El documento describe el síndrome de Hybris, un concepto griego que se refiere a un orgullo o confianza en uno mismo exagerados que a menudo conducen a un castigo merecido. En la actualidad, se refiere a un trastorno mental que afecta a algunos líderes políticos que desarrollan una autoconfianza excesiva y desprecio por los demás después de alcanzar el poder. El síndrome de Hybris puede llevar a decisiones políticas erróneas y peligrosas.
1. ¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE HYBRIS?
• Lahibris o hybris (en griego ὕϐριςhúbris).-
Es un concepto griego que puede traducirse como «desmesura» y que en la
actualidad alude a un orgullo o confianza en uno mismo exagerados,
resultando a menudo en merecido castigo. En la Antigua Grecia aludía a un
desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de
control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado
por las pasiones exageradas, y másconcretamente por Ate (En la mitología
griega , Ate era la diosa de las acciones irreflexivas y sus consecuencias).
Como reza el famoso proverbio antiguo, erróneamente atribuido
aEurípides : «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven
loco.»
La prudencia es la virtud intelectual que dispone a comprender y ajustar la
actuación a la complejidad de las circunstancias en cada momento. Lo
contrario de la prudencia es lo que los clásicos griegos llaman hybris, esa
suerte de falta trágica en que incurren algunos de los principales personajes
de las tragedias, tales como Agamenón, Creonte, Edipo Rey entre otros. Se
podría traducir por obcecación, una especie de ceguera causada por la
obstinada, jactanciosa y altanera fijación del personaje en una norma de
conducta.
La peor ofensa para los dioses es no "pensar humanamente" y aspirar a lo
más alto. Así"la idea de hybris concebida originariamente de un modo
perfectamente concreto en su oposición a ladiké y limitada a la esfera
terrestre del derecho, se extiende, de pronto, a la esfera religiosa"(Jaeger,
1993, p. 166). Esta concepción junto con la idea de la envidia de los dioses
hacia los seres humanos dichosos, ha determinado durante largo tiempo las
representaciones de las esferas de la religión griega. La fortuna de los
hombres cambia todos los días, por lo tanto, el hombre no debe aspirar a lo
más alto.
La religión griega ignoraba el concepto de pecado tal como lo concibe
el cristianismo , lo que no es óbice para que la hibris parezca la principal
falta en esta civilización. Se relaciona con el concepto de moira , que en
griego significa ‘destino', ‘parte', ‘lote' y ‘porción' simultáneamente. El
destino es el lote, la parte de felicidad o desgracia, de fortuna o desgracia,
de vida o muerte, que corresponde a cada uno en función de su posición
social y de su relación con los dioses y los hombres. La persona que
cometíaHybris era culpable de querer másque la parte que le había sido
asignada por el destino. Los dioses castigaban a aquellos que presentaban
esta patología moral mediante Némesis, diosa de la Justicia y la equidad,
2. con una cura de humildad obligando a los afectados a volver a sus
posibilidades humanas. Heródoto lo expresa claramente en un significativo
pasaje: "Puedes observar cómo la divinidad fulmina con sus rayos a los
seres que sobresalen demasiado, sin permitir que se jacten de su condición;
en cambio, los pequeños no despiertan sus iras. Puedes observar también
cómo siempre lanza sus dardos desde el cielo contra los mayores edificios y
los árboles más altos, pues la divinidad tiende a abatir todo lo que descuella
en demasía ".
Los romanos aprendieron la lección y por eso se decía que los Emperadores
tenían a un lacayo permanentemente al lado recordándoles que eran
simplemente hombres.
Una aproximación al significado de la Hybris se encuentra en el siguiente
enlace:http://es.scribd.com/doc/57498196/Hybris-en-La-Lit-Griega .
