana (con 14),
repartidas en otras tantas 35 vicarías pro-
vinciales.
Como decíamos, de la Primera Orden
de San Francisco nacieron otras tres, las
mismas que profesan la Regla de los cita-
dos Frailes Menores, pero cada una con
sus constituciones o Estatutos, y su Ministro
General. No podía ser de otra manera, a
la vista de lo expuesto sobre los Estatutos.
Y, sin duda, fue así porque aquella
Regla primitiva no escrita, suscitó entre
los miembros de la Orden diferentes
modos de interpretación, y provocó la
pugna entre vivir en la absoluta pobreza,
predicación y mendicancia, y la institu-
cionalización en comunidades conventua-
les. Ello obligó a su fundador a ponerla
por escrito, en 1221, y, posteriormente,
a ser corregida, supervisada y sanciona-
da por el papa Honorio III (1223) en su
bula Solet Annuere («Lo que se suele
permitir»). Con ello se solucionaron parte
de los conflictos internos de la Orden,
pero sólo en parte, como veremos al
repasar la evolución de las tres tenden-
cias religiosas franciscanas.
En primer lugar, en esta evolución,
digamos que los Franciscanos Conventuales
son el tronco original de la Orden del que
brotaron después diferentes reformas. Ya,
en 5 de abril de 1250 el papa Inocencio
IV declaró «conventuales» sus iglesias,
concediéndoles la misma prerrogativa que
a las Colegiatas. Los frailes, sin embargo,
no recibieron esta denominación hasta
la segunda mitad del siglo XIV, para dis-
tinguirlos de los que se retiraban a los
eremitorios, -muy pocos, por cierto-, en
busca de la mejor «observancia» de la
Regla.
Los Franciscanos Conventuales vivían
en «Comunidad», en los grandes con-
ventos de las ciudades, dedicados a la
predicación, la enseñanza y la imparti-
ción de los sacramentos. El manteni-
miento de estos edificios no permitía la
observancia de la pobreza absoluta, pero
los Papas, interesados en mantener los
beneficios pastorales que aportaban a la
Iglesia, ayudaron con privilegios y decla-
raciones, la observancia de la Regla.
A ello se opusieron los «Espirituales»
observantes, partidarios de una pobreza
más radical, sin intervenciones pontifi-
cias. El asunto se fue enconando, hasta
que el papa Juan XXII (1317-1318) los
condenó, nada menos que por herejes.
En esta misma línea, pero con actitudes
más conservadoras y ortodoxas, nacie-
ron los Hermanos Menores Observantes
o de la Regular Observancia.
Dicha Reforma surgió en Italia en
1368, creada por el beato Fray Paoluccio
Trinci de Foligno.5
Las reformas obser-
vantes se fueron expandiendo rápidamen-
te por Italia, Francia, España y Portugal.
Unos cincuenta años más tarde, fueron
reconocidas por el Concilio de Constanza
en 23 de septiembre de1415, por la
ConstituciónApostólica «Supplicationibus
personarum» («Para las rogativas de las
personas»). En 1446, el papa Eugenio IV,
por las bulas Vinea Domini («La viña
del Señor») y Ut sacra («Para las cosas
sagradas»), en 1431 y 1446, respectiva-
mente, separó la Observancia de los
Conventuales o Claustrales, y la trans-
formó en una Orden dentro de la Orden.
ElascensoimparabledelosObservantes,
gracias a su buen gobierno y a su ejemplo
de vida, consiguió la radical supresión de
los Conventuales. Pero también al apoyo
de los Reyes Católicos, a principios del
siglo XVI y, posteriormente, con Felipe II,
en 1568. Tantos favores conllevaron el
abandono de los eremitorios y la vuelta
a los estudios, fundamentales para su apos-
tolado popular, caritativo, social y misio-
nero.
Hasta tal punto fue creciendo su
influencia y poder que se apropiaron del
sigillum (sello) de la Orden, y de sus
conventos. En este caso, porque preferían
la ocupación a la edificación de otros nue-
vos. Todo, desde luego, con tremendos
litigios, que hoy, con todo lo que sabe-
mos de la Iglesia, ya no nos sorprenden.
Dado este ambiente de discordia, tuvo
que intervenir el papa León X, quien por
la bula Ite vos («Id vosotros») de 29 de
mayo de 1517, terminó de romper la esca-
sa unidad de las dos tendencias. Es el caso
de que concedía a los Hermanos Menores
de la Regular Observancia (O.F.M., Orden
de los Hermanos Menores) la primacía
jurídica de la Orden y el título de Hermanos
Menores a los Observantes, y a su Ministro
General el título de «Minister Generalis
Totius Ordinis Minorum» («Ministro
General de todos los Hermanos Menores»),
como podemos observar en el documento
que presentamos. Prerrogativas que antes
disfrutaban los franciscanos Conventuales.
Desde entonces, la Observancia se
dedicó al estudio y la construcción de
grandes conventos e iglesias, sin mayo-
res escrúpulos de conciencia. Actitudes
muy diferentes a las de sus comienzos
en pequeños conventitos y eremitorios.
No es de extrañar que, a los pocos años
(1532) se segregaran de ellos los Frailes
Menores Reformados de la Estricta
Observancia, los Recoletos (aunque más
de hecho que de derecho) y los Frailes
Menores Capuchinos.
Esta tercera Familia, nació, lógica-
mente, del tronco de los Hermanos
Menores Observantes, porque era inevi-
table que alguien, desde dentro, reivin-
dicase el derecho de observar la Regla a
la letra, con todo su rigor. La poderosa
Familia Observante trató de evitarlo
intentando reabsorberlos, pero, al no con-
seguirlo, los persiguió, durante los pri-
meros años.
Gracias a la protección de la sobrina
del papa Clemente VII, doña Catalina
Cybo, duquesa de Camerino, éste les
concedió la bula Religionis celus («El
celo de la religión») en 3 de julio de
1528, con lo que oficialmente se fundó
la Familia Capuchina. Finalmente, el
papa Pablo V, en 1619, les concedió la
facultad de disponer de Ministro General
propio, con plena autonomía. La Orden
mendicante de los Capuchinos ha veni-
do siempre representando la línea más
rígida y austera, y, por el modo de traba-
jar y de vivir, son conocidos como los
«frailes del pueblo».
Desde entonces, aunque con menor
tensión, existieron las disensiones ya
referidas, hasta que llegó la reunifica-
ción durante el papado de León XIII. En
4 de octubre de 1897, exactamente, con
su bula «Felicitate quadam» («Con cier-
ta felicidad»), se puso fin a la división
secular de la Familia Observante. No
obstante, para hacer frente a los últimos
flecos políticos y nacionales de aquel
célebre acuerdo, fue precisa la interven-
ción de Pio XII, en 1940.
Después de tantos años, el resultado
fue que, salvo los Capuchinos, que logra-
ron conquistar y mantener su indepen-
dencia, las otras Familias franciscanas
reformadas siguieron formando parte de
la Familia Observante. En este sentido,
siguen compartiendo con ella un mismo
5. Los que consolidaron la Reforma fueron: San Bernardino de Siena, San Juan de Capistrano, San Jaime de la Marca y FrayAlberto de Sarteano (Nota deAutor).
Ministro General, y las labores de
apostolado y misión, sobre todo en
ultramar.
No discutimos, en fin, que esta
desleal competencia histórica entre
las distintas tendencias religiosas,
que brotaron del primitivo tronco
del seráfico San Francisco, tuvie-
ran un mismo y buen fin, pero los
medios, en forma de continuados
enfrentamientos y litispendencias,
no se justifican en modo alguno. Y
es que la Iglesia ha olvidado -y
olvida, con frecuencia- aquello de
dar buen ejemplo. Hasta aquí, una
breve, pero necesaria reseña, de las
ramas religiosas que surgieron de la
primitiva Orden de San Francisco.
Llegados a este punto, es el
momento de recordar la vincula-
ción histórica de la Orden francis-
cana con Alcalá. Digamos, pues,
que, ya, hacia el último tercio del
siglo XV, la presencia de frailes
franciscanos se constata en nues-
tro término. Y no antes.6
El ceno-
bio elegido se edificó a las afueras
de nuestra villa, en el lugar donde
hoy está la «Hacienda de los
Ángeles», a 2,5 km de la población. El
convento se llamó de «San Francisco»,
y por su ubicación, se conocía como «el
de los Ángeles Viejos».
En dicho monasterio habitaron, en
principio, los frailes Claustrales hasta
bien entrado el siglo XVI, pero no tuvie-
ron Casa dentro de nuestro pueblo, aun-
que pernoctaron muchas veces en casas
«particulares y dignas», cuando sus tareas
de apostolado o de predicación se alar-
gaban.7
Después, a partir de 1537, con la
expulsión de los Claustrales, fueron los
Observantes los que vivieron en dicho
convento.
Desde entonces, la primera posibili-
dad documentada para que la Orden se
estableciera en Alcalá, es de 1543. Se
trata de una donación de un prócer sevi-
llano, de la collación de Santa María
Magdalena, don Luis de Monsalve, que
donaba un solar,
[…] en la collación de Santiago que
ha por linderos, de una parte, casa solar
que solía ser de Diego Santero, e de
otra parte e por delante, las calles del
Rey, e porque el dicho solar cae en el
sitio e compás donde se á de pasar el
dicho monasterio de los Ángeles, de donde
hasta agora está, porque tenga el dicho
monasterio aquella largura que se requie-
ra para poder fezer el dicho monasterio,
es mi voluntad de fazer donación, &,[…].8
Un segundo intento se dio en 1554.
Se trató de un intercambio del solar cita-
do, […] frontero de la puerta de la igle-
sia de ese monasterio, pasado el cami-
no, por otro que el cabildo alcalareño,
[…] tiene dado sitio para la edifica-
ción del convento, y tiene necesidad del
solar sobredicho para poder hazer por
él el camino y vereda, porque las capi-
llas que agora se han de edificar estre-
chan el dicho camino, &, […]. 9
El trueque lo autorizó el Ministro
ProvincialdelaProvinciadeAndalucía,
Fray Pedro de Azpeitia, al reveren-
do Padre Guardián y frailes del con-
vento de Ntra. Sra. de los Ángeles
de Alcalá de Guadaíra. En carta fir-
mada y sellada con el sello mayor de
su oficio, desde el convento de Santa
María de las Veredas, de Utrera, da
licencia para que se haga la dicha
donación e intercambio,
[…] porque no estorben la edi-
ficación de las dichas capillas, a
causa que se le impide el camino,
& […].10
( 3ª)
De este documento queremos
comentar el sello. Éste se creó en
1499, cuando la Provincia Bética
se independizó de la de Castilla,
porque anteriormente, desde 1260,
con San Buenaventura, la Custodia
Hispalense pertenecía al Capítulo
General de Narbona.
El Ministro General de entonces,
Fray Francisco de Gonzaga dejó
constancia de su fundación, y aña-
dió el sello mayor, cuya leyenda
es: «Sigillum Minister Provinciae
Bethici» («Sello del Ministro de la
Provincia de la Bética»). Dentro, su ico-
nografía muestra la imagen del Salvador
atado a la columna y dos flagelos a sus
pies. En la parte superior, el famoso
símbolo de la «Tau» (T), y, en el extre-
mo inferior, una granada, porque la
Bética pertenecía a Granada, cabecera
de la Provincia.11
Tuvieron que pasar once años para
que los frailes de los Ángeles se asentaran
definitivamente en Alcalá. Fue en 1565.
Aquel convento se construyó en un solar
cedido por el concejo alcalareño, en la
que sería calle de San Francisco, dentro
de una bella y frondosa huerta, junto al
río, mirando a la ermita de San Roque y
San Ginés.
Asimismo, el concejo costeó su edi-
ficación, convirtiéndose en el principal
mecenas y patrono de la Orden12
. De todas
formas las obras no se acabaron hasta
1587 y 1589, según consta en el Memorial
6. Nos referimos a que no estamos de acuerdo que fuera fundado por Fernando III (1248)«bajo la advocación de los Ángeles», según afirma Ortiz de Zúñiga
en sus Anales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla (1246-1671). Imprenta Real, Madrid, 1795, I, 144 (Corregidos e ilustrados por don Antonio
de Espinosa y Cárcel); ni que lo hiciese el propio San Francisco, que murió en 1226 (Nota de Autor).
7. APS. Rodrigo de Mairena. Leg. 1534, 5.10.1534, s/f. Francisco Hermoso. Leg. 1541, 10.8.1541, s/f.
8. APS. Perafán de Ribera. Leg. 1543, 3, martes, 7.1543, s/f. La donación la recibió el Padre Fray Juan de la Cruz, solicitador del convento, y en su
nombre. Se firmó en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, ante el escribano público García de León.
9. APS. Juan Moreno Delicado. Leg. 1554, 9.10.1554, s/f.
10. APS. Ídem, ibídem.
11. Creo que la sede de la Orden se encuentra en Sevilla, en el convento de San Antonio de Padua, calle de San Vicente, 91.
12. Véase mi artículo: «El monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles». Revista Escaparate. Feria, 1998, 54-55. Coincidimos en esto con el P. Flores,
en sus Memorias, y con Pedro León Serrano en su Compendio.
Documento de donación de un solar a la Orden,
por don Luis de Monsalve. APS, 1543.
12
de gastos del regidor que supervisó la
construcción, don Antonio de Coria.13
¡Qué diferencia de criterios entre aque-
llos capitulares y los de nuestro tiempo!
Aquéllos edificando; los de nuestro tiem-
po, destruyendo aquel hermoso monu-
mento de estilo Bajo Renacimiento, para
levantar, en 1968, la «excelsa maravilla»
de la Torre de pisos de San Francisco (de
la que dejaron, al menos, sólo el nom-
bre, para recuerdo de su conciencia).
De modo que, durante más de cuatro
siglos, los frailes de la Observancia de
los Hermanos Menores de San Francisco,
desarrollaron en nuestra villa una labor
de apostolado social, espiritual y mate-
rial digna de ser recordada. Así lo hemos
podido comprobar en los documentos
citados, y en numerosas citas de Protocolos,
Actas Capitulares y otros Archivos, cuya
relación excede de este artículo.
No obstante, hemos seleccionado un
tercer documento, que por su peculiari-
dad y su simbología iconográfica, lo
convierte en uno de los más representa-
tivos de la vinculación y relación de la
Observancia con Alcalá.
Como se puede leer se trata de un
nombramiento hecho por el Padre Fray
Alonso Salizanes, Ministro General de
los frailes Menores de toda la Orden de
Nuestro Padres Señor San Francisco, al
Padre FrayAntonio del Castillo, Predicador
Apostólico, a la sazón, Prior del conven-
to de San Francisco, de Alcalá.
La carta del Sindicato de Jerusalén va
dirigida, como era preceptivo, al Provincial
y Juez ejecutor de la Santa Hermandad
de nuestra villa, don Francisco Núñez
de Prado y Bohórquez,
[…] persona de los hijosdalgo, quien
gozaba de voz y voto, asiento y lugar junto
al alcalde en el cabildo, donde podía entrar
con espada al cinto y vara alta de justicia.14
Era la Hermandad una especie de
policía rural, dada la inseguridad reinan-
te, y, además, un órgano judicial durísi-
mo que actuaba en consonancia con la
Santa Cruzada y la Santa Inquisición;
las tres «santas» que las malas lenguas
de la época (siglo XVII) decían que
tenían destruida España.15
En la primera parte del documento
se hace mención a que,
[…] están a cargo de nuestra Santa
Religión los sacrosantos lugares de
Jerusalén, donde Nuestro Señor Iesucristo,
Dios y Hombre verdadero encarnó, nació
y vivió, y muriendo en Cruz, obró los
misterios de la Redempción (sic) de el
género humano, & […].16
(4ª)
Después de esta declaración de los
principios o dogmas de la Iglesia, seña-
la el texto que dichos Santos Lugares
están a su cuidado,
[…] de más de quatrocientos y sesen-
ta años a esta parte, en medio de la poten-
cia de tantos enemigos: turcos, moros,
cismáticos y hebreos…y sin tener bienes
en la tierra, pagando excesivos tribu-
tos…y hospedando a los peregrinos, que
de toda la Cristiandad van a venerarlos,
& […].17
Vista general del Convento de San Francisco de Alcalá de Guadaíra,
derruido en la década de los sesenta del siglo XX. Foto: Enrique Rodríguez Ojeda
Licencia del Provincial de la Orden al convento de los Ángeles de Alcalá
para hacer la donación del solar. APS, 1554.
13. AHMAG. Ac. Cap. 1.11.1587 y 9.7.1589.
14. APS. Francisco Marín. Leg. 1635-1636. En 2.1.1636, f. 491r-v. ya ocupaba el cargo.
15. Grandeza y miseria de Andalucía. Edición, introducción y notas de Pedro Herrera Puga. Granada, 1981.
16. Archivo Hospital de la Caridad. (AHC). Papeles de la Observancia Franciscana (O.F.M.) del siglo XVI. «Carta del Sindicato de Jerusalén»,
expedida en el Convento de San Francisco de Madrid, a 20 de diciembre de 1637. Sig. SHC/A-021-48.
17. Ídem, ibídem.
13
La siguiente referencia se centra en
Fray Antonio del Castillo, nuestro Prior
franciscano alcalareño, sobre el que se
dice que su nombramiento se debe por-
que es
[…] persona en quien concurren todas
las buenas partes de Religión, pruden-
cia, fidelidad, exemplo, y doctrina para
tan santo ministerio, & […].18
No se piense que estas virtudes se
redactaban de oficio en el documento.
El proceso de selección era tan estricto
como inquisitivo. Además de estas cua-
lidades, eran requisitos previos exclu-
yentes, entre otros, los siguientes: haber
nacido de matrimonio legítimo, tener más
de 30 años, y tener aprobación de vida y
costumbres. Eran inhábiles para el ofi-
cio, para el que se nombraba,
[…] ser descendiente, dentro del cuar-
to grado, de judíos, moros o de herejes,
cuyos huesos o estatuas hubieran sido
quemados, conforme a los Estatutos
Apostólicos de los papas Paulo IV y
Gregorio XIII.19
Toda esta investigación sobre la per-
sona designada, estaba sometida
[…] a inquisición jurídica de su lina-
je, dos meses antes de ser nombrado en
el Capítulo o Congregación.20
Pero no sólo los religiosos destina-
dos a Tierra Santa, como Fray Antonio,
debían llevar una vida con muestras de
santidad y virtud, para que allí dieran
buen ejemplo de la Fe, sino que, además,
[…] debían tener la aprobación en
letras, y estar experimentados en nego-
cios, para satisfacer a la obligación de
su oficio y cargo.21
Al Padre Fray Antonio del Castillo -
continúaeltexto-selenombrabaComisario,
Procurador General y Síndico Apostólico
de la Familia Cismontana, en virtud de
todo lo dicho, y de los BrevesApostólicos,
[…] de nuestro santísimo Padre Martino
Papa V, de catorce de enero (segundo año
de su Pontificado), confirmado por nues-
tro santísimo Padre Paulo Papa V, de que
en esta parte usamos, & […].22
En consecuencia, era éste un cargo
de grandísima responsabilidad, para el
que nuestro ilustre franciscano recibió
plena facultad, para la administración de
los Santos Lugares. El nombramiento era
para tres años, prorrogable a otro más,
pero ya no podía ser elegido hasta pasa-
dos dieciséis años (aunque podía ser
Vicario o Vicecomisario).
Dentro de sus atribuciones, nuestro
documento especifica la principal, que
era la de nombrar Síndicos Apostólicos,
para la recaudación de las limosnas,
[…] en quien entren las limosnas,
mandas de testamentos, situaciones y
otras qualesquier, para que las puedan
haber, recibir y cobrar en nombre de la
Santa Sede Apostólica…para ayuda (de
los Santos Lugares) a su conservación yCarta de Sindicato de Jerusalén. AHC, 1637.
18. Ídem, ibídem.
19. Estatutos Generales de Barcelona, op. cit.: «De las elecciones e instituciones de los oficios», VII, 61-82.
20. Ídem, ibídem.
21. Ídem, ibídem.
22. AHC. «Papeles…», op. cit., ídem, ibídem. Recordemos lo dicho sobre las dos Familias franciscanas. Martín V (1417-1431) y Paulo V (1605-1621),
según el Liber Pontificalis o el Anuario Pontificio.
14
reparos, y sustento de nuestros Religiosos,
que los tienen a su cargo.23
Otras funciones que debía cumplir nues-
tro Comisario General son las siguientes:
- enviar las limosnas al Síndico General
de la nación (en este caso, que reside en
la villa de Madrid).
- llevar un libro de registro donde
asienten las limosnas que reciba de Tierra
Santa, con los gastos de portes y recogida.
- remitir las limosnas a Venecia y
Mesina, y desde allí, a Jerusalén.
- ser avisados del envío de las limos-
nas, para que se manden juntas.
- llevar al Capítulo General los libros
de cuentas de las limosnas, en el que los
Custodios, contabilizarán la suma de todas
las limosnas de su provincia.
Por otra parte, el Comisario General
tenía facultad de designar un sustituto o
Vicecomisario, que realizara sus
mismas funciones. También a éste
se le obligaba a llevar un registro
de las limosnas, especificando
cantidades, y si eran espontáneas
o perpetuas, anotándose en un
libro diferente, en este último caso,
seguidas del nombre del donante.
Una segunda función del
Vicecomisario consistía en tomar
la cuenta a los Síndicos cada seis
meses, y hacerlo delante del párro-
co principal de cada parroquia o
lugar. En el mismo plazo debía
enviar las citadas limosnas al
Comisario o Procurador General
de la nación, y si había algún
impedimento, se entregarían en
el convento más cercano.24
Como podemos comprobar
todo estaba estrictamente contro-
lado, en cuanto a la percepción
de los dineros. Además, se impo-
nían penas de excomunión mayor
«latae sententiae ipso facto incu-
rrenda» («sentencia mayor en el
acto a los que incurran») a los que
de cualquier forma defraudaren,
porque las limosnas son
[…] para la conservación,
restauración, socorro de los Santos
Lugares, aumento del culto divino, que
en ellos se sirve…y también para el sus-
tento y necesidades de los frailes nues-
tros que allí viven, y de los peregrinos
que se hospedan en sus conventos.25
Sin embargo, se consideraba lícito
proveer a los Comisarios, Procuradores,
Vicecomisarios y compañeros religiosos,
de las limosnas recaudadas, para sus nece-
sidades,
[…] pero con moderación, atendien-
do a la pobreza que profesan.26
El cuerpo final del documento hace
alusión, precisamente, a que el trabajo y
el santo ministerio encomendado a nues-
tro Comisario franciscano alcalareño no
estaba remunerado,
[…] ya que no podemos gratificar
en lo temporal, recibimos a V.M. a nues-
tra Hermandad, y a toda su familia, a la
participación en vida y en muerte de
todos los bienes espirituales, misas y ofi-
cios divinos, meditaciones, confesiones,
ayunos, vigilias y penitencias a Dios
Nuestro Señor aceptas, que por su mise-
ricordia ayuda a hazer a los Religiosos
y Religiosas de toda nuestra Sagrada
Orden, & […].27
Por último, nos queda por comentar
de nuestro artículo la parte más llamati-
va, representada por toda una completí-
sima iconografía de la Orden Seráfica,
simbolizada en cuatro representaciones.
