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Fundamentos teórico-metodológicos
para la didáctica de la pasiva
Luis Alberto HERNANDO CUADRADO
Universidad Complutense de Madrid
Resumen
El hecho de que la pasiva en español, por un lado, sea asimilable a la estruc-
tura atributiva y, por otro, presente un comportamiento diferente que ella se debe
en última instancia, entre otras cosas, a la doble naturaleza del participio, que, si
bien se comporta como el adjetivo del verbo, no pierde su naturaleza verbal.
PALABRAS CLAVE: Pasiva. Voz. Construcción. Estructura atributiva.
Perífrasis.
Abstract
The fact that the Spanish passive, on the one hanó, be assimilable to the attri-
butive structure and, on the other, presents a behaviour different from it is due as
the last resort, among other things, to the double nature of the participle, which,
although acts as the adjective of the verb, does not lose its verbal nature.
KEY WORDS: Passive. Vóice. Construction. Auributive structure. Periphrasis.
1. Introducción
En la tradición gramatical española el concepto de voz pasiva se utiliza
equívocamente tanto en su contenido morfológico corno en un sentido
L)idócfica, 9,137-152. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid, 1997
138 Luis Alberto Hernando Cuadrado
nocional basado casi siempre en el significado y, en menor medida, en ¡a
sintaxis’.
Tal vez por influencia de la tradición gramatical latina, la mayoría de las
gramáticas del español incluyen la voz pasiva como una de las características
del verbo. En el Esbozo de la Real Academia, por ejemplo, se dice: «Con el
verbo en voz pasiva, se calla el agente o productor de la acción cuando es des-
conocido o no interesa mencionarlo» (1973: § 3.5.6.1>).
Sin embargo, en nuestra lengua, a diferencia dc lo que sucedía en latín con
las formas verbales del sistema de infectuin, no existen desinencias flexivas
propias de la pasiva, como advierte ya A. de Nebrija en su Gramática, donde
le atribuye la condición de rodeo (perífrasis) con un enfoque formalista:
El latín tiene tres boses: activa, verbo impersonal, passiva; el castellano
no tiene sino sola el activa [...]. La passiva suple la por este verbo so, eres
y el participio dcl tiempo passado de la passiva mesma LI: assí que por lo
que el latín diz.e «amor, amabar, amabor», nos otros dezimos jo so atoado,
lo seré amado, por rodeo deste verbo so, eres y deste participio amado
(1492: 199).
La misma postura de A. de Nebrija se encuentra en otras gramáticas clá-
sicas, como en la de C. de Villalón («[la passión] no se puede expresar, decla-
rar ni manifestar sino por 9ircunloquio», 1558: 40) o en la primera edición de
la Gramática de la Real Academia Española: «Nuestra lengua, que no puede
expresar la pasiva con una sola voz, se sirve de rodeo para conseguirlo»
(1771: § 88).
En el siglo XIX y primeras décadas del XX, debido a la creciente impor-
tancia otorgada a partir del siglo XVIII a los criterios de índole nocional, se va
incorporando progresivamente en las gramáticas del español la voz pasiva
como uno de los accidentes de la conjugación verbal.
Segdwj. J;GúmevAsencio,
la caracterización formal de la clase ceibo y lo que ella suponía —por
ejemplo, una consideración morfológica, superficial, particular y latinizante de
las categorías verbales— ha cedido el paso [entre 1771 y 1847] a otra semán-
tica o logieo-objetiva, más universal,sla, donde los rasgos morfológicos o mor-
fosi ntácticos no son esencia] es y universales, sino simplemente accidentales y
particulares de una lengua concreta (1981: 21 6).
¡ En el presente trabajo nos ocuparemos unícamenle de la pasiva con ser (o estar) + par-
ricipio. ya que hace unos años estudiamos la pasiva reFleja en el artículo «Las construcciones
con se, en español» (Anuario de Estudios Filológicos, XL LI 988], pp. 185-201).
Fundamentos teórico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 139
Esta tendencia se refleja en la Gramática de la Real Academia Española a
partir de la edición de 1920, en la que se lee:
La voz es el accidente que denota si la significación del verbo es produ-
cida o recibida por la persona gramatical a quien aquél se refiere. En el primer
caso se llama voz activa, como en yo amo, y en el segundo, voz pasiva, como
en yo soy amado (§ 83).
También es posible que el recurso al concepto de voz pasiva estuviera
motivado por la necesidad de codificar la especificidad sintáctica de las cons-
trueciones pasivas, que tanta atención reciben en los apartados de los estudios
gramaticales dedicados a la sintaxis, como en el tratado de E. Benot, para
quien una cláusula está en «VOZ PASIVA cuando lo ejecutado, lo producido o
modificado, o bien lo causado, aparecen en nominativo, y el agente, esto es, lo
produeente, modificante o causante resulta en ablativo con la preposición
POR» (1910: 136).
Finalmente, ciertos autores evitan el uso del término voz y, cuando se refie-
ren a la pasiva, le otorgan el calificativo de construcción, como A. Bello («Si
este complemento pasa a sujeto, y el participio que se deriva del mismo verbo
invierte su significado y concierta con el sujeto, la construcción es pasiva»,
1847: § 430) y M. Seco: «En estos casos se dice que el verbo-núcleo y el par-
ticipio, unidos, forman una construcción pasiva» (1972: § 8.8.5.); algunos
hablan simplemente de pasiva, como 5. Fernández Ramírez («Para señalar este
cambio de personas que actúan o debían actuar en un mismo sentido [...] se
acude al uso de la pasiva con ser», 1986: § 76), y otros siguen empleando la
denominación tradicional pero sin atribuirle concomitancias morfológicas,
como J. Alema y J. M. Blecua: «Parece evidente que la voz no se expresa por
medios morfológicos sino sintácticos y que la expresión de pasiva 1 no pasiva
está reservada al contenido léxico del participio que mantiene la cualidad adje-
tiva de la concordancia» (1975: § 5.4.1.).
2. Identificación de la pasiva con la estructura atributiva
R. Lenz, 5. Gili Gaya y, especialmente, E. Alarcos Llorach coinciden en
señalar que las oraciones pasivas muestran identidad formal con las construc-
ciones atributivas.
2.1. El primero, para quien la pasiva es algo tan ficticio como la declina-
ción de los sustantivos, llega a abogar por su exclusión de la gramática caste-
llana:
140 Luis Alberto Hernando Cuadrado
El participio guarda también su función adjetiva en las construcciones lía-
nadas de voz pasiva con el verbo se,-: La casa fié terminada en el tíles de
Julio. Puesto que la misma construcción se emplea también con otros verbos,
corno esto;; quedar; pertnunc’ce;; segur;; ir ven,;; llega;, etc,, qiitt exl)resan
ligeras alteraciones en la naturaleza de la acción con la mis ma idea pasiva y.
por otra parte, todos estos verbos se pueden usar con verdaderos adjetivos
como atributos predicativos, se podría borrar de la gramática toda la conjuga-
ción pasiva (1935: § 253).
El segundo se ¡nueve entre la negación de la construcción pasiva y el recono-
cimiento de que el participio es portador de tales contenidos con valor linguistico:
Una oración pasiva es por su forma una oración atributiva. Entre esta
mujer es herniosa y esta mujer es admirada no existe ninguna diferencia for-
mal; en uno y otro caso tenemos un sujeto al cual se atribuye una cualidad por
medio de un predicado nominal compuesto de verbo copulativo y atributo.
Pero la naturaleza del atributo, en el primer caso un adjetivo léxico y en el
segundo un participio, modifica sustancialmente el significado de la oración.
Ser hermosa es una cualidad del sujeto; ser admirada es una acción ajena que
termina y se cumple en él. Una persona es respetable por sí misma; para ser
respetada es menester que alguien la respee> (1961: § 102).
2.2. El lingíiista que más explícitamente ha defendido la identificación de
las estructuras pasiva y atributiva es E. Alarcos Llorach. quien ya en su Gra-
matuca estruct.,r,,l> t- -1-se-manifestaba-en contra de considerar la pasividad
como una forma lingúistica, tanto en la dimensión derivativa como en el
aspecto sintagmático:
En el nexo la noticia es d;fu;,dida encontramos qt¡e la llamada «voz pasiva»
es difundida consta de dos pleremas [.1.¿Hay algón elemento en la expresión
que pueda ser señalado como portador de contenido «pasivo»? No puede serlo
- Roca Pons sc muestra de acuerdo con quienes nie can la existencia de rasgos morfo-
lógicos y sintácticos por os que la pasiva se pueda distinguir de la construcción atributiva
(«La voz, pasiva se confunde. segón opinan algunos gramáticos. con la oración de predicado
nominal», 1974: § 6.10. 1.), pero se inel ion a favor del mantenimiento de la pasiva basándose
en la posibilidad de volverla en activa (Ella es ctd,oirada —> Lo admiran) y en la naturaleza
del participio: Ha sido avisado.
En a primcta edición de la (bamática esnueí,,u-al (de 195 1 . ~n-98— 10<)) es donde E.
Marcos Li orach expone ya estas opiniones, sobre las que vuelve. prácticamente con el misitio
texto, añadiéndole algunos datos o luyes matizaciones, en su artículo «Las diátesis en espa-
ñol», publicado en la Revista de Filología Española (vol. XXXV. también dc 195 1, ~ 1 24—
1 27) e iocluido posteriormente en Los E.vtíalias de guao oc ii-a avivad1 del españa¡ (en ctty it
primera edición. dc 1970. fi gura en las PP. 90-94).
Fundaníentos teorico-níetodologicos para la didáctica dc la pasiva 141
el elemento ido del «participio», porqttc igualmente aparece comportando conte-
nido «activo» en los llamados «tiempos compuestos» (he difundido) (ibíd: 98>.
A continuación, rechaza la posibilidad de que sea la junción del verbo
auxiliar y el participio del auxiliado la responsable de la manifestación lin-
gúistica del contenido pasivo:
No hay tal pasiva: ¿quédiferencia existe entre las llamadas frases pasivas y las
frases «copulativas»? Ninguna en cuanto a la expresión: la edición fue reducida
puede referirse al contenido «fue poco abundante» o al contenido «fue disminuida».
