El documento describe una propuesta para construir un complejo de casinos y parques temáticos llamado Gran Scala en Aragón que ocuparía 2,500 hectáreas de tierra y atraería 25 millones de visitantes anuales. Los residentes locales se oponen al proyecto porque creen que traerá problemas sociales como ludopatía, y prefieren inversiones sostenibles que beneficien a toda Aragón en lugar de especulación. También dudan de la solvencia de los promotores del proyecto.