Inmaculada: Es conocida la devo-
ción a la Inmaculada Concepción que la
Orden Seráfica le profesó, contribuyen-
do a su arraigo y extensión por todo el
mundo. Tanto es, así, que se denomina-
ban «frailes de la Inmaculada». La ima-
gen se presenta sobre la media luna cre-
ciente, como señora del Universo,
tocada con corona real y, por
cimera, las doce simbólicas estre-
llas. Al pie, el anagrama concep-
cionista «Ave María».
En otra tipografía, que adjun-
tamos, aparece una Inmaculada
semejante, aunque no coronada,
presidiendo a la gran Familia
Cismontana, con alusión al dogma
de la Concepción, «Bajo la cató-
lica augustísima protección del
rey Felipe IV».28
Precisamente,
desde 1644, este rey declaró
«fiesta de guardar» el día de la
Inmaculada. Anteriormente, el
papa Sixto IV, en 1483, había
extendido dicha fiesta por todo el
Occidente.29
(5ª)
Escudo: Dentro del campo,
rodeándolo, la cuerda que ceñía
el hábito de los frailes. En el can-
tón superior izquierdo, el emble-
ma común de todos los francisca-
nos, que comprende: la «Tau»,
más que cruz, que adoptó San
Francisco, como señal de con-
versión, penitencia y pertenencia
a la Iglesia de Cristo; hasta tal
punto que firmaba sus cartas con
este símbolo.30
23. Ídem, ibídem.
24. Estatutos de los Frailes Recoletos: «Estatutos generales para los Lugares de Tierra Santa», IV, 106-107.
25. Ídem, ibídem.
26. Ídem, ibídem.
27. AHC. «Papeles…», op. cit., ídem, ibídem. Recordemos lo dicho sobre las dos Familias franciscanas. Martín V (1417-1431) y Paulo V (1605-1621),
según el Liber Pontificalis o el Anuario Pontificio.
28. Biblioteca de la Universidad de Granada. Sig. BHR/A-016-248. 1649.
29. Ninguna de las quince pinturas de la Inmaculada, repartidas por las iglesias de Sevilla, coinciden con la iconografía de la que presenta nuestro
documento (Nota de Autor).
30. La «Tau» es la última letra del alfabeto hebreo y la decimonovena del griego. La Tau la utilizó en el hábito, por primera vez, San Antonio Abad,
como distintivo cristiano. (Nota de Autor).
Ilustración de la Familia Cismontana. Biblioteca
Universidad de Granada, 1649.
15
Fue adoptada desde el Concilio
de Letrán, presidido por el papa
Inocencio III, en 1215. El Pontífice,
después de describir la triste situa-
ción de los Santos Lugares, profa-
nados por sarracenos, y los escán-
dalos que desacreditaban a la Iglesia,
evocó el pasaje de Ezequiel (9, 3-6),
y dirigiéndose a los presentes, entre
los que se encontraba San Francisco,
como Ministro General de la Orden,
les dijo:
[…] habéis de castigar impla-
cablemente a cuantos no están
señalados con la Tau propiciatoria,
y se obstinen en deshonrar la
Cristiandad, &.31
El Papa señaló como portantes
de la Tau a tres grupos: los que se
alistaran en las Cruzadas; los que
luchasen contra la herejía; y los
pecadores que quisieran reformar
su vida. En cuanto a los «Dos bra-
zos cruzados con llagas en las pal-
mas», representan a todos los
Hermanos Menores de la Orden.32
En el cantón superior derecho,
«Cinco ramos o racimos» que sig-
nifican las llagas de la crucifixión:
las dos de las manos, la del pecho en
el centro por la lanzada, y las dos de
los pies. Este mismo escudo aparece en
el monasterio de Bidaurreta, de monjas
ClarisasFranciscanas,enOñate(Guipúzcoa),
pero superado por una corona de espinas
(símbolo de la Pasión), y flanqueado a
cada lado por dos ángeles tenantes.33
En punta, o parte inferior central,
escudo de la «Cruz de Jerusalén» (tam-
bién representada en la parte izquierda
del retablo de la basílica de Asís). Esta
cruz es la de los Cruzados y el símbolo
del Reino de Jerusalén. Es una cruz
griega, rodeada de otras cuatro, iguales
pero más pequeñas, situadas en cada
uno de los cuadrantes (o brazos), que
representan a los cuatro evangelistas o,
según otras teorías, los cuatro puntos
cardinales por donde se difundió el men-
saje de Jesucristo. Las cinco cruces, en
conjunto, significan las cinco llagas de
la crucifixión.
En la parte superior derecha encon-
tramos la representación más antigua, y
única, de la Ermita del Calvario, de la
«Ermita de San Roque y San Ginés», un
eremitorio fundado en el siglo XVI,
dedicado a la devoción de San Roque,
protector de las epidemias, y a San
Ginés de la Jara, otro eremita -olvidado
de la tradición alcalareña-, protector de
la vendimia según unos, y de la produc-
ción y el trabajo, según otros. En primer
plano, un monje franciscano, seguramen-
te «San Roque», eremita contemplando
un crucifijo, insinuando la relación de la
Ermita con la Orden Tercera de San
Francisco, pues el santo había perteneci-
do a dicha Orden (rama laica que vivió
según la espitualidad franciscana). Al
fondo, la Ermita, igual que la vemos
hoy, con otro «Penitente recostado»
junto a una ideal representación del
«Puente». Ermita, San Roque y Puente:
una trilogía heráldica y religiosa de
siglos, que ha venido marcando una
gran parcela de nuestra historia. De ahí,
la representación simbólica de Alcalá.
Sello: El documento se cierra, al pie,
con un sello ovalado símbolo, general-
mente, de una orden religiosa.
Corresponde al sello del «Ministro
General de toda la Orden de los
Hermanos Menores», que así reza
su leyenda. En el interior, (arriba)
el Espíritu Santo inspira y derrama
sobre los Apóstoles su sabiduría, en
forma de lenguas de fuego; en el
centro Jesucristo; en el extremo
inferior, San Francisco.
El documento, pues, es una
espléndida síntesis de la Orden
franciscana, que nos da todas las
claves simbólicas de su origen, sus
postulados, su evolución y sus acti-
vidades conventuales y mendican-
tes. Estos tres escudos en uno, a mi
me sugieren el misterio de la
Trinidad, y el conjunto de la icono-
grafía del documento, una síntesis
de los dogmas de la Iglesia.
A la vista de los documentos
expuestos, la Orden de San Francisco
tuvo, por consiguiente, una gran
vinculación con nuestro pueblo,
dejando una gran huella entre los
alcalareños de su tiempo, gracias a
su labor espiritual y mendicante.
Tanto fue así que, incluso, la festi-
vidad de Santa María de los Ángeles
(celebrada el 2 de agosto) fue el ori-
gen de la Feria que ahora disfrutamos,
celebrándose en su honor a ella hace una
extensa referencia nuestro escritor del
Siglo de Oro, don Cristóbal de Monroy,
en su comedia famosa El encanto por
los celos y Fuente de la Judía. después,
se llamó de Santa María del Castillo; más
tarde, Virgen de Agosto; y, finalmente,
Virgen del Águila, que recogió una
bellísima tradición religiosa, insertándo-
la en la más profunda costumbre religio-
sa y festiva del pueblo.
Porque, en definitiva, no hay devo-
ción sin diversión -y viceversa- en la
vida de los pueblos. Sobre todo en nues-
tra barroca Andalucía. Esperemos que el
histórico lema de «Paz y Bien» de la
Seráfica Orden nos proteja a todos, en
estos tiempos tan difíciles, en los que la
«hermana» pobreza franciscana es hués-
ped permanente en muchos hogares.
31. Hace referencia a que los israelitas utilizaban este símbolo en los dinteles de sus puertas, durante la Pascua, para librarse del Ángel Exterminador
(Nota de Autor).
32. En el retablo de la capilla de la basílica de San Francisco de Asís, parte derecha, está representada la Tau-Cruz (Nota de Autor).
33. Fundado en 1510 por Don Juan López de Lazárraga, tesorero y contador de los Reyes Católicos, y su mujer Doña Juana de Gamboa. (Nota de Autor).
José Luis Pérez Moreno
Doctor en Historia
Premio Nacional de Historia e Investigación
«San Francisco». Dibujo a color. Lápiz sobre papel.
José Guerra Ventero (+). En su memoria.
16
Caseta «La Jarana»
Caseta «El Jarrito»
17
18
Caseta «Ducal»
Caseta «La Fuente del Piojo»
L
A idea no es mía.
Además, he tenido
que discutir tanto y a
veces tan agriamente con su
autor, que ganas me han
dado de mandarlo todo a
paseo. Pero, por fin, una tarde
de la primavera, quizás muy
similar a aquella en que
Merceditas cambió de color,
mi amigo Ramón Núñez
Vaces lo hizo de parecer.
Mi persistente esfuerzo no
había sido en vano. De mane-
ra que quedé encargado de
plasmar por escrito la idea
que mi segoviano y terco
amigo había tenido. En rea-
lidad, de hacer lo que pudie-
ra.
Pero he de aclarar algún
extremo más. No es que yo
no tema al ridículo, pero mi
sentido de la amistad, o del
compañerismo, me lo hace
despreciar en ocasiones. Y
ésta es una de ellas: vale que
yo lo haga, pero no consen-
tiré, si de mí depende, que
mi amigo el segoviano incu-
rra en él. De modo que puede
decirse que escribo el pre-
sente texto por solidaridad
no exenta de sacrificio.
Entremos en materia. Ramón quería
escribir sobre Antonio Mairena, ahora que
en septiembre se cumplirán treinta años
de su fallecimiento. ¡En buen lío se iba
a meter! ¡Escribir sobre Antonio Mairena!
Nada menos. No es que yo pueda hacerlo
bien, pero, como ya he dicho, lo que no
podía consentir es que alguna o mucha
gente se riera de este segoviano metido
a exégeta de tan alta figura. Que lo hagan
de mí, vale que sea. (Hay que reconocer
que lo que escribió sobre Juan Talega no
lo hizo mal del todo).
Pero, ¿qué decir de Antonio Mairena
que no se haya dicho ya y que además
no falte a la verdad, esa que casi siem-
pre es relativa? ¿Que ha sido el cantaor
más completo y enciclopédico de la his-
toria del cante? ¿Que gracias a su empe-
ño y facultades el gran público -no sé si
cabe utilizar esa expresión en el mundo
del flamenco- pudo conocer formas can-
taoras casi perdidas o limitadas a exiguas
minorías? ¿Que su aportación a la crea-
ción y desarrollo de los festivales fue
importantísima? ¿Que gracias a él y a
otros pocos el cante gitano pasó a ser
mejor considerado en la sociedad? Pues
sí, todo eso es cierto, e incluso segura-
mente más cosas que mi incapacidad me
impide reflejar. Bueno, y que cantaba
mejor que bien.
Pero, todo hay que decirlo, ha habi-
do gente que no ha considerado favora-
blemente esas aportaciones, al menos
del todo. Se trata de aficionados que
todavía soñaban o sueñan con el cante
en las casas de Triana, en las cuevas y en
las gañanías, es decir, con la máxima
pureza, con lo prístino. Pero el curso de
la historia es, para bien y para mal,
imparable e irreversible. Y ni el hacer de
Antonio Mairena ni el de otros que no
eran de su cuerda fue lo que determinó
la realidad que acabó imponiéndose a
finales de los años sesenta. La mutación
en las formas de vida (vivienda, alimen-
tación, oficios, comodidades, el coche
en la puerta, la más absoluta comerciali-
zación, la televisión, artifi-
ciosidad a tope y tantas
cosas que impuso la «revo-
lución» tecnológica) es lo
que cambió la realidad de
las formas y del fondo del
flamenco, lo mismo que de
todo lo demás. Es verdad
que para mal e irremediable-
mente, pero... Así que menos
mal que por lo menos, en
aquel tránsito trágico y defi-
nitivo, hubo un Antonio
Mairena y algunos y algu-
nas más, últimos represen-
tantes de una época que
fenecía. Gracias a los prodi-
gios de la técnica podemos
gozar de esos prodigios del
arte.
Hay algo que es necesario
destacar: queAntonio Mairena
fue el mayor aficionado al
cante que se haya conocido.
Rectifico: los habrá habido
iguales, pero no más. Esta
última quizás sea una de sus
facultades -yo creo que la
más esencial- menos cono-
cidas o valoradas. Porque
Antonio Cruz García no se
levantaba, sino el último, de
una reunión flamenca, ni deja-
ba de escuchar a alguien, ni concedía
importancia al tiempo salvo para emple-
arlo en el flamenco. Se ha dicho que esa
dedicación la ejercía para sacar prove-
cho, para aprehender cada matiz, cada
tonalidad y faceta. Pues claro, nada más
natural, pero demostración irrefutable
de su profunda e inagotable afición. Yo
creo que era el capitán Nemo del fla-
menco, sumergido por siempre en el
mar del cante y del baile para cumplir su
propósito de que en el mundo terrestre
ese Arte tuviese el lugar que merecía.
Tarea en la que cualquiera hubiera fra-
casado, no sólo él. Y me remito a lo del
curso de la historia.
A mí me parece que hacer elogios es
innecesario. Hacerlo de tal o cual can-
taor correspondía cuando no existían
medios de grabación y era la tradición
oral la que ignoraba a unos y hacía
inmarcesibles a otros. Por ejemplo,
¡cuántas cosas se han dicho de Frasco el
Colorao, de Juaniquí, de Cagancho, de
Joaquín la Cherna, de Tomás el Nitri,
19
YA SON TREINTA AÑOS
Antonio Cruz García, «Antonio Mairena».
del Fillo, de la Andonda y más! ¿Y de
Joaquín el de la Paula? Ese mismo que,
por cierto, sigue sin tener una calle en
Alcalá, su pueblo (aunque la tuvo en los
años setenta). Sí la tiene, y grande,
Antonio Mairena, desde poco después
de su partida, en merecida gratitud.
Tampoco tiene calle con su nombre
Manolito el de María. ¡Increíble pero
cierto! Pero, ¿qué más da?, el cante y
sus hombres y mujeres no están en azu-
lejos y placas, aunque no es de negar
que lo merezcan, sino en el corazón de
quienes tienen la facultad -porque es
una facultad, muchas veces dolorosa,
que no está concedida a cualquiera- de
apreciar el arte que de ellos ha brotado.
Si los elogios son innecesarios, las
comparaciones resultan absurdas. ¿Cómo
y a cuento de qué hacerlo entre Antonio
Mairena y cualquier otro cantaor que
haya logrado celebridad, antes, durante
y después de él? ¿Compararemos la
aceituna con la pera? ¿El coco con la
manzana? ¿El aguacate con la nuez?
Claro que no, cada fruto tiene su sabor
único, su textura diferenciada. Y cada
uno nos aporta una sensación de placer
distinta.
Pero, claro, hay a quien no le gustan
las nueces; a otros, las manzanas; exis-
ten los que no resisten ni que les mien-
ten las aceitunas. «Hay gente pa tó»,
decía Rafael el Gallo (yo apostillaría a
mi tocayo y hermano en la alopecia:
«menos pa lo que tiene que haber»). Yo
me cuento entre los que no les gusta
todo (tengo un amigo que dice que a mí
no me gusta nada, o casi). Sin embargo,
o no obstante, jamás dejo de reconocer
que tal o cual cantaor canta o cantaba
muy bien, aunque a mí «no me ponga».
Hay de todo, sí. Sé de gente que
tiene la más completa colección de dis-
cos de flamenco: en ella se contienen
todos los cantaores de los más variados
estilos e idiosincrasias. Los más aleja-
dos de unos como estos de los otros. Es
gente a la que le gusta eso: todo de
todos. Me alegro por ellos, aunque me
resulta difícil creerlo. De hecho, hay
actualmente algún cantaor-cantante que
tiene tantas facultades que es capaz de
cantar por, o imitar a, la mayoría de los
más conocidos de la historia. Sí, pero
como el muchacho transmite menos que
un cable de cartón, ¿de qué vale tanto
poderío?
La obra de Antonio Mairena produjo
sus epígonos. Unos más afortunados
que otros, como es natural. Al lado de
excelentes seguidores hubo y hay imita-
dores que aunque se llevaran cada día de
su vida escuchándole no lograrían otra
cosa que aburrir y desesperar al oyente
(aunque las tragaéras del gran público
resultan increíbles). Lo mismo pasa con
la pléyade de imitadores de otro celebé-
rrimo cantaor, aunque en este caso no
conozco ningún excelente seguidor, y sí
muchísimos de los otros, hasta el punto de
que cierto día, en un bar que ya no existe,
uno que estaba cantando-imitando a ese
celebérrimo de cuyo nombre no me
acuerdo ahora, hizo que una lagartija
cayera al suelo, muerta, y dos o tres gri-
llos salieran de sus escondites, despavo-
ridos.
Con todo lo referente a Antonio
Cruz García pasa lo que con todo: o se
es o no se es, se vale o no se vale.
Muchos de ustedes conocerán aquello
de Antonio Chacón, cuando alguien le
preguntó que por qué siempre se hacía
acompañar de cierto individuo que ni
hacía palmas, ni decía nunca óle y casi
ni hablaba. «Porque sabe escuchar», fue
la respuesta del maestro. Lección que
deberían aprender muchos, antes que la
de escucharse. Pero hay que perder la
esperanza en su logro: aquí todo el mundo
nace sabiendo.
Ya no me quedan más recursos para
seguir refiriéndome a Antonio Mairena.
No sé si lo que digo a continuación es
una procacidad, o un reflejo de cierto
orgullo, pero el caso es que un día de
verano, estando yo, con mis diecinueve
años a cuestas, en un bar que visitaba a
diario, llegó Manuel García Fernández,
«El Poeta de Alcalá», acompañado o
acompañando a Antonio Mairena.
Manuel, como yo ya surtía en asuntos
del cante, me presentó al astro, o al
revés, más bien. La mirada de Antonio,
mientras nos dábamos la mano, hizo que
me pusiera más encarnado que el toma-
te más maduro que pueda acabar en un
gazpacho.
Palabras, palabras. Lo que hay que
hacer es escuchar. Para los noveles es
difícil en este mundo tan trepidante y a
la vez tan estancado. Para los ya experi-
mentados también, porque el bote sifó-
nico en que nos vemos sumidos no nos
deja «ni atrás ni alante».
Así que, del amplio conjunto de gra-
baciones (discográficas y no) que hay
recogidas en internet, les propongo dos,
aunque podrían ser cincuenta. Para los
noveles puede que sean reveladoras;
para los experimentados, o que crean serlo,
dos ocasiones para romperse la camisa
(las hayan escuchado ya o no). Una es de
Perrate de Utrera en el primer Gazpacho
de Morón (Perrate de Utrera & Diego
del Gastor - Soleá - 1963). La otra es de
Antonio Mairena (Antonio Mairena -
bulerías - 1963), conseguida en el mismo
festival. Para qué hablar más. Se podrí-
an decir muchas más palabras, sesudas
frases y elementos definitorios. Lo que
tiene que hacer el interesado es escu-
char. Que no, pues adiós, muy buenas.
20
Rafael Rodríguez González
Joaquín el de la Paula y Manolito el de María,
ambos siguen sin tener una calle en Alcalá, en su pueblo.
21
Caseta «Un puñao de Güena Gente»
Caseta «Los del metro de mas»
22
Caseta
«Los Espumosos»
Caseta
«Los Gitanitos»
23
Caseta «La mitad más uno»
Caseta «La última y nos vamos»
EN EL MUSEO DE CÁDIZ
D
ON José Marina Bocanegra, era
Secretario del Ayuntamiento de
Alcalá de Guadaíra en la década
de los cincuenta del pasado siglo. Cada
año, disfrutaba de sus vacaciones en Cádiz
donde gozaba de buenas amistades, entre
ellas, la del director de Museo de Bellas
Artes quien en alguna ocasión debió co-
mentarle que entre los fondos del museo,
se encontraba una pintura antigua de
Alcalá, en concreto, una tabla medieval
de San Bartolomé a tamaño natural, con
una inscripción en la parte trasera donde
podía leerse: «Iglesia de Santa María del
Aguila. Alcala de Guadaira».
Don José visitó el Museo y contem-
pló la tabla dando cuenta de ello a mi
padre que le animó a escribir una rese-
ña. Recabó la información necesaria y
redactó un artículo que bajo el título:
«San Bartolomé», fue publicado en la
Revista de Feria de 1955, acompañado
de fotografía en blanco y negro de buena
calidad. Escribió que la tabla medía 2´14
metros de alta por 0´56 de ancha y esta-
ba en depósito particular, es decir que
no pertenecía a los fondos de públicos
del Museo. Afirmaba que perteneció a la
iglesia de Santa María del Águila, al pri-
mitivo retablo de la Virgen, aunque pien-
sa, que originariamente pudo proceder
de la iglesia de San Miguel de Alcalá
donde hubo una cofradía en honor del
Santo. Luego cita a algunos especialistas
afirmando que existen referencias en Post:
«Historia de la Pintura Española», en
Mayer: «Maestros de la escuela Sevillana»;
y del Profesor Angulo Íñiguez, en un
artículo publicado en «Archivos Españoles
del Arte», quien encuentra analogías entre
esta tabla y la pintura de la Natividad,
que existía también en el altar de la
Virgen, atribuida a Juan Sánchez de
Castro. Es posible que esta información
la recibiese del propio Museo, aunque
era un hombre culto y buen aficionado a
la pintura.
En marzo de 1957, don José Marina
se marchó definitivamente de Alcalá por
traslado al Ministerio de la Gobernación
en Madrid como Inspector-Asesor de
Corporaciones Locales. En la Revista de
Feria de aquel año, hay un testimonio
gráfico del homenaje de despedida que
la corporación municipal le ofreció en el
Hotel Oromana por el importante ascen-
so en su carera profesional.
TESTIMONIOS
Las hermanas Antonia y Manuela
Rebollo Azaín trabajaron entre los años
50 y 70 del pasado siglo en la Tintorería
Larios de Sevilla. Solteras, tenían su
domicilio en la sevillana plaza de Zurbarán.
Mantuvieron una larga amistad con mi
tía, María del Águila Romero Muñoz,
hermana de mi padre, y persona muy
conocida en Alcalá como directora de la
coral de la Hermandad de Jesús Nazareno.
En diversas ocasiones comentaron
que una amiga viuda, adinerada y de
buena posición, residente en el sevillano
barrio del Porvenir, tenía en su casa una
tabla antigua, con la pintura de un santo
a tamaño natural, en cuyo reverso cons-
taba que pertenecía a la iglesia de Santa
María del Águila de Alcalá. Antonia,
Manuela y Mª del Águila fallecieron en
los años 80, y nunca fue tiempo de com-
probar aquel comentario.