Y ya sabemos que, aunque semánticamente dos contenidos sean diferentes, no lo
son lingílísticamente si no se corresponden con dos expresiones distintas
4 (ibid.: 99).
Con el tiempo, vuelve sobre el tema en los artículos «Pasividad y atribu-
ción en español»5 (1965-1967) y «Otra vez sobre pasividad y atribución en
español» (1985), en los que, tratando fundamentalmente la pasiva como cons-
trucción sintagmática, llega a la misma conclusión de que no existe diferencia
lingúistica entre las estructuras pasivas y las atributivas.
Las oraciones César fue vencido y César fue vencedon cuyos contenidos
se diferencian exclusivamente por la oposición de los términos adyacentes del
predicado (vencido 1 vencedor), presentan idéntica estructura. Ambas cuentan
con «un mismo sujeto y un mismo núcleo en el predicado; la relación de los
términos vencido y vencedor con el núcleo y con el sujeto de sus respectivas
oraciones es paralela» (1970: 127).
Tanto el atributo de las construcciones atributivas (El proceso fue instruc-
tivo) como el participio de las pasivas (FI proceso fue estudiado) son conmu-
tables por el referente pronominal átono invariable 106: lofue.
En este sentido, E. Alarcos Llorach hace notar que, siendo la pasividad fundamental-
mente un hecho de contenido, muchas de las oraciones tradicionalmente consideradas activas,
como La sobrina padecía reúma, tienen un sentido inequívocamente pasivo, y que una m¡sma
situación, sin variar la voz, muchas veces pttede presentarse desde la perspectiva activa, como
st se hiciese algo (Un clavo sosíenía el cuadro), o desde la pasiva, como si le hiciesen algo a
alguien: El citadro colgaba de un clavo.
El artículo «Pasividad y atribución en español» aparece publicado por primera vez en
el Homenaje al Profesor Alarcos García (vol. II, Universidad de Valladolid, 1965-1967, Pp.
15-21) e incluido más tarde en los Estudios de gramática funcional del español (edición
citada, pp. 124-132).
En este punto el mismo E. Alarcos Lloraeh (ibid.: 128) sale al encuentro de la objeción
que se le podría formular (y que, de hecho, más adelante así sería) en contra de la identifica-
ción de las estructuras pasivas (El puente era volado> con las atributivas (El puenie era inú-
til) basada en que sólo aquéllas admiten su transformación en pasivas reflejas (Se volaba el
puente) o en activas: Volaban el puente.
142 Luís Alberto Hernando Cuadrado
El complemento agente (El proceso jite estudiado por los defrnsores) es un
adyacente del participio, núcleo del grupo sintagmático. «al cual forzosamente
presupone» (ibid.: 129). El participio y el complemento agente forman una
unidad sintáctica, ya que, en caso de elusión, quedan representados en el refe-
rente único lo. Las diferencias de contenido del complemento agente y otros
términos adyacentes del núcleo atributivo (El proceso fue instructivo por los
que intervinieron) «no son gramaticales, sino de sustancia» (ibid.: 130).
El verbo ser es conmutable por los mismos verbos atributivos o semipre-
dicativos en las estructuras atributivas (La casa es [está, parece, resulta] vieja)
y en las pasivas: La casa es (está, parece, resulta) destruida.
Ante estos hechos, llega a la conclusión de que no se puede sostener la
existencia de una construcción típica de la pasividad tatnpoco en el plano sin-
táctico. El responsable de la pasividad en secuencias corno Césarjite vencido
se debe buscar, no en la construcción en su conjunto, sino en el interior de uno
de sus sintagmas, el participio. Así, el valor pasivo que se reconoce en César
fue vencido
no depende de particulares relaciones formales y gramaticales dentro de la
oración, sino del contenido léxico propio del sintagma vencido. Lo «pasivos>
—si aceptamos su existencia— no radica en la oración, sino exclusivamente en
uno de los lexemas de vencido (ibid.: 127).
3. La pasiva como perífrasis
A pesar de los argutnentos expuestos por E. Alarcos Llorach, otros auto-
res, como M. V. Manacorda de Rosetti, F. Carrasco y, sobre todo, E. Lázaro
Carreter, han defendido, desde los presupuestos del estructuralismo, la exis-
tencia de la pasiva en español encarnada en la estructura ser + participio, en la
que buscan rasgos distintivos que la diferencien de la atributiva.
3.1. Para M. Manacorda de Rosctti
7. la diferencia fundamental entre la
estructura pasiva y la atributiva se basa en que, mientras que aquélla es una
frase verbal, ésta constituye un grupo verbal.
El trabajo de M. V. M anneorda de Rosctti, «La frase verbal pasiva di el si stc,iía espa-
ñol», dado a conocer al público en 1961 (Filología, vol. VII, Pp. 145-159) y editado en forma
de li&iío en 1963 (Buenos Aires, CEEYL), es incorporado en 1969 a la obra Estadios de gea-
¡¡‘atico estrí.,eíurai (Bue¡,os Aires, Paidós, pp. 71—90>, escrita por esta at¡tora en colabor;tción
con A. Mt Barrenechea.
Fundaníentos íeórico-metodológicos para la didáctica cíe la pasiva 143
Tanto la frase verbal como el grupo verbal llevan subordinado al núcleo
(verbo) un modificador, que en el primer caso es stempre un verboide
(Facundo fue reemplazado por Rosas
5) y en el segundo puede no serlo: Todos
los gauchos son rastreadores.
El modificador de la frase verbal admite la conmutación léxica: Algunos
toldos de los indios fueron desbaratados¡Algunos toldos de los indios fueron
reconstruidos; el del grupo verbal acepta la conmutación léxica (Estoy libre ¡
Estoy preso) y la estructural9: Estoy en libertad.
3.2. F. Carrasco, partiendo del principio de la lingúística estructural de
que una expresión es relevante si tiene como reverso un contenido, y, a la
inversa, un contenido interesa si tiene como anverso una expresión, sostiene
que «el verbo ser y el participio (ser + participio) constituyen solidariamente
un sintagma que funciona como pasiva y exclusivamente como pasiva»
(1973: 335).
La relación de interdependencia de los elementos que integran la pasiva se
debe a que el verbo ser presupone el participio y éste presupone el verbo ser,
de modo que «en ningún otro caso se realiza la combinación de estos consti-
tuyentes para indicar un contenido distinto del pasivo»t0 (ibid.: 335).
La conmutación del participio y el adjetivo por lo cuando se combinan
con el verbo ser no es determinante para su equiparación, dado que «la pro-
nominalización con lo se produce a un nivel más general y que sus posibili-
El complemento agente por Rosas, según esta autora, «modifica a la unidad fue reem-
ifiazado (y, + predicativo); no, al y,» (1969: 84).
A pesar de que el argumento esgrimido por M. V. Manacorda de Rosetti en pro
de la existencia de la construcción sintáctica pasiva con especificidad propia parece
contundente, J. MA Brucart (1990: 189) observa que la imposibilidad deque el partici-
pio admita la conmutación estructural no se debe a sus propias características, sino a la
presencia del complemento agente (que es opcional), por lo que si, por ejemplo, en
Aquel individuo era criticado/atacado! denostado por los asistentes, se suprimiera tal
SPrep, cualquiera de estos participios estaría en condiciones de admitir la conmutación
estructural, y, por el mismo motivo, algunos adjetivos, como difícil, fácil o itnposible
(Eso es difícil ¡fácil! imposible de aceptar), no admitirían más que la conmutación
léxica.
lO En opinión de este autor, los empleos no pasivos de ser
caen dentro de las construcciones copulativas, en que el predicativo es nece-
sariamente un sustantivo explícito o implícito; los empleos de ser con par-
ticipio, de contenido copulativo, se encuadran en las construcciones de ser
+ «adjetivo» en que el sustantivo predicativo desaparece del nivel de la
expresión, pero, indudablemente, permanece en la estructura profunda
(ibid.: 335).
1 44 Luis Alberto Hernando Cuadrado
dades referenciales van más allá del predicativo y el participio de la pasiva»
(ibid.: 340).
La posibilidad de sustitución de ser por otros signos léxicos, como
estar parecer o resultar, tampoco acerca la pasiva a las copulativas, puesto
que
en todas las conmutaciones del enunciado la casa ES destruida, cons-
latamos que la noción temporal de cada uno de los constituyentes en el
enunciado es la misma que tienen separadamente. En es destruida se pro-
duce una revitalización temporal del participio que nos hace ver el desplie-
gue interno de la acción; en las otras se nos presentan los resultados de la
acción’’ (ibid.: 341).
3.3. F. Lázaro Carreter’
2, sin dejar de reconocer la corrección metodoló-
gica de los argumentos de E. Alarcos Llorach, expone otros con los que
defiende la singularidad de la construcción pasiva en español.
La conciencia idiomática del hablante diferencia claramente la pasividad y
la atribución, por lo que «una gramática que no los trate como capítulos sepa-
rados tiene que resultar sospechosa de error, y dudo de que le resulte convin-
cente la explicación de que el análisis “tiene que” prescindir del significado»
(1980: 62).
En el análisis de cualquier secuencia se debe atender no sólo a su aspecto
sintagmático, sino también al paradigmático. De esta manera, las oraciones La
tirada jite reducida por el editor y La lirada jite reducida por el carácter mino-
ritario de la edición no poseen una identidad estructural, ya que reducida en
cada una de ellas pertenece a un paradigma diferente (participio, en la primera,
y adjetivo, en la segunda).
Incluso tomando en consideración sólo el eje sintagmático, pueden apor-
tarse pruebas contrarias a la equiparación. Así, las oraciones La noticia es falsa
y La noticia es divulgada poseen diferente estructura como se demuestra al
efectuar la transformación a pasiva refleja, posible únicatnente en el segundo
Estos razonamientos de F. Carrasco, según A. López García (1996: 441), más que a
los participios, deberían aplicarse a las construcciones, dado que, si una oración como El
vaso fue tojo por Pedro, al tener agente, es una construcción sintáctica pasiva, El vaso roto
por PerI‘.0 era de mala calidad seria i¡na pasiva léxica por conllevar un uso adjetivo del par-
ti..c¡pio.
