El documento narra la historia de Don Félix de Montemar, un estudiante arrogante y temerario de Salamanca. Una noche, después de cometer un crimen, Montemar se encuentra con fantasmas que lo atormentan por sus acciones pasadas. A pesar del terror, Montemar enfrenta valientemente a los fantasmas hasta que finalmente se desmaya, vencido por el cansancio físico y mental.
Se trata de un homenaje a los encantos de la joven mujer peruana de hoy. Imágenes tomadas de la red ilustran versos escritos por Rodolfo Sánchez Garrafa.
Breve relato noir con toques de terror.
Un asesinato en una ciudad oscura en la que vagan criaturas sobrenaturales. Una mujer, un policía, y una investigación con sensualidad, suciedad y un tanto de cinismo.
Versión genial en poesía del cuento La Cenicienta.
Mención New Horizont Bologna Ragazzi Award 2014
Best Book Desing Award UNESCO 2014
Premio a la edición Ilustre Mun, De Santiago 2013
Mención Acierto Editorial Bco, del Libro Venezuela 2014
Se trata de un homenaje a los encantos de la joven mujer peruana de hoy. Imágenes tomadas de la red ilustran versos escritos por Rodolfo Sánchez Garrafa.
Breve relato noir con toques de terror.
Un asesinato en una ciudad oscura en la que vagan criaturas sobrenaturales. Una mujer, un policía, y una investigación con sensualidad, suciedad y un tanto de cinismo.
Versión genial en poesía del cuento La Cenicienta.
Mención New Horizont Bologna Ragazzi Award 2014
Best Book Desing Award UNESCO 2014
Premio a la edición Ilustre Mun, De Santiago 2013
Mención Acierto Editorial Bco, del Libro Venezuela 2014
Este es un documento muy relacionaado al anterior, pues este archivo contiene algunos de los poemas, yaravies de Mariano Melgar que le hace a Silviaa despues de su retorno de Lima.
Cantos de Vida y Esperanza Rubén Darío , poeta nicaragüense y figura más representativa del Modernismo, vivió intensamente los cuarenta y nueve años de su existencia. Conectó en fecha muy temprana con las nuevas corrientes poéticas y con la literatura francesa
Siempre recuerdo a Sócrates
"Obsérvate sin ceguera y di con precisión
y coraje lo que estás sintiendo."
Que Fácil Decir: ¡Olvídalo!
Estoy de pie… frente a las puertas del averno
Contemplando un descomunal paisaje de cadáveres
Pude ver sus caras, se retuercen, son hienas entre estiércol
Gran jugada bajo sucias sabanas la de los falsos profetas
Entre cerebros podridos el pensamiento lúcido era imposible
Sucumbió el líder ante las bragas fosforescente de la hechicera
Ideales, amistad y lealtad convirtiéranse en utopías perversas
Conveniente fue la entrega y premiada la incompetencia
Encendiendo estoy las intermitentes páginas
Deponiendo la ira de lo que ya sospechaba
Ríos de sangre desbordaron las tristes lunas
Los cuervos felices retozaban sin importar a quién sacrificaban
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando insectos y larvas arrancaron las entrañas
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando el cuerpo volviérase feto y la vida se escapaba
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando la comida se te atragantaba en la garganta
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Para quien todo lo tiene y del muerto no sabe nada
El pico de fuego le fue clavado una y mil veces con alevosía y ventaja
Danzaba la bestia sobre sus sueños y nadie dijo: ¡Basta!
Provocación, desdén y falsos testimonios
Fueron su tela de araña y nadie dijo: ¡Basta!
