1. GABRIELA, CLAVO Y CANELA (1958)
Jorge Amado

2. Gabriela, clavo y canela es una novela
sobre Brasil fascinante hasta para los
propios brasileños. Más allá de la
atractiva trama de amores y poderes, el
talento de Jorge Amado para la temática
social, consigue extender ante los ojos
del lector el mapa de una geografía
tropical y humana que le deslumbra.

3. Años veinte, la modernidad se instala en las vidas de
los habitantes de Ilhéus en forma de nuevos medios
de transporte, periódicos locales y primeras luchas
políticas...; en los mismos días, una pareja adúltera
muere a manos del marido ultrajado. El crimen flota
en el ambiente como una premonición. Pero a Nacib,
joven apacible de origen sirio y propietario de un
pequeño negocio, lo que más le preocupa, por el
momento, es la marcha inesperada de su vieja
cocinera. Será la hermosa Gabriela quien ponga el
clavo y la canela al restaurante y a la existencia de
Nacib.

4. Sazonada y aromática, la narración penetra en los
sentidos suavemente. Pero también los exalta y los
revoluciona cuando esa fuerza de la naturaleza que
es Gabriela, uno de los personajes femeninos más
sabrosos de la literatura del siglo XX, se revela
indómita e imprevisible. Sensual y dulce, sabia e
inocente, abanderada del amor-pasión, amor de
combustión espontánea, Gabriela es capaz de
cuestionar las costumbres más rancias y arraigadas
en una sociedad de terratenientes y militares,
comerciantes y políticos, damas y prostitutas.

5. Como celebración del amor enamorado de los placeres
de la vida, opuesto a convencionalismos y partícipe
de la libertad, esta historia de Jorge Amado
contiene, sin faltar el condimento del humor
picardioso, los ingredientes de su mejor novelística
y así ha sido apreciado por público y crítica.
Traducida a más de cuarenta idiomas, el verbo del
autor se ha hecho carne y hueso en diferentes
adaptaciones televisivas y cinematográficas; la más
célebre de ellas protagonizada por la actriz
brasileña Sonia Braga y el actor italiano Marcelo
Mastroianni.

6. Mezcla, amalgama, mestizaje... no faltan
palabras para describir la riqueza
argumental y literaria que bulle en la
novela; pero si faltase alguna se halla,
seguro, en el interior de este texto de
vocabulario fecundo y lectura
arrebatadora.