‘2 El estudio de E. Lázaro Carreter «Sobre la pasiva en español», aparecido por primera
en el 1975, en el Homenaje al Instituto de Filología y’ Litera¡,í,as Hispánicas Dr. Amado
Alonso en su cincuentenario (1923-1973) (Buenos Aires, pp. 200-209), forma parte dcl libro
Estudios cíe lingiiísíiea (Barcelona, Ed. Crítica, 1980, ny ó 1-72).
Fundamentos íeortco-n¡etodológicos para la didáctica de la pasiva 145
caso: Se divulga la noticia. Del mismo modo, la secuencia La tirada fue redu-
cida por el editor admite la paráfrasis El editor redujo la tirada, mientras que
el decurso La tirada fue reducida por el carácter minoritario de la edición
carece de tal correspondencia. Como se ve, «las relaciones son muy distintas
en la estructura pasiva y en la atributiva» (ibid.: 64).
En La tirada fue reducida por el editor, reducida es atributo, dado que,
como todos los sintagmas que desempeñan esta función, «no admite una
verbalización que conserve la sustancia semántica de la oración» (ibid.: 64);
por el contrario, en La tirada fue reducida por el carácter minoritario de la
edición, se produce dicha verbalización por transformación del participio, lo
que «confirma lo bien fundado del punto de vista tradicional, coincidente
con el generativo, según el cual ser no funciona en ellas como núcleo ver-
bal, sino como auxiliar del núcleo, el cual está constituido también por el
participio» (ibid.: 64-65). Desde el punto de vista distribucional, la forma
muy puede aparecer antepuesta al adjetivo o al participio (La tirada fue muy
reducida por el editor; La tirada fue muy reducida por el carácter minori-
tario de la edición), mientras que mucho sólo puede ir pospuesto al verbo
(La tirada fue reducida mucho por el editor), lo cual pone de manifiesto que
la secuencia ser + participio forma una unidad frente a las estructuras atri-
butivas.
La oración La tirada fue reducida imprudentemente carece de correspon-
dencia con otra en que figure un adjetivo en lugar del participio a no ser que
el adverbio en -mente funcione como complemento oracional (atributo ora-
cional, en la terminología de E. Alarcos Lloracb): La edición fue escasa,
imprudentemente; Imprudentemente, la edición fue escasa.
Cuando aparece la negación delante de ser, la secuencia se puede interpre-
tar como pasiva o como atributiva: La edición no fue reducida («acortada» o
«escasa»); sin embargo, si se sitúa entre ser y el participio, la oración sólo
puede ser atributiva: La ediciónfue no reducida («escasa»).
El complemento agente es de distinta naturaleza que otros complementos
preposicionales introducidos mediante la preposición por, ya que no se les
puede aplicar una regla del español que permite coordinar dos complementos
de la misma índole. En la oración La noticia es divulgada por la radio y por
los periódicos, los sintagmas por la radio y por los periódicos, al ser del
mísmo tipo, se encuentran coordinados, lo cual resulta imposible en »La noti-
cia es divulgada por los periódicos y por su interés.
Con estos razonamíentos nos lleva a la conclusión de que la pasividad y
la atribución, cuya identificación «encuentra obstáculos insalvables aun den-
tro de la teoría estructuralista en que se ha originado» (ibid.: 72), constitu-
yen dos estructuras diferenciadas. En las primeras el verbo ser y el partici-
146 Luis A ¡beco Hernando C,.¿acírado
pio forman un núcleo verbal complejo y en las segundas el núcleo es sólo el
verbo ser’>.
4. La pasiva desde la perspectiva generativista
Para los generativistas, entre los que se encuentran V. Demonte, J. M Bru-
cart y A. López García, la cuestión no estriba tanto en plantear si la pasiva y
la atributiva son construcciones diferentes, lo cual resulta obvio, sino en deter-
minar cómo es posible que hayan llegado a sentirse equivalentes.
4.1. La propuesta de y. Demonte, dentro de este marco, gira en torno al
principio según el cual no hay límites claros entre los valores verbales y adje-
tivales del participio.
‘> Algunos funcionalistas, como C. Hernández Alonso (1982), el mismo E. Alarcos Lío-
rach (1985), 8. Gutiérrez Ordóñez (1986) y M. Iglesias Bango (1991), a la vista de los argu-
mentos aducidos por E. Lázaro Carreter, han puntualizado que: a) un hablante carente de cono-
cimientos gramaticales como mucho podrá observar que el significado de las construcciones
pasivas y atributivas es diferente, y el juicio que pueda emitir otro hablante con cierta forma-
ción en este terreno carecerá de validez al estar mediatizado por sus prejuicios; b) las relacio-
nes paradigmáticas se encuentran determinadas de alguna manera por las sintagmáticas, y
algunas funciones, como la de atributo, no nos dicen mucho acerca de la natitraleza paradig-
mática del sintagma que las ocupa; e) el que el contenido de la pasiva, frente al de la atribu-
tiva, pueda expresarse en pasiva refleja o activa, no se debe a la «diversidad de las relaciones
oracionales, qite son siempre las mismas, sino de las que se dan en el nivel inferior de la
estritetura de uno de sus componentes, es decir, el sintagma que funciona como atributo»
(Alarcos, ¡985: 18); d) tanto el complemento agente como el causal dependen direeta,nente
del núcleo del atributo, ya que, cuando se suprime el verbo ser, la frase no se resiente: La
tirada reducida por el editor; La tirada reducida por el carácter minoritario de la edición; e)
el atributo también admite esporádicamente la verbalizoción conservando la sustancia sc¡nán-
tica de la oración: El café es amargo —> El café amarga; 1) los adjetivos y los participios
observan idéntico comportamiento con muy: Las negociaciones fueron ‘huy laboriosas; El dis-
cursc, fue muy elogiado; g) ,,,ucho, por on lado, no siempre puede posponerse al participio de
la pasiva (“Césarfue ,natcmdo mucho por Bruto) y, por otro, pitede aparecer con el participio
en contextos en que no figura el verbo ser: Una tirada reducida mucho por eí editor; h) la
compatibilidad o incompatibilidad de los adverbios en —n,e,,te con determinados participios o
adjetivos, acompañados o no del vembo se;, se debe a condicionamientos semánticos: La tirc,da
fue (in¡prudenremeníe) reducida (in¡prcaíen¡eniente) por el editor; El niño es treme,,dan,ente
mnaíb Ciñó íiíádci (iíi¡ñhide}ií&iieizñ:) ,<yi,;~<1a ~ iñ4d~<ii¿4;¡Á.~ftJ»S~ jt ¿diihí; Un niño lee-
me,zdao,eníe “talo; i) hay participios formados con prelijos negativos que sí pueden dar 1 ugar
a pasivas sintácticas: El acto fue desautorizado por el Rector, y j) no sólo es imposible la
coordinación de los complementos preposicionales de la pasiva y la atributiva, sino también,
en ocasiones, la de los de dos pasivas: * La noticia es divulgc;dc; por ¡a radio >‘ por su totares.
Fundamentos icórico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 147
El participio parece comportarse como un adjetivo cuando acompaña a un
nombre e incide sobre él, pospuesto si lleva adyacentes (El vaso roto por
Pedro) o antepuesto, con ciertas restricciones semánticas, si no los lleva’
4: La
respetada familia.
También el participio se acerca a los adjetivos en aquellos contextos en los
que va precedido del cuantificador muy (Sus derechos fueron muy limitados) o
lleva prefijo negativo: Sus derechos fueron ilimitados.
Las partículas negativas sobre todo establecen una diferencia entre los usos
verbales y adjetivos del derivado y, por ello, entre las pasivas sintácticas (en
las cuales el funcionamiento del derivado como adjetivo no está claro) y las
pasivas léxicas (en las cuales el derivado se comporta claramente como un
adjetivo).
De esta manera, las construcciones Sus derechos fueron ilimitados y La
petición fue desconsiderada son pasivas léxicas, ya que «sólo hay un sujeto
sintáctico que recibe el papel temático asignado al objeto directo del verbo
correspondiente. Otros papeles temáticos como el de “agente” o “benefactivo”
son imposibles en las mismas» (1983: 153).
Sin embargo, los decursos Sus derechos fueron limitados y La petición fue
considerada, al no estar restringidos temáticamente, son pasivas sintácticas,
pudiendo incorporar un agente o benefactivo, como se observa en Sus derechos
(les) fueron limitados (por las autoridades) o La petición fue considerada (por
la Administración).
Los participios y los adjetivos equivalentes desde el punto de vista semán-
tico «no siempre aparecen con la misma forma verbal copulativa» (ibid.: 147),
como se advierte en María está atontada, *María es atontada ¡ María está
tonta, María es tonta.
1-lay adjetivos y nombres que pueden encontrarse detrás de un sintagma ver-
bal pasivo (Mitterrand fue elegido N[presidente]), pero no detrás de los adjeti-
vos en construcciones equivalentes: *Enrique fue inteligente N[presidente].
Las construcciones pasivas son susceptibles de formularse en tiempos pro-
gresivos, independientemente de que el verbo sea perfectivo o imperfectivo:
‘~ En esta última posición serían inaceptables secuencias como *La aceptada mujer, lo
que haría dudar del status de adjetivo del participio al ser ésta la colocación que se toma como
definitoria de los adjetivos:
Parece, pues, que el criterio de la posición, aunque no proporciona juicios
claros —no tiene, sobre todo, fuerza estadística—, indica al menos que ciertos
participios pasivos pueden considerarse como adjetivos si la posición preno-
minal se toma como característica de esta categoría (1983: 145).
148 Luis Alberto Her,¡andc, Cuadrctclo
La aviación inglesa está siendo abastecida en vitelo por avían es-ctsterna ante-
ricanos. Sin embargo, este tipo de formulación es impropia de las construc-
ciones con adjetivos atributivos (*frene está siendo alta), aunque a veces se
recurra a ella excepcionalmente para destacar la aparición de una cualidad con-
siderada corno iínperfectiva’
5: Juan está siendo tonto hoy.
4.2. J. M? Brucart, partiendo del modelo de la rección y el ligamento,
caracteriza la pasiva como «un procedimiento sintáctico que permite colocar
como sujeto de un verbo agentivo el argumento que desempeña el papel temá-
tico de TEMA o PACIENTE» (1990: 195).