También interesado por ella, a prin-
cipios del siglo actual, Antonio García
Mora, Profesor de Historia de Enseñanza
Secundaria, contactó con el Museo de
Bellas Artes de Cádiz, confirmando que
la tabla no se encontraba depositada, aun-
que tampoco recibió información sobre
los propietarios. La investigación había
quedado en punto muerto.
NUEVAS PISTAS
Como es sabido, en la cabecera de la
nave de la epístola del Santuario, están
los restos originales de una interesante
pintura mural que representa a San Mateo
y Santiago. A efectos de facilitar la inter-
pretación a las personas que la observan,
la Hermandad me encargó redactar un
texto explicativo, y buscando material
para su elaboración, recordé las similitu-
des que el profesor don Enrique Valdivieso
encontraba entre estas y las de San Isidoro
del Campo en Sevilla, ahora atribuidas
por la profesora Doña Rosario Marchena,
al maestro Nicolás Gómez1
, ilustrador y
reconocido pintor medieval. Presuponiendo
la semejanza entre ambas, me puse en
contacto con ella para oír su opinión
científica.
En los primeros cambios de impre-
siones y tras descartar la autoría del reco-
nocido maestro, la profesora me pregun-
tó si en la iglesia de Santa María del
Águila había existido una Hermandad
de San Bartolomé, pues en uno de sus
últimos trabajos había localizado una
referencia al contrato de ejecución de
24
¿QUÉ PASÓ CON LA TABLA DE SAN BARTOLOMÉ?
1. MARCHENA HIDALGO, ROSARIO: Nicolás Gómez. Miniaturista, pintor e ilustrador de libros del siglo XV. Diputación de Sevilla, colección
«Arte Hispalense», número 81. Sevilla 2007.
Tabla medieval de San Bartolomé depositada
en el Museo de Bellas Artes de Cádiz.
unas pinturas para el retablo del Santo.
Fue entonces cuando le puse en antece-
dentes y facilité tanto la foto como el
artículo publicado en 1955 por don José
Marina. La Profesora Marchena obtuvo
del Museo de Bellas Artes de Cádiz
información sobre los propietarios. Había
sido depositada en 1931 por don Julio
Varela Vázquez, y retirada en 1959 por
su viuda Doña María del Rosario Purcell
Llamas.
EL MATRIMONIO
VARELA PURCELL
En el primer rastreo telemático, pude
confirmar que ambos habían fallecido,
lo que ya presuponía, pero también cons-
taté que no tenían descendencia, pues no
aparecía ningún español con esos apelli-
dos. Los datos localizados sobre ambos
cónyuges fueron reveladores pero insu-
ficientes.
Don Julio Ángel Varela Vázquez era
natural de Cádiz. Fue Almirante de la
Armada Española y Ministro interino de
la Marina2
en la II República, entre el 27
de enero y el 12 de febrero de 1932.
Además del Boletín Oficial del Estado,
así consta también en el Diccionario
Biográfico de los Ministros Españoles
(PB97-1148-C02-01).
Su brillante carrera militar desempe-
ñada en el primer tercio del siglo pasa-
do, estuvo premiada por la concesión de
importantes reconocimientos oficiales.
En 1927, siendo capitán de fragata,
mediante despacho de 1 de junio, el Rey
Alfonso XIII le otorgó la Cruz de
Segunda Clase del Mérito Naval3
con
distintivo blanco y pasador con lema
«Industria Naval Militar»; y en 1932, el
Presidente de la República le concedió
en despacho de 22 de marzo, la Gran
Cruz del Mérito Naval4
. Al mes siguien-
te pasó a la situación de reserva5
con el
empleo de «Contralmirante Honorario»,
según acuerdo del Consejo de Ministros
de fecha 5 de julio.
Finalizada su etapa militar pasó a la
vida política ingresando en el Partido
Radical Republicano de Lerroux, preci-
samente durante una de los periodos
más convulsos de la historia de España.
Aparece en las listas de candidatos en
las elecciones municipales de Sanlúcar
de Barrameda y Puerto Serrano. El 2 de
febrero de 1935 fue nombrado Presidente
del Comité Provincial de Cádiz del Partido
Republicano Radical con el refrendo expre-
so del propioAlejandro Lerroux. La Guerra
Civil le debió coger en el desempeño de
este cargo.
No he localizado información sobre
actividades políticas durante la dictadu-
ra de Franco, es posible que su talante
democrático le hiciese permanecer apar-
tado de la vida pública o bien que fuese
expresamente excluido por el Régimen
a causa de sus antecedentes políticos. Su
esquela mortuoria publicada en ABC de
Sevilla6
indica que falleció el 16 de agos-
to de 1955, cuando mantenía su condi-
ción de Contralmirante de la Armada.
Estaba residiendo en Sevilla, calle Progreso,
número 25, Chalet Ntra. Sra. de Fátima7
,
y tras el funeral en la parroquia de San
Sebastián del barrio del Porvenir, su fére-
tro fue trasladado a Cádiz donde recibió
cristiana sepultura. Ruegan una oración
su director espiritual, desconsolada espo-
sa, madre política, sobrinos, sobrinos polí-
ticos, primos y demás parientes y afec-
tos, pero no aparecen hijos, lo que corro-
bora que el matrimonio no los tuvo.
Tras enviudar, Doña Rosario Purcell
mantuvo una posición social distinguida
en la sociedad sevillana. Consta que en
1959, retiró del Museo Provincial de
Bellas Artes de Cádiz la tabla de San
Bartolomé. Debió ser aquella viuda adi-
nerada, a decir de las hermanas Antonia
y Manuela Rebollo Azaín, que residía
en el barrio del Porvenir, donde ellas
habían visto la pintura y leído la inscrip-
ción.
En ABC, edición de Andalucía, sec-
ción «Ecos de Sociedad», localizamos
algunas referencias sobre viajes, como
su regreso desde Madrid en octubre de
1957 acompañada de Doña Rosario Merry
de Rivero-Dávila8
; viaje a Roma en junio
de 1958 acompaña nuevamente por Doña
Rosario Merry, y del General Merry,
Conde de Benomar9
; o su marcha a La
Coruña en octubre del mismo año donde
consta como «Maruja Purcell, viuda de
Varela»10
.
Don José Marina Bocanegra.
Esquela
2. Consta el nombramiento y cese en los Boletines Oficiales del Estado de 30 de enero y 23 de febrero de 1932.
3. ABC (Madrid). Jueves 2 de junio de 1927. Página 17.
4. ABC (Madrid). Miércoles 23 de marzo de Edición de la mañana 1932. Página 19.
5. ABC (Madrid). Miércoles 6 de julio de 1932. Edición de la mañana. Página 17.
6. ABC número 16.217 de 16 de agosto de 1955. Edición de Andalucía, página 26.
7. El Inmueble fue vendido y derribado. Su lugar lo ocupa un bloque de pisos.
8. ABC (Edición Andalucía). Jueves 31 de octubre de 1957.
9. ABC (Edición Andalucía). Martes 3 de junio de 1958.
10. ABC (Edición Andalucía). Martes 7 de octubre de 1958.
25
Desconozco la fecha exacta del
fallecimiento de Doña Mª del Rosario
Purcell. La única esquela mortuoria que
he localizado aparece el del lunes 8 de
febrero de 1988 en ABC de Sevilla por
encargo de la Hermandad de los Javieres11
,
constando como hermana y Camarista
de la Virgen. La esquela convoca a una
Misa al día siguiente, en la parroquia de
Ómnium Sanctorum, ante los devotos
titulares.
He consultado recientemente a la
Hermandad, en concreto a Maruja Vilches,
hermana mayor, quien me informó que
además fue nombrada «Camarera de
Honor». Hablé también con su cónyuge
José Márquez, pero tampoco me aportó
datos significativos.
La pista del matrimonio Varela Purcell
llegó a vía muerta cuando nos fue impo-
sible localizar a sus familiares y com-
probar que el chalet Nuestra Señora de
Fátima había sido derribado y sustituido
por un moderno edificio de pisos.
ESTUDIO DE LA
PROFESORA MARCHENA
Bajo el título de: «Las Pinturas
de Santa María del Águila de
Alcalá de Guadaíra», la profesora
Doña Rosario Marchena Hidalgo,
titular de Historia del Arte de la
Facultad de Geografía e Historia,
Universidad de Sevilla, publicó en
2011 un artículo donde además del
análisis estilístico aportó dos noticias
de sumo interés; de un lado, el con-
trato de ejecución, y de otro, el estu-
dio del reconocido profesor Angulo12
que en 1943 examinó la tabla cuando
estabadepositadaenelMuseodeCádiz.
Describe la profesora Marchena
que San Bartolomé «de cuerpo ente-
ro, está representado de tres cuartos,
con dos cuchillos en su mano izquier-
da, símbolo de su martirio, mientras
que con la derecha sujeta un libro que
representa la epístola que se le atribuye
y una anilla de la que cuelga la cadena
que mantiene el diablo a sus pies, según
la iconografía tradicional. El fondo de
la tabla lo ocupa una cuadrícula en la
que se alojan flores de cuatro pétalos y
el pavimento es ajedrezado en blanco,
negro y rojizo. Sobre la túnica oscura
con cenefa en cuello y puños, un manto
blanco de brocado bordeado también
por grecas… …El nimbo de oro dice…
BARTHOLOMEAEUS APOSTOLUS ORA
PRO (NOBIS)"13
.
Leemos en el mismo trabajo que el
contrato de ejecución había sido locali-
zado por don José Gestoso y Pérez14
en el
antiguoArchivo de Protocolos Notariales15
.
Mediante carta de pago con fecha 7 de
marzo de 1508, los pintores Gonzalo Díaz
y Nicolás Calvo, vecinos de la parroquia
del Salvador de Sevilla, reconocen haber
recibido 8.000 maravedíes de Francisco
Sánchez, prioste de la cofradía de San
Bartolomé de Alcalá de Guadaíra como
parte del pago del retablo que estaban
realizando para la referida Hermandad,
cuyo contrato de ejecución había sido
firmado ante la escribanía alcalareña de
Pedro del Castillo.
LA COFRADÍA DE SAN BARTOLOMÉ
EN LA IGLESIA DE SAN MIGUEL
En el siglo XVI, había en Alcalá dos
Hermandades de San Bartolomé, una más
antigua y de mayor riqueza con sede en la
parroquia de San Miguel, y otra en Santiago.
El padre Flores16
testimonia que en
la cabecera de la nave colateral de la
epístola de la iglesia de San Miguel, se
encuentra la capilla de San Bartolomé con
rótulo donde consta fundada en 1429 por
Alonso Sánchez Oreja e Isabel González,
y afirma que la cofradía era tan antigua,
o aún más que la capilla. En San Miguel
había cuatro altares documentados:
El mayor, dedicado al santo arcán-
gel titular, el del Santo Cristo cruci-
ficado, San Bartolomé y Santa Ana.
Los informes de los visitadores refie-
ren que los altares eran de buenas pin-
turas17
; por contra, en la iglesia de
Santiago el altar de San Bartolomé se
limitaba a una hornacina muy pobre
en la pared con la iconografía del
Santo.
La iglesia de San Miguel quedó
arruinada en la primera mitad del
siglo XIX. Ocupada por las tropas
francesas en 1808, el edificio resul-
tó muy dañado18
, y aunque fue rea-
bierta al culto algunos años des-
pués, en 1842 quedó definitivamen-
te cerrada por desplome de la nave
central19
. Es muy posible que a con-
secuencia de todo ello la tabla de
San Bartolomé fuera trasladada a la
iglesia de Santa María del Águila, y
allí permaneció cerca de 100 años
Restos ruinosos de la capilla de San Bartolomé en la
iglesia de San Miguel. Fue fundada en 1429 por Alonso
Sánchez Oreja e Isabel González. Al fondo se observa
el arco que acogía el retablo.
11. Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Almas, María Santísima de Gracia y Amparo, y San Francisco Javier. Iglesia del Ómnium
Sanctórum. Sevilla.
12. ANGULO ÍÑIGUEZ, DIEGO: «San Bartolomé de escuela sevillana de fines del siglo XV, expuesto temporalmente en el museo de Cádiz".
Archivo Español de Arte, Madrid: Instituto Diego Velázquez, 1946. 19(75), pgn 243.
13. MARCHENA HIDALGO, ROSARIO: "Las Pinturas de Santa María del Águila de Alcalá de Guadaíra". Archivo Hispalense. Número 285-287.
Diputación de Sevilla 2011.
14. GESTOSO Y PÉREZ, JOSÉ: Ensayo de un diccionario de los artífices que florecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII inclusive. Sevilla:
Andalucía 1889-1908. T.III, p.100.
15. Hoy Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Libro II de Francisco Segura. Signatura 2.179.
16. DE FLORES LEANDRO JOSÉ: Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaira. Sevilla 1833/34.
17. ROMERO GUTIÉRREZ, VICENTE: «La iglesia de San Miguel». Escaparate. Feria 2001.
18. Catálogo Histórico Artístico de Sevilla y su Provincial. Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán. Año 1941.
19. Diccionario Geográfico Histórico y Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz. Año 1846.
26
hasta que fue vendida a comienzos del
siglo XX. Esta información la aporta el
propio profesor Angulo20
que dice
haberla recibido directamente de per-
sonas vinculadas al Santuario. Quizás
esta venta pudiera estar relacionada
con las importantes obras que la
Hermandad de la Virgen del Águila
hubo de realizar entre 1910 y 1911,
como medio de financiarlas, sin
embargo no hay referencias en el
amplio y bien documentado archivo
de la Hermandad.
Fuera como fuese, la tabla fue
vendida y adquirida por un tercero,
posiblemente el contraalmirante don
Julio Ángel Varela Vázquez quien la
depositó en 1931 en el Museo de Bellas
Artes de Cádiz. Paradójicamente este
expolio salvó a la tabla de la irremisi-
ble destrucción de 1936, pues de
haber permanecido en el Santuario
hubiese quedado reducida a cenizas.
LOCALIZACIÓN
Teníamos perdidas gran parte de
las ilusiones porque el intenso rastreo
a la familia Varela Purcell resultaba
infructuoso. Habían transcurrido 25
años desde el fallecimiento de Doña
Rosario y del matrimonio no queda-
ban herederos directos. Para colmo,
habían vencido unos depósitos en el
banco a plazo fijo y los fondos fueron
a parar al tesoro público, ya que nin-
gún heredero los reclamó.
La única esperanza era que las fotos
publicadas por la profesora Marchena
en su artículo de Archivo Hispalense,
con amplia repercusión en los medios
especializados, diese sus frutos.
El pasado 17 de abril, el correo
electrónico de la profesora Marchena
registraba una entrada sorprendente. Lo
remitía la firma «Z. Sierra-Antigüedades
y Decoración» con domicilio en Madrid,
calle Lagasca 36, local 1. Informaba
que la tabla de San Bartolomé se
encontraba expuesta para la venta en
su local comercial, informando: «La
pieza se encuentra en perfectas con-
diciones, fue recientemente restaura-
da para reparar algunas perdidas y
consolidar policromía. Conservamos
informe de la restauración. La obra
fue adquirida el pasado año en una
colección particular de Córdoba».
Visionadas las fotos, la profesora
Doña Rosario Marchena constató que se
trataba de la tabla original y no de
una falsificación. Advertía, al ver el
reverso de la pintura, que se había
intentado borrar la inscripción dando
además una capa de aparejo -estopa y
yeso- sobre toda la superficie algo
inusual y extraño. También advirtió
que se había eliminado la inscripción
de la aureola, posiblemente para difi-
cultar su identificación, lo que había
perjudicado el fondo de la pintura.
Posiblemente la Sra. Purcell tuvo
necesidad de venderla y el comprador
intervino la trasera borrando la ins-
cripción por razones obvias.
Según ello, desde la salida de
Alcalá, la tabla sufrió al menos dos
intervenciones. Una de Manuel Lucena,
«Restaurador de Cuadros antiguos de
la Catedral de Sevilla», según consta
en el dorso, que pudo ser casi a la
misma vez de su compraventa, y otra
reciente de la firma: «I & R», cuyo
escueto informe de restauración fir-
mado el pasado 13 de enero por
Rafael Romero Asenjo indica que
«Estructuralmente la obra se ha
mantenido intacta desde su ejecu-
ción, mantiene por el reverso sus tra-
vesaños originales y el recubrimiento
de estopa y yeso. No muestra signos
de ataque biológico ni de alteracio-
nes por antiguas restauraciones…
…no presenta barridos ni alteracio-
nes de antiguas limpiezas», lo que en
algunas partes de la pintura resulta
contradictorio.
Este capítulo se cierra con los
38.000 €. que el anticuario desea per-
cibir por la venta de esta tabla. Queda
en manos de las instituciones andalu-
zas y alcalareñas decidir si se inician
las gestiones para que esta antigua y
significativa obra del patrimonio
artístico alcalareño, regrese a donde
nunca debió haber salido, ahora que
se cumplen 505 años desde que en
1508 fuese pintada por los maestros
Gonzalo Díaz y Nicolás Calvo.
27
Estado actual de la tabla según se encuentra
a la venta en un anticuario de Madrid.
Vicente Romero Gutiçerrez
Académico Correspondiente de la
Real Academia Sevillana de
las Buenas Letras
20. ANGULO ÍÑIGUEZ, DIEGO. Obra citada
28
S
U primo Pepe y su hermana
Pilar me lanzan el guante con
cariño, y yo lo veo en el suelo,
de reojo, con pesadumbre, con la misma
que constato una vez más que llegamos
tarde al abrazo con demasiada frecuen-
cia, convertimos en infinitos los kiló-
metros y recordamos a las personas
pero no sus números de teléfono por-
que vamos siempre deprisa al mismo
sitio de siempre. Entre el honor y el
desconcierto, acepto el reto de escribir
en pasado de la mejor voz de informa-
tivos que ha dado la radio sevillana.
Debido a una enfermedad repenti-
na, el pasado mes de abril nos dijo
adiós el periodista alcalareño Antonio
Ordóñez, amigo y compañero en Radio
Guadaíra, aquella que fue radio con
Isa Mateo, Jorge Pinto, Juan Jiménez,
Antonio Sánchez, Juan Fuentes, Cordero
o Florencio Ordóñez, entre otros muchos
y buenos que llegaron para aprender y
se fueron para seguir aprendiendo.
Antonio fue un maestro coetáneo en
quien me fijé porque donde yo ponía
empeño él derrochaba talento. Cualquiera
que fuese el género o la temática, noti-
cia, reportaje, deportes... desplegaba
una redacción ágil y certera, rematada
por una locución impropia de su
juventud, acento andaluz culto, pausa-
da y perfecta modulación, de modo
que salida de su boca la actualidad
local parecía de agenda nacional.
Comenzó su andadura en Radio
Sevilla junto al Maestro Araujo, prime-
ro en la redacción de deportes y luego
destacado en informativos de la Cadena
Ser, en Sevilla y Huelva. Posteriormente
trabajó en la oficina del Portavoz del
Gobierno de la Junta de Andalucía con
el ex consejero Gaspar Zarrías y más
tarde cambió de rumbo profesional
para volver a la radio, a su medio, en
este caso a Canal Sur como presenta-
dor y productor de programas.
Semanas antes de su marcha mi
amiga y periodista Mercedes Vega me
cuenta que se lo encontró en los estu-
dios de Canal Sur y que le preguntó
por mi, que si seguía informando de
temas alcalareños podría contar que
había terminado y defendido con éxito
su tesis doctoral El derecho de la pro-
tección de datos personales y los medios
de comunicación, conducida desde el
departamento de Periodismo II de la
Facultad de Comunicación de la
Universidad de Sevilla. Por ello, el
periodista y abogado ha sido distin-
guido por el consejo consultivo de la
Agencia Española de Protección de
Datos con el premio de investigación
en la modalidad de trabajos originales
e inéditos, y cuyo acto de entrega tuvo
lugar el pasado 26 de abril en Madrid
ya sin Antonio entre nosotros.
Era tenaz, brillante y con un admi-
rable afán de superación. Todos estos
años de comunicación institucional y
periodismo radiofónico los había simul-
taneado con la carrera de Derecho, de la
que se licenció en 1997, y el trabajo de
investigación sobre un tema novedoso
y oportuno como el de la protección
de datos y el tan anhelado derecho al
olvido en la red. Esa es la raza de los
pioneros, de quienes son capaces de
llegar hasta donde antes nadie ni quiso
ni pudo. Porque a Antonio lo fácil le
aburría y se trazaba desafíos que ya
tenía construidos en su mente.
Me gusta pensar que no se fue defi-
nitivamente, que se ha marchado por
un tiempo como esos miles de jóvenes
talentosos que hacen las maletas para
encontrar fuera lo que aquí se les niega,
el justo reconocimiento a duros años de
preparación profesional. El Dr. Ordóñez
nos deja un gran legado. De un lado la
tesis doctoral que habrá de convertirse
en manual de trabajo académico para
las generaciones venideras tanto de
periodistas como de letrados, empeño
en el que nos afanaremos familiares y
amigos. También, nos impartió esa
lección magistral con la que indica el
camino del esfuerzo como el más direc-
to al premio del conocimiento y de
aspirar a ser mejores personas.
29
LA LECCIÓN DEL DR. ORDÓÑEZ
Fco. Javier Maestre Caballero
Antonio Ordóñez Martínez
escaparate@movistar.es 609 344 567
30
Caseta
«El Rincón de
Benarosa»
Caseta
«El Realaje»
E
L gran pintor Emilio Sánchez
Perrier nació el 15 de octubre de
1855 en la ciudad de la Giralda,
Sevilla. De muy joven ingresó en la Escuela
de Bellas Artes de su ciudad, teniendo
como maestros a Joaquín Domínguez
Bécquer, Manuel Barrón y Carrillo,
Manuel Wssel de Guimbarda y Eduardo
Cano de la Peña. También comparte su
tiempo ayudando al padre en la relojería
de la calle Sierpes, aunque esta tarea no
era de su agrado.
Entre otras recibió las siguientes con-
decoraciones y distinciones:
- Medalla de Oro de la Exposición
de Cádiz, 1879.
- Mención Honorífica en el Salón de
París, 1886.
- Segunda Medalla en la Exposición
Universal de París, 1889.
- Medalla de segunda clase en Madrid,
con la obra titulada «Febrero», hoy, en el
Museo de Arte Moderno de Cataluña con
el nº 2278, donde existe otro paisaje de
Alcalá de Guadaíra, con el nº 2279, que
fue adquirido en la Exposición de Bellas
Artes de Barcelona de 1891.
- Comendador de la Orden de Isabel
la Católica.
-Académico Honorario de laAcademia
de BellasArtes de Santa Isabel de Hungría
de Sevilla.
- Miembro de la Sociedad Nacional
de Bellas Artes de Francia.
Tras pasar una temporada en Alcalá,
toda su producción se la llevaba a París,
donde con los trabajos de allí realizados,
eran vendidos a su marchante George A.
Lucas. Así actuaba todos los años.
Sus bellísimas obras eran muy soli-
citadas, tanto en Francia como en Inglaterra
y Estados Unidos, obteniendo unos bene-
ficios económicos muy considerables.
