Cada año en el plenilunio de Tauro, Buda y Cristo se reúnen en el valle del Himalaya con seres iluminados para bendecir a la humanidad con luz, amor y voluntad de bien durante el Festival Wesak. Cristo pronuncia la Gran Invocación para atraer estas fuerzas espirituales a la Tierra y elevar la conciencia humana, antes de que Buda y él se retiren después de compartir el agua bendita con los asistentes.