Al no otorgar caso ni papel temático el participio a su sujeto, el objeto
directo ocupa la posición del sujeto y el agente se inhibe. De esta manera, la
estructura profunda SUJETO e’5’ [—papeltemático, +caso] + fue divulgada +
OBJETO DIRECTO la noticia [tema, —caso] viola a la vez el criterio temá-
tico~> en el sujeto y el filtro de caso’8 en el objeto, por lo que se pasa a la
estructura superficial SUJETO la noticia [tema, +caso] +fue divulgada, en la
cual la frase nominal la noticia conserva la concordancia que antes mantenía
con divulgada.
La construcción copulativa, por su parte, consta de un predicado integrado
por el verbo ser y un argumento suyo consistente en una cláusula menor’9 en
la cual el núcleo predicativo asigna papel temático a su sujeto, pero sin que
existan marcas flexivas, por lo que el argumento, para recibir la marca de caso,
debe desplazarse a la posición de sujeto de ser. Así, la estructura profunda
SUJETO e + es + SUJETO PREDICADO [Luis (listo)] [tema, -caso] debe
convertirse en la estructura superficial SUJETO Luis
1 + es + PREDICADO
[huella~listo], en la cual Luis, convertido en sujeto de ser, debe concordar con
él. De ello se desprende que: a) la pasividad y la atribución responden a estruc-
turas profundas no coincidentes; b) el resultado superficial de los procesos que
experimentan estas construcciones es equivalente__y .c) la divergencia más
notable en el paso de la frase nominal de ambas desde la estructura profunda
LS M. Iglesias B ango. basándose en los principios (leí funcionalismo, se muestra en desa -
cuerdo con la propuesta de V. Demonte, alegando que, si la base del entramado teórico de esta
autora «se centraba en las dificultades de análisis como adjetivos de determinados participios,
y si hemos visto que, a nuestro juicio, no hay tales diferencias, no nos parece asomibí e tam —
poco la cli st inción cntre pr/si ras ¡úricas y pasivas sottac.t idas » { 1 991: 228).
e — elemento vacío.
‘> Cada argumento debe recibir un papel temático en EP ~ a la inversa.0’•l•oda frase nominal debe recibir en ES una marca de caso del regente
El sintagma clát,st,la mend,r fue propuesto por II Stowel1 <1983) para reflejar la ex o-
tenci it de predicaciones sectt ndari as en la gramática.
149Eundaotczntos teórico-ntetodoíógicos para la didáctica de la pasiva
a la superficial consiste en que la de la pasiva, que se mueve para alcanzar
papel temático, conserva la concordancia que tenía, mientras que la de la copu-
lativa la adquiere en el proceso mismo
20.
4.3. A. López García observa que la percepción pasiva «consiste en que,
dentro del predominio del nivel de concordancia sobre el de rección, el CON-
CORDADO se impone anómalamente al concordante» (1996: 445). En el pre-
dicado concordado pasa a considerarse relevante la concordancia clítica que
impone el objeto directo al predicador y se transforma en una concordancia
morfológica de tipo subjetivo, mientras que el concordante sujeto queda dis-
mtnuido en calidad de objeto circunstancial, como puede comprobarse en (por
sus primos) concordante
0~1~. + [María CONCORDADO (regido)0,> molestada
concordante (EEGENTE)]pred.
La secundariedad perceptiva del nivel de rección no impide su vigencia en
la pasiva, según se advierte, por ejemplo, en el hecho de que el objeto directo,
al ser regido por el verbo, se le pueda tomar, también en ese nivel, por sujeto,
como en María CONCORDADO (regido)5~~ + molestada (por sus primos) con-
cordante (REGENTE)PrC~J.
La consecuencia estructural que se deriva de ello es que, dados un sujeto y
un verbo-participio fuertes
2t, resulta necesario insertar un verbo copulativo
propio entre ellos debido a que el enfrentamiento de dos actantes fuertes es la
condición estructural de los esquemas copulativos, lo que conduce a la inter-
pretación de María fue molestada por sus primos como una pasiva perceptiva-
mente próxima a una copulativa.
La pasiva se percibe como una construcción autónoma, trasunto de la tran-
sitiva, que, por responder a una fórmula perceptiva bastante compleja, es rela-
tivamente infrecuente en español22. Pero, como explica A. López García,
>‘ A. López García reconoce que i. MA Brucart ha dado un paso importante en la solu-
eton del problema que estamos tratando, pero encuentra estas intuiciones lastradas
por una pretensión claramente contraintuitiva: mientras que parece evidente
que los hispanohablantes relacionan el sujeto de la pasiva con un objeto «pro-
fundo» (es decir, con la cognición de un objeto de la activa: es el tratamiento
tradicional), resulta más que dudoso que el sentimiento lingíiistico de las copu-
lativas remonte a una estructura sin sujeto léxico y con la frase nominal como
sujeto de una cláusula menor (1996: 445).
El primero es fuerte por la concordancia [CONCORDADO(regido)] y el segundo por
la rección [concordante(REGENTE)].
22 N. Cartagena (l993), frente a la escasez de uso de la pasiva con ser, ha llamado la
atención sobre la frecuencia cada vez mayor de la pasiva con estar resultativo con verbos per-
feetivos en ciertos tipos de lenguaje técnico: Este espacio está ocu¡,ado por los restantes
1 50 Luis A ¡¡yerto Hcrnancíc> Cuadrado
~<cuandono se atiende a lo que quiere significar, sino a su condición secuen-
cial, se advierte que tiene toda la forma de una copulativa y puede ser contada
metalingílisticamente dentro de dicho grupo» (ibid.: 447).
5. Conclusiones
Teniendo en cuenta los datos proporcionados por la historia de la lengua y,
sobre todo, los hechos lingéisticos constatados en la sincronía actual en rela-
ción con el tema que nos ocupa, podemos llegar a las siguientes conclusiones
de interés para su didáctica:
a) La pasiva románica castellana, heredada de la estructura analítica de las
formas verbales pasivas del sistema de pe4éczum del latín clásico a tra-
vés de las formas pasivas del latín tardío, con el cambio de valor tem-
poral producido en ellas, constituidapor la combinación de ser (o estar)
+ participio, sintácticamente coincide en algunos rasgos con la atribu-
tiva mientras que en otros no, y semánticainente expresa una relación
diferente que nadie cuestiona.
b) Nuestra pasiva responde a las características de las perífrasis de parti-
cipio, en las cuales esta forma verbal no personal —excepto en el caso
de los tiempos compuestos (ha cantado)— conserva cierta independen-
cia: Sus propuestas serán aceptadas ~ Lo serán; Estuvo cortada el
agua —4 Lo estuvo.
e) Las oraciones pasivas formadas por ser + participio unas veces tienen
su equivalente con estar (Ha sido invitado a la boda 1 Está invitado a
la boda) y otras no: La novela ha sido leída en el extranjero 1 .
tLa
novela ha estado leída en el extranjero.
d) La pasiva integrada por ser + participio posee el valor general de
«acción» (Estos edificios fueron. consíruidos en el siglo XVIII) y la de
estar + participio cl de «estado» o «resultado»: Las obras estarán ter-
minadas en junio.
músculos infraltioideos 5. Cili Caya (1961: § 47) señala que en la pasiva los verbos imper-
fecti vos cxigez~ ser y los perfecti vos pueden llevar ser o estar, llegándose a equilibrar la com-
binación de tiempo perfecti vn + ser (Lc¡ avería ‘mcm sidc> repctrctclcí) con la de tiempo imperfec—
tivo + estar: La divemía está mepamada. A juicio dc A. López García, «la pasiva con estar
supone una percepción más natural e integrada (loe la pasiva con ser, por lo que parece razo-
nable considerarla como la verdadera pasiva del español» (1996: 448).
Fundamentos teárico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 151
e) Mientras la pasiva con ser puede llevar o no explícito el complemento
agente (La reunión fue interrumpida por los miembros de la oposición),
la pasiva con estar únicamente permite su presencia cuando su actua-
ción tiene que continuar para que persista el estado a que se hace refe-
rencia en la oración: La reunión estuvo interrumpida por los miembros
de la oposición.
f) El uso de la pasiva en español no es muy frecuente. Algunos verbos gra-
maticalmente transitivos construidos con su correspondiente imple-
mento no admiten la transformación pasiva (Tiene hambre —* *Hambre
es tenida por él), y un elevado número de situaciones que podrían ser
formuladas perfectamente en pasiva (La lección fue sabida por el
alumno) se expresan en activa.