Mientras la victima quedaba calva y retorcía entre la mierda que no controlaba
Temporales y desalientos fueron interminables peldaños fatigosos
Escondida entre corredores y escaleras solitarias
Apartándose de quienes dejaron de ser sus amigos y cambiaban de bando
Sucios mentirosos, mascaras funestas, nunca fue lo mejor lo que buscaban
Ni lo ideal para los niños solo fueron siempre sus ganas
Criaturas desnudas de lealtad solo importaban sus hambres y sus joyas
La circunferencia infernal seguirá girando entre luces intensas
Regresando al punto de inicio porque dolor con dolor se paga
No será mi voz la condena sobre sus millonarias laderas de falsedades
El falso prestigio caerá por su propio peso porque todo se sabe
Las caretas de los venerados moralistas no serán eternas
Falsos expertos sonrían todavía su senda es ancha
Las nuevas ideas se les perderán en profundos abismos
No hay que olvidar que la falsa gloria está guardada en saco sin fondo
Lo que se construye sobre el dolor de otro se desplomará en caída libre
En esta selva prefiero seguir siendo humana a pesar de mis imperfecciones
Porque nunca obtuve nada que con esfuerzo no ganara
Rodarán quizás las hojas del amarillo calendario
Mañana las cabezas de los cuervos, nadie es indispensable
Pero siempre renaceré de las cenizas aunque el silencio de Dios
Sea para mí hoy indiferencia y frialdad elocuente
Y entre oscilaciones solitarias y entre tumbos la razón se desmorone
Nunca podrán callar lo que alma y el corazón clama
FANNY JEM WONG
25.09.2006
Está escrito ¡Así sea!
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
Sócrates
Este es un documento muy relacionaado al anterior, pues este archivo contiene algunos de los poemas, yaravies de Mariano Melgar que le hace a Silviaa despues de su retorno de Lima.
Cantos de Vida y Esperanza Rubén Darío , poeta nicaragüense y figura más representativa del Modernismo, vivió intensamente los cuarenta y nueve años de su existencia. Conectó en fecha muy temprana con las nuevas corrientes poéticas y con la literatura francesa
Siempre recuerdo a Sócrates
"Obsérvate sin ceguera y di con precisión
y coraje lo que estás sintiendo."
Que Fácil Decir: ¡Olvídalo!
Estoy de pie… frente a las puertas del averno
Contemplando un descomunal paisaje de cadáveres
Pude ver sus caras, se retuercen, son hienas entre estiércol
Gran jugada bajo sucias sabanas la de los falsos profetas
Entre cerebros podridos el pensamiento lúcido era imposible
Sucumbió el líder ante las bragas fosforescente de la hechicera
Ideales, amistad y lealtad convirtiéranse en utopías perversas
Conveniente fue la entrega y premiada la incompetencia
Encendiendo estoy las intermitentes páginas
Deponiendo la ira de lo que ya sospechaba
Ríos de sangre desbordaron las tristes lunas
Los cuervos felices retozaban sin importar a quién sacrificaban
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando insectos y larvas arrancaron las entrañas
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando el cuerpo volviérase feto y la vida se escapaba
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Cuando la comida se te atragantaba en la garganta
Que fácil decir: ¡Olvídalo!
Para quien todo lo tiene y del muerto no sabe nada
El pico de fuego le fue clavado una y mil veces con alevosía y ventaja
Danzaba la bestia sobre sus sueños y nadie dijo: ¡Basta!
Provocación, desdén y falsos testimonios
Fueron su tela de araña y nadie dijo: ¡Basta!
Mientras la victima quedaba calva y retorcía entre la mierda que no controlaba
Temporales y desalientos fueron interminables peldaños fatigosos
Escondida entre corredores y escaleras solitarias
Apartándose de quienes dejaron de ser sus amigos y cambiaban de bando
Sucios mentirosos, mascaras funestas, nunca fue lo mejor lo que buscaban
Ni lo ideal para los niños solo fueron siempre sus ganas
Criaturas desnudas de lealtad solo importaban sus hambres y sus joyas
La circunferencia infernal seguirá girando entre luces intensas
Regresando al punto de inicio porque dolor con dolor se paga
No será mi voz la condena sobre sus millonarias laderas de falsedades
El falso prestigio caerá por su propio peso porque todo se sabe
Las caretas de los venerados moralistas no serán eternas
Falsos expertos sonrían todavía su senda es ancha
Las nuevas ideas se les perderán en profundos abismos
No hay que olvidar que la falsa gloria está guardada en saco sin fondo
Lo que se construye sobre el dolor de otro se desplomará en caída libre
En esta selva prefiero seguir siendo humana a pesar de mis imperfecciones
Porque nunca obtuve nada que con esfuerzo no ganara
Rodarán quizás las hojas del amarillo calendario
Mañana las cabezas de los cuervos, nadie es indispensable
Pero siempre renaceré de las cenizas aunque el silencio de Dios
Sea para mí hoy indiferencia y frialdad elocuente
Y entre oscilaciones solitarias y entre tumbos la razón se desmorone
Nunca podrán callar lo que alma y el corazón clama
FANNY JEM WONG
25.09.2006
Está escrito ¡Así sea!
