El genocidio de Ruanda de 1994 resultó en la muerte de entre 800,000 y 1,000,000 de personas, principalmente de la etnia tutsi, a manos del gobierno y las milicias hutus. Más de 2 millones de ruandeses huyeron del país y la economía y la salud pública sufrieron graves consecuencias, con altos niveles de pobreza, VIH y violaciones.