Los católicos consideran que el aborto es un pecado grave porque elimina la vida de un ser inocente. Según la doctrina católica, los bebés son un regalo sagrado de Dios desde la concepción, y el aborto es equivalente a cometer un asesinato. Además, los católicos creen que la mujer tiene derecho sobre su propio cuerpo pero no sobre el cuerpo del feto.