Bibliografía
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Fundamentos teóricos metodológicos para la didáctica de la pasiva (Gramática II)

  • 1. Fundamentos teórico-metodológicos para la didáctica de la pasiva Luis Alberto HERNANDO CUADRADO Universidad Complutense de Madrid Resumen El hecho de que la pasiva en español, por un lado, sea asimilable a la estruc- tura atributiva y, por otro, presente un comportamiento diferente que ella se debe en última instancia, entre otras cosas, a la doble naturaleza del participio, que, si bien se comporta como el adjetivo del verbo, no pierde su naturaleza verbal. PALABRAS CLAVE: Pasiva. Voz. Construcción. Estructura atributiva. Perífrasis. Abstract The fact that the Spanish passive, on the one hanó, be assimilable to the attri- butive structure and, on the other, presents a behaviour different from it is due as the last resort, among other things, to the double nature of the participle, which, although acts as the adjective of the verb, does not lose its verbal nature. KEY WORDS: Passive. Vóice. Construction. Auributive structure. Periphrasis. 1. Introducción En la tradición gramatical española el concepto de voz pasiva se utiliza equívocamente tanto en su contenido morfológico corno en un sentido L)idócfica, 9,137-152. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid, 1997
  • 2. 138 Luis Alberto Hernando Cuadrado nocional basado casi siempre en el significado y, en menor medida, en ¡a sintaxis’. Tal vez por influencia de la tradición gramatical latina, la mayoría de las gramáticas del español incluyen la voz pasiva como una de las características del verbo. En el Esbozo de la Real Academia, por ejemplo, se dice: «Con el verbo en voz pasiva, se calla el agente o productor de la acción cuando es des- conocido o no interesa mencionarlo» (1973: § 3.5.6.1>). Sin embargo, en nuestra lengua, a diferencia dc lo que sucedía en latín con las formas verbales del sistema de infectuin, no existen desinencias flexivas propias de la pasiva, como advierte ya A. de Nebrija en su Gramática, donde le atribuye la condición de rodeo (perífrasis) con un enfoque formalista: El latín tiene tres boses: activa, verbo impersonal, passiva; el castellano no tiene sino sola el activa [...]. La passiva suple la por este verbo so, eres y el participio dcl tiempo passado de la passiva mesma LI: assí que por lo que el latín diz.e «amor, amabar, amabor», nos otros dezimos jo so atoado, lo seré amado, por rodeo deste verbo so, eres y deste participio amado (1492: 199). La misma postura de A. de Nebrija se encuentra en otras gramáticas clá- sicas, como en la de C. de Villalón («[la passión] no se puede expresar, decla- rar ni manifestar sino por 9ircunloquio», 1558: 40) o en la primera edición de la Gramática de la Real Academia Española: «Nuestra lengua, que no puede expresar la pasiva con una sola voz, se sirve de rodeo para conseguirlo» (1771: § 88). En el siglo XIX y primeras décadas del XX, debido a la creciente impor- tancia otorgada a partir del siglo XVIII a los criterios de índole nocional, se va incorporando progresivamente en las gramáticas del español la voz pasiva como uno de los accidentes de la conjugación verbal. Segdwj. J;GúmevAsencio, la caracterización formal de la clase ceibo y lo que ella suponía —por ejemplo, una consideración morfológica, superficial, particular y latinizante de las categorías verbales— ha cedido el paso [entre 1771 y 1847] a otra semán- tica o logieo-objetiva, más universal,sla, donde los rasgos morfológicos o mor- fosi ntácticos no son esencia] es y universales, sino simplemente accidentales y particulares de una lengua concreta (1981: 21 6). ¡ En el presente trabajo nos ocuparemos unícamenle de la pasiva con ser (o estar) + par- ricipio. ya que hace unos años estudiamos la pasiva reFleja en el artículo «Las construcciones con se, en español» (Anuario de Estudios Filológicos, XL LI 988], pp. 185-201).
  • 3. Fundamentos teórico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 139 Esta tendencia se refleja en la Gramática de la Real Academia Española a partir de la edición de 1920, en la que se lee: La voz es el accidente que denota si la significación del verbo es produ- cida o recibida por la persona gramatical a quien aquél se refiere. En el primer caso se llama voz activa, como en yo amo, y en el segundo, voz pasiva, como en yo soy amado (§ 83). También es posible que el recurso al concepto de voz pasiva estuviera motivado por la necesidad de codificar la especificidad sintáctica de las cons- trueciones pasivas, que tanta atención reciben en los apartados de los estudios gramaticales dedicados a la sintaxis, como en el tratado de E. Benot, para quien una cláusula está en «VOZ PASIVA cuando lo ejecutado, lo producido o modificado, o bien lo causado, aparecen en nominativo, y el agente, esto es, lo produeente, modificante o causante resulta en ablativo con la preposición POR» (1910: 136). Finalmente, ciertos autores evitan el uso del término voz y, cuando se refie- ren a la pasiva, le otorgan el calificativo de construcción, como A. Bello («Si este complemento pasa a sujeto, y el participio que se deriva del mismo verbo invierte su significado y concierta con el sujeto, la construcción es pasiva», 1847: § 430) y M. Seco: «En estos casos se dice que el verbo-núcleo y el par- ticipio, unidos, forman una construcción pasiva» (1972: § 8.8.5.); algunos hablan simplemente de pasiva, como 5. Fernández Ramírez («Para señalar este cambio de personas que actúan o debían actuar en un mismo sentido [...] se acude al uso de la pasiva con ser», 1986: § 76), y otros siguen empleando la denominación tradicional pero sin atribuirle concomitancias morfológicas, como J. Alema y J. M. Blecua: «Parece evidente que la voz no se expresa por medios morfológicos sino sintácticos y que la expresión de pasiva 1 no pasiva está reservada al contenido léxico del participio que mantiene la cualidad adje- tiva de la concordancia» (1975: § 5.4.1.). 2. Identificación de la pasiva con la estructura atributiva R. Lenz, 5. Gili Gaya y, especialmente, E. Alarcos Llorach coinciden en señalar que las oraciones pasivas muestran identidad formal con las construc- ciones atributivas. 2.1. El primero, para quien la pasiva es algo tan ficticio como la declina- ción de los sustantivos, llega a abogar por su exclusión de la gramática caste- llana:
  • 4. 140 Luis Alberto Hernando Cuadrado El participio guarda también su función adjetiva en las construcciones lía- nadas de voz pasiva con el verbo se,-: La casa fié terminada en el tíles de Julio. Puesto que la misma construcción se emplea también con otros verbos, corno esto;; quedar; pertnunc’ce;; segur;; ir ven,;; llega;, etc,, qiitt exl)resan ligeras alteraciones en la naturaleza de la acción con la mis ma idea pasiva y. por otra parte, todos estos verbos se pueden usar con verdaderos adjetivos como atributos predicativos, se podría borrar de la gramática toda la conjuga- ción pasiva (1935: § 253). El segundo se ¡nueve entre la negación de la construcción pasiva y el recono- cimiento de que el participio es portador de tales contenidos con valor linguistico: Una oración pasiva es por su forma una oración atributiva. Entre esta mujer es herniosa y esta mujer es admirada no existe ninguna diferencia for- mal; en uno y otro caso tenemos un sujeto al cual se atribuye una cualidad por medio de un predicado nominal compuesto de verbo copulativo y atributo. Pero la naturaleza del atributo, en el primer caso un adjetivo léxico y en el segundo un participio, modifica sustancialmente el significado de la oración. Ser hermosa es una cualidad del sujeto; ser admirada es una acción ajena que termina y se cumple en él. Una persona es respetable por sí misma; para ser respetada es menester que alguien la respee> (1961: § 102). 2.2. El lingíiista que más explícitamente ha defendido la identificación de las estructuras pasiva y atributiva es E. Alarcos Llorach. quien ya en su Gra- matuca estruct.,r,,l> t- -1-se-manifestaba-en contra de considerar la pasividad como una forma lingúistica, tanto en la dimensión derivativa como en el aspecto sintagmático: En el nexo la noticia es d;fu;,dida encontramos qt¡e la llamada «voz pasiva» es difundida consta de dos pleremas [.1.¿Hay algón elemento en la expresión que pueda ser señalado como portador de contenido «pasivo»? No puede serlo - Roca Pons sc muestra de acuerdo con quienes nie can la existencia de rasgos morfo- lógicos y sintácticos por os que la pasiva se pueda distinguir de la construcción atributiva («La voz, pasiva se confunde. segón opinan algunos gramáticos. con la oración de predicado nominal», 1974: § 6.10. 1.), pero se inel ion a favor del mantenimiento de la pasiva basándose en la posibilidad de volverla en activa (Ella es ctd,oirada —> Lo admiran) y en la naturaleza del participio: Ha sido avisado. En a primcta edición de la (bamática esnueí,,u-al (de 195 1 . ~n-98— 10<)) es donde E. Marcos Li orach expone ya estas opiniones, sobre las que vuelve. prácticamente con el misitio texto, añadiéndole algunos datos o luyes matizaciones, en su artículo «Las diátesis en espa- ñol», publicado en la Revista de Filología Española (vol. XXXV. también dc 195 1, ~ 1 24— 1 27) e iocluido posteriormente en Los E.vtíalias de guao oc ii-a avivad1 del españa¡ (en ctty it primera edición. dc 1970. fi gura en las PP. 90-94).
  • 5. Fundaníentos teorico-níetodologicos para la didáctica dc la pasiva 141 el elemento ido del «participio», porqttc igualmente aparece comportando conte- nido «activo» en los llamados «tiempos compuestos» (he difundido) (ibíd: 98>. A continuación, rechaza la posibilidad de que sea la junción del verbo auxiliar y el participio del auxiliado la responsable de la manifestación lin- gúistica del contenido pasivo: No hay tal pasiva: ¿quédiferencia existe entre las llamadas frases pasivas y las frases «copulativas»? Ninguna en cuanto a la expresión: la edición fue reducida puede referirse al contenido «fue poco abundante» o al contenido «fue disminuida». Y ya sabemos que, aunque semánticamente dos contenidos sean diferentes, no lo son lingílísticamente si no se corresponden con dos expresiones distintas 4 (ibid.: 99). Con el tiempo, vuelve sobre el tema en los artículos «Pasividad y atribu- ción en español»5 (1965-1967) y «Otra vez sobre pasividad y atribución en español» (1985), en los que, tratando fundamentalmente la pasiva como cons- trucción sintagmática, llega a la misma conclusión de que no existe diferencia lingúistica entre las estructuras pasivas y las atributivas. Las oraciones César fue vencido y César fue vencedon cuyos contenidos se diferencian exclusivamente por la oposición de los términos adyacentes del predicado (vencido 1 vencedor), presentan idéntica estructura. Ambas cuentan con «un mismo sujeto y un mismo núcleo en el predicado; la relación de los términos vencido y vencedor con el núcleo y con el sujeto de sus respectivas oraciones es paralela» (1970: 127). Tanto el atributo de las construcciones atributivas (El proceso fue instruc- tivo) como el participio de las pasivas (FI proceso fue estudiado) son conmu- tables por el referente pronominal átono invariable 106: lofue. En este sentido, E. Alarcos Llorach hace notar que, siendo la pasividad fundamental- mente un hecho de contenido, muchas de las oraciones tradicionalmente consideradas activas, como La sobrina padecía reúma, tienen un sentido inequívocamente pasivo, y que una m¡sma situación, sin variar la voz, muchas veces pttede presentarse desde la perspectiva activa, como st se hiciese algo (Un clavo sosíenía el cuadro), o desde la pasiva, como si le hiciesen algo a alguien: El citadro colgaba de un clavo. El artículo «Pasividad y atribución en español» aparece publicado por primera vez en el Homenaje al Profesor Alarcos García (vol. II, Universidad de Valladolid, 1965-1967, Pp. 15-21) e incluido más tarde en los Estudios de gramática funcional del español (edición citada, pp. 124-132). En este punto el mismo E. Alarcos Lloraeh (ibid.: 128) sale al encuentro de la objeción que se le podría formular (y que, de hecho, más adelante así sería) en contra de la identifica- ción de las estructuras pasivas (El puente era volado> con las atributivas (El puenie era inú- til) basada en que sólo aquéllas admiten su transformación en pasivas reflejas (Se volaba el puente) o en activas: Volaban el puente.
