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2. El consumo de drogas y sus
consecuencias sanitarias
Se estima que un total de 246 millones de personas, o una
de cada 20 personas de edades comprendidas entre los 15 y
64 años, consumieron drogas ilícitas en 2013. Si bien ello
representa un aumento de tres millones de personas con
respecto al año anterior, debido al crecimiento de la población
mundial, en realidad el consumo de drogas ilícitas se ha mantenido
estable.
La magnitud del problema mundial de las drogas se hace más
evidente si se tiene en cuenta que más de 1 de cada 10 consumidores
de drogas es un consumidor problemático que
sufre trastornos ocasionados por el consumo de drogas o
drogodependencia.
Es decir, unos 27 millones de personas, o casi
la totalidad de la población de un país del tamaño de Malasia,
son consumidores problemáticos de drogas. Prácticamente la
mitad de esos consumidores problemáticos (12,19 millones)
consumen drogas inyectables, y se estima que 1,65 millones
de ellos estaban afectados por el VIH en 2013.
Ello supone una pesada carga para los sistemas de salud
pública en lo que respecta a la prevención, el tratamiento y
la atención de los trastornos relacionados con el consumo de
drogas y sus consecuencias para la salud. Únicamente 1 de
cada 6 consumidores de drogas problemáticos en el mundo
tiene acceso a tratamiento, dado que en muchos países hay
un déficit considerable en la prestación de servicios.
El número anual de muertes relacionadas con el consumo de
drogas (estimadas en 187.100 en el año 2013) casi no ha
variado. Un número inaceptable de consumidores de drogas
sigue perdiendo la vida de forma prematura, a menudo a
consecuencia de una sobredosis, pese a que la muerte por
sobredosis puede evitarse.

5. PROBLEMA CULTURAL
Medellín fue catalogada hace unos meses como la ciudad más
innovadora del planeta, pero uno de los aspectos de su cultura
ensombrece una parte de realidad. El culto al cuerpo y las
huellas del narcotráfico en la capital antioqueña son dos
razones que se unen para facilitar el denominado
‘narcoturismo’.
A esto se agrega que el estudio de la ONU y la Alcaldía de
Medellín tiene como hipótesis que quien ofrece para el
consumo, también lo hace para la explotación, con el fin de
llegar con una oferta completa.
“En la ciudad de Medellín existe un culto al cuerpo, a los
rostros atractivos, a la moda y al buen vestir, lo cual está
acompañado del fenómeno del narcotráfico, que genera a su
vez prostitución ‘prepago’”, dice el estudio.
“Lo hace bajo el imaginario extendido por la historia de los
carteles en la década de los 80 y 90 que ha consolidado entre
algunos turistas extranjeros la figura de Pablo Escobar Gaviria
como un lugarteniente de un territorio sin ley en el que la
producción, la comercialización y el consumo eran
abiertamente tolerados”, según el análisis.

6. La individualización de la pena en el delito de
tráfico de drogas
Autores: Ana Expósito López
Directores de la Tesis: María Dolores Serrano
Tárraga
Lectura: En la Universidad Nacional de
Educación a Distancia ( España ) en 2014
Idioma: español
Resumen
El tráfico de drogas constituye un problema
social, político y económico. Las prohibiciones
y el endurecimiento de las penas se muestran
inútiles, existe una huída hacía el derecho
penal como política criminal más aparente que
otra cosa, si se tiene en cuenta que en corto
espacio de tiempo el Código Penal ha sufrido
dos reformas sustanciales en materia de
drogas, ampliando la materia de lo punible e
incrementando las penas, introduciendo
tímidas, medidas correctoras no del todo
satisfactorias. El endurecimiento penal y
policial presenta problemas importantes
cuando se trata de organizaciones criminales,
que excepcionalmente, muy de cuando en
cuando caen en las redes de la justicia. En
consecuencia hay que seguir llamando la
atención sobre unos hechos preocupantes, por
un lado el costo económico que supone
mantener un sistema judicial que atribuye una
gran dedicación a este tipo de delincuencia, así
como todos los temas relacionados o
derivados directamente de ella, los tribunales
son auténticas narcosalas, la policía y el
sistema penitenciario derrochan esfuerzos,
unos a investigar y otros a custodiar y hacer
cumplir las sanciones, por otro lado se puede
discutir si es una cuestión de demanda o de
oferta de la droga, pero lo que es cierto es que

7. How Is Cocaine Used?
The powdered form of cocaine is either inhaled
through the nose (snorted), where it is absorbed
through the nasal tissue, or dissolved in water and
injected into the bloodstream.
Crack is a form of cocaine that has been processed to
make a rock crystal (also called “freebase cocaine”)
that can be smoked. The crystal is heated to produce
vapors that are absorbed into the blood-stream
through the lungs. (The term “crack” refers to the
crackling sound produced by the rock as it is heated.)
The intensity and duration of cocaine’s pleasurable
effects depend on the way it is administered. Injecting
or smoking cocaine delivers the drug rapidly into the
bloodstream and brain, producing a quicker and
stronger but shorter-lasting high than snorting. The
high from snorting cocaine may last 15 to 30 minutes;
the high from smoking may last 5 to 10 minutes.
In order to sustain their high, people who use cocaine
often use the drug in a binge pattern—taking the drug
repeatedly within a relatively short period of time, at
increasingly higher doses. This practice can easily
lead to addiction, a chronic relapsing disease caused
by changes in the brain and characterized by
uncontrollable drug-seeking no matter the
consequences.