Jesús murió en la cruz para mostrar su gran amor por la humanidad y perdonar nuestros errores. Al entregar su vida, Jesús nos ofrece el mejor abrazo de perdón para limpiarnos de nuestra suciedad ante Dios. Solo necesitamos pedirle a Jesús que nos abrace y limpie para disfrutar de su amor.
1. Jesús murió en una cruz con los brazos abier-
tos para mostrar cuán grande era su amor,
para poder abrazar a toda la humanidad, él
entregó su vida para que nuestros errores
fueran perdonados y no tengamos nada de
qué avergonzarnos. Nadie podía abrazarnos,
nadie quería abrazarnos, estábamos sucios
delante de Dios, pero la Biblia dice que “nos
amó y nos limpió”, que no le importó nuestra
suciedad, él nos dio el mejor abrazo que
podríamos haber recibido, el abrazo del
perdón.
¿Querés ser abrazado por Jesús? Solo tenés
que pedirle que lo haga y que te limpie de
todas las cosas malas que te separan de él, y
comenzar a disfrutar de su amor.
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2. Qué importante es sentir un abrazo, ¿no? ¿Por
qué será? Cuando alguien nos abraza senti-
mos mucho más que un simple saludo o un
formalismo, sentimos una conexión distinta.
Hay abrazos de distintas clases y entre distin-
tas personas: existen abrazos entre hermanos,
entre padres e hijos; abrazos de abuelos, de
novios, de esposos, de amigos y amigas; abra-
zos de reencuentro, de protección y de con-
suelo. Podría seguir enumerando miles de
abrazos.
Los abrazos son fundamentales en nuestra
vida. Desde que nacemos, estamos en los
brazos de nuestros seres queridos. Luego
demostramos amor abrazando a las personas
que amamos, abrazamos para despedirnos y
dejar algo de nosotros en ese amigo que se va.
Hasta la ciencia se dio cuenta de la importan-
cia de los abrazos. Estudios científicos realiza-
dos con bebés y niños pequeños demostraron
que la ausencia de contacto físico no solo
genera la muerte de neuronas en sus cerebros,
sino que también reduce la producción de una
hormona del crecimiento, dando lugar a un
problema conocido como enanismo psicoso-
cial. ¡Increíble! Además, se comprobó que
aumentan el bienestar y que durante el abrazo
se liberan hormonas reductoras del estrés. Un
abrazo baja la ansiedad, relaja y atenúa las
preocupaciones.
¡Qué importante es abrazar y ser abrazado!
Muchas personas son privadas de recibir abra-
zos desde que son niños. Otras, ya siendo
grandes son rechazadas y nadie las abraza.
Quiero contarte que hay una persona que
estuvo y está dispuesta a abrazarnos sin
importar nuestra condición, que quiere demos-
trarnos su amor sin pensar en nuestra clase
social, nuestro nivel económico, nuestra edad
o apariencia, ni si quiera le importa qué tan
buena persona seamos, porque él vino a la
tierra para que podamos sentir su amor. Segu-
ramente ya te imaginarás de quién hablo… sí,
de Jesús.
Nosotros no merecíamos ser abrazados por
Jesús, pero dice la Biblia que él entregó su vida
para poder estar cerca de nosotros y que no le
importó nuestra maldad, nuestro pecado, sino
que nos abrazó y nos perdonó.