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
Sócrates
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
Friedrich Nietzsche. Presentación de 2 de Bachillerato.
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El estudiante de Salamanca
Parte primera
Era más de media noche,
antiguas historias cuentan,
cuando en sueño y en silencio
lóbrego envuelta la tierra,
los vivos muertos parecen,
los muertos la tumba dejan.
Era la hora en que acaso
temerosas voces suenan
informes, en que se escuchan
tácitas pisadas huecas,
y pavorosas fantasmas
entre las densas tinieblas
vagan, y aúllan los perros
amedrentados al verlas:
En que tal vez la campana
de alguna arruinada iglesia
da misteriosos sonidos
de maldición y anatema,
que los sábados convoca
a las brujas a su fiesta.
El cielo estaba sombrío,
no vislumbraba una estrella,
silbaba lúgubre el viento,
y allá en el aire, cual negras
fantasmas, se dibujaban
las torres de las iglesias,
y del gótico castillo
las altísimas almenas,
donde canta o reza acaso
temeroso el centinela.
Todo en fin a media noche
reposaba, y tumba era
de sus dormidos vivientes
la antigua ciudad que riega
el Tormes, fecundo río,
nombrado de los poetas,
la famosa Salamanca,
insigne en armas y letras,
patria de ilustres varones,
noble archivo de las ciencias.
Súbito rumor de espadas
cruje y un ¡ay! se escuchó;
un ay moribundo, un ay
que penetra el corazón,
que hasta los tuétanos hiela
y da al que lo oyó temblor.
Un ¡ay! de alguno que al mundo
pronuncia el último adiós.
El ruido
cesó,
un hombre
pasó
embozado,
y el sombrero
recatado
a los ojos
se caló.
Se desliza
y atraviesa
junto al muro
de una iglesia
y en la sombra
se perdió.
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Una calle estrecha y alta,
la calle del Ataúd
cual si de negro crespón
lóbrego eterno capuz
la vistiera, siempre oscura
y de noche sin más luz
que la lámpara que alumbra
una imagen de Jesús,
atraviesa el embozado
la espada en la mano aún,
que lanzó vivo reflejo
al pasar frente a la cruz.
Cual suele la luna tras lóbrega nube
con franjas de plata bordarla en redor,
y luego si el viento la agita, la sube
disuelta a los aires en blanco vapor:
Así vaga sombra de luz y de nieblas,
mística y aérea dudosa visión,
ya brilla, o la esconden las densas tinieblas
cual dulce esperanza, cual vana ilusión.
La calle sombría, la noche ya entrada,
la lámpara triste ya pronta a expirar,
que a veces alumbra la imagen sagrada
y a veces se esconde la sombra a aumentar.
El vago fantasma que acaso aparece,
y acaso se acerca con rápido pie,
y acaso en las sombras tal vez desparece,
cual ánima en pena del hombre que fue,
al más temerario corazón de acero
recelo inspirara, pusiera pavor;
al más maldiciente feroz bandolero
el rezo a los labios trajera el temor.
Mas no al embozado, que aún sangre su espada
destila, el fantasma terror infundió,
y, el arma en la mano con fuerza empuñada,
osado a su encuentro despacio avanzó.