  • 6. 142 Luís Alberto Hernando Cuadrado El complemento agente (El proceso jite estudiado por los defrnsores) es un adyacente del participio, núcleo del grupo sintagmático. «al cual forzosamente presupone» (ibid.: 129). El participio y el complemento agente forman una unidad sintáctica, ya que, en caso de elusión, quedan representados en el refe- rente único lo. Las diferencias de contenido del complemento agente y otros términos adyacentes del núcleo atributivo (El proceso fue instructivo por los que intervinieron) «no son gramaticales, sino de sustancia» (ibid.: 130). El verbo ser es conmutable por los mismos verbos atributivos o semipre- dicativos en las estructuras atributivas (La casa es [está, parece, resulta] vieja) y en las pasivas: La casa es (está, parece, resulta) destruida. Ante estos hechos, llega a la conclusión de que no se puede sostener la existencia de una construcción típica de la pasividad tatnpoco en el plano sin- táctico. El responsable de la pasividad en secuencias corno Césarjite vencido se debe buscar, no en la construcción en su conjunto, sino en el interior de uno de sus sintagmas, el participio. Así, el valor pasivo que se reconoce en César fue vencido no depende de particulares relaciones formales y gramaticales dentro de la oración, sino del contenido léxico propio del sintagma vencido. Lo «pasivos> —si aceptamos su existencia— no radica en la oración, sino exclusivamente en uno de los lexemas de vencido (ibid.: 127). 3. La pasiva como perífrasis A pesar de los argutnentos expuestos por E. Alarcos Llorach, otros auto- res, como M. V. Manacorda de Rosetti, F. Carrasco y, sobre todo, E. Lázaro Carreter, han defendido, desde los presupuestos del estructuralismo, la exis- tencia de la pasiva en español encarnada en la estructura ser + participio, en la que buscan rasgos distintivos que la diferencien de la atributiva. 3.1. Para M. Manacorda de Rosctti 7. la diferencia fundamental entre la estructura pasiva y la atributiva se basa en que, mientras que aquélla es una frase verbal, ésta constituye un grupo verbal. El trabajo de M. V. M anneorda de Rosctti, «La frase verbal pasiva di el si stc,iía espa- ñol», dado a conocer al público en 1961 (Filología, vol. VII, Pp. 145-159) y editado en forma de li&iío en 1963 (Buenos Aires, CEEYL), es incorporado en 1969 a la obra Estadios de gea- ¡¡‘atico estrí.,eíurai (Bue¡,os Aires, Paidós, pp. 71—90>, escrita por esta at¡tora en colabor;tción con A. Mt Barrenechea.
  • 7. Fundaníentos íeórico-metodológicos para la didáctica cíe la pasiva 143 Tanto la frase verbal como el grupo verbal llevan subordinado al núcleo (verbo) un modificador, que en el primer caso es stempre un verboide (Facundo fue reemplazado por Rosas 5) y en el segundo puede no serlo: Todos los gauchos son rastreadores. El modificador de la frase verbal admite la conmutación léxica: Algunos toldos de los indios fueron desbaratados¡Algunos toldos de los indios fueron reconstruidos; el del grupo verbal acepta la conmutación léxica (Estoy libre ¡ Estoy preso) y la estructural9: Estoy en libertad. 3.2. F. Carrasco, partiendo del principio de la lingúística estructural de que una expresión es relevante si tiene como reverso un contenido, y, a la inversa, un contenido interesa si tiene como anverso una expresión, sostiene que «el verbo ser y el participio (ser + participio) constituyen solidariamente un sintagma que funciona como pasiva y exclusivamente como pasiva» (1973: 335). La relación de interdependencia de los elementos que integran la pasiva se debe a que el verbo ser presupone el participio y éste presupone el verbo ser, de modo que «en ningún otro caso se realiza la combinación de estos consti- tuyentes para indicar un contenido distinto del pasivo»t0 (ibid.: 335). La conmutación del participio y el adjetivo por lo cuando se combinan con el verbo ser no es determinante para su equiparación, dado que «la pro- nominalización con lo se produce a un nivel más general y que sus posibili- El complemento agente por Rosas, según esta autora, «modifica a la unidad fue reem- ifiazado (y, + predicativo); no, al y,» (1969: 84). A pesar de que el argumento esgrimido por M. V. Manacorda de Rosetti en pro de la existencia de la construcción sintáctica pasiva con especificidad propia parece contundente, J. MA Brucart (1990: 189) observa que la imposibilidad deque el partici- pio admita la conmutación estructural no se debe a sus propias características, sino a la presencia del complemento agente (que es opcional), por lo que si, por ejemplo, en Aquel individuo era criticado/atacado! denostado por los asistentes, se suprimiera tal SPrep, cualquiera de estos participios estaría en condiciones de admitir la conmutación estructural, y, por el mismo motivo, algunos adjetivos, como difícil, fácil o itnposible (Eso es difícil ¡fácil! imposible de aceptar), no admitirían más que la conmutación léxica. lO En opinión de este autor, los empleos no pasivos de ser caen dentro de las construcciones copulativas, en que el predicativo es nece- sariamente un sustantivo explícito o implícito; los empleos de ser con par- ticipio, de contenido copulativo, se encuadran en las construcciones de ser + «adjetivo» en que el sustantivo predicativo desaparece del nivel de la expresión, pero, indudablemente, permanece en la estructura profunda (ibid.: 335).
  • 8. 1 44 Luis Alberto Hernando Cuadrado dades referenciales van más allá del predicativo y el participio de la pasiva» (ibid.: 340). La posibilidad de sustitución de ser por otros signos léxicos, como estar parecer o resultar, tampoco acerca la pasiva a las copulativas, puesto que en todas las conmutaciones del enunciado la casa ES destruida, cons- latamos que la noción temporal de cada uno de los constituyentes en el enunciado es la misma que tienen separadamente. En es destruida se pro- duce una revitalización temporal del participio que nos hace ver el desplie- gue interno de la acción; en las otras se nos presentan los resultados de la acción’’ (ibid.: 341). 3.3. F. Lázaro Carreter’ 2, sin dejar de reconocer la corrección metodoló- gica de los argumentos de E. Alarcos Llorach, expone otros con los que defiende la singularidad de la construcción pasiva en español. La conciencia idiomática del hablante diferencia claramente la pasividad y la atribución, por lo que «una gramática que no los trate como capítulos sepa- rados tiene que resultar sospechosa de error, y dudo de que le resulte convin- cente la explicación de que el análisis “tiene que” prescindir del significado» (1980: 62). En el análisis de cualquier secuencia se debe atender no sólo a su aspecto sintagmático, sino también al paradigmático. De esta manera, las oraciones La tirada jite reducida por el editor y La lirada jite reducida por el carácter mino- ritario de la edición no poseen una identidad estructural, ya que reducida en cada una de ellas pertenece a un paradigma diferente (participio, en la primera, y adjetivo, en la segunda). Incluso tomando en consideración sólo el eje sintagmático, pueden apor- tarse pruebas contrarias a la equiparación. Así, las oraciones La noticia es falsa y La noticia es divulgada poseen diferente estructura como se demuestra al efectuar la transformación a pasiva refleja, posible únicatnente en el segundo Estos razonamientos de F. Carrasco, según A. López García (1996: 441), más que a los participios, deberían aplicarse a las construcciones, dado que, si una oración como El vaso fue tojo por Pedro, al tener agente, es una construcción sintáctica pasiva, El vaso roto por PerI‘.0 era de mala calidad seria i¡na pasiva léxica por conllevar un uso adjetivo del par- ti..c¡pio. ‘2 El estudio de E. Lázaro Carreter «Sobre la pasiva en español», aparecido por primera en el 1975, en el Homenaje al Instituto de Filología y’ Litera¡,í,as Hispánicas Dr. Amado Alonso en su cincuentenario (1923-1973) (Buenos Aires, pp. 200-209), forma parte dcl libro Estudios cíe lingiiísíiea (Barcelona, Ed. Crítica, 1980, ny ó 1-72).