• "En el poder y en la enfermedad".-•
Es un libro escrito por el Dr. David Owen, médico neurólogo escrito en la
década de los años 70 quien incursiono en la política del Reino Unido, trata
de la interrelación entre la política y la medicina. El autor se declara
fascinado por ella y la ha analizado en ambos campos. La enfermedad en
personajes públicos suscita importantes cuestiones: su influencia sobre la
toma de decisiones, los peligros de mantener en secreto la dolencia o la
dificultad para destituir a los dirigentes enfermos. Como médico, el autor
tuvo la ocasión de ver las tensiones de la vida política y sus consecuencias;
como político, se fijó en los dirigentes que no padecen dolencias mentales
pero desarrollan el "sindrome de hybris" o embriaguez del poder:
persistencia en el terror e incapacidad para cambiar. Este libro estudia las
enfermedades padecidas por Jefes de Estado y de Gobierno como J.F.
Kennedy, el Sha de Persia o Mitterand, entre otros. Owen plantea e ilustra
el conjunto de problemas derivados de líderes enfermos y a la vez aborda el
envejecimiento de los poderososy las pérdidas cognitivas vinculadas a la
edad. Owen nos hace reflexionar sobre la naturaleza de la democracia y del
comportamiento humano.
http://books.google.es/books?id=...En el poder y la enfermedad&f=false
En esta obra, Owen describe la patología que afecta a ciertos políticos con
responsabilidades jerárquicas de gobierno, que se aferran con uñas y
dientes al poder, indicando que este mal se presenta en una primera fase
bordeando la megalomanía y concluye con la paranoia, entendiendo
que este trastorno psicopatológico debería estar contemplado en el Manual
de diagnósticos y Estadísticas de los trastornos Mentales, conocido por sus
siglas en inglés como elDSM que auspicia la Asociación de Psiquiatría
3. Americana.
Considera el galeno Británico que esa intoxicación de poder, podría ser
causada por el síndrome de Hybris, que en la concepción Griega era
etiquetado a los héroes que vencedores de las grandes batallas
conquistaban la gloria y que borrachos de poder y éxito, empezaban a
comportarse como dioses y se creían capaces de cualquier cosa.
Establecen estudios acerca del síndrome de Hybris que las elecciones
subsecuentes de líderes democráticosy/o designaciones de "personal de
confianza", suelen incrementar las posibilidades del desarrollo de este
síndrome y que este tipo de enfermedad afecta, como es lógico, las
decisiones políticas que se toman y que en la mayoría de los casos terminan
siendo de resultados muy peligrosas y por demás catastróficas.
Los gobernantes atacados por este síndrome según relata Owen, dejan de
escuchar, se vuelven imprudentes, entiende que solo sus ideas son
correctas, jamás reconocen sus errores y prefieren rodearse por una legión
de genufléxos cabezas huecas que no vacilan en felicitarle hasta en sus
equivocaciones, reiterándole de lo imprescindible de su mesiánica presencia
al frente de la conducción de los destinos del Estado.
Realmente, no todos los hombres están destinados a alcanzar el poder
político, los gobernantes son seres humanos, sienten y padecen igual a
cualquier mortal y la salud de estos siempre se maneja como un secreto de
estado.
"En el poder y en la enfermedad" es un libro escrito en cuatro partes. La
primera abarca desde 1901 hasta 2007. Owen empieza analizando la salud
del depresivo presidente norteamericano Theodore Roosevelt, enfermo
crónico de asma y diarrea, y cierra con Ariel Sharon, obeso primer ministro
israelita y víctima de una grave dolencia cardiaca en los años de su
mandato.
Esta primera parte recorre la salud y el papel político de 30 jefes de
gobierno, además de los dos citados en el párrafo anterior. Entra en la
hipertensión y arterioesclerosis de Woodrow Wilson, en el cáncer del Primer
Ministro británico Neville Chamberlain, quien negoció con Hitler en 1938 en
Múnich. La depresión es quizá la enfermedad más repetida entre los treinta
y dos estadistas estudiados por Owen.La sufrieron, entre otros, los
norteamericanos Warren Harding y Calvin Coolidge. Churchill añadía a su
severa depresión insuficiencia de miocardio. Owen insinúa que Ronald
Reagan pudo sufrir Alzheimer ya desde el comienzo de su mandato.
