La tortuga estaba aburrida de siempre estar en el mismo bosque y quería viajar y ver el mundo. Dos patos se ofrecieron a llevarla volando si se sujetaba a un palo, pero le advirtieron que no debía abrir la boca. Mientras volaba, la tortuga se sintió poderosa y gritó que era la reina de las tortugas, pero al abrir la boca cayó al suelo y se golpeó. Aprendió que no debe creerse demasiado importante.