1. La cambiante naturaleza de
Ya en el Diccionario de autoridades (1732) aparecía la voz ex como preposición latina «que en
nuestro castellano solo tiene uso en la composición de algunas voces, y sirve para aumentar o avivar
la significación de la voz que compone: como exponer, extender, y otras veces vale negación de lo
que significa, como en exánime, exangüe». Muy poco después, en 1891, la Academia le añadió otro
significado: «Antepuesta a los nombres de prelacía, y oficio entre regulares, denota que el sujeto a
quien se aplica obtuvo y dejó ya aquel cargo u honor, y así se dice: ex provincial, ex guardián».
Desde 1817 unía la preposición y el sustantivo con guión (ex-provincial, ex-guardián), que
desapareció en 1837. Con el tiempo, el ejemplo de ex guardián dejó su lugar al de ex ministro,
condición más frecuente en la España decimonónica.
Desde 1927, ex no solo se anteponía a nombres de dignidades o cargos. También acompañaba a
«otros nombres o adjetivos de persona para indicar que esta ha dejado de ser lo que aquellos
indican: ex discípulo, ex monárquico».
En 1992, el ex de exánime dejó de definirse como «preposición, generalmente inseparable» y pasó a
convertirse en prefijo, mientras que el ex que se anteponía a nombres y adjetivos de persona para
indicar que esta había dejado de ser lo que aquellos expresan seguía siendo preposición, que
escribía separada y sin guión. En el 2001, la Academia lo clasificó por primera vez como adjetivo
('Que fue y ha dejado de serlo'. Ex ministro, ex marido). Y sin embargo, al mismo tiempo, registraba
en el Diccionario excautivo y excombatiente, que allí han seguido.
Durante muchos años, algunos lingüistas combatieron hasta la extenuación el planteamiento
académico. Para ellos, este ex era un prefijo, y como tal, debía unirse sin guión a la palabra a la que
afecta: exministro, exmarido. Julio Casares propuso enlazarlos con guión (ex-director); Seco quería
unirlo al nombre, y en caso de que este empezase con mayúscula, mediante un guión (ex-Rey).
Partidarios de la fusión eran también Polo y Martínez de Sousa.
Estos planteamientos parecieron tener impacto en el Diccionario panhispánico de dudas (2005), que
decía de ex que era un «prefijo autónomo de valor adjetivo, procedente de una preposición latina,
que se antepone a sustantivos o adjetivos [?]. Se escribe separado de la palabra a la que se refiere, a
diferencia del resto de los prefijos, y sin guion intermedio». La evolución acaba de culminar en la
nueva edición de la ortografía, para la que ex- es prefijo. «Se considera ahora conveniente -dice-, en
aras de una mayor coherencia del sistema ortográfico, asimilar el comportamiento gráfico de ex- al
de los demás prefijos, de manera que se escriba unido a la base cuando esta sea una sola palabra
(exministro, expresidente...)». Hasta aquí, todo bien. Pero añade: «... y separado de ella en aquellos
casos en que la base sea pluriverbal (ex alto cargo, ex teniente coronel, ex primer ministro, ex chico
de los recados, etc.)...».
La novedad de separar los prefijos cuando afecten a un sintagma pluriverbal merece un espacio
propio. Hasta entonces.
Francisco Ríos , LA VOZ DE GALICIA, 8 de enero de 2011