La segunda parte se inicia con la enfermedad de Eden, Primer Ministro
4. británico durante la nefasta crisis, para Inglaterra, del Canal de Suez. La
mala salud del presidente Kennedy y la enfermedad secreta del Sha de
Persia son el objeto de los siguientes capítulos y, por último, el cáncer de
próstata del presidente Mitterrand. El capítulo dedicado a John F. Kennedy
cruza los datos médicos conservadosen la Biblioteca Kennedy con un
intenso estudio de los episodios que marcaron su breve presidencia. La
invasión de Bahía Cochinos y la crisis de los misiles en Cuba conforman un
ejemplo de brillante análisis. A todo ello, añade Owen el análisis del historial
médico de un Kennedy adicto a las inyecciones de esteroides y procaína así
como a las mal llamadas drogas recreacionales. El análisis de la enfermedad
del Shah de Irán es también un potente y ejemplar foco de luz. El
tratamiento de su cáncer por parte de los médicos franceses y el uso del
secreto de Estado ilustran a la perfección la política de ocultamiento, como
sucedió con Mitterrand, de las enfermedades de los líderes políticos, lo que
acaba incidiendo en sus tareas de Estado.
La tercera parte está dedicada al mal que afectó a Bush y Blair y a su
influencia en las guerras de Irak y Afganistán. Owen acuña y describe el
término hybris como un síndrome derivado del uso del poder, presente en
un gran número de líderes y que se caracteriza por una autoconfianza
excesiva, rechazo a las advertencias y avisos de colaboradores y
representación equivocada de la realidad.
La última parte pretende establecer la protección democrática contra las
enfermedades de los jefes de Estado y de Gobierno. Tras haber mostrado
cómo a lo largo de los últimos cien años han sido numerosas las decisiones
políticas tomadas de forma errónea por dirigentes públicos enfermos, Owen
busca establecer barreras de protección. Al mismo tiempo, advierte del
negativo papel de los médicos personales o de los parientes, incapaces de
advertir la gravedad de ciertas situaciones.
Los médicos David Owen y Jonathan Davidson han establecido una lista de
síntomas típicos del síndrome de hybris, trastorno mental que se adquiere
cuando el mandatario accede al cargo y que suele remitir una vez que
abandona el poder. En el siguiente enlace hay algunos líderes que habrían
padecido el Síndrome de Hybris, según Owen y
Davidson: http://mocoreta1.blogspot.com/2013/05/sindrome-de-
hybris.html
• Síndrome de Hybris.-•
Como ya lo describimos en la Grecia antigua la palabra Hybris o
Hubris hacía referencia a las acciones crueles, vergonzosas y humillantes
que un abusador cometía sobre su víctima por mero placer, es
decir, desmesura psicológica en aquellos que habían atravesado la
5. frontera de sus posibilidades humanas cuando se les había conferido poder,
haciéndolos rígidos, egocéntricos, crueles, prepotentes y en el fondo
irracionales.
En la actualidad lo utilizamos para referirnos a un trastorno
"paranoide" denominadosíndrome de Hybris, caracterizándose como un
trastorno que genera un ego desmedido, un enfoque personal exagerado,
aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los
demás. Se suele asociar a cargos de poder, tal y como pueden ser
políticos, "eternos" dirigentes, funcionarios, personal de confianza,
financieros, empresarios, grandes fortunas, famosos, etc.
El neurólogo David Owen analiza la locura que provoca el poder. Este
neurólogo escribe su libro después de seis años del estudio del cerebro de
los líderes políticos y concluye: el poder intoxica tanto que termina
afectando al juicio de los dirigentes.