La última obra que sabemos que rea-
lizó fue la titulada «Triana» en 1907, y
que formó parte del álbum entregado en
1908 a la Reina Victoria Eugenia por la
Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Este álbum contiene, además, obras de
Villegas, Luis Jiménez Aranda, Alpériz,
Virgilio Mattoni, Conde de Aguiar,
Sánchez Perrier, José García Ramos,
López Cabrera, García y Rodríguez y
Gonzalo Bilbao (orden dentro del álbum).
Toda su vida fue un verdadero éxito.
Dice José Cascales, en su libro Las
Bellas Artes de Sevilla, Toledo, 1929:
…que reproduce la naturaleza sobre el
lienzo, con tal exactitud, que los arroyos
de sus paisajes tienen la transparencia y
el verdadero movimiento de las aguas, y
hasta parece que se oye el murmullo que
producen al serpentear entre las flores
silvestres que adornan las orillas; los
árboles figuran mecerse a impulso del
viento que pone en revolución las hojas
de sus ramas; las yerbas del prado no
pueden ser más verdaderas, y el cielo
que pinta en un hermoso día de sol, es
tan diáfano y azul como el de la patria
que lo vió nacer. Emilio Sánchez Perrier
es, para terminar, uno de los paisajistas
Río Guadaíra con San Roque al fondo. Sánchez Perrier. Óleo sobre lienzo. 48 x 65 cm.
31
ALCALÁ EN BUENOS AIRES (III)
32
contemporáneos más distinguidos y una
gloria de España.
Eugenio Sedano, en su obra Estudio
de Estudios, escribe sobre nuestro pin-
tor: Honra de la moderna escuela pictó-
rica, Sánchez Perrier es artista de cuer-
po entero, merecedor de los elogios que
la crítica sabe tributarle y digno de la
admiración de los aficionados. Ante los
paisajes de este maestro, el ánimo se
extasía pensando en los misteriosos
encantos de la campiña, enervase el sis-
tema nervioso como si, en efecto, los
ojos se recrearan en la corriente del
arroyuelo, que juguetón serpentea; la
cabeza siente suaves desvanecimientos
porque el horizonte la lleva tras sus líneas
lejanas.
No opinaba igual Bernardino de
Pantorba, que en su obra El Paisaje y los
paisajistas españoles, relata: Pocos pai-
sajistas de categoría ha dado la región
andaluza, ninguno sobresaliente. El más
notable (ya que no el más conocido lo
fue García y Rodríguez) parécenos
Emilio Sánchez Perrier.
Tristemente, el día 13 de septiembre
de 1907 fallecía en los Baños Viejos de
Alhama de Granada como consecuencia
de la tuberculosis, a la edad de 52 años;
tardando varios días en poder realizarse
su enterramiento, por no localizar a sus
familiares, puesto que sus padres habían
fallecidos y su estado civil era soltero.
Visitado el Cementerio Municipal de
dicha localidad, y dado la falta de fami-
liares, su tumba ha desaparecido.
Como este resumen se titula «Alcalá
en Buenos Aires», es digno mencionar
que hasta su fallecimiento y a pesar de
su triunfo en Europa y Estados Unidos,
en Buenos Aires por mediación del mar-
chante ARTAL, sólo había presentado
una obra en el año 1905. En junio de
1907, y a través del Sr. Artal, en su
Exposición nº XVIII presentó tres óleos
denominados: «Molino de San Juan»,
«Paisaje de Alcalá» y «Alrededores de
Sevilla». No logró vender ninguno de
ellos, volviendo al Catálogo de la
Exposición XIX celebrada en abril de
1908.
El cuadro «Molino de San Juan» (46
x 27 cm.) en una subasta celebrada en
Nueva York, el día 30 de octubre de
Estudio de árbol. Sánchez Perrier. Dibujo sobre papel. 24 x 33 cm.
Arboleda.
Sánchez Perrier.
Grisalla sobre papel.
44 x 27 cm.
Portada del Catálogo
Portada del Catálogo
1985, fue adjudicado en la cantidad de
25.000 dólares. En la misma casa, cele-
brada el 17 de octubre de 1991 se adju-
dicó la obra «Curso del río de Alcalá»
(36 x 55 cm.) en 29.700 dólares. El pro-
pio Sr. Artal disfrutaba en su domicilio
de un paisaje de Sánchez Terrier. Aún, a
pesar de la crisis actual, en el mes de
enero de 2013, en la sala de subastas
Ansorena de Madrid, se ha adjudicado
una obra llamada «Ribera de Guillena»
(19 x 35 cm.) por la cntidad de 26.000 €,
más gastos.
Más importante fue la intervención
del pintor y marchante José Pinelo en
Buenos Aires; en el Catálogo de la VII
Exposición de Pintura Española, cele-
brada en el salón de C/. Florida 112 el
año 1908, presentó 41 obras, de las que
al menos nueve de ellas quedan perfec-
tamente identificadas de Alcalá. En la
VIII Exposición en 1909, organizada
por el Sr. Pinelo y celebrada en el salón
Costa en C/. Florida 163, también en
BuenosAires, vuelve a presentar 37 obras
de Sánchez Perrier, de las que ocho
corresponden a Alcalá. Merece citar la
IXExposiciónde1910enelsalónL´Aiglon
en C/. Florida 654, presentando 16 obras,
ninguna de ellas de Alcalá.
Hemos podido comprobar que fue-
ron 111 obras de Emilio Sánchez Perrier,
las que se presentaron en Buenos Aires.
Aquellas que no se vendieron, Pinelo las
expuso en Río de Janeiro, Uruguay, Cuba,
etc.
Después de lo narrado, comprobamos
la gran dispersión de la obra de nuestro
pintor.
Como en anteriores ediciones de la
publicación Escaparate, volvemos a dar
la bienvenida a esta obras que supone-
mos han llegado desde tan lejos para
poderlas disfrutar en su tierra.
Continuara…
Molino del Algarrobo. Sánchez Perrier. Óleo sobre tabla. 21 x 32 cm.
Mª Carmen Pareja
33
E
N la madrugada del pasado 2 de
abril nos dijo adiós Mariano Pulido
Solís, ex futbolista del Sevilla y
entrenador que fuera de, entre otros equi-
pos, nuestro Club Deportivo Alcalá, al
que ascendió a tercera y donde dejó a
todos los que tuvimos la suerte de traba-
jar con él la huella indeleble de su pro-
fesionalidad y calidad humana. Nacido
en Marchena el 22 de agosto de 1956, a
Pulido se le había diagnosticado una
enfermedad degenerativa contra la que
parecía luchar con la misma entereza y
dignidad que siempre demostró en los
terrenos de juego. La noticia de su falle-
cimiento sorprendió a todos cuantos cono-
cían su situación ya que, a pesar de la
enfermedad, su estado no hacía presa-
giar tan fatal desenlace. Así nos lo con-
firmó recientemente un ex jugador cuya
relación de amistad trascendió lo pura-
mente deportivo y de quien nos consta
ha sentido muy profundamente su muer-
te, Juan Antonio Girón, uno de los últi-
mos grandes goleadores que ha dado
nuestro balompié y protagonista en el
ascenso a tercera del Alcalá de Pulido:
«No lo esperaba. Le vi sólo cinco días
antes en su casa porque tengo amistad
con Loli y toda la familia, y le encontré
muy bien. Como persona era una mara-
villa. Con un trato correcto siempre, como
entrenador ha sido el mejor que he teni-
do junto a Pintinho. Fue quien más con-
fianza me dio y con quien he jugado más.
Coincidí con él aquí y en el Marchena y
aprendí mucho. Su apuesta por el fútbol
bonito era algo que le distinguía. ¿Una
anécdota? Recuerdo que Carlitos, ex
jugador del Sevilla y del Mallorca le
regaló unas botas y le dije que si ascen-
díamos a tercera me las tenía que regalar.
Logrado el ascenso se vino hacía mí y me
dijo: "Toma las botas, te las ha merecido"».
De similar opinión es el capitán que
estuvo a sus órdenes en esa histórica
temporada 2000-2001,Agustín Castellano,
«Rarra», miembro de una estirpe de fut-
bolistas que han defendido la elástica
alcalareña durante muchas temporadas:
«Como persona, no hace falta añadir
nada más ya que lo dice todo el mundo.
Una persona estupenda. Y como entre-
nador lo que más llamaba la atención
era que nos inculcaba la idea de jugar
al fútbol, de tratar bien el balón. Algo
inusual cuando estas jugando en cate-
goría regional y en campos de albero.
Pero no renunciaba a ese objetivo. Era,
además, muy trabajador, con una gran
capacidad. No me extraña los títulos
que alcanzó en las categorías inferiores
del Sevilla de donde tantos y buenos
jugadores ha sacado.»
UN ALCALAREÑO MÁS
Aunque no renunció nunca a sus raí-
ces, Pulido se sentía plenamente identi-
ficado con Alcalá y siempre hizo gala de
ese sentimiento. Con una alcalareña se
casó, alcalareños son sus hijos, Sara y
Jorge, y como tal más se manifestaba
incluso cuando algún periodista le pre-
guntaba acerca de sus orígenes marche-
neros: «Nací allí, pero me he criado en
Alcalá y soy de aquí. Me resulta raro
que te refieras a mí como el míster mar-
chenero», le espetó un día a Oscar Murillo,
periodista de Estadio Deportivo. Por cier-
to, que su hijo Jorge siguió sus pasos y
juega actualmente en el Fuenlabrada
madrileño aunque hace unas tempora-
das defendió los colores del Alcalá en
Segunda B dejando igualmente en nues-
tra afición un grato recuerdo. Su matri-
monio con nuestra paisana Loli Barneto
emparentó a Pulido con Rivas, al estar
casado éste con su cuñada, otro nombre
mítico para la afición nervionense y que
también defendiera los colores de nues-
tro primer club antes de triunfar en el
Sánchez Pizjuán.
La profesión de entrenador de fútbol
no siempre es bien entendida. Ocurre,
como pasa en otras actividades, que el
paso del tiempo pone cada cosa en su
sitio y hace ver las cosas de otra mane-
ra. A veces los futbolistas llegan a tener
una visión distinta de sus técnicos cuan-
do han alcanzado cierta madurez o dejan
de estar en activo. Y sobre todo, cuando
pasan a convertirse en entrenadores
transcurridos unos años. Es el caso de
Agustín Núñez, «Agustín», lateral en el
conjunto campeón que Pulido llevó a
categoría nacional y sobrino de otro
veterano de los banquillos, su tío José
Luis, ya retirado: «Ahora que también
me dedico a entrenar, entiendo mejor a
Mariano. No es fácil entrenar y dirigir a
un grupo de personas, cada una con su
carácter. Mariano tenía un carácter fuer-
te y yo, a pesar de mi juventud, también.
A veces chocamos, pero siempre con
admiración y respeto. Era una relación
muy especial. Era un amante del buen
fútbol que disfrutaba en cada momento
y nos hacía disfrutar a los demás. Ha
sido, sin duda, con el entrenador que más
me he divertido en un campo de fútbol».
Compañeros de Girón, Rarra y Agustín
fueron en esa temporada histórica los
porteros Fernando y Belmonte, José Luis,
Victor Sánchez, Núñez, Coronilla, Rocha,
Miguel Ruiz (a quien Pulido se trajo del
Sevilla), Coroba,Andrés, Paquito, Lozano
-que luego le sustituiría en la dirección
técnica en una controvertida decisión de
la directiva presidida por Javier Olivero
que muchos no entendimos-, Selu, Álva-
rez... Todos ellos supieron del carisma
de un técnico que fue un señor dentro y
fuera del terreno de juego.
Para el actual presidente del Alcalá,
Lisardo López, Mariano Pulido era «un
profesional muy bueno. Le gustaba el juego
pausado, de toque, y le recuerdo como
una persona muy pacífica. Muy respe-
tuoso con todos. Incluso cuando era amo-
nestado por el árbitro, lo hacía para
buscar una reacción en la grada. Para
motivar a la gente. Aceptó su salida del
club sin rencor y de hecho ayudó para que
su hijo jugase aquí, tal como sucedió.»
LUTO EN EL MUNDO DEL FÚTBOL. SE FUE MARIANO PULIDO
34
Escaparate feria 2013 Alcalá de Guadaíra - DeGuadairaTv
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Escaparate feria 2013 Alcalá de Guadaíra - DeGuadairaTv

  • 1.
  • 2.
  • 3.
  • 4. CALLE ALEGRIA: Nº 1.- LA ALBOREÁ Nº 3.- NO NI NÁ Nº 5.- YA SOMOS BASTANTES Nº 7.- PARTIDO ANDALUCISTA Nº 9.- B.S.N. GIRALT LAPORTA, S.A. Nº 11.- ESTRELLA SAN AGUSTÍN Nº 13 -15.- LO QUE NOS FALTABA Nº 17.- PEÑA CULTURAL BÉTICA "MANUEL ESPINA" CALLE BULERIA Nº 1.- LA PRIMERA A LA IZQUIERDA Nº 2.- AMIGOS DEL MOLINETE Nº 3.- CUCHARÁ Y PASO ATRÁS Nº 4.- LOS GITANITOS Nº 5.- EL REALAJE Nº 6.- LOS DEL METRO DE MÁS Nº 7.- HASTA LA CORCHA Nº 8.- AMIGOS DEL DUCAL CALLE SEGUIRIYA Nº 1.- LOS FARAONES DEL GUADAÍRA Nº 3.- PARTIDO POPULAR Nº 5.- LA FUENTE DEL PIOJO Nº 7.- LA NUESTRA Nº 11.- FÚTBOL SALA ALCALÁ Nº 13 -15.- CASA EXTREMADURA "ALGUADAÍRA" Nº 17.- LOS ESPUMOSOS Nº 19.- LA CANALLA Nº 21.- EL RINCÓN DE BENAROSA CALLE SOLEÁ Nº 1 - 4.- CLUB DE TENIS OROMANA Nº 2.- A. D. JUANCA Nº 6.- LOS 17 Y UNO MÁS Nº 8.- PON PON PON Nº 10.- TÓ ER MUNDO ES GÜENO Nº 12.- ------- Nº 14.- SEMOS LOS QUE ESTAMOS CALLE TARANTA Nº 1.- P.S.O.E. ALCALÁ DE GRA. Nº 2.- ANDALAUCE Nº 4.- EL ARREBUJO Nº 6.- LA JARANA Nº 8.- LA BUENAS GENTES CALLE MARTINETE Nº 1.- LOS COMPADRES Nº 2.- ARTE Y COMPÁS Nº 3.- HDAD. SAN MATEO EVANGELISTA Nº 4.- LA MITAD MÁS UNO Nº 5.- PÁ NOJOTROS Nº 6 - 8.- AA.VV. LOS PANADEROS Nº 7.- LOS BARRIGONES Nº 9.- LA MÁS GUAY Nº 10.- LA SALEROSA Nº 11.- UN PUÑAO DE GÜENA GENTE Nº 12.- PEÑA C.D. EL CASTILLO Nº 13.- EL REVUELO Nº 14.- EL JARRITO Nº 15.- LOS DEL PASTORCITO Nº 17.- LOS DEL CUCHARÓN Nº 19.- LA ALMAZARA Nº 23.- LOS PIES REONDOS Nº 25.- LOS BUENOS AMIGOS Nº 27.- LA ESQUINA DEL PEREJIL Plano de Feria de Alcalá de Guadaíra 2013 CALLE FANDANGO Nº 1.- Y TODO VA BIEEEÉN Nº 3.- COTO DE CATA Nº 5.- HDAD. NTRA. SRA. DEL ROCÍO Nº 7.- HARANA Nº 7-A.- LOS DE ANCA DETRÁ Nº 9.- LA CHUMBERA Nº 11.- AL ALBA NIÑOS PERDIDOS POLICÍA NACIONAL POLICÍA LOCAL PROTECCIÓN CIVIL BOMBEROS CALLE MALAGUEÑA Nº 2-A.- LOS MAUROS Y SUS AMIGOS Nº 2-B.- CLUB DE LUCHA CRISTÓBAL DE MONROY Nº 4.- PARTIDO COMUNISTA ANDALUZ Nº 6.- AL COMPÁS Nº 8.- FUNDACIÓN DE CARNAVAL Nº 10.- CÍRCULO ALCALÁ Nº 12.- EL CAJUL Nº 14.- AMIGOS DE LA RADIO CALLE MEDIA GRANAINA Nº 1A.- AMIGOS DE LAS FIESTAS Nº 1B.- AQUÍ NO HAY QUIEN VEVA Nº 2-4.- NOS DA IGUAL Nº 8.- PEÑA CULTURAL FLAMENCAALCALÁ CALLE PETENERA Nº 1.- ASOCIACIÓN REYES SILOS Nº 3.- EL SUBMARINO AMARILLO Nº 3A.- LOS OCHENTEROS Nº 5.- NTRA. SRA. DE LA LUZ Nº 7.- LOS PUYAS Y ALGUNOS MÁS Nº 9.- DE MOMENTO… NO SABEMOS Nº 11.- LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS Nº 13.- EL CÓNCLAVE 2
  • 5. SILVIA Sánchez Benítez es profesio- nal de la comunicación audiovisual y corporativa. Organizadora de eventos expositivos. Es Licenciada en Bellas Artes, obteniendo entre otras meciones: Premio del «XXV Concurso Nacional de Pintura» de Alcalá de Guadaíra (1996), Primera finalista del «III Premio Nacional de Pintura» de Caja Rural de Sevilla (1996), y Premio «VII Concurso de Proyectos Empresariales» en Alcalá de Guadaíra (2007). Participa en exposi- ciones de arte como artista en diversas provincias de Sevilla. Este año es la autora del cartel de nuestra Feria de Alcalá de Guadaíra, expresando en la presentacion del mismo: El cartel está inspirado en el de "«Fiestas de Primavera. Semana Santa y Feria» de Sevilla, de José García Ramos (1912). No se trata de un intento de recuperación de ningún tiempo pasa- do, no es una versión, ni un impulso nostálgico, sino un ejercicio de admira- ción y homenaje en el que he tratado de sustraer lo «esencial» a mis ojos, esto es; el protagonismo de la mujer y los elementos iconográficos dotados de identidad. Como en el cartel de García Ramos, la mujer está sentada sobre una edifica- ción (quizá sea esta la única semejanza formal con el cartel) pero es una mujer de nuestro siglo. Ella es musa, eje y pro- tagonista, y se erige en el contexto como un gran monumento. He querido darle ese tratamiento porque es así como veo hoy la feria, con la mujer como herede- ra de la fiesta, luciendo traje y su nuevo respeto y posición social, de ahí que no se muestre jocosa sino soberana. Los elementos iconográficos tam- bién son aquí señas de identidad; el albero de nuestra tierra, el azul de nues- tro río y de nuestra bandera, y nuestro castillo. La tipografía que he seleccio- nado, con aire modernista, es elegante y delicada. Eliminado cualquier ruido o ele- mento superfluo, he tratado que la sen- cillez y la limpieza de la imagen hagan prevalecer las tres cosas importantes que quería decir; feria, mujer, Alcalá de Guadaíra. Con su obra atraerá a los miles de alcalareños al Recinto Ferial de San Juan para el disfrute de la misma. SILVIA SÁNCHEZ BENÍTEZ: AUTORA DEL CARTEL DE FERIA Apesar de las difíciles circunstancias económi- cas y sociales que vivimos, la feria nos llega como una vivencia necesaria. Necesaria porque es también un trabajo para muchas familias, una manera de ganarse la vida que esperan todo el año y que entre todos debemos com- prender y apoyar. Pero no sólo por esto, la feria es esencialmente un espacio de encuentro, relación y con- vivencia entre personas. Y es preci- samente en momentos de dificultad, en situaciones desfavorables, cuando mayor bien nos hace el sentir la cer- canía y el apoyo de los demás, el estar juntos, compartiendo lo que en ese momento tengamos, y sintiéndonos parte de un colectivo que nos acoge, nos arropa y nos fortalece. Hagamos todos un esfuerzo por los demás, pero hagámoslo también por ganarle todos unos minutos a la vida… Unos minutos de convivencia, de encuentro y de diversión. Todos lo necesita- mos. Feliz feria a todos, FELIZ FERIA A TODOS Antonio Gutiérrez Limones 3
  • 6. «La Feria es un lugar de conviven- cia y de tolerancia en la que todo el mundo acude para compartir algo» M ANUEL Casado Trigo es el encar- gado de realizar el anuncio de la Feria de Alcalá de Guadaíra. Lleva el título de pregonero y tiene la alta responsabilidad de realizar la invita- ción oficial para propios y extraños a adentrarse durante cuatro días en un territorio en el que la alegría es obligada y compartir lo mucho o lo poco, la mate- rial y lo espiritual es una forma de vida. Manuel Casado conoce bien el paño sobre el que disertará en el escenario de la Caseta Municipal. Sus credenciales para esta función son inmejorables. Para empezar es de Alcalá, por familia, por vivencias y por devoción. Desde siem- pre ha estado involucrado en sus fiestas y sus celebraciones. Dispuesto a ayudar a engrandecer todo lo que tenga que ver con su pueblo. Prueba de ello fue su tra- bajo en la exitosa puesta en marcha del Teatro Auditorio Riberas del Guadaíra, a través de su empresa de gestión cultu- ral Bisemol. Manuel sabe de cante y de pellizcos. Su madre ha hecho de su hogar un lugar en el que la música siempre ha estado presente y se ha vivido como la forma natural de expresarse. Fini Trigo, la niña que quiso ser artista, que vibraba al escuchar a Marisol o a Marifé de Triana, sembró en su hogar una semilla que ha dado fruto en sus hijos. Sus tres varones destacan en la materia. Alfonso es actualmente el director del musical «Los Miserables» que está en escena en Londres. Su hermano Antonio, profesor en el ciclo de sonido del Instituto Tierno Galván, ha pedido una excedencia pre- cisamente para marcharse a Londres con Alfonso e intentar su sueño de vivir de la música. Y Manuel ha paseado por el mundo llevando las sevillanas de su tie- rra por bandera, con el pasaporte de su grupo Atalaje. Un grupo de flamenco, pero sobre todo de amigos que surgió del Coro de la Hermandad del Rocío y que llegó a grabar varios discos y a actuar en importantes escenarios. Así que de sevillanas, otra pieza fundamental de la Feria, Manuel va más que sobrado. En cuestiones de Feria, podemos decir que tiene una licenciatura y un máster. Acumula vivencias y recuerdos. Entre ellos enmarca de forma especial los momentos de juerga en La Fuente del Piojo, con «Coqui», a la que tanto se echará de menos en la Feria de este año. Porque la Feria de Manuel, es la Feria de día, la que comienza a la hora del almuerzo y se extiende hasta que el cuer- po aguante. Pero sobre todo es un enamorado de la Feria de Alcalá. Una Feria de la que le gusta el marco con el fondo de los pinos de Oromana o su «espíritu abierto, con las casetas dispuestas a acoger a todo el que se acerca». Una fiesta de la que también alaba el buen gusto y el cuida- do que se pone en el exorno de las case- tas. Una Feria en la que Manuel Casado sitúa el momento perfecto para encon- trarse con los amigos y sobre todo con los que están fuera y acuden estos días fieles a la idiosincrasia alcalareña. Una celebración a la que el pregonero define como «lugar de convivencia, de tole- rancia y en el que todo el mundo acude para compartir algo, es una fiesta que tiene sus valores propios». Y en la que advierte la fortaleza de una tradición que se impone a las circunstancias puntuales, «vamos adaptándonos como en otras muchas cosas de la vida, no debemos de dejar de ir a la Feria por la situación de crisis, porque hay muchas formas de vivirla», afirma. Aunque a veces la adap- tación sea volver a la tradición, redefi- niéndola. En este sentido, el pregonero formula una propuesta que no puede ser más alcalareña, «¿por qué no recuperar la celebración en el Águila con la orga- nización de una «velá» alrededor del Santuario en agosto y con los cultos y la procesión a la Patrona, como elemento central?». Con los mimbres que atesora el pre- gonero, seguro que compondrá una pieza del gusto de la gente de Alcalá. Una obra dividida en once pasajes literarios en los que repasa las cosas que definen a su ciudad con emociones que se trans- miten en forma de versos y que ilumina- rán el espíritu feriante de los asistentes. Por supuesto, no faltará una parte musi- cal y una sorpresa que seguro emociona- rá a los asistentes. 4 MANUEL CASADO TRIGO. PREGONERO DE LA FERIA 2013 Alberto Mallado Periodista de ABC Director de www.guadairainformacion.com
