El documento narra la triste historia de la venta de una vaca llamada Cordera a un comprador de Castilla. Los niños Rosa y Pinín estaban muy apegados a la vaca, que consideraban como su madre. Al enterarse de la venta, lloraron desconsoladamente. Cuando llegó el momento de la despedida, abrazaron y besaron a la vaca. Al día siguiente, los niños creyeron ver a la vaca en un tren que pasaba, y temieron que fuera llevada a un matadero para ser convertida en carne. Se despidieron de