Segundo don Juan Tenorio,
alma fiera e insolente,
irreligioso y valiente,
altanero y reñidor:
Siempre el insulto en los ojos,
en los labios la ironía,
nada teme y toda fía
de su espada y su valor.
Corazón gastado, mofa
de la mujer que corteja,
y, hoy despreciándola, deja
la que ayer se le rindió.
Ni el porvenir temió nunca,
ni recuerda en lo pasado
la mujer que ha abandonado,
ni el dinero que perdió.
Ni vio el fantasma entre sueños
del que mató en desafío,
ni turbó jamás su brío
recelosa previsión.
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Siempre en lances y en amores,
siempre en báquicas orgías,
mezcla en palabras impías
un chiste y una maldición.
En Salamanca famoso
por su vida y buen talante,
al atrevido estudiante
le señalan entre mil;
fuero le da su osadía,
le disculpa su riqueza,
su generosa nobleza,
su hermosura varonil.
Que en su arrogancia y sus vicios,
caballeresca apostura,
agilidad y bravura
ninguno alcanza a igualar:
Que hasta en sus crímenes mismos,
en su impiedad y altiveza,
pone un sello de grandeza
don Félix de Montemar. [...]
Parte cuarta
Y a su despecho y maldiciendo al cielo, .
de ella apartó su mano Montemar,
y temerario alzándola a su velo,
tirando de él la descubrió la faz.
¡Es su esposo!, los ecos retumbaron,
¡La esposa al fin que su consorte halló! .
Los espectros con júbilo gritaron:
¡Es el esposo de su eterno amor!
Y ella entonces gritó: ¡Mi esposo! Y era
(¡desengaño fatal!, ¡triste verdad!)
una sórdida, horrible calavera, .
la blanca dama del gallardo andar...
Luego un caballero de espuela dorada,
airoso, aunque el rostro con mortal color,
traspasado el pecho de fiera estocada,
aún brotando sangre de su corazón, .
se acerca y le dice, su diestra tendida,
que impávido estrecha también Montemar:
-Al fin la palabra que disteis, cumplida;
doña Elvira, vedla, vuestra esposa es ya. [...]
El carïado, lívido esqueleto,
los fríos, largos y asquerosos brazos, .
le enreda en tanto en apretados lazos,
y ávido le acaricia en su ansiedad:
y con su boca cavernosa busca
la boca a Montemar, y a su mejilla
la árida, descarnada y amarilla .
junta y refriega repugnante faz. [...]
Y en furioso, veloz remolino, .
y en aérea fantástica danza,
que la mente del hombre no alcanza
en su rápido curso a seguir,
los espectros su ronda empezaron,
cual en círculos raudos el viento .
remolinos de polvo violento
y hojas secas agita sin fin. [...]
Y a tan continuo vértigo,
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a tan funesto encanto,
a tan horrible canto, .
a tan tremenda lid;
entre los brazos lúbricos
que aprémianle sujeto,
del hórrido esqueleto,
entre caricias mil:
Jamás vencido el ánimo,
su cuerpo ya rendido,
sintió desfallecido
faltarle, Montemar;
y a par que más su espíritu .
desmiente su miseria
la flaca, vil materia
comienza a desmayar.
Y siente un confuso,
loco devaneo, .
languidez, mareo
y angustioso afán:
y sombras y luces
la estancia que gira,
y espíritus mira .
que vienen y van.
Y luego a lo lejos,
flébil en su oído,
eco dolorido
lánguido sonó, .
cual la melodía
que el aura amorosa,
y el aura armoniosa
de noche formó:
y siente luego .
su pecho ahogado
y desmayado,
turbios sus ojos,
sus graves párpados
flojos caer: .
la frente inclina
sobre su pecho,
y a su despecho,
siente sus brazos
lánguidos, débiles, .
desfallecer.
Y vio luego
una llama
que se inflama
y murió; .
y perdido,
oyó el eco
de un gemido
que expiró.
Tal, dulce
suspira
la lira
que hirió,
en blando
concepto, .
del viento
la voz,
leve,
breve
son.
José de Espronceda