  • 7. Caseta «Los Faraones del Guadaíra» Caseta «El Cónclave» 5
  • 9. 7 C ORRÍA el año 1947. La Feria de Alcalá se celebraba en el recinto del castillo, en torno a la Ermita del Águila. Un emplazamiento inmejo- rable, que pronto se quedaría pequeño. Mirador para todo el paisaje alcalareño. Nuestro cronista, don Fernando de los Rios, ojos azules y voz jupiterina, lo cali- ficó como «Feria en el cielo». La calle del Infierno, ocupaba la explanada baja, con seis o siete atracciones. No podían venir las grandes, ni los circos, porque no cabían por el Arco. Pero resultaba deliciosa, manejable, muy calurosa de día, pero había relente de noche. En Agosto. Un grupo de jóvenes que habíamos puesto en escena la comedia Papeles de Muñoz Seca, con fines benéficos y gran éxito de público, tuvo la peregrina idea de instalar una caseta en la Feria. Entonces, todas eran institucionales: ElAyuntamiento, Educación y Descanso, Nuevo Casino, Peña Sevillista, Peña Bética, y Hermandad de Labradores, así que lo nuestro era inédito. La primera particularidad estaría en el baile, pues siendo todos de Acción Católica, el Cardenal Segura, la declaró incompatible con el baile moderno, «agarrado», no así con el regional o flo- klórico. Muchos no compartíamos este criterio, pero aceptamos disciplinadamen- te, mas bien como un reto «¿Habría otra manera de divertirse?». Y la enorme dificultad de que no teníamos dinero: estudiantes, empleados meritorios, aprendices de obreros. Pero había juventud y ganas. El sitio nos lo dió el Ayuntamiento,entre dos grandes casetas. La estructura de hierro, nos la prestaron unos colegas de Mairena; el frente y los toldos, de la Feria de Sevilla, por amistad; el exorno de guirnaldas y flores quedó a cargo de «las niñas» - nuestras hermanas, novias y amigas- cuyo papel regaló Enrique Rodríguez, ellas las confeccionaron y nosotros, las colgamos, junto con la instalación eléctrica aportada por Pepe Castro y Joselito Bonilla; el mos- trador, los hermanos Troncoso; el albero, un sobrante de la vía pública. Nuestras manos de estudiantes tenían ampollas de clavar la piqueta en el durísimo albero del Águila, para cimentar la caseta, lo que hacía reir a los trabajadores. El tablado para los artistas lo puso el maestro Palacios, que solo pidió una gratificación para sus albañiles. Contratamos una megafonía en Sevilla, al precio de ochenta pesetas diarias, hacien- do un reparto a escote. La animación de la caseta correría a cargo de las niñas, especialmente Regla Cirera, Anita Pinto, Concha y Salud Vega, Lola Romero, nuestras artistas teatrales, que bailaban sevillanas incansablemente, acompañadas por Carlos Núñez Moreno de Guerra, y alguna intervención voluntaria y desin- teresada del Platero de Alcalá. Vino un grupo de gitanitos, de no más de diez años, presentado por Juan Barcelona, que interpretaban graciosa- mente el baile de sus mayores. Caché: la voluntad. Se ganaron la simpatía de todos. Aún conservo la amistad de algunos. Los verdaderos aficionados al cante y al baile, nos consideraban como un oasis, dentro de la monotonía de las demás case- tas, con orquestas y animadores. Para las sevillanas, alquilamos un pianillo en Sevilla, que traje en el tren de los pana- deros y se quedó los tres días; tocaba con las manos, con los codos y con la cabeza, siempre protestando por haber tenido que subir la Cuesta tirando del artefacto, aunque le recordábamos que tres de nosotros íbamos detrás empujando. Menos mal que el regreso lo facilitó Alfonso Tobalo, con su camión. Nuestro«barman»fueAntonioVillagrán, un prodigio de optimismo, que vino con dos camareros y confesó haber ganado algo, pero que ni en la guerra había tra- bajado tanto como en nuestra Caseta. Nadie la sabía mejor que nosotros que éramos porteros, empresarios, palmeros, obreros y clientes, todo al mismo tiem- po. Caseta de Feria «PAPELES». Año 1947. Caseta «PAPELES». Antonio, El Platero, y a la guitarra, Carlos Núñez Moreno de Guerra. RECUERDOS DE LA FERIA LA CASETA «PAPELES»
  • 10. 8 Comonúmerofuerte,IgnacioCaballero, seise de la Catedral que me recomendó a una chiquilla del Tardón, Marujita Díaz. La contratamos en setenta y cinco pesetas diarias, una miseria comparada con las mil pesetas diarias que pagaba Educación y Descanso a Antonio Machín y otras mil a la orquesta. Nuestra Marujita vino en el tren, con su madre, como es natu- ral. Se soltó la melena, hasta la cintura, cantó y bailó lo que quiso: bulerías, ale- grías, soleares. Nos hizo reir con la dis- locación de sus ojos; nos emocionó can- tando «Banderita, tu eres roja..». La Feria se despobló a nuestro favor. Exito total. Con el dinero del primer día, se cortó la melena y trajo una permanente abisinia. Le reñimos todos, pero no se alteró: Tres noches de delirio. Su presencia, estimulaba. Entraron recitadores voluntarios, Nicolás Carretero toreaba de salón y ponía banderillas teó- ricas; un señor desconocido, pidió auto- rización para darnos una charla sobre los peligros de la bomba atómica. Un tal Curilla, hacía imitaciones. Era en verdad una Caseta diferente, aunque a veces nuestra modesta megafonía, basada en un «picú», era avasallada por la gran poten- cia de los altavoces de las casetas veci- nas. Entonces no se medían los decibelios, pero teníamos que salir a suplicarles que bajaran un poco el volumen. El domingo de Feria no se abría por- que estábamos todos en la Procesión de la Virgen del Águila, pero al retorno nos quedábamos hasta el amanecer, ayudan- do a la familia Chacón a encender el fuego para los calentitos. Alguna madre joven, nos acompañaba muy gustosamente. El invento funcionó. Animación constante, como se esperaba de la edad de los socios, todos jóvenes y de vacaciones. Había otra manera de divertirse. No me quiero acordar de las cuentas. Nuestros ingresos eran 50 socios a 40 pts, y 50 los transeuntes, (un solo día) a 25 pts. Cuando pagamos la electricidad cal- culada y el alquiler de sillas y veladores, quedó un déficit que pagamos a escote los varones; las niñas, no. Todavía nos quedaba una sorpresa. Acabada la Feria, vino el Sr. Font, repre- sentante de la Sociedad de Autores, con una carta del Gobernador Civil, recla- mándonos 800 pesetas por la música del pianillo y por las canciones interpreta- das por Marujita.Terminamos en el Cuartel de la Guardia Civil. El desmonte de la caseta, fue igual- mente rápido y con voluntarios. Pusimos unas cartas de gratitud, pero a los trans- portistas había que pagarles. Otro escote. Lógicamente, acordamos no ponerla mas. Pero al año siguiente, volvimos a montarla, con el nombre de «RUTAS», y el subtítulo Caseta de la Prensa, por- que teníamos un periódico (clandestino, pero periódico) y así repetimos varios años. Cosas de los jóvenes. La Feria en el Cielo y «las niñas» se lo merecían. Sirvan estas líneas de cariñoso recuer- do, para los mencionados, los olvidados y los que están disfrutando de una mere- cida y real Feria en los cielos. Primera fila arriba y de izquierda a derecha: Antonio Díaz, Juan Cano, Eduardo Hermosín, Juan Gutiérrez, Rafael La Casa, Manuel del Molino, Eduardo Bulnes, dos camareros, Mateo Hermosín, Manuel del Trigo y Pepe Castaños. Segunda fila: Consuelo La Casa, Elvira Casado, Pedro La Casa, Juan Mª Alvertos, Antonio Vals, Sra. de Figueredo, Marujita Díaz, Vicente Romero, Ángeles Moreno, Enrique Rodríguez, Montoya, Celestino Martín y Rafael Rodríguez. Tercera fila: Conchita Casado, Mª del Carmen Trigo, Concha Bulnes, Lola Ramos, Beatriz Figueredo, Mª de los Santos Alvertos, Carmen Castaños y María de los Santos. Cuarta fila: Lola Trigo, Encarnita, Lola Romero, Concha Trigo, Esperanza Figueredo, Mª del Águila Alvertos y Emilia Granados. Vicente Romero Muñoz
  • 12. A NTES de abordar el presente documento, objeto de nues- tro artículo, recordemos que hace tres años se celebraba el 800 aniversario de la fundación, en 1209, de la Primera Orden de San Francisco de Asís (1182-1226), cuya rama más numerosa fue la de los Franciscanos de la Observancia, «Ordo Fratrum Minorum» (Orden de los Hermanos Menores).Término éste de «Menores» que adoptaron como sinónimo de «humildad». Tomando como base y apoyo nues- tros documentos, originales e inédi- tos, vamos a comentar algunos capí- tulos de la historia franciscana, para encuadrarla, como debe ser, en su marco temporal, institucional y reli- gioso. Sólo, así, entenderemos todos mejor los entresijos de las tres órde- nes religiosas fundadas por el seráfico Francisco. Para ello haremos un breve reco- rrido por sus «Estatutos», y su con- tinuada renovación a lo largo, y hasta el siglo XVII; hablaremos de la constitución de las dos grandes Familias de la Observancia; estudiare- mos el desarrollo de las órdenes francis- canas; y, finalmente, siguiendo nuestras fuentes, comentaremos la vinculación de la Orden con Alcalá, y desglosare- mos su contenido y su excelente simbo- logía. Hagamos, pues, un poco de histo- ria. En cuanto a los Estatutos de la Observancia diremos que los más anti- guos son los acordados en Narbona, en tiempos de San Buenaventura (1257). Más tarde, aquellos capítulos fueron reducidos a doce, en la Congregación de Perpiñán, en 1331. En España, concreta- mente, […] en Barcelona, en el año de la Redención de 1451, en el convento de Santa María de Jesús, se juntaron en uno, con la autoridad del papa Gregorio IV, y después, Nicolás V, los Estatutos, tanto Apostólicos como los de la Orden, abre- viándose en nueve capítulos.1 Ya, hasta 1532, no se volvieron a revisar los Estatutos, pero en 1549 la Congregación de Burgos determinó que los citados Estatutos de la ciudad condal […] se redujesen a un breve compendio, cosa que no se hizo hasta el Capítulo General de Salamanca, en 1553, donde las dos Familias, Cismontana y Ultramontana, acordaron su publicación, previa autori- zación del papa Julio III (1550-1555). Con todo, en el Capítulo de Valladolid, en 1565, la Familia Cismontana retomó los Estatutos de Barcelona, dejando sin vigor los salmantinos. Andando el tiempo, siendo Ministro General el notable Padre Fray Francisco Gonzaga, se reunió […] en la ciudad imperial de Toledo, en el convento de San Juan de los Reyes, en la fiesta de Pentecostés, en 1583, el Capítulo General, que modificó los Estatutos siguiendo la recomendación del Concilio de Trento.2 En 1606 se cele- bró, allí mismo, otro Capítulo, pero las decisiones se aplazaron para el de Salamanca, en 1618. Cuando llegó el momento de los acuerdos, las disensiones fueron tantas y tan fuer- tes que se volvieron a posponer los capítulos. Por fin en 1621, en el convento de San Francisco, de Segovia, se logra- ron puntualizar las últimas modifica- ciones. En los Estatutos se incluyeron los decretos pontificios, se sujetaban a la censura de la Iglesia, y, final- mente, […] se exhortaba a todos los religiosos, sin excepción de Familias, a su recibimiento y observancia.3 Como vemos, hasta casi doce modi- ficaciones sufrieron los Estatutos franciscanos, que, como veremos des- pués, no lograron unificar del todo las tendencias religiosas dentro de la Orden. En este sentido, ello dio lugar a la existencia de dos grandes Familias o Vicaríasindependientes:laCismontana y la Ultramontana, ya citadas. Con respecto a la primera, se extendía por tres países: España, Francia y Alemania, repartida en 68 vicarías provinciales. Como no es el caso enumerarlas todas, aquí, sólo cita- remos su distribución en la Península, que es el siguiente: Castilla, Aragón, Santiago de Compostela, Portugal, la de la Concepción, Andalucía, Burgos, la de los Ángeles, la de la Piedad Descalzos, la de San Gabriel Descalzos, Cartagena, la de los Algarbes (sic), Mallorca, la de San Miguel, Cantabria, Canaria, Cerdeña, Valencia, Cataluña, la de la Rábida Descalzos, la de San José Descalzos, la de San Antonio Descalzos, la de San Juan Bautista Descalzos, Granada y San Pablo Descalzos.4 Asimismo, en las Indias Occidentales figuraban las provincias de Nueva España TESTIMONIOS DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO TRES DOCUMENTOS SOBRE LA ORDEN FRANCISCANA Y SU VINCULACIÓN CON ALCALÁ 1. Estatutos Generales de Barcelona para la Familia Cismontana de la Regular Observancia de N.P. San Francisco. Toledo, 1583, en casa de Pero López de Haro, editor, impresor y librero. 2. Estatutos Generales de Barcelona. En Madrid, Imprenta Real, por Tomás Iunti, impresor del Rey Nuestro Señor. Año 1622. 3. Estatutos Generales de Segovia, ídem, ibídem. 4. Los franciscanos Descalzos pertenecían a los Hermanos Menores de la Estricta Observancia (O.F.M.D.), y eran conventuales reformados que pro pugnaban el rigor y la austeridad conventual. Su fundación fue en Granada, en 1495, debida a Juan de Guadalupe (Nota del autor). Ilustración de San Francisco de Asís, en la portada de los Estatutos de Barcelona. México, por Pedro Ochatre, editor, 1585. Señalaste, Señor a tu siervo Francisco con los signos de nuestra Redención. 10
  • 13. (con 10 sedes), y la del Reino del Perú (con 7 sedes). Por último, en las Indias Orientales existía la de Santo Tomás en su Custodia de la Madre de Dios, en Malaca. ConrespectoalaFamiliaUltramontana, ésta se extendía por otras tres naciones: Lombardía (con 11 sedes), la del Pequeño Reino (con 9) y la Ultramontana (con 14), repartidas en otras tantas 35 vicarías pro- vinciales. Como decíamos, de la Primera Orden de San Francisco nacieron otras tres, las mismas que profesan la Regla de los cita- dos Frailes Menores, pero cada una con sus constituciones o Estatutos, y su Ministro General. No podía ser de otra manera, a la vista de lo expuesto sobre los Estatutos. Y, sin duda, fue así porque aquella Regla primitiva no escrita, suscitó entre los miembros de la Orden diferentes modos de interpretación, y provocó la pugna entre vivir en la absoluta pobreza, predicación y mendicancia, y la institu- cionalización en comunidades conventua- les. Ello obligó a su fundador a ponerla por escrito, en 1221, y, posteriormente, a ser corregida, supervisada y sanciona- da por el papa Honorio III (1223) en su bula Solet Annuere («Lo que se suele permitir»). Con ello se solucionaron parte de los conflictos internos de la Orden, pero sólo en parte, como veremos al repasar la evolución de las tres tenden- cias religiosas franciscanas. En primer lugar, en esta evolución, digamos que los Franciscanos Conventuales son el tronco original de la Orden del que brotaron después diferentes reformas. Ya, en 5 de abril de 1250 el papa Inocencio IV declaró «conventuales» sus iglesias, concediéndoles la misma prerrogativa que a las Colegiatas. Los frailes, sin embargo, no recibieron esta denominación hasta la segunda mitad del siglo XIV, para dis- tinguirlos de los que se retiraban a los eremitorios, -muy pocos, por cierto-, en busca de la mejor «observancia» de la Regla. Los Franciscanos Conventuales vivían en «Comunidad», en los grandes con- ventos de las ciudades, dedicados a la predicación, la enseñanza y la imparti- ción de los sacramentos. El manteni- miento de estos edificios no permitía la observancia de la pobreza absoluta, pero los Papas, interesados en mantener los beneficios pastorales que aportaban a la Iglesia, ayudaron con privilegios y decla- raciones, la observancia de la Regla. A ello se opusieron los «Espirituales» observantes, partidarios de una pobreza más radical, sin intervenciones pontifi- cias. El asunto se fue enconando, hasta que el papa Juan XXII (1317-1318) los condenó, nada menos que por herejes. En esta misma línea, pero con actitudes más conservadoras y ortodoxas, nacie- ron los Hermanos Menores Observantes o de la Regular Observancia. Dicha Reforma surgió en Italia en 1368, creada por el beato Fray Paoluccio Trinci de Foligno.5 Las reformas obser- vantes se fueron expandiendo rápidamen- te por Italia, Francia, España y Portugal. Unos cincuenta años más tarde, fueron reconocidas por el Concilio de Constanza en 23 de septiembre de1415, por la ConstituciónApostólica «Supplicationibus personarum» («Para las rogativas de las personas»). En 1446, el papa Eugenio IV, por las bulas Vinea Domini («La viña del Señor») y Ut sacra («Para las cosas sagradas»), en 1431 y 1446, respectiva- mente, separó la Observancia de los Conventuales o Claustrales, y la trans- formó en una Orden dentro de la Orden. ElascensoimparabledelosObservantes, gracias a su buen gobierno y a su ejemplo de vida, consiguió la radical supresión de los Conventuales. Pero también al apoyo de los Reyes Católicos, a principios del siglo XVI y, posteriormente, con Felipe II, en 1568. Tantos favores conllevaron el abandono de los eremitorios y la vuelta a los estudios, fundamentales para su apos- tolado popular, caritativo, social y misio- nero. Hasta tal punto fue creciendo su influencia y poder que se apropiaron del sigillum (sello) de la Orden, y de sus conventos. En este caso, porque preferían la ocupación a la edificación de otros nue- vos. Todo, desde luego, con tremendos litigios, que hoy, con todo lo que sabe- mos de la Iglesia, ya no nos sorprenden. Dado este ambiente de discordia, tuvo que intervenir el papa León X, quien por la bula Ite vos («Id vosotros») de 29 de mayo de 1517, terminó de romper la esca- sa unidad de las dos tendencias. Es el caso de que concedía a los Hermanos Menores de la Regular Observancia (O.F.M., Orden de los Hermanos Menores) la primacía jurídica de la Orden y el título de Hermanos Menores a los Observantes, y a su Ministro General el título de «Minister Generalis Totius Ordinis Minorum» («Ministro General de todos los Hermanos Menores»), como podemos observar en el documento que presentamos. Prerrogativas que antes disfrutaban los franciscanos Conventuales. Desde entonces, la Observancia se dedicó al estudio y la construcción de grandes conventos e iglesias, sin mayo- res escrúpulos de conciencia. Actitudes muy diferentes a las de sus comienzos en pequeños conventitos y eremitorios. No es de extrañar que, a los pocos años (1532) se segregaran de ellos los Frailes Menores Reformados de la Estricta Observancia, los Recoletos (aunque más de hecho que de derecho) y los Frailes Menores Capuchinos. Esta tercera Familia, nació, lógica- mente, del tronco de los Hermanos Menores Observantes, porque era inevi- table que alguien, desde dentro, reivin- dicase el derecho de observar la Regla a la letra, con todo su rigor. La poderosa Familia Observante trató de evitarlo intentando reabsorberlos, pero, al no con- seguirlo, los persiguió, durante los pri- meros años. Gracias a la protección de la sobrina del papa Clemente VII, doña Catalina Cybo, duquesa de Camerino, éste les concedió la bula Religionis celus («El celo de la religión») en 3 de julio de 1528, con lo que oficialmente se fundó la Familia Capuchina. Finalmente, el papa Pablo V, en 1619, les concedió la facultad de disponer de Ministro General propio, con plena autonomía. La Orden mendicante de los Capuchinos ha veni- do siempre representando la línea más rígida y austera, y, por el modo de traba- jar y de vivir, son conocidos como los «frailes del pueblo». Desde entonces, aunque con menor tensión, existieron las disensiones ya referidas, hasta que llegó la reunifica- ción durante el papado de León XIII. En 4 de octubre de 1897, exactamente, con su bula «Felicitate quadam» («Con cier- ta felicidad»), se puso fin a la división secular de la Familia Observante. No obstante, para hacer frente a los últimos flecos políticos y nacionales de aquel célebre acuerdo, fue precisa la interven- ción de Pio XII, en 1940. Después de tantos años, el resultado fue que, salvo los Capuchinos, que logra- ron conquistar y mantener su indepen- dencia, las otras Familias franciscanas reformadas siguieron formando parte de la Familia Observante. En este sentido, siguen compartiendo con ella un mismo 5. Los que consolidaron la Reforma fueron: San Bernardino de Siena, San Juan de Capistrano, San Jaime de la Marca y FrayAlberto de Sarteano (Nota deAutor).