El psiquiatra, Manuel Franco, explica así lo que ocurre con los líderes
políticos: una persona más o menos normal, se mete en política y de
repente alcanza el poder o un cargo importante. Internamente tiene un
principio de duda sobre su capacidad, pero pronto surge la legión de
incondicionales que le facilitan y reconocen su valía. Poco a poco se
transforma y empieza a pensar que está ahí por mérito propio. Todo el
mundo quiere saludarlo, hablar con él, recibe halagos de todo tipo. Esta es
la primera fase. Pronto da un paso más y entra en la ideación
megalomaníaca, cuyos síntomas son la infalibilidad y el creerse
insustituible. Entonces comienzan a realizar planes estratégicos para veinte
años, obras faraónicas, o a dar conferencias sobre temas que desconocen.
Tras un tiempo en el poder, el afectado por este mal, padece lo que
psicológicamente se llama desarrollo paranoide. Todo el que se opone a él o
a sus ideas, es un enemigo personal. Puede llegar incluso a la paranoia o
trastorno delirante que consiste en sospechar de todo el mundo que le haga
una mínima crítica, y, progresivamente se va aislando de la sociedad.
Llega un momento en que deja de escuchar, se vuelve imprudente, toma
decisiones por su cuenta sin consultar, porque cree que sus ideas son
correctas. Aunque finalmente se descubra que son erróneas, nunca
reconocerá la equivocación.
Se siente llamado por el destino a las grandes hazañas (les pasó a Bush y a
Blair, cuando no planificaron con detalles cómo reemplazarían a Husein, y
no pensaron cómo respondería el ejército iraquí; en la antigüedad otros
ejemplos fueron Nerón, Calígula y otros emperadores; (en América Latina,
saquen sus propias conclusiones...). Todo esto se da hasta que cesa en sus
6. funciones o pierde las elecciones, entonces viene el batacazo y se desarrolla
un cuadro depresivo ante una situación que no puede comprender". Dice el
Dr. Franco que es difícil tratar este problema, porque quien lo padece, no
tiene conciencia de ello.
Cuando una persona no admite otro criterio que el propio, no escucha los
aportes de otros, se obceca en sus posturas personalistas, se vuelven
imprudentes y toman decisiones por su cuenta, sin consultar porque
piensan que sus ideas son las correctas por lo que se alejan de la realidad y
aunque finalmente esas ideas se demuestren erróneas, que no han servido
para nada, nunca reconocerán la equivocación y seguirán pensando que
están en la senda de la verdad, entonces pierde el componente racional de
ejercer sus funciones, y si las condiciones se vuelven extremas puede hacer
un síndrome paranoide, una desconfianza enfermiza en el cual se vería
rodeado de enemigos, no podría fiarse de nadie y solo ÉL tendría razón
contra todas las evidencias.
Para que esto suceda tiene que tener poca madurez psicológica dentro de
una personalidad esquizoide (es decir con un mundo interior sobre
dimensionado, y unaafectividad anómala). Si a ello se le incrementa
escasa formación cultural, una preparación humana frágil, carencias de
cualquier tipo (afectiva y económica entre otros) y en cualquier tiempo
(especialmente en el pasado: generalmente en la niñez) y además de eso
existen circunstancias supuestamente adversas podemos ver a autoridades
singularmente "extravagantes".
Este tipo de cuadros psicológicos afectan sobre todo a la clase política y a
su "personal de confianza" ya que es la que básicamente puede adquirir
un desmesurado poder en un instante con una nula o escasa preparación
humana y el mecanismo o la reacción de defensa suele ser la distancia, la
rigidez y el aislamiento del entorno.
Decir que una persona tiene el síndrome de Hybris porque muestra sus
síntomas es muy fácil y hasta cierto punto una respuesta muy simple,
cómoda y sencilla, puesto que la conducta humana es compleja y no sólo se
puede atribuir a un síndrome y nada más.
