El documento describe el feudalismo en Europa durante la Edad Media y cómo la brujería era vista y tratada durante ese período. La gente era considerada loca, endemoniada o bruja si mostraba comportamientos diferentes. Estas personas eran juzgadas por la Iglesia e Inquisición y a menudo quemadas. Más tarde, investigadores notaron que muchos de estos casos podrían haber involucrado enfermedades mentales en lugar de brujería.