  • 14. Ministro General, y las labores de apostolado y misión, sobre todo en ultramar. No discutimos, en fin, que esta desleal competencia histórica entre las distintas tendencias religiosas, que brotaron del primitivo tronco del seráfico San Francisco, tuvie- ran un mismo y buen fin, pero los medios, en forma de continuados enfrentamientos y litispendencias, no se justifican en modo alguno. Y es que la Iglesia ha olvidado -y olvida, con frecuencia- aquello de dar buen ejemplo. Hasta aquí, una breve, pero necesaria reseña, de las ramas religiosas que surgieron de la primitiva Orden de San Francisco. Llegados a este punto, es el momento de recordar la vincula- ción histórica de la Orden francis- cana con Alcalá. Digamos, pues, que, ya, hacia el último tercio del siglo XV, la presencia de frailes franciscanos se constata en nues- tro término. Y no antes.6 El ceno- bio elegido se edificó a las afueras de nuestra villa, en el lugar donde hoy está la «Hacienda de los Ángeles», a 2,5 km de la población. El convento se llamó de «San Francisco», y por su ubicación, se conocía como «el de los Ángeles Viejos». En dicho monasterio habitaron, en principio, los frailes Claustrales hasta bien entrado el siglo XVI, pero no tuvie- ron Casa dentro de nuestro pueblo, aun- que pernoctaron muchas veces en casas «particulares y dignas», cuando sus tareas de apostolado o de predicación se alar- gaban.7 Después, a partir de 1537, con la expulsión de los Claustrales, fueron los Observantes los que vivieron en dicho convento. Desde entonces, la primera posibili- dad documentada para que la Orden se estableciera en Alcalá, es de 1543. Se trata de una donación de un prócer sevi- llano, de la collación de Santa María Magdalena, don Luis de Monsalve, que donaba un solar, […] en la collación de Santiago que ha por linderos, de una parte, casa solar que solía ser de Diego Santero, e de otra parte e por delante, las calles del Rey, e porque el dicho solar cae en el sitio e compás donde se á de pasar el dicho monasterio de los Ángeles, de donde hasta agora está, porque tenga el dicho monasterio aquella largura que se requie- ra para poder fezer el dicho monasterio, es mi voluntad de fazer donación, &,[…].8 Un segundo intento se dio en 1554. Se trató de un intercambio del solar cita- do, […] frontero de la puerta de la igle- sia de ese monasterio, pasado el cami- no, por otro que el cabildo alcalareño, […] tiene dado sitio para la edifica- ción del convento, y tiene necesidad del solar sobredicho para poder hazer por él el camino y vereda, porque las capi- llas que agora se han de edificar estre- chan el dicho camino, &, […]. 9 El trueque lo autorizó el Ministro ProvincialdelaProvinciadeAndalucía, Fray Pedro de Azpeitia, al reveren- do Padre Guardián y frailes del con- vento de Ntra. Sra. de los Ángeles de Alcalá de Guadaíra. En carta fir- mada y sellada con el sello mayor de su oficio, desde el convento de Santa María de las Veredas, de Utrera, da licencia para que se haga la dicha donación e intercambio, […] porque no estorben la edi- ficación de las dichas capillas, a causa que se le impide el camino, & […].10 ( 3ª) De este documento queremos comentar el sello. Éste se creó en 1499, cuando la Provincia Bética se independizó de la de Castilla, porque anteriormente, desde 1260, con San Buenaventura, la Custodia Hispalense pertenecía al Capítulo General de Narbona. El Ministro General de entonces, Fray Francisco de Gonzaga dejó constancia de su fundación, y aña- dió el sello mayor, cuya leyenda es: «Sigillum Minister Provinciae Bethici» («Sello del Ministro de la Provincia de la Bética»). Dentro, su ico- nografía muestra la imagen del Salvador atado a la columna y dos flagelos a sus pies. En la parte superior, el famoso símbolo de la «Tau» (T), y, en el extre- mo inferior, una granada, porque la Bética pertenecía a Granada, cabecera de la Provincia.11 Tuvieron que pasar once años para que los frailes de los Ángeles se asentaran definitivamente en Alcalá. Fue en 1565. Aquel convento se construyó en un solar cedido por el concejo alcalareño, en la que sería calle de San Francisco, dentro de una bella y frondosa huerta, junto al río, mirando a la ermita de San Roque y San Ginés. Asimismo, el concejo costeó su edi- ficación, convirtiéndose en el principal mecenas y patrono de la Orden12 . De todas formas las obras no se acabaron hasta 1587 y 1589, según consta en el Memorial 6. Nos referimos a que no estamos de acuerdo que fuera fundado por Fernando III (1248)«bajo la advocación de los Ángeles», según afirma Ortiz de Zúñiga en sus Anales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla (1246-1671). Imprenta Real, Madrid, 1795, I, 144 (Corregidos e ilustrados por don Antonio de Espinosa y Cárcel); ni que lo hiciese el propio San Francisco, que murió en 1226 (Nota de Autor). 7. APS. Rodrigo de Mairena. Leg. 1534, 5.10.1534, s/f. Francisco Hermoso. Leg. 1541, 10.8.1541, s/f. 8. APS. Perafán de Ribera. Leg. 1543, 3, martes, 7.1543, s/f. La donación la recibió el Padre Fray Juan de la Cruz, solicitador del convento, y en su nombre. Se firmó en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, ante el escribano público García de León. 9. APS. Juan Moreno Delicado. Leg. 1554, 9.10.1554, s/f. 10. APS. Ídem, ibídem. 11. Creo que la sede de la Orden se encuentra en Sevilla, en el convento de San Antonio de Padua, calle de San Vicente, 91. 12. Véase mi artículo: «El monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles». Revista Escaparate. Feria, 1998, 54-55. Coincidimos en esto con el P. Flores, en sus Memorias, y con Pedro León Serrano en su Compendio. Documento de donación de un solar a la Orden, por don Luis de Monsalve. APS, 1543. 12
  • 15. de gastos del regidor que supervisó la construcción, don Antonio de Coria.13 ¡Qué diferencia de criterios entre aque- llos capitulares y los de nuestro tiempo! Aquéllos edificando; los de nuestro tiem- po, destruyendo aquel hermoso monu- mento de estilo Bajo Renacimiento, para levantar, en 1968, la «excelsa maravilla» de la Torre de pisos de San Francisco (de la que dejaron, al menos, sólo el nom- bre, para recuerdo de su conciencia). De modo que, durante más de cuatro siglos, los frailes de la Observancia de los Hermanos Menores de San Francisco, desarrollaron en nuestra villa una labor de apostolado social, espiritual y mate- rial digna de ser recordada. Así lo hemos podido comprobar en los documentos citados, y en numerosas citas de Protocolos, Actas Capitulares y otros Archivos, cuya relación excede de este artículo. No obstante, hemos seleccionado un tercer documento, que por su peculiari- dad y su simbología iconográfica, lo convierte en uno de los más representa- tivos de la vinculación y relación de la Observancia con Alcalá. Como se puede leer se trata de un nombramiento hecho por el Padre Fray Alonso Salizanes, Ministro General de los frailes Menores de toda la Orden de Nuestro Padres Señor San Francisco, al Padre FrayAntonio del Castillo, Predicador Apostólico, a la sazón, Prior del conven- to de San Francisco, de Alcalá. La carta del Sindicato de Jerusalén va dirigida, como era preceptivo, al Provincial y Juez ejecutor de la Santa Hermandad de nuestra villa, don Francisco Núñez de Prado y Bohórquez, […] persona de los hijosdalgo, quien gozaba de voz y voto, asiento y lugar junto al alcalde en el cabildo, donde podía entrar con espada al cinto y vara alta de justicia.14 Era la Hermandad una especie de policía rural, dada la inseguridad reinan- te, y, además, un órgano judicial durísi- mo que actuaba en consonancia con la Santa Cruzada y la Santa Inquisición; las tres «santas» que las malas lenguas de la época (siglo XVII) decían que tenían destruida España.15 En la primera parte del documento se hace mención a que, […] están a cargo de nuestra Santa Religión los sacrosantos lugares de Jerusalén, donde Nuestro Señor Iesucristo, Dios y Hombre verdadero encarnó, nació y vivió, y muriendo en Cruz, obró los misterios de la Redempción (sic) de el género humano, & […].16 (4ª) Después de esta declaración de los principios o dogmas de la Iglesia, seña- la el texto que dichos Santos Lugares están a su cuidado, […] de más de quatrocientos y sesen- ta años a esta parte, en medio de la poten- cia de tantos enemigos: turcos, moros, cismáticos y hebreos…y sin tener bienes en la tierra, pagando excesivos tribu- tos…y hospedando a los peregrinos, que de toda la Cristiandad van a venerarlos, & […].17 Vista general del Convento de San Francisco de Alcalá de Guadaíra, derruido en la década de los sesenta del siglo XX. Foto: Enrique Rodríguez Ojeda Licencia del Provincial de la Orden al convento de los Ángeles de Alcalá para hacer la donación del solar. APS, 1554. 13. AHMAG. Ac. Cap. 1.11.1587 y 9.7.1589. 14. APS. Francisco Marín. Leg. 1635-1636. En 2.1.1636, f. 491r-v. ya ocupaba el cargo. 15. Grandeza y miseria de Andalucía. Edición, introducción y notas de Pedro Herrera Puga. Granada, 1981. 16. Archivo Hospital de la Caridad. (AHC). Papeles de la Observancia Franciscana (O.F.M.) del siglo XVI. «Carta del Sindicato de Jerusalén», expedida en el Convento de San Francisco de Madrid, a 20 de diciembre de 1637. Sig. SHC/A-021-48. 17. Ídem, ibídem. 13
  • 16. La siguiente referencia se centra en Fray Antonio del Castillo, nuestro Prior franciscano alcalareño, sobre el que se dice que su nombramiento se debe por- que es […] persona en quien concurren todas las buenas partes de Religión, pruden- cia, fidelidad, exemplo, y doctrina para tan santo ministerio, & […].18 No se piense que estas virtudes se redactaban de oficio en el documento. El proceso de selección era tan estricto como inquisitivo. Además de estas cua- lidades, eran requisitos previos exclu- yentes, entre otros, los siguientes: haber nacido de matrimonio legítimo, tener más de 30 años, y tener aprobación de vida y costumbres. Eran inhábiles para el ofi- cio, para el que se nombraba, […] ser descendiente, dentro del cuar- to grado, de judíos, moros o de herejes, cuyos huesos o estatuas hubieran sido quemados, conforme a los Estatutos Apostólicos de los papas Paulo IV y Gregorio XIII.19 Toda esta investigación sobre la per- sona designada, estaba sometida […] a inquisición jurídica de su lina- je, dos meses antes de ser nombrado en el Capítulo o Congregación.20 Pero no sólo los religiosos destina- dos a Tierra Santa, como Fray Antonio, debían llevar una vida con muestras de santidad y virtud, para que allí dieran buen ejemplo de la Fe, sino que, además, […] debían tener la aprobación en letras, y estar experimentados en nego- cios, para satisfacer a la obligación de su oficio y cargo.21 Al Padre Fray Antonio del Castillo - continúaeltexto-selenombrabaComisario, Procurador General y Síndico Apostólico de la Familia Cismontana, en virtud de todo lo dicho, y de los BrevesApostólicos, […] de nuestro santísimo Padre Martino Papa V, de catorce de enero (segundo año de su Pontificado), confirmado por nues- tro santísimo Padre Paulo Papa V, de que en esta parte usamos, & […].22 En consecuencia, era éste un cargo de grandísima responsabilidad, para el que nuestro ilustre franciscano recibió plena facultad, para la administración de los Santos Lugares. El nombramiento era para tres años, prorrogable a otro más, pero ya no podía ser elegido hasta pasa- dos dieciséis años (aunque podía ser Vicario o Vicecomisario). Dentro de sus atribuciones, nuestro documento especifica la principal, que era la de nombrar Síndicos Apostólicos, para la recaudación de las limosnas, […] en quien entren las limosnas, mandas de testamentos, situaciones y otras qualesquier, para que las puedan haber, recibir y cobrar en nombre de la Santa Sede Apostólica…para ayuda (de los Santos Lugares) a su conservación yCarta de Sindicato de Jerusalén. AHC, 1637. 18. Ídem, ibídem. 19. Estatutos Generales de Barcelona, op. cit.: «De las elecciones e instituciones de los oficios», VII, 61-82. 20. Ídem, ibídem. 21. Ídem, ibídem. 22. AHC. «Papeles…», op. cit., ídem, ibídem. Recordemos lo dicho sobre las dos Familias franciscanas. Martín V (1417-1431) y Paulo V (1605-1621), según el Liber Pontificalis o el Anuario Pontificio. 14
  • 17. reparos, y sustento de nuestros Religiosos, que los tienen a su cargo.23 Otras funciones que debía cumplir nues- tro Comisario General son las siguientes: - enviar las limosnas al Síndico General de la nación (en este caso, que reside en la villa de Madrid). - llevar un libro de registro donde asienten las limosnas que reciba de Tierra Santa, con los gastos de portes y recogida. - remitir las limosnas a Venecia y Mesina, y desde allí, a Jerusalén. - ser avisados del envío de las limos- nas, para que se manden juntas. - llevar al Capítulo General los libros de cuentas de las limosnas, en el que los Custodios, contabilizarán la suma de todas las limosnas de su provincia. Por otra parte, el Comisario General tenía facultad de designar un sustituto o Vicecomisario, que realizara sus mismas funciones. También a éste se le obligaba a llevar un registro de las limosnas, especificando cantidades, y si eran espontáneas o perpetuas, anotándose en un libro diferente, en este último caso, seguidas del nombre del donante. Una segunda función del Vicecomisario consistía en tomar la cuenta a los Síndicos cada seis meses, y hacerlo delante del párro- co principal de cada parroquia o lugar. En el mismo plazo debía enviar las citadas limosnas al Comisario o Procurador General de la nación, y si había algún impedimento, se entregarían en el convento más cercano.24 Como podemos comprobar todo estaba estrictamente contro- lado, en cuanto a la percepción de los dineros. Además, se impo- nían penas de excomunión mayor «latae sententiae ipso facto incu- rrenda» («sentencia mayor en el acto a los que incurran») a los que de cualquier forma defraudaren, porque las limosnas son […] para la conservación, restauración, socorro de los Santos Lugares, aumento del culto divino, que en ellos se sirve…y también para el sus- tento y necesidades de los frailes nues- tros que allí viven, y de los peregrinos que se hospedan en sus conventos.25 Sin embargo, se consideraba lícito proveer a los Comisarios, Procuradores, Vicecomisarios y compañeros religiosos, de las limosnas recaudadas, para sus nece- sidades, […] pero con moderación, atendien- do a la pobreza que profesan.26 El cuerpo final del documento hace alusión, precisamente, a que el trabajo y el santo ministerio encomendado a nues- tro Comisario franciscano alcalareño no estaba remunerado, […] ya que no podemos gratificar en lo temporal, recibimos a V.M. a nues- tra Hermandad, y a toda su familia, a la participación en vida y en muerte de todos los bienes espirituales, misas y ofi- cios divinos, meditaciones, confesiones, ayunos, vigilias y penitencias a Dios Nuestro Señor aceptas, que por su mise- ricordia ayuda a hazer a los Religiosos y Religiosas de toda nuestra Sagrada Orden, & […].27 Por último, nos queda por comentar de nuestro artículo la parte más llamati- va, representada por toda una completí- sima iconografía de la Orden Seráfica, simbolizada en cuatro representaciones. Inmaculada: Es conocida la devo- ción a la Inmaculada Concepción que la Orden Seráfica le profesó, contribuyen- do a su arraigo y extensión por todo el mundo. Tanto es, así, que se denomina- ban «frailes de la Inmaculada». La ima- gen se presenta sobre la media luna cre- ciente, como señora del Universo, tocada con corona real y, por cimera, las doce simbólicas estre- llas. Al pie, el anagrama concep- cionista «Ave María». En otra tipografía, que adjun- tamos, aparece una Inmaculada semejante, aunque no coronada, presidiendo a la gran Familia Cismontana, con alusión al dogma de la Concepción, «Bajo la cató- lica augustísima protección del rey Felipe IV».28 Precisamente, desde 1644, este rey declaró «fiesta de guardar» el día de la Inmaculada. Anteriormente, el papa Sixto IV, en 1483, había extendido dicha fiesta por todo el Occidente.29 (5ª) Escudo: Dentro del campo, rodeándolo, la cuerda que ceñía el hábito de los frailes. En el can- tón superior izquierdo, el emble- ma común de todos los francisca- nos, que comprende: la «Tau», más que cruz, que adoptó San Francisco, como señal de con- versión, penitencia y pertenencia a la Iglesia de Cristo; hasta tal punto que firmaba sus cartas con este símbolo.30 23. Ídem, ibídem. 24. Estatutos de los Frailes Recoletos: «Estatutos generales para los Lugares de Tierra Santa», IV, 106-107. 25. Ídem, ibídem. 26. Ídem, ibídem. 27. AHC. «Papeles…», op. cit., ídem, ibídem. Recordemos lo dicho sobre las dos Familias franciscanas. Martín V (1417-1431) y Paulo V (1605-1621), según el Liber Pontificalis o el Anuario Pontificio. 28. Biblioteca de la Universidad de Granada. Sig. BHR/A-016-248. 1649. 29. Ninguna de las quince pinturas de la Inmaculada, repartidas por las iglesias de Sevilla, coinciden con la iconografía de la que presenta nuestro documento (Nota de Autor). 30. La «Tau» es la última letra del alfabeto hebreo y la decimonovena del griego. La Tau la utilizó en el hábito, por primera vez, San Antonio Abad, como distintivo cristiano. (Nota de Autor). Ilustración de la Familia Cismontana. Biblioteca Universidad de Granada, 1649. 15
  • 18. Fue adoptada desde el Concilio de Letrán, presidido por el papa Inocencio III, en 1215. El Pontífice, después de describir la triste situa- ción de los Santos Lugares, profa- nados por sarracenos, y los escán- dalos que desacreditaban a la Iglesia, evocó el pasaje de Ezequiel (9, 3-6), y dirigiéndose a los presentes, entre los que se encontraba San Francisco, como Ministro General de la Orden, les dijo: […] habéis de castigar impla- cablemente a cuantos no están señalados con la Tau propiciatoria, y se obstinen en deshonrar la Cristiandad, &.31 El Papa señaló como portantes de la Tau a tres grupos: los que se alistaran en las Cruzadas; los que luchasen contra la herejía; y los pecadores que quisieran reformar su vida. En cuanto a los «Dos bra- zos cruzados con llagas en las pal- mas», representan a todos los Hermanos Menores de la Orden.32 En el cantón superior derecho, «Cinco ramos o racimos» que sig- nifican las llagas de la crucifixión: las dos de las manos, la del pecho en el centro por la lanzada, y las dos de los pies. Este mismo escudo aparece en el monasterio de Bidaurreta, de monjas ClarisasFranciscanas,enOñate(Guipúzcoa), pero superado por una corona de espinas (símbolo de la Pasión), y flanqueado a cada lado por dos ángeles tenantes.33 En punta, o parte inferior central, escudo de la «Cruz de Jerusalén» (tam- bién representada en la parte izquierda del retablo de la basílica de Asís). Esta cruz es la de los Cruzados y el símbolo del Reino de Jerusalén. Es una cruz griega, rodeada de otras cuatro, iguales pero más pequeñas, situadas en cada uno de los cuadrantes (o brazos), que representan a los cuatro evangelistas o, según otras teorías, los cuatro puntos cardinales por donde se difundió el men- saje de Jesucristo. Las cinco cruces, en conjunto, significan las cinco llagas de la crucifixión. En la parte superior derecha encon- tramos la representación más antigua, y única, de la Ermita del Calvario, de la «Ermita de San Roque y San Ginés», un eremitorio fundado en el siglo XVI, dedicado a la devoción de San Roque, protector de las epidemias, y a San Ginés de la Jara, otro eremita -olvidado de la tradición alcalareña-, protector de la vendimia según unos, y de la produc- ción y el trabajo, según otros. En primer plano, un monje franciscano, seguramen- te «San Roque», eremita contemplando un crucifijo, insinuando la relación de la Ermita con la Orden Tercera de San Francisco, pues el santo había perteneci- do a dicha Orden (rama laica que vivió según la espitualidad franciscana). Al fondo, la Ermita, igual que la vemos hoy, con otro «Penitente recostado» junto a una ideal representación del «Puente». Ermita, San Roque y Puente: una trilogía heráldica y religiosa de siglos, que ha venido marcando una gran parcela de nuestra historia. De ahí, la representación simbólica de Alcalá. Sello: El documento se cierra, al pie, con un sello ovalado símbolo, general- mente, de una orden religiosa. Corresponde al sello del «Ministro General de toda la Orden de los Hermanos Menores», que así reza su leyenda. En el interior, (arriba) el Espíritu Santo inspira y derrama sobre los Apóstoles su sabiduría, en forma de lenguas de fuego; en el centro Jesucristo; en el extremo inferior, San Francisco. El documento, pues, es una espléndida síntesis de la Orden franciscana, que nos da todas las claves simbólicas de su origen, sus postulados, su evolución y sus acti- vidades conventuales y mendican- tes. Estos tres escudos en uno, a mi me sugieren el misterio de la Trinidad, y el conjunto de la icono- grafía del documento, una síntesis de los dogmas de la Iglesia. A la vista de los documentos expuestos, la Orden de San Francisco tuvo, por consiguiente, una gran vinculación con nuestro pueblo, dejando una gran huella entre los alcalareños de su tiempo, gracias a su labor espiritual y mendicante. Tanto fue así que, incluso, la festi- vidad de Santa María de los Ángeles (celebrada el 2 de agosto) fue el ori- gen de la Feria que ahora disfrutamos, celebrándose en su honor a ella hace una extensa referencia nuestro escritor del Siglo de Oro, don Cristóbal de Monroy, en su comedia famosa El encanto por los celos y Fuente de la Judía. después, se llamó de Santa María del Castillo; más tarde, Virgen de Agosto; y, finalmente, Virgen del Águila, que recogió una bellísima tradición religiosa, insertándo- la en la más profunda costumbre religio- sa y festiva del pueblo. Porque, en definitiva, no hay devo- ción sin diversión -y viceversa- en la vida de los pueblos. Sobre todo en nues- tra barroca Andalucía. Esperemos que el histórico lema de «Paz y Bien» de la Seráfica Orden nos proteja a todos, en estos tiempos tan difíciles, en los que la «hermana» pobreza franciscana es hués- ped permanente en muchos hogares. 31. Hace referencia a que los israelitas utilizaban este símbolo en los dinteles de sus puertas, durante la Pascua, para librarse del Ángel Exterminador (Nota de Autor). 32. En el retablo de la capilla de la basílica de San Francisco de Asís, parte derecha, está representada la Tau-Cruz (Nota de Autor). 33. Fundado en 1510 por Don Juan López de Lazárraga, tesorero y contador de los Reyes Católicos, y su mujer Doña Juana de Gamboa. (Nota de Autor). José Luis Pérez Moreno Doctor en Historia Premio Nacional de Historia e Investigación «San Francisco». Dibujo a color. Lápiz sobre papel. José Guerra Ventero (+). En su memoria. 16
  • 19. Caseta «La Jarana» Caseta «El Jarrito» 17
  • 20. 18 Caseta «Ducal» Caseta «La Fuente del Piojo»
  • 21. L A idea no es mía. Además, he tenido que discutir tanto y a veces tan agriamente con su autor, que ganas me han dado de mandarlo todo a paseo. Pero, por fin, una tarde de la primavera, quizás muy similar a aquella en que Merceditas cambió de color, mi amigo Ramón Núñez Vaces lo hizo de parecer. Mi persistente esfuerzo no había sido en vano. De mane- ra que quedé encargado de plasmar por escrito la idea que mi segoviano y terco amigo había tenido. En rea- lidad, de hacer lo que pudie- ra. Pero he de aclarar algún extremo más. No es que yo no tema al ridículo, pero mi sentido de la amistad, o del compañerismo, me lo hace despreciar en ocasiones. Y ésta es una de ellas: vale que yo lo haga, pero no consen- tiré, si de mí depende, que mi amigo el segoviano incu- rra en él. De modo que puede decirse que escribo el pre- sente texto por solidaridad no exenta de sacrificio. Entremos en materia. Ramón quería escribir sobre Antonio Mairena, ahora que en septiembre se cumplirán treinta años de su fallecimiento. ¡En buen lío se iba a meter! ¡Escribir sobre Antonio Mairena! Nada menos. No es que yo pueda hacerlo bien, pero, como ya he dicho, lo que no podía consentir es que alguna o mucha gente se riera de este segoviano metido a exégeta de tan alta figura. Que lo hagan de mí, vale que sea. (Hay que reconocer que lo que escribió sobre Juan Talega no lo hizo mal del todo). Pero, ¿qué decir de Antonio Mairena que no se haya dicho ya y que además no falte a la verdad, esa que casi siem- pre es relativa? ¿Que ha sido el cantaor más completo y enciclopédico de la his- toria del cante? ¿Que gracias a su empe- ño y facultades el gran público -no sé si cabe utilizar esa expresión en el mundo del flamenco- pudo conocer formas can- taoras casi perdidas o limitadas a exiguas minorías? ¿Que su aportación a la crea- ción y desarrollo de los festivales fue importantísima? ¿Que gracias a él y a otros pocos el cante gitano pasó a ser mejor considerado en la sociedad? Pues sí, todo eso es cierto, e incluso segura- mente más cosas que mi incapacidad me impide reflejar. Bueno, y que cantaba mejor que bien. Pero, todo hay que decirlo, ha habi- do gente que no ha considerado favora- blemente esas aportaciones, al menos del todo. Se trata de aficionados que todavía soñaban o sueñan con el cante en las casas de Triana, en las cuevas y en las gañanías, es decir, con la máxima pureza, con lo prístino. Pero el curso de la historia es, para bien y para mal, imparable e irreversible. Y ni el hacer de Antonio Mairena ni el de otros que no eran de su cuerda fue lo que determinó la realidad que acabó imponiéndose a finales de los años sesenta. La mutación en las formas de vida (vivienda, alimen- tación, oficios, comodidades, el coche en la puerta, la más absoluta comerciali- zación, la televisión, artifi- ciosidad a tope y tantas cosas que impuso la «revo- lución» tecnológica) es lo que cambió la realidad de las formas y del fondo del flamenco, lo mismo que de todo lo demás. Es verdad que para mal e irremediable- mente, pero... Así que menos mal que por lo menos, en aquel tránsito trágico y defi- nitivo, hubo un Antonio Mairena y algunos y algu- nas más, últimos represen- tantes de una época que fenecía. Gracias a los prodi- gios de la técnica podemos gozar de esos prodigios del arte. Hay algo que es necesario destacar: queAntonio Mairena fue el mayor aficionado al cante que se haya conocido. Rectifico: los habrá habido iguales, pero no más. Esta última quizás sea una de sus facultades -yo creo que la más esencial- menos cono- cidas o valoradas. Porque Antonio Cruz García no se levantaba, sino el último, de una reunión flamenca, ni deja- ba de escuchar a alguien, ni concedía importancia al tiempo salvo para emple- arlo en el flamenco. Se ha dicho que esa dedicación la ejercía para sacar prove- cho, para aprehender cada matiz, cada tonalidad y faceta. Pues claro, nada más natural, pero demostración irrefutable de su profunda e inagotable afición. Yo creo que era el capitán Nemo del fla- menco, sumergido por siempre en el mar del cante y del baile para cumplir su propósito de que en el mundo terrestre ese Arte tuviese el lugar que merecía. Tarea en la que cualquiera hubiera fra- casado, no sólo él. Y me remito a lo del curso de la historia. A mí me parece que hacer elogios es innecesario. Hacerlo de tal o cual can- taor correspondía cuando no existían medios de grabación y era la tradición oral la que ignoraba a unos y hacía inmarcesibles a otros. Por ejemplo, ¡cuántas cosas se han dicho de Frasco el Colorao, de Juaniquí, de Cagancho, de Joaquín la Cherna, de Tomás el Nitri, 19 YA SON TREINTA AÑOS Antonio Cruz García, «Antonio Mairena».
