Este documento analiza dos enemigos sutiles de la santidad: el gnosticismo y el pelagianismo. El gnosticismo supone una fe centrada en el subjetivismo y el conocimiento en lugar de Dios y los demás. El pelagianismo atribuye demasiado a la voluntad humana y el esfuerzo propio en lugar de reconocer la gracia de Dios. Ambos olvidan que la perfección viene de la caridad, no del conocimiento o esfuerzo. La santidad requiere humildad y reconocer que depen