Las funciones no técnicas de los productos tecnológicos, como las estéticas y simbólicas, toman importancia una vez que sus características novedosas son copiadas. La función estética busca la belleza a través de las formas, colores y texturas de los objetos. La función simbólica convierte a los objetos tecnológicos en medios para establecer estatus social y relaciones de poder, como en el caso de las joyas y ropas costosas que indican riqueza.