  • 22. del Fillo, de la Andonda y más! ¿Y de Joaquín el de la Paula? Ese mismo que, por cierto, sigue sin tener una calle en Alcalá, su pueblo (aunque la tuvo en los años setenta). Sí la tiene, y grande, Antonio Mairena, desde poco después de su partida, en merecida gratitud. Tampoco tiene calle con su nombre Manolito el de María. ¡Increíble pero cierto! Pero, ¿qué más da?, el cante y sus hombres y mujeres no están en azu- lejos y placas, aunque no es de negar que lo merezcan, sino en el corazón de quienes tienen la facultad -porque es una facultad, muchas veces dolorosa, que no está concedida a cualquiera- de apreciar el arte que de ellos ha brotado. Si los elogios son innecesarios, las comparaciones resultan absurdas. ¿Cómo y a cuento de qué hacerlo entre Antonio Mairena y cualquier otro cantaor que haya logrado celebridad, antes, durante y después de él? ¿Compararemos la aceituna con la pera? ¿El coco con la manzana? ¿El aguacate con la nuez? Claro que no, cada fruto tiene su sabor único, su textura diferenciada. Y cada uno nos aporta una sensación de placer distinta. Pero, claro, hay a quien no le gustan las nueces; a otros, las manzanas; exis- ten los que no resisten ni que les mien- ten las aceitunas. «Hay gente pa tó», decía Rafael el Gallo (yo apostillaría a mi tocayo y hermano en la alopecia: «menos pa lo que tiene que haber»). Yo me cuento entre los que no les gusta todo (tengo un amigo que dice que a mí no me gusta nada, o casi). Sin embargo, o no obstante, jamás dejo de reconocer que tal o cual cantaor canta o cantaba muy bien, aunque a mí «no me ponga». Hay de todo, sí. Sé de gente que tiene la más completa colección de dis- cos de flamenco: en ella se contienen todos los cantaores de los más variados estilos e idiosincrasias. Los más aleja- dos de unos como estos de los otros. Es gente a la que le gusta eso: todo de todos. Me alegro por ellos, aunque me resulta difícil creerlo. De hecho, hay actualmente algún cantaor-cantante que tiene tantas facultades que es capaz de cantar por, o imitar a, la mayoría de los más conocidos de la historia. Sí, pero como el muchacho transmite menos que un cable de cartón, ¿de qué vale tanto poderío? La obra de Antonio Mairena produjo sus epígonos. Unos más afortunados que otros, como es natural. Al lado de excelentes seguidores hubo y hay imita- dores que aunque se llevaran cada día de su vida escuchándole no lograrían otra cosa que aburrir y desesperar al oyente (aunque las tragaéras del gran público resultan increíbles). Lo mismo pasa con la pléyade de imitadores de otro celebé- rrimo cantaor, aunque en este caso no conozco ningún excelente seguidor, y sí muchísimos de los otros, hasta el punto de que cierto día, en un bar que ya no existe, uno que estaba cantando-imitando a ese celebérrimo de cuyo nombre no me acuerdo ahora, hizo que una lagartija cayera al suelo, muerta, y dos o tres gri- llos salieran de sus escondites, despavo- ridos. Con todo lo referente a Antonio Cruz García pasa lo que con todo: o se es o no se es, se vale o no se vale. Muchos de ustedes conocerán aquello de Antonio Chacón, cuando alguien le preguntó que por qué siempre se hacía acompañar de cierto individuo que ni hacía palmas, ni decía nunca óle y casi ni hablaba. «Porque sabe escuchar», fue la respuesta del maestro. Lección que deberían aprender muchos, antes que la de escucharse. Pero hay que perder la esperanza en su logro: aquí todo el mundo nace sabiendo. Ya no me quedan más recursos para seguir refiriéndome a Antonio Mairena. No sé si lo que digo a continuación es una procacidad, o un reflejo de cierto orgullo, pero el caso es que un día de verano, estando yo, con mis diecinueve años a cuestas, en un bar que visitaba a diario, llegó Manuel García Fernández, «El Poeta de Alcalá», acompañado o acompañando a Antonio Mairena. Manuel, como yo ya surtía en asuntos del cante, me presentó al astro, o al revés, más bien. La mirada de Antonio, mientras nos dábamos la mano, hizo que me pusiera más encarnado que el toma- te más maduro que pueda acabar en un gazpacho. Palabras, palabras. Lo que hay que hacer es escuchar. Para los noveles es difícil en este mundo tan trepidante y a la vez tan estancado. Para los ya experi- mentados también, porque el bote sifó- nico en que nos vemos sumidos no nos deja «ni atrás ni alante». Así que, del amplio conjunto de gra- baciones (discográficas y no) que hay recogidas en internet, les propongo dos, aunque podrían ser cincuenta. Para los noveles puede que sean reveladoras; para los experimentados, o que crean serlo, dos ocasiones para romperse la camisa (las hayan escuchado ya o no). Una es de Perrate de Utrera en el primer Gazpacho de Morón (Perrate de Utrera & Diego del Gastor - Soleá - 1963). La otra es de Antonio Mairena (Antonio Mairena - bulerías - 1963), conseguida en el mismo festival. Para qué hablar más. Se podrí- an decir muchas más palabras, sesudas frases y elementos definitorios. Lo que tiene que hacer el interesado es escu- char. Que no, pues adiós, muy buenas. 20 Rafael Rodríguez González Joaquín el de la Paula y Manolito el de María, ambos siguen sin tener una calle en Alcalá, en su pueblo.
  • 23. 21 Caseta «Un puñao de Güena Gente» Caseta «Los del metro de mas»
  • 25. 23 Caseta «La mitad más uno» Caseta «La última y nos vamos»
  • 26. EN EL MUSEO DE CÁDIZ D ON José Marina Bocanegra, era Secretario del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra en la década de los cincuenta del pasado siglo. Cada año, disfrutaba de sus vacaciones en Cádiz donde gozaba de buenas amistades, entre ellas, la del director de Museo de Bellas Artes quien en alguna ocasión debió co- mentarle que entre los fondos del museo, se encontraba una pintura antigua de Alcalá, en concreto, una tabla medieval de San Bartolomé a tamaño natural, con una inscripción en la parte trasera donde podía leerse: «Iglesia de Santa María del Aguila. Alcala de Guadaira». Don José visitó el Museo y contem- pló la tabla dando cuenta de ello a mi padre que le animó a escribir una rese- ña. Recabó la información necesaria y redactó un artículo que bajo el título: «San Bartolomé», fue publicado en la Revista de Feria de 1955, acompañado de fotografía en blanco y negro de buena calidad. Escribió que la tabla medía 2´14 metros de alta por 0´56 de ancha y esta- ba en depósito particular, es decir que no pertenecía a los fondos de públicos del Museo. Afirmaba que perteneció a la iglesia de Santa María del Águila, al pri- mitivo retablo de la Virgen, aunque pien- sa, que originariamente pudo proceder de la iglesia de San Miguel de Alcalá donde hubo una cofradía en honor del Santo. Luego cita a algunos especialistas afirmando que existen referencias en Post: «Historia de la Pintura Española», en Mayer: «Maestros de la escuela Sevillana»; y del Profesor Angulo Íñiguez, en un artículo publicado en «Archivos Españoles del Arte», quien encuentra analogías entre esta tabla y la pintura de la Natividad, que existía también en el altar de la Virgen, atribuida a Juan Sánchez de Castro. Es posible que esta información la recibiese del propio Museo, aunque era un hombre culto y buen aficionado a la pintura. En marzo de 1957, don José Marina se marchó definitivamente de Alcalá por traslado al Ministerio de la Gobernación en Madrid como Inspector-Asesor de Corporaciones Locales. En la Revista de Feria de aquel año, hay un testimonio gráfico del homenaje de despedida que la corporación municipal le ofreció en el Hotel Oromana por el importante ascen- so en su carera profesional. TESTIMONIOS Las hermanas Antonia y Manuela Rebollo Azaín trabajaron entre los años 50 y 70 del pasado siglo en la Tintorería Larios de Sevilla. Solteras, tenían su domicilio en la sevillana plaza de Zurbarán. Mantuvieron una larga amistad con mi tía, María del Águila Romero Muñoz, hermana de mi padre, y persona muy conocida en Alcalá como directora de la coral de la Hermandad de Jesús Nazareno. En diversas ocasiones comentaron que una amiga viuda, adinerada y de buena posición, residente en el sevillano barrio del Porvenir, tenía en su casa una tabla antigua, con la pintura de un santo a tamaño natural, en cuyo reverso cons- taba que pertenecía a la iglesia de Santa María del Águila de Alcalá. Antonia, Manuela y Mª del Águila fallecieron en los años 80, y nunca fue tiempo de com- probar aquel comentario. También interesado por ella, a prin- cipios del siglo actual, Antonio García Mora, Profesor de Historia de Enseñanza Secundaria, contactó con el Museo de Bellas Artes de Cádiz, confirmando que la tabla no se encontraba depositada, aun- que tampoco recibió información sobre los propietarios. La investigación había quedado en punto muerto. NUEVAS PISTAS Como es sabido, en la cabecera de la nave de la epístola del Santuario, están los restos originales de una interesante pintura mural que representa a San Mateo y Santiago. A efectos de facilitar la inter- pretación a las personas que la observan, la Hermandad me encargó redactar un texto explicativo, y buscando material para su elaboración, recordé las similitu- des que el profesor don Enrique Valdivieso encontraba entre estas y las de San Isidoro del Campo en Sevilla, ahora atribuidas por la profesora Doña Rosario Marchena, al maestro Nicolás Gómez1 , ilustrador y reconocido pintor medieval. Presuponiendo la semejanza entre ambas, me puse en contacto con ella para oír su opinión científica. En los primeros cambios de impre- siones y tras descartar la autoría del reco- nocido maestro, la profesora me pregun- tó si en la iglesia de Santa María del Águila había existido una Hermandad de San Bartolomé, pues en uno de sus últimos trabajos había localizado una referencia al contrato de ejecución de 24 ¿QUÉ PASÓ CON LA TABLA DE SAN BARTOLOMÉ? 1. MARCHENA HIDALGO, ROSARIO: Nicolás Gómez. Miniaturista, pintor e ilustrador de libros del siglo XV. Diputación de Sevilla, colección «Arte Hispalense», número 81. Sevilla 2007. Tabla medieval de San Bartolomé depositada en el Museo de Bellas Artes de Cádiz.
  • 27. unas pinturas para el retablo del Santo. Fue entonces cuando le puse en antece- dentes y facilité tanto la foto como el artículo publicado en 1955 por don José Marina. La Profesora Marchena obtuvo del Museo de Bellas Artes de Cádiz información sobre los propietarios. Había sido depositada en 1931 por don Julio Varela Vázquez, y retirada en 1959 por su viuda Doña María del Rosario Purcell Llamas. EL MATRIMONIO VARELA PURCELL En el primer rastreo telemático, pude confirmar que ambos habían fallecido, lo que ya presuponía, pero también cons- taté que no tenían descendencia, pues no aparecía ningún español con esos apelli- dos. Los datos localizados sobre ambos cónyuges fueron reveladores pero insu- ficientes. Don Julio Ángel Varela Vázquez era natural de Cádiz. Fue Almirante de la Armada Española y Ministro interino de la Marina2 en la II República, entre el 27 de enero y el 12 de febrero de 1932. Además del Boletín Oficial del Estado, así consta también en el Diccionario Biográfico de los Ministros Españoles (PB97-1148-C02-01). Su brillante carrera militar desempe- ñada en el primer tercio del siglo pasa- do, estuvo premiada por la concesión de importantes reconocimientos oficiales. En 1927, siendo capitán de fragata, mediante despacho de 1 de junio, el Rey Alfonso XIII le otorgó la Cruz de Segunda Clase del Mérito Naval3 con distintivo blanco y pasador con lema «Industria Naval Militar»; y en 1932, el Presidente de la República le concedió en despacho de 22 de marzo, la Gran Cruz del Mérito Naval4 . Al mes siguien- te pasó a la situación de reserva5 con el empleo de «Contralmirante Honorario», según acuerdo del Consejo de Ministros de fecha 5 de julio. Finalizada su etapa militar pasó a la vida política ingresando en el Partido Radical Republicano de Lerroux, preci- samente durante una de los periodos más convulsos de la historia de España. Aparece en las listas de candidatos en las elecciones municipales de Sanlúcar de Barrameda y Puerto Serrano. El 2 de febrero de 1935 fue nombrado Presidente del Comité Provincial de Cádiz del Partido Republicano Radical con el refrendo expre- so del propioAlejandro Lerroux. La Guerra Civil le debió coger en el desempeño de este cargo. No he localizado información sobre actividades políticas durante la dictadu- ra de Franco, es posible que su talante democrático le hiciese permanecer apar- tado de la vida pública o bien que fuese expresamente excluido por el Régimen a causa de sus antecedentes políticos. Su esquela mortuoria publicada en ABC de Sevilla6 indica que falleció el 16 de agos- to de 1955, cuando mantenía su condi- ción de Contralmirante de la Armada. Estaba residiendo en Sevilla, calle Progreso, número 25, Chalet Ntra. Sra. de Fátima7 , y tras el funeral en la parroquia de San Sebastián del barrio del Porvenir, su fére- tro fue trasladado a Cádiz donde recibió cristiana sepultura. Ruegan una oración su director espiritual, desconsolada espo- sa, madre política, sobrinos, sobrinos polí- ticos, primos y demás parientes y afec- tos, pero no aparecen hijos, lo que corro- bora que el matrimonio no los tuvo. Tras enviudar, Doña Rosario Purcell mantuvo una posición social distinguida en la sociedad sevillana. Consta que en 1959, retiró del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz la tabla de San Bartolomé. Debió ser aquella viuda adi- nerada, a decir de las hermanas Antonia y Manuela Rebollo Azaín, que residía en el barrio del Porvenir, donde ellas habían visto la pintura y leído la inscrip- ción. En ABC, edición de Andalucía, sec- ción «Ecos de Sociedad», localizamos algunas referencias sobre viajes, como su regreso desde Madrid en octubre de 1957 acompañada de Doña Rosario Merry de Rivero-Dávila8 ; viaje a Roma en junio de 1958 acompaña nuevamente por Doña Rosario Merry, y del General Merry, Conde de Benomar9 ; o su marcha a La Coruña en octubre del mismo año donde consta como «Maruja Purcell, viuda de Varela»10 . Don José Marina Bocanegra. Esquela 2. Consta el nombramiento y cese en los Boletines Oficiales del Estado de 30 de enero y 23 de febrero de 1932. 3. ABC (Madrid). Jueves 2 de junio de 1927. Página 17. 4. ABC (Madrid). Miércoles 23 de marzo de Edición de la mañana 1932. Página 19. 5. ABC (Madrid). Miércoles 6 de julio de 1932. Edición de la mañana. Página 17. 6. ABC número 16.217 de 16 de agosto de 1955. Edición de Andalucía, página 26. 7. El Inmueble fue vendido y derribado. Su lugar lo ocupa un bloque de pisos. 8. ABC (Edición Andalucía). Jueves 31 de octubre de 1957. 9. ABC (Edición Andalucía). Martes 3 de junio de 1958. 10. ABC (Edición Andalucía). Martes 7 de octubre de 1958. 25
  • 28. Desconozco la fecha exacta del fallecimiento de Doña Mª del Rosario Purcell. La única esquela mortuoria que he localizado aparece el del lunes 8 de febrero de 1988 en ABC de Sevilla por encargo de la Hermandad de los Javieres11 , constando como hermana y Camarista de la Virgen. La esquela convoca a una Misa al día siguiente, en la parroquia de Ómnium Sanctorum, ante los devotos titulares. He consultado recientemente a la Hermandad, en concreto a Maruja Vilches, hermana mayor, quien me informó que además fue nombrada «Camarera de Honor». Hablé también con su cónyuge José Márquez, pero tampoco me aportó datos significativos. La pista del matrimonio Varela Purcell llegó a vía muerta cuando nos fue impo- sible localizar a sus familiares y com- probar que el chalet Nuestra Señora de Fátima había sido derribado y sustituido por un moderno edificio de pisos. ESTUDIO DE LA PROFESORA MARCHENA Bajo el título de: «Las Pinturas de Santa María del Águila de Alcalá de Guadaíra», la profesora Doña Rosario Marchena Hidalgo, titular de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia, Universidad de Sevilla, publicó en 2011 un artículo donde además del análisis estilístico aportó dos noticias de sumo interés; de un lado, el con- trato de ejecución, y de otro, el estu- dio del reconocido profesor Angulo12 que en 1943 examinó la tabla cuando estabadepositadaenelMuseodeCádiz. Describe la profesora Marchena que San Bartolomé «de cuerpo ente- ro, está representado de tres cuartos, con dos cuchillos en su mano izquier- da, símbolo de su martirio, mientras que con la derecha sujeta un libro que representa la epístola que se le atribuye y una anilla de la que cuelga la cadena que mantiene el diablo a sus pies, según la iconografía tradicional. El fondo de la tabla lo ocupa una cuadrícula en la que se alojan flores de cuatro pétalos y el pavimento es ajedrezado en blanco, negro y rojizo. Sobre la túnica oscura con cenefa en cuello y puños, un manto blanco de brocado bordeado también por grecas… …El nimbo de oro dice… BARTHOLOMEAEUS APOSTOLUS ORA PRO (NOBIS)"13 . Leemos en el mismo trabajo que el contrato de ejecución había sido locali- zado por don José Gestoso y Pérez14 en el antiguoArchivo de Protocolos Notariales15 . Mediante carta de pago con fecha 7 de marzo de 1508, los pintores Gonzalo Díaz y Nicolás Calvo, vecinos de la parroquia del Salvador de Sevilla, reconocen haber recibido 8.000 maravedíes de Francisco Sánchez, prioste de la cofradía de San Bartolomé de Alcalá de Guadaíra como parte del pago del retablo que estaban realizando para la referida Hermandad, cuyo contrato de ejecución había sido firmado ante la escribanía alcalareña de Pedro del Castillo. LA COFRADÍA DE SAN BARTOLOMÉ EN LA IGLESIA DE SAN MIGUEL En el siglo XVI, había en Alcalá dos Hermandades de San Bartolomé, una más antigua y de mayor riqueza con sede en la parroquia de San Miguel, y otra en Santiago. El padre Flores16 testimonia que en la cabecera de la nave colateral de la epístola de la iglesia de San Miguel, se encuentra la capilla de San Bartolomé con rótulo donde consta fundada en 1429 por Alonso Sánchez Oreja e Isabel González, y afirma que la cofradía era tan antigua, o aún más que la capilla. En San Miguel había cuatro altares documentados: El mayor, dedicado al santo arcán- gel titular, el del Santo Cristo cruci- ficado, San Bartolomé y Santa Ana. Los informes de los visitadores refie- ren que los altares eran de buenas pin- turas17 ; por contra, en la iglesia de Santiago el altar de San Bartolomé se limitaba a una hornacina muy pobre en la pared con la iconografía del Santo. La iglesia de San Miguel quedó arruinada en la primera mitad del siglo XIX. Ocupada por las tropas francesas en 1808, el edificio resul- tó muy dañado18 , y aunque fue rea- bierta al culto algunos años des- pués, en 1842 quedó definitivamen- te cerrada por desplome de la nave central19 . Es muy posible que a con- secuencia de todo ello la tabla de San Bartolomé fuera trasladada a la iglesia de Santa María del Águila, y allí permaneció cerca de 100 años Restos ruinosos de la capilla de San Bartolomé en la iglesia de San Miguel. Fue fundada en 1429 por Alonso Sánchez Oreja e Isabel González. Al fondo se observa el arco que acogía el retablo. 11. Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Almas, María Santísima de Gracia y Amparo, y San Francisco Javier. Iglesia del Ómnium Sanctórum. Sevilla. 12. ANGULO ÍÑIGUEZ, DIEGO: «San Bartolomé de escuela sevillana de fines del siglo XV, expuesto temporalmente en el museo de Cádiz". Archivo Español de Arte, Madrid: Instituto Diego Velázquez, 1946. 19(75), pgn 243. 13. MARCHENA HIDALGO, ROSARIO: "Las Pinturas de Santa María del Águila de Alcalá de Guadaíra". Archivo Hispalense. Número 285-287. Diputación de Sevilla 2011. 14. GESTOSO Y PÉREZ, JOSÉ: Ensayo de un diccionario de los artífices que florecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII inclusive. Sevilla: Andalucía 1889-1908. T.III, p.100. 15. Hoy Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Libro II de Francisco Segura. Signatura 2.179. 16. DE FLORES LEANDRO JOSÉ: Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaira. Sevilla 1833/34. 17. ROMERO GUTIÉRREZ, VICENTE: «La iglesia de San Miguel». Escaparate. Feria 2001. 18. Catálogo Histórico Artístico de Sevilla y su Provincial. Hernández Díaz, Sancho Corbacho y Collantes de Terán. Año 1941. 19. Diccionario Geográfico Histórico y Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz. Año 1846. 26