  • 9. Fundamentos íeortco-n¡etodológicos para la didáctica de la pasiva 145 caso: Se divulga la noticia. Del mismo modo, la secuencia La tirada fue redu- cida por el editor admite la paráfrasis El editor redujo la tirada, mientras que el decurso La tirada fue reducida por el carácter minoritario de la edición carece de tal correspondencia. Como se ve, «las relaciones son muy distintas en la estructura pasiva y en la atributiva» (ibid.: 64). En La tirada fue reducida por el editor, reducida es atributo, dado que, como todos los sintagmas que desempeñan esta función, «no admite una verbalización que conserve la sustancia semántica de la oración» (ibid.: 64); por el contrario, en La tirada fue reducida por el carácter minoritario de la edición, se produce dicha verbalización por transformación del participio, lo que «confirma lo bien fundado del punto de vista tradicional, coincidente con el generativo, según el cual ser no funciona en ellas como núcleo ver- bal, sino como auxiliar del núcleo, el cual está constituido también por el participio» (ibid.: 64-65). Desde el punto de vista distribucional, la forma muy puede aparecer antepuesta al adjetivo o al participio (La tirada fue muy reducida por el editor; La tirada fue muy reducida por el carácter minori- tario de la edición), mientras que mucho sólo puede ir pospuesto al verbo (La tirada fue reducida mucho por el editor), lo cual pone de manifiesto que la secuencia ser + participio forma una unidad frente a las estructuras atri- butivas. La oración La tirada fue reducida imprudentemente carece de correspon- dencia con otra en que figure un adjetivo en lugar del participio a no ser que el adverbio en -mente funcione como complemento oracional (atributo ora- cional, en la terminología de E. Alarcos Lloracb): La edición fue escasa, imprudentemente; Imprudentemente, la edición fue escasa. Cuando aparece la negación delante de ser, la secuencia se puede interpre- tar como pasiva o como atributiva: La edición no fue reducida («acortada» o «escasa»); sin embargo, si se sitúa entre ser y el participio, la oración sólo puede ser atributiva: La ediciónfue no reducida («escasa»). El complemento agente es de distinta naturaleza que otros complementos preposicionales introducidos mediante la preposición por, ya que no se les puede aplicar una regla del español que permite coordinar dos complementos de la misma índole. En la oración La noticia es divulgada por la radio y por los periódicos, los sintagmas por la radio y por los periódicos, al ser del mísmo tipo, se encuentran coordinados, lo cual resulta imposible en »La noti- cia es divulgada por los periódicos y por su interés. Con estos razonamíentos nos lleva a la conclusión de que la pasividad y la atribución, cuya identificación «encuentra obstáculos insalvables aun den- tro de la teoría estructuralista en que se ha originado» (ibid.: 72), constitu- yen dos estructuras diferenciadas. En las primeras el verbo ser y el partici-
  • 10. 146 Luis A ¡beco Hernando C,.¿acírado pio forman un núcleo verbal complejo y en las segundas el núcleo es sólo el verbo ser’>. 4. La pasiva desde la perspectiva generativista Para los generativistas, entre los que se encuentran V. Demonte, J. M Bru- cart y A. López García, la cuestión no estriba tanto en plantear si la pasiva y la atributiva son construcciones diferentes, lo cual resulta obvio, sino en deter- minar cómo es posible que hayan llegado a sentirse equivalentes. 4.1. La propuesta de y. Demonte, dentro de este marco, gira en torno al principio según el cual no hay límites claros entre los valores verbales y adje- tivales del participio. ‘> Algunos funcionalistas, como C. Hernández Alonso (1982), el mismo E. Alarcos Lío- rach (1985), 8. Gutiérrez Ordóñez (1986) y M. Iglesias Bango (1991), a la vista de los argu- mentos aducidos por E. Lázaro Carreter, han puntualizado que: a) un hablante carente de cono- cimientos gramaticales como mucho podrá observar que el significado de las construcciones pasivas y atributivas es diferente, y el juicio que pueda emitir otro hablante con cierta forma- ción en este terreno carecerá de validez al estar mediatizado por sus prejuicios; b) las relacio- nes paradigmáticas se encuentran determinadas de alguna manera por las sintagmáticas, y algunas funciones, como la de atributo, no nos dicen mucho acerca de la natitraleza paradig- mática del sintagma que las ocupa; e) el que el contenido de la pasiva, frente al de la atribu- tiva, pueda expresarse en pasiva refleja o activa, no se debe a la «diversidad de las relaciones oracionales, qite son siempre las mismas, sino de las que se dan en el nivel inferior de la estritetura de uno de sus componentes, es decir, el sintagma que funciona como atributo» (Alarcos, ¡985: 18); d) tanto el complemento agente como el causal dependen direeta,nente del núcleo del atributo, ya que, cuando se suprime el verbo ser, la frase no se resiente: La tirada reducida por el editor; La tirada reducida por el carácter minoritario de la edición; e) el atributo también admite esporádicamente la verbalizoción conservando la sustancia sc¡nán- tica de la oración: El café es amargo —> El café amarga; 1) los adjetivos y los participios observan idéntico comportamiento con muy: Las negociaciones fueron ‘huy laboriosas; El dis- cursc, fue muy elogiado; g) ,,,ucho, por on lado, no siempre puede posponerse al participio de la pasiva (“Césarfue ,natcmdo mucho por Bruto) y, por otro, pitede aparecer con el participio en contextos en que no figura el verbo ser: Una tirada reducida mucho por eí editor; h) la compatibilidad o incompatibilidad de los adverbios en —n,e,,te con determinados participios o adjetivos, acompañados o no del vembo se;, se debe a condicionamientos semánticos: La tirc,da fue (in¡prudenremeníe) reducida (in¡prcaíen¡eniente) por el editor; El niño es treme,,dan,ente mnaíb Ciñó íiíádci (iíi¡ñhide}ií&iieizñ:) ,<yi,;~<1a ~ iñ4d~<ii¿4;¡Á.~ftJ»S~ jt ¿diihí; Un niño lee- me,zdao,eníe “talo; i) hay participios formados con prelijos negativos que sí pueden dar 1 ugar a pasivas sintácticas: El acto fue desautorizado por el Rector, y j) no sólo es imposible la coordinación de los complementos preposicionales de la pasiva y la atributiva, sino también, en ocasiones, la de los de dos pasivas: * La noticia es divulgc;dc; por ¡a radio >‘ por su totares.
  • 11. Fundamentos icórico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 147 El participio parece comportarse como un adjetivo cuando acompaña a un nombre e incide sobre él, pospuesto si lleva adyacentes (El vaso roto por Pedro) o antepuesto, con ciertas restricciones semánticas, si no los lleva’ 4: La respetada familia. También el participio se acerca a los adjetivos en aquellos contextos en los que va precedido del cuantificador muy (Sus derechos fueron muy limitados) o lleva prefijo negativo: Sus derechos fueron ilimitados. Las partículas negativas sobre todo establecen una diferencia entre los usos verbales y adjetivos del derivado y, por ello, entre las pasivas sintácticas (en las cuales el funcionamiento del derivado como adjetivo no está claro) y las pasivas léxicas (en las cuales el derivado se comporta claramente como un adjetivo). De esta manera, las construcciones Sus derechos fueron ilimitados y La petición fue desconsiderada son pasivas léxicas, ya que «sólo hay un sujeto sintáctico que recibe el papel temático asignado al objeto directo del verbo correspondiente. Otros papeles temáticos como el de “agente” o “benefactivo” son imposibles en las mismas» (1983: 153). Sin embargo, los decursos Sus derechos fueron limitados y La petición fue considerada, al no estar restringidos temáticamente, son pasivas sintácticas, pudiendo incorporar un agente o benefactivo, como se observa en Sus derechos (les) fueron limitados (por las autoridades) o La petición fue considerada (por la Administración). Los participios y los adjetivos equivalentes desde el punto de vista semán- tico «no siempre aparecen con la misma forma verbal copulativa» (ibid.: 147), como se advierte en María está atontada, *María es atontada ¡ María está tonta, María es tonta. 1-lay adjetivos y nombres que pueden encontrarse detrás de un sintagma ver- bal pasivo (Mitterrand fue elegido N[presidente]), pero no detrás de los adjeti- vos en construcciones equivalentes: *Enrique fue inteligente N[presidente]. Las construcciones pasivas son susceptibles de formularse en tiempos pro- gresivos, independientemente de que el verbo sea perfectivo o imperfectivo: ‘~ En esta última posición serían inaceptables secuencias como *La aceptada mujer, lo que haría dudar del status de adjetivo del participio al ser ésta la colocación que se toma como definitoria de los adjetivos: Parece, pues, que el criterio de la posición, aunque no proporciona juicios claros —no tiene, sobre todo, fuerza estadística—, indica al menos que ciertos participios pasivos pueden considerarse como adjetivos si la posición preno- minal se toma como característica de esta categoría (1983: 145).
  • 12. 148 Luis Alberto Her,¡andc, Cuadrctclo La aviación inglesa está siendo abastecida en vitelo por avían es-ctsterna ante- ricanos. Sin embargo, este tipo de formulación es impropia de las construc- ciones con adjetivos atributivos (*frene está siendo alta), aunque a veces se recurra a ella excepcionalmente para destacar la aparición de una cualidad con- siderada corno iínperfectiva’ 5: Juan está siendo tonto hoy. 4.2. J. M? Brucart, partiendo del modelo de la rección y el ligamento, caracteriza la pasiva como «un procedimiento sintáctico que permite colocar como sujeto de un verbo agentivo el argumento que desempeña el papel temá- tico de TEMA o PACIENTE» (1990: 195). Al no otorgar caso ni papel temático el participio a su sujeto, el objeto directo ocupa la posición del sujeto y el agente se inhibe. De esta manera, la estructura profunda SUJETO e’5’ [—papeltemático, +caso] + fue divulgada + OBJETO DIRECTO la noticia [tema, —caso] viola a la vez el criterio temá- tico~> en el sujeto y el filtro de caso’8 en el objeto, por lo que se pasa a la estructura superficial SUJETO la noticia [tema, +caso] +fue divulgada, en la cual la frase nominal la noticia conserva la concordancia que antes mantenía con divulgada. La construcción copulativa, por su parte, consta de un predicado integrado por el verbo ser y un argumento suyo consistente en una cláusula menor’9 en la cual el núcleo predicativo asigna papel temático a su sujeto, pero sin que existan marcas flexivas, por lo que el argumento, para recibir la marca de caso, debe desplazarse a la posición de sujeto de ser. Así, la estructura profunda SUJETO e + es + SUJETO PREDICADO [Luis (listo)] [tema, -caso] debe convertirse en la estructura superficial SUJETO Luis 1 + es + PREDICADO [huella~listo], en la cual Luis, convertido en sujeto de ser, debe concordar con él. De ello se desprende que: a) la pasividad y la atribución responden a estruc- turas profundas no coincidentes; b) el resultado superficial de los procesos que experimentan estas construcciones es equivalente__y .c) la divergencia más notable en el paso de la frase nominal de ambas desde la estructura profunda LS M. Iglesias B ango. basándose en los principios (leí funcionalismo, se muestra en desa - cuerdo con la propuesta de V. Demonte, alegando que, si la base del entramado teórico de esta autora «se centraba en las dificultades de análisis como adjetivos de determinados participios, y si hemos visto que, a nuestro juicio, no hay tales diferencias, no nos parece asomibí e tam — poco la cli st inción cntre pr/si ras ¡úricas y pasivas sottac.t idas » { 1 991: 228). e — elemento vacío. ‘> Cada argumento debe recibir un papel temático en EP ~ a la inversa.0’•l•oda frase nominal debe recibir en ES una marca de caso del regente El sintagma clát,st,la mend,r fue propuesto por II Stowel1 <1983) para reflejar la ex o- tenci it de predicaciones sectt ndari as en la gramática.