Todos actuamos conformea una personalidad concreta que se fija hacia los
18 años de edad y no cambia nunca, configurándose con lo genético y la
suma de las vivencias, por lo que en cierto modo actuamos como lo
hacemos a partir de esa edad. Analizar nuestro tipo de personalidad resulta
clave en cualquier proceso de desarrollo personal porque eltipo de
personalidad base continua siendo el mismo durante toda la vida.
Ello implica que si no existe una base sólida y amplia en lo intelectual,
7. unaafectividadestable en el tiempo y una cultura del entorno, esta
persona tarde o temprano va a presentar el llamado síndrome de Hybris,
pues de alguna manera quiere compensar carencias de cualquier tipo que
haya tenido o tiene, pudiendo ser: afectivas, económicas, de
reconocimiento, etc. Esto podría llegar incluso a actuar en contra de la ética
profesional, a pesar de tener principios morales supuestamente "estables",
es decir ir en contra de la lealtad que se le debe al trabajo, profesión,
institución y compañerosde labor, actuar sin responsabilidad profesional lo
que llevaría a realizar un trabajo improductivo.
El llamado Síndrome de Hybris, sería más bien, un estado al que se llega
por tener unas condiciones personales psíquicas específicas y unos déficits
concretos en la personalidad. No es una enfermedad porque el que lo
padece sabe que está en un error pero no es capaz de admitirlo, y ello le
lleva a tener posturas rígidas, egocéntricas e irreales. Si la intensidad fuera
lo suficiente sí podríamos hablar de un Síndrome Paranoide. Desde el punto
de vista psiquiátrico el Síndrome como talno existe, pero si sus síntomas
aisladamente, y naturalmente abundan en personajes que han adquirido
poder (sea del tipo que sea) sin tener condiciones psíquicas básicas para
manejarlo, este sería el núcleo de esta situación anímica.
No es justo, ni ético, ni científico que los dirigentes y su "personal de
confianza" no pase ningún tipo de filtro tanto de salud física y fisiológica
como psíquica para ser designado previamente por su partido como
candidato idóneo. Y debería estar estipulado en la Legislación Electoral un
criterio de selección como en cualquier otro puesto del Estado aun
confiando ese criterio a un grupo técnico definido por cada partido. Mientras
esto no suceda tendremos lo que tenemos.
Como vemos el ejercicio del poder puede trastornar la conducta de los
hombres. Afirmando que sí, se puede enfermar de poder; pues este
puede generar algunos desórdenes psíquicos y problemas conductuales.
Sin ir muy lejos cuantas autoridades desde directores de
instituciones educativas hasta el Ministerio de Educación - MINEDU,
pasando por direcciones regionales, unidades de gestión educativa
local e incluso Gobierno Regional y Gobierno Central se obcecan en
sus posiciones sin escuchar a los demás, perdiendo en gran parte el
componente racional y la autocrítica que debe caracterizar toda
gestión institucional; otro caso es el de los profesores, especialistas,
personal administrativos y funcionarios, así como el personal de
confianza que creen que están en una posición diferente a otros y
en vez de servir adoptan posturas, inconscientemente o a veces
consciente, que "engordan" su ego y realizan acciones arbitrarias,
piensan que ellos son los únicos que piensan y no escuchan las
8. ideas de otros ya que siempre son apoyados por inútiles, ineptos y
personas que siempre le alagan y no tienen espíritu crítico, pues
cuando una persona no asume sus ideas o las rebate ya le considera
su "enemigo personal". Por esta razón al Síndrome de Hybris se le
conoce como la enfermedad de los que piensan que lo saben todo.
La explicación de esto es bien sencilla puesto que cuando a una
persona le gusta rodearse de estos tipos de personas halagadores y
no críticos es porque dicha persona también es así con sus
superiores.
"La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres
infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable
cuota de poder" Libertador Don José de San Martín (1778- 1850).
(Fuentes: artículos y documentos extraídos de la prensa e internet)