  • 29. hasta que fue vendida a comienzos del siglo XX. Esta información la aporta el propio profesor Angulo20 que dice haberla recibido directamente de per- sonas vinculadas al Santuario. Quizás esta venta pudiera estar relacionada con las importantes obras que la Hermandad de la Virgen del Águila hubo de realizar entre 1910 y 1911, como medio de financiarlas, sin embargo no hay referencias en el amplio y bien documentado archivo de la Hermandad. Fuera como fuese, la tabla fue vendida y adquirida por un tercero, posiblemente el contraalmirante don Julio Ángel Varela Vázquez quien la depositó en 1931 en el Museo de Bellas Artes de Cádiz. Paradójicamente este expolio salvó a la tabla de la irremisi- ble destrucción de 1936, pues de haber permanecido en el Santuario hubiese quedado reducida a cenizas. LOCALIZACIÓN Teníamos perdidas gran parte de las ilusiones porque el intenso rastreo a la familia Varela Purcell resultaba infructuoso. Habían transcurrido 25 años desde el fallecimiento de Doña Rosario y del matrimonio no queda- ban herederos directos. Para colmo, habían vencido unos depósitos en el banco a plazo fijo y los fondos fueron a parar al tesoro público, ya que nin- gún heredero los reclamó. La única esperanza era que las fotos publicadas por la profesora Marchena en su artículo de Archivo Hispalense, con amplia repercusión en los medios especializados, diese sus frutos. El pasado 17 de abril, el correo electrónico de la profesora Marchena registraba una entrada sorprendente. Lo remitía la firma «Z. Sierra-Antigüedades y Decoración» con domicilio en Madrid, calle Lagasca 36, local 1. Informaba que la tabla de San Bartolomé se encontraba expuesta para la venta en su local comercial, informando: «La pieza se encuentra en perfectas con- diciones, fue recientemente restaura- da para reparar algunas perdidas y consolidar policromía. Conservamos informe de la restauración. La obra fue adquirida el pasado año en una colección particular de Córdoba». Visionadas las fotos, la profesora Doña Rosario Marchena constató que se trataba de la tabla original y no de una falsificación. Advertía, al ver el reverso de la pintura, que se había intentado borrar la inscripción dando además una capa de aparejo -estopa y yeso- sobre toda la superficie algo inusual y extraño. También advirtió que se había eliminado la inscripción de la aureola, posiblemente para difi- cultar su identificación, lo que había perjudicado el fondo de la pintura. Posiblemente la Sra. Purcell tuvo necesidad de venderla y el comprador intervino la trasera borrando la ins- cripción por razones obvias. Según ello, desde la salida de Alcalá, la tabla sufrió al menos dos intervenciones. Una de Manuel Lucena, «Restaurador de Cuadros antiguos de la Catedral de Sevilla», según consta en el dorso, que pudo ser casi a la misma vez de su compraventa, y otra reciente de la firma: «I & R», cuyo escueto informe de restauración fir- mado el pasado 13 de enero por Rafael Romero Asenjo indica que «Estructuralmente la obra se ha mantenido intacta desde su ejecu- ción, mantiene por el reverso sus tra- vesaños originales y el recubrimiento de estopa y yeso. No muestra signos de ataque biológico ni de alteracio- nes por antiguas restauraciones… …no presenta barridos ni alteracio- nes de antiguas limpiezas», lo que en algunas partes de la pintura resulta contradictorio. Este capítulo se cierra con los 38.000 €. que el anticuario desea per- cibir por la venta de esta tabla. Queda en manos de las instituciones andalu- zas y alcalareñas decidir si se inician las gestiones para que esta antigua y significativa obra del patrimonio artístico alcalareño, regrese a donde nunca debió haber salido, ahora que se cumplen 505 años desde que en 1508 fuese pintada por los maestros Gonzalo Díaz y Nicolás Calvo. 27 Estado actual de la tabla según se encuentra a la venta en un anticuario de Madrid. Vicente Romero Gutiçerrez Académico Correspondiente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras 20. ANGULO ÍÑIGUEZ, DIEGO. Obra citada
  • 30. 28
  • 31. S U primo Pepe y su hermana Pilar me lanzan el guante con cariño, y yo lo veo en el suelo, de reojo, con pesadumbre, con la misma que constato una vez más que llegamos tarde al abrazo con demasiada frecuen- cia, convertimos en infinitos los kiló- metros y recordamos a las personas pero no sus números de teléfono por- que vamos siempre deprisa al mismo sitio de siempre. Entre el honor y el desconcierto, acepto el reto de escribir en pasado de la mejor voz de informa- tivos que ha dado la radio sevillana. Debido a una enfermedad repenti- na, el pasado mes de abril nos dijo adiós el periodista alcalareño Antonio Ordóñez, amigo y compañero en Radio Guadaíra, aquella que fue radio con Isa Mateo, Jorge Pinto, Juan Jiménez, Antonio Sánchez, Juan Fuentes, Cordero o Florencio Ordóñez, entre otros muchos y buenos que llegaron para aprender y se fueron para seguir aprendiendo. Antonio fue un maestro coetáneo en quien me fijé porque donde yo ponía empeño él derrochaba talento. Cualquiera que fuese el género o la temática, noti- cia, reportaje, deportes... desplegaba una redacción ágil y certera, rematada por una locución impropia de su juventud, acento andaluz culto, pausa- da y perfecta modulación, de modo que salida de su boca la actualidad local parecía de agenda nacional. Comenzó su andadura en Radio Sevilla junto al Maestro Araujo, prime- ro en la redacción de deportes y luego destacado en informativos de la Cadena Ser, en Sevilla y Huelva. Posteriormente trabajó en la oficina del Portavoz del Gobierno de la Junta de Andalucía con el ex consejero Gaspar Zarrías y más tarde cambió de rumbo profesional para volver a la radio, a su medio, en este caso a Canal Sur como presenta- dor y productor de programas. Semanas antes de su marcha mi amiga y periodista Mercedes Vega me cuenta que se lo encontró en los estu- dios de Canal Sur y que le preguntó por mi, que si seguía informando de temas alcalareños podría contar que había terminado y defendido con éxito su tesis doctoral El derecho de la pro- tección de datos personales y los medios de comunicación, conducida desde el departamento de Periodismo II de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Por ello, el periodista y abogado ha sido distin- guido por el consejo consultivo de la Agencia Española de Protección de Datos con el premio de investigación en la modalidad de trabajos originales e inéditos, y cuyo acto de entrega tuvo lugar el pasado 26 de abril en Madrid ya sin Antonio entre nosotros. Era tenaz, brillante y con un admi- rable afán de superación. Todos estos años de comunicación institucional y periodismo radiofónico los había simul- taneado con la carrera de Derecho, de la que se licenció en 1997, y el trabajo de investigación sobre un tema novedoso y oportuno como el de la protección de datos y el tan anhelado derecho al olvido en la red. Esa es la raza de los pioneros, de quienes son capaces de llegar hasta donde antes nadie ni quiso ni pudo. Porque a Antonio lo fácil le aburría y se trazaba desafíos que ya tenía construidos en su mente. Me gusta pensar que no se fue defi- nitivamente, que se ha marchado por un tiempo como esos miles de jóvenes talentosos que hacen las maletas para encontrar fuera lo que aquí se les niega, el justo reconocimiento a duros años de preparación profesional. El Dr. Ordóñez nos deja un gran legado. De un lado la tesis doctoral que habrá de convertirse en manual de trabajo académico para las generaciones venideras tanto de periodistas como de letrados, empeño en el que nos afanaremos familiares y amigos. También, nos impartió esa lección magistral con la que indica el camino del esfuerzo como el más direc- to al premio del conocimiento y de aspirar a ser mejores personas. 29 LA LECCIÓN DEL DR. ORDÓÑEZ Fco. Javier Maestre Caballero Antonio Ordóñez Martínez escaparate@movistar.es 609 344 567
  • 33. E L gran pintor Emilio Sánchez Perrier nació el 15 de octubre de 1855 en la ciudad de la Giralda, Sevilla. De muy joven ingresó en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad, teniendo como maestros a Joaquín Domínguez Bécquer, Manuel Barrón y Carrillo, Manuel Wssel de Guimbarda y Eduardo Cano de la Peña. También comparte su tiempo ayudando al padre en la relojería de la calle Sierpes, aunque esta tarea no era de su agrado. Entre otras recibió las siguientes con- decoraciones y distinciones: - Medalla de Oro de la Exposición de Cádiz, 1879. - Mención Honorífica en el Salón de París, 1886. - Segunda Medalla en la Exposición Universal de París, 1889. - Medalla de segunda clase en Madrid, con la obra titulada «Febrero», hoy, en el Museo de Arte Moderno de Cataluña con el nº 2278, donde existe otro paisaje de Alcalá de Guadaíra, con el nº 2279, que fue adquirido en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona de 1891. - Comendador de la Orden de Isabel la Católica. -Académico Honorario de laAcademia de BellasArtes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. - Miembro de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia. Tras pasar una temporada en Alcalá, toda su producción se la llevaba a París, donde con los trabajos de allí realizados, eran vendidos a su marchante George A. Lucas. Así actuaba todos los años. Sus bellísimas obras eran muy soli- citadas, tanto en Francia como en Inglaterra y Estados Unidos, obteniendo unos bene- ficios económicos muy considerables. La última obra que sabemos que rea- lizó fue la titulada «Triana» en 1907, y que formó parte del álbum entregado en 1908 a la Reina Victoria Eugenia por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Este álbum contiene, además, obras de Villegas, Luis Jiménez Aranda, Alpériz, Virgilio Mattoni, Conde de Aguiar, Sánchez Perrier, José García Ramos, López Cabrera, García y Rodríguez y Gonzalo Bilbao (orden dentro del álbum). Toda su vida fue un verdadero éxito. Dice José Cascales, en su libro Las Bellas Artes de Sevilla, Toledo, 1929: …que reproduce la naturaleza sobre el lienzo, con tal exactitud, que los arroyos de sus paisajes tienen la transparencia y el verdadero movimiento de las aguas, y hasta parece que se oye el murmullo que producen al serpentear entre las flores silvestres que adornan las orillas; los árboles figuran mecerse a impulso del viento que pone en revolución las hojas de sus ramas; las yerbas del prado no pueden ser más verdaderas, y el cielo que pinta en un hermoso día de sol, es tan diáfano y azul como el de la patria que lo vió nacer. Emilio Sánchez Perrier es, para terminar, uno de los paisajistas Río Guadaíra con San Roque al fondo. Sánchez Perrier. Óleo sobre lienzo. 48 x 65 cm. 31 ALCALÁ EN BUENOS AIRES (III)
  • 34. 32 contemporáneos más distinguidos y una gloria de España. Eugenio Sedano, en su obra Estudio de Estudios, escribe sobre nuestro pin- tor: Honra de la moderna escuela pictó- rica, Sánchez Perrier es artista de cuer- po entero, merecedor de los elogios que la crítica sabe tributarle y digno de la admiración de los aficionados. Ante los paisajes de este maestro, el ánimo se extasía pensando en los misteriosos encantos de la campiña, enervase el sis- tema nervioso como si, en efecto, los ojos se recrearan en la corriente del arroyuelo, que juguetón serpentea; la cabeza siente suaves desvanecimientos porque el horizonte la lleva tras sus líneas lejanas. No opinaba igual Bernardino de Pantorba, que en su obra El Paisaje y los paisajistas españoles, relata: Pocos pai- sajistas de categoría ha dado la región andaluza, ninguno sobresaliente. El más notable (ya que no el más conocido lo fue García y Rodríguez) parécenos Emilio Sánchez Perrier. Tristemente, el día 13 de septiembre de 1907 fallecía en los Baños Viejos de Alhama de Granada como consecuencia de la tuberculosis, a la edad de 52 años; tardando varios días en poder realizarse su enterramiento, por no localizar a sus familiares, puesto que sus padres habían fallecidos y su estado civil era soltero. Visitado el Cementerio Municipal de dicha localidad, y dado la falta de fami- liares, su tumba ha desaparecido. Como este resumen se titula «Alcalá en Buenos Aires», es digno mencionar que hasta su fallecimiento y a pesar de su triunfo en Europa y Estados Unidos, en Buenos Aires por mediación del mar- chante ARTAL, sólo había presentado una obra en el año 1905. En junio de 1907, y a través del Sr. Artal, en su Exposición nº XVIII presentó tres óleos denominados: «Molino de San Juan», «Paisaje de Alcalá» y «Alrededores de Sevilla». No logró vender ninguno de ellos, volviendo al Catálogo de la Exposición XIX celebrada en abril de 1908. El cuadro «Molino de San Juan» (46 x 27 cm.) en una subasta celebrada en Nueva York, el día 30 de octubre de Estudio de árbol. Sánchez Perrier. Dibujo sobre papel. 24 x 33 cm. Arboleda. Sánchez Perrier. Grisalla sobre papel. 44 x 27 cm. Portada del Catálogo Portada del Catálogo
  • 35. 1985, fue adjudicado en la cantidad de 25.000 dólares. En la misma casa, cele- brada el 17 de octubre de 1991 se adju- dicó la obra «Curso del río de Alcalá» (36 x 55 cm.) en 29.700 dólares. El pro- pio Sr. Artal disfrutaba en su domicilio de un paisaje de Sánchez Terrier. Aún, a pesar de la crisis actual, en el mes de enero de 2013, en la sala de subastas Ansorena de Madrid, se ha adjudicado una obra llamada «Ribera de Guillena» (19 x 35 cm.) por la cntidad de 26.000 €, más gastos. Más importante fue la intervención del pintor y marchante José Pinelo en Buenos Aires; en el Catálogo de la VII Exposición de Pintura Española, cele- brada en el salón de C/. Florida 112 el año 1908, presentó 41 obras, de las que al menos nueve de ellas quedan perfec- tamente identificadas de Alcalá. En la VIII Exposición en 1909, organizada por el Sr. Pinelo y celebrada en el salón Costa en C/. Florida 163, también en BuenosAires, vuelve a presentar 37 obras de Sánchez Perrier, de las que ocho corresponden a Alcalá. Merece citar la IXExposiciónde1910enelsalónL´Aiglon en C/. Florida 654, presentando 16 obras, ninguna de ellas de Alcalá. Hemos podido comprobar que fue- ron 111 obras de Emilio Sánchez Perrier, las que se presentaron en Buenos Aires. Aquellas que no se vendieron, Pinelo las expuso en Río de Janeiro, Uruguay, Cuba, etc. Después de lo narrado, comprobamos la gran dispersión de la obra de nuestro pintor. Como en anteriores ediciones de la publicación Escaparate, volvemos a dar la bienvenida a esta obras que supone- mos han llegado desde tan lejos para poderlas disfrutar en su tierra. Continuara… Molino del Algarrobo. Sánchez Perrier. Óleo sobre tabla. 21 x 32 cm. Mª Carmen Pareja 33
  • 36. E N la madrugada del pasado 2 de abril nos dijo adiós Mariano Pulido Solís, ex futbolista del Sevilla y entrenador que fuera de, entre otros equi- pos, nuestro Club Deportivo Alcalá, al que ascendió a tercera y donde dejó a todos los que tuvimos la suerte de traba- jar con él la huella indeleble de su pro- fesionalidad y calidad humana. Nacido en Marchena el 22 de agosto de 1956, a Pulido se le había diagnosticado una enfermedad degenerativa contra la que parecía luchar con la misma entereza y dignidad que siempre demostró en los terrenos de juego. La noticia de su falle- cimiento sorprendió a todos cuantos cono- cían su situación ya que, a pesar de la enfermedad, su estado no hacía presa- giar tan fatal desenlace. Así nos lo con- firmó recientemente un ex jugador cuya relación de amistad trascendió lo pura- mente deportivo y de quien nos consta ha sentido muy profundamente su muer- te, Juan Antonio Girón, uno de los últi- mos grandes goleadores que ha dado nuestro balompié y protagonista en el ascenso a tercera del Alcalá de Pulido: «No lo esperaba. Le vi sólo cinco días antes en su casa porque tengo amistad con Loli y toda la familia, y le encontré muy bien. Como persona era una mara- villa. Con un trato correcto siempre, como entrenador ha sido el mejor que he teni- do junto a Pintinho. Fue quien más con- fianza me dio y con quien he jugado más. Coincidí con él aquí y en el Marchena y aprendí mucho. Su apuesta por el fútbol bonito era algo que le distinguía. ¿Una anécdota? Recuerdo que Carlitos, ex jugador del Sevilla y del Mallorca le regaló unas botas y le dije que si ascen- díamos a tercera me las tenía que regalar. Logrado el ascenso se vino hacía mí y me dijo: "Toma las botas, te las ha merecido"». De similar opinión es el capitán que estuvo a sus órdenes en esa histórica temporada 2000-2001,Agustín Castellano, «Rarra», miembro de una estirpe de fut- bolistas que han defendido la elástica alcalareña durante muchas temporadas: «Como persona, no hace falta añadir nada más ya que lo dice todo el mundo. Una persona estupenda. Y como entre- nador lo que más llamaba la atención era que nos inculcaba la idea de jugar al fútbol, de tratar bien el balón. Algo inusual cuando estas jugando en cate- goría regional y en campos de albero. Pero no renunciaba a ese objetivo. Era, además, muy trabajador, con una gran capacidad. No me extraña los títulos que alcanzó en las categorías inferiores del Sevilla de donde tantos y buenos jugadores ha sacado.» UN ALCALAREÑO MÁS Aunque no renunció nunca a sus raí- ces, Pulido se sentía plenamente identi- ficado con Alcalá y siempre hizo gala de ese sentimiento. Con una alcalareña se casó, alcalareños son sus hijos, Sara y Jorge, y como tal más se manifestaba incluso cuando algún periodista le pre- guntaba acerca de sus orígenes marche- neros: «Nací allí, pero me he criado en Alcalá y soy de aquí. Me resulta raro que te refieras a mí como el míster mar- chenero», le espetó un día a Oscar Murillo, periodista de Estadio Deportivo. Por cier- to, que su hijo Jorge siguió sus pasos y juega actualmente en el Fuenlabrada madrileño aunque hace unas tempora- das defendió los colores del Alcalá en Segunda B dejando igualmente en nues- tra afición un grato recuerdo. Su matri- monio con nuestra paisana Loli Barneto emparentó a Pulido con Rivas, al estar casado éste con su cuñada, otro nombre mítico para la afición nervionense y que también defendiera los colores de nues- tro primer club antes de triunfar en el Sánchez Pizjuán. La profesión de entrenador de fútbol no siempre es bien entendida. Ocurre, como pasa en otras actividades, que el paso del tiempo pone cada cosa en su sitio y hace ver las cosas de otra mane- ra. A veces los futbolistas llegan a tener una visión distinta de sus técnicos cuan- do han alcanzado cierta madurez o dejan de estar en activo. Y sobre todo, cuando pasan a convertirse en entrenadores transcurridos unos años. Es el caso de Agustín Núñez, «Agustín», lateral en el conjunto campeón que Pulido llevó a categoría nacional y sobrino de otro veterano de los banquillos, su tío José Luis, ya retirado: «Ahora que también me dedico a entrenar, entiendo mejor a Mariano. No es fácil entrenar y dirigir a un grupo de personas, cada una con su carácter. Mariano tenía un carácter fuer- te y yo, a pesar de mi juventud, también. A veces chocamos, pero siempre con admiración y respeto. Era una relación muy especial. Era un amante del buen fútbol que disfrutaba en cada momento y nos hacía disfrutar a los demás. Ha sido, sin duda, con el entrenador que más me he divertido en un campo de fútbol». Compañeros de Girón, Rarra y Agustín fueron en esa temporada histórica los porteros Fernando y Belmonte, José Luis, Victor Sánchez, Núñez, Coronilla, Rocha, Miguel Ruiz (a quien Pulido se trajo del Sevilla), Coroba,Andrés, Paquito, Lozano -que luego le sustituiría en la dirección técnica en una controvertida decisión de la directiva presidida por Javier Olivero que muchos no entendimos-, Selu, Álva- rez... Todos ellos supieron del carisma de un técnico que fue un señor dentro y fuera del terreno de juego. Para el actual presidente del Alcalá, Lisardo López, Mariano Pulido era «un profesional muy bueno. Le gustaba el juego pausado, de toque, y le recuerdo como una persona muy pacífica. Muy respe- tuoso con todos. Incluso cuando era amo- nestado por el árbitro, lo hacía para buscar una reacción en la grada. Para motivar a la gente. Aceptó su salida del club sin rencor y de hecho ayudó para que su hijo jugase aquí, tal como sucedió.» LUTO EN EL MUNDO DEL FÚTBOL. SE FUE MARIANO PULIDO 34