  • 13. 149Eundaotczntos teórico-ntetodoíógicos para la didáctica de la pasiva a la superficial consiste en que la de la pasiva, que se mueve para alcanzar papel temático, conserva la concordancia que tenía, mientras que la de la copu- lativa la adquiere en el proceso mismo 20. 4.3. A. López García observa que la percepción pasiva «consiste en que, dentro del predominio del nivel de concordancia sobre el de rección, el CON- CORDADO se impone anómalamente al concordante» (1996: 445). En el pre- dicado concordado pasa a considerarse relevante la concordancia clítica que impone el objeto directo al predicador y se transforma en una concordancia morfológica de tipo subjetivo, mientras que el concordante sujeto queda dis- mtnuido en calidad de objeto circunstancial, como puede comprobarse en (por sus primos) concordante 0~1~. + [María CONCORDADO (regido)0,> molestada concordante (EEGENTE)]pred. La secundariedad perceptiva del nivel de rección no impide su vigencia en la pasiva, según se advierte, por ejemplo, en el hecho de que el objeto directo, al ser regido por el verbo, se le pueda tomar, también en ese nivel, por sujeto, como en María CONCORDADO (regido)5~~ + molestada (por sus primos) con- cordante (REGENTE)PrC~J. La consecuencia estructural que se deriva de ello es que, dados un sujeto y un verbo-participio fuertes 2t, resulta necesario insertar un verbo copulativo propio entre ellos debido a que el enfrentamiento de dos actantes fuertes es la condición estructural de los esquemas copulativos, lo que conduce a la inter- pretación de María fue molestada por sus primos como una pasiva perceptiva- mente próxima a una copulativa. La pasiva se percibe como una construcción autónoma, trasunto de la tran- sitiva, que, por responder a una fórmula perceptiva bastante compleja, es rela- tivamente infrecuente en español22. Pero, como explica A. López García, >‘ A. López García reconoce que i. MA Brucart ha dado un paso importante en la solu- eton del problema que estamos tratando, pero encuentra estas intuiciones lastradas por una pretensión claramente contraintuitiva: mientras que parece evidente que los hispanohablantes relacionan el sujeto de la pasiva con un objeto «pro- fundo» (es decir, con la cognición de un objeto de la activa: es el tratamiento tradicional), resulta más que dudoso que el sentimiento lingíiistico de las copu- lativas remonte a una estructura sin sujeto léxico y con la frase nominal como sujeto de una cláusula menor (1996: 445). El primero es fuerte por la concordancia [CONCORDADO(regido)] y el segundo por la rección [concordante(REGENTE)]. 22 N. Cartagena (l993), frente a la escasez de uso de la pasiva con ser, ha llamado la atención sobre la frecuencia cada vez mayor de la pasiva con estar resultativo con verbos per- feetivos en ciertos tipos de lenguaje técnico: Este espacio está ocu¡,ado por los restantes
  • 14. 1 50 Luis A ¡¡yerto Hcrnancíc> Cuadrado ~<cuandono se atiende a lo que quiere significar, sino a su condición secuen- cial, se advierte que tiene toda la forma de una copulativa y puede ser contada metalingílisticamente dentro de dicho grupo» (ibid.: 447). 5. Conclusiones Teniendo en cuenta los datos proporcionados por la historia de la lengua y, sobre todo, los hechos lingéisticos constatados en la sincronía actual en rela- ción con el tema que nos ocupa, podemos llegar a las siguientes conclusiones de interés para su didáctica: a) La pasiva románica castellana, heredada de la estructura analítica de las formas verbales pasivas del sistema de pe4éczum del latín clásico a tra- vés de las formas pasivas del latín tardío, con el cambio de valor tem- poral producido en ellas, constituidapor la combinación de ser (o estar) + participio, sintácticamente coincide en algunos rasgos con la atribu- tiva mientras que en otros no, y semánticainente expresa una relación diferente que nadie cuestiona. b) Nuestra pasiva responde a las características de las perífrasis de parti- cipio, en las cuales esta forma verbal no personal —excepto en el caso de los tiempos compuestos (ha cantado)— conserva cierta independen- cia: Sus propuestas serán aceptadas ~ Lo serán; Estuvo cortada el agua —4 Lo estuvo. e) Las oraciones pasivas formadas por ser + participio unas veces tienen su equivalente con estar (Ha sido invitado a la boda 1 Está invitado a la boda) y otras no: La novela ha sido leída en el extranjero 1 . tLa novela ha estado leída en el extranjero. d) La pasiva integrada por ser + participio posee el valor general de «acción» (Estos edificios fueron. consíruidos en el siglo XVIII) y la de estar + participio cl de «estado» o «resultado»: Las obras estarán ter- minadas en junio. músculos infraltioideos 5. Cili Caya (1961: § 47) señala que en la pasiva los verbos imper- fecti vos cxigez~ ser y los perfecti vos pueden llevar ser o estar, llegándose a equilibrar la com- binación de tiempo perfecti vn + ser (Lc¡ avería ‘mcm sidc> repctrctclcí) con la de tiempo imperfec— tivo + estar: La divemía está mepamada. A juicio dc A. López García, «la pasiva con estar supone una percepción más natural e integrada (loe la pasiva con ser, por lo que parece razo- nable considerarla como la verdadera pasiva del español» (1996: 448).
  • 15. Fundamentos teárico-metodológicos para la didáctica de la pasiva 151 e) Mientras la pasiva con ser puede llevar o no explícito el complemento agente (La reunión fue interrumpida por los miembros de la oposición), la pasiva con estar únicamente permite su presencia cuando su actua- ción tiene que continuar para que persista el estado a que se hace refe- rencia en la oración: La reunión estuvo interrumpida por los miembros de la oposición. f) El uso de la pasiva en español no es muy frecuente. Algunos verbos gra- maticalmente transitivos construidos con su correspondiente imple- mento no admiten la transformación pasiva (Tiene hambre —* *Hambre es tenida por él), y un elevado número de situaciones que podrían ser formuladas perfectamente en pasiva (La lección fue sabida por el alumno) se expresan en activa. Bibliografía ALARCOS LLORACH, E. (1951): Gramática estructural (según la Escuela de Copenhague y con especial atención a la lengua española), Madrid, Gredos. ALARcos LLORAcH, E. (1970): Estudios de gramática funcional del español, Madrid, Gredos. ALARcOs LLORACH, E. (1985): «Otra vez sobre pasividad y atribución en español», Lec- ciones del 1 y II Curso de Linguistica funcional (1983 y 1984), Oviedo, Universi- dad, 1985, pp. 15-21. BELLO, A. (1847): Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los america- nos. Ed. crítica de R. Trujillo, Madrid, Arco/Libros, 1988. BENOT, E. (1910): Arte de hablar Gramática filosófica de la lengua castellana. Repro- ducción facsímil e introducción de R. Sarmiento, Barcelona, Anthropos, 1991. BRUCART, .1. MA (1990): «Pasividad y atribución en español: un análisis generativo», en y. Demonte y B. Garza Cuarón (eds.), Estudios de lingíiística de España y México, UNAM, El Colegio de México, A. C., pp. 179-208. CARRASCO. F. (1973): «Sobre el formante de “voz pasiva” en español», Revista Espa- ñola de Lingdistica, 3,, pp. 333-341. CARTAGENA, N. (1993): «Acerca de la estructura del núcleo verbal en teenolectos del español y del alemán», Sendebar, 3, pp. 175-186. DtSMONTE, V. (1983): «Pasivas léxicas y pasivas sintácticas en español», Serta Pítilolo- gica E Lázaro Carreter, 1, Madrid, Cátedra, pp. 141-157.
  • 16. 1 52 Lt,i.s Alberto Herna,tclc, Cuctdrado FERNÁNDEZ RAMÍREZ, 5. (1986): Grarm,áticc, españc>la. IV El ¡‘cmbc, y la oracicin. Vt,l, ordenado y completado por 1. Bosque, Madrid. Arco/Libros. Gtt.t GAYA. 5. (1961): Curso superior de sintaxis espctñola, Barcelona, Bibliograf. GÓMEZ AsnNeto, J. J. (1981): Gramática y cate /4orías verbctles en la tradición española (/771-1847), Salamanca, Universidad. GuTtÉRtz,:z ORDÓÑEZ, 5. (1986): «Sobre la construcción pasiva», Variaciones sobre la atribución, León, Universidad, pp. 85-111. HERNÁNDEZ ALONSO, C. (1982): «La llamada “voz pasiva” en español». Lingílística Española Actual, IV/l, pp. 83-92. IGt.F.StAS BANCO, M. (1991): La voz en lct gran¡ciricct española, León, Universidad. LÁZARO CARRETER, F. (1980): «Sobre la pasiva en español», Estudios de lingaistica, Barcelona, Ed. Crítica, pp. 61-72. LENZ, R. (1935): Lo oración y sus partes. Estudios cíe grctnicítica general y castellana, Madrid, Publicaciones de la REE. LÓPEZ GARCÍA, A. (1996): Gramática del español. II. La oración simple, Madrid, Arco/Libros. MANACORDA DE RosETTt, M. V. (1969): «La frase verbal pasiva en el sistema español». en A. Mt Barrenechea y M. y. Manacorda de Roseííi, Estudios de gramática estructural, Buenos Aires, Paidós, pp. 71-90. NEBRtJA, A. de (1492): Gramática de la lengua castellana. Estudio y edición de A. Qui- lis, Madrid, Centro de Estudios Ratnón Areces. 1989. REAL ACADEMtA ESPAÑOLA (i771): Gramática de la lengua castellana. Edición facsí- mil e introducción de R. Sartniento, Madrid, Editora Nacional, 1984. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1920): Gramnática de la lengua castellana, Madrid, Per- lado, Páez y Compañía (Sucesores de Hernando), Impresores y Libreros de la Real Academia Española. REAt. ACADEMIA ESPAÑOLA (1973): Esbozo de ulta nueva grctmoátic-ct de la lengua espa- ñola. Madrid, Espasa Calpe. ROCA PoNs, J. (1974): fntrc,ducciór, a la gramática (cott especial referencia a la lengua española), Madrid, Teide. Snco. M. (1972): Gramática esemtciaí díel espctñol. Introclucccicimm al estudio cíe la len gua. Madrid, Aguilar STOWELL. 1. (1983): «Subjects across Categories», Thc Limguisúc Rcview, 2, pp. 285-312. VItIAI.ÓN, C. dc (1558): Gramática castellana. Edición facsimi lar y estudio de C. Gar- cía. Madrid, CSIC, 1971.