Este documento discute el estado actual de crisis en el que se encuentra el Estado-nación. Se argumenta que la crisis actual no es simplemente un paso entre dos configuraciones totalizadoras, sino más bien un "devenir no reglado" en el que se ha agotado la capacidad del Estado-nación de articular simbólicamente la sociedad. El mercado ha surgido como la nueva práctica dominante, aunque no reemplaza las funciones del Estado con una nueva totalidad. Más bien, la crisis actual es el resultado de la desintegración de una lóg
El documento resume el neopositivismo y el postpositivismo. El neopositivismo limita la validez del conocimiento a lo empírico y verificable. El postpositivismo emerge como una alternativa al reconocer que la realidad humana está sujeta a factores cualitativos más que cuantitativos y que el conocimiento se da a través de la interacción entre el sujeto y el objeto de estudio.
Un artículo de opinión es un escrito periodístico donde el autor expresa sus reflexiones sobre un tema de actualidad con el objetivo de influir en la opinión de los lectores. Para hacer un artículo de opinión, se debe trazar una idea sobre la cual opinar, buscar datos para respaldar la postura, redactar las ideas con palabras sencillas para que sean comprensibles para todos, y revisar el artículo varias veces antes de someterlo a la opinión de otras personas.
Este documento presenta la estrategia de leer en red, la cual consiste en establecer conexiones entre las ideas de los diversos párrafos de un texto para comprender la progresión temática. Se explica que leer en red implica identificar las relaciones como causa-consecuencia, problema-solución, entre otras. Además, ayuda a entender, analizar e interpretar de forma integral la información presentada.
Exposicion de cualitativa investigacion accion participativarojas_henry
Este documento presenta los conceptos y etapas clave de la investigación-acción participativa. Comienza describiendo que fue propuesta por Kurt Lewin en 1946 y que involucra a la comunidad en la comprensión y solución de sus propios problemas para lograr transformación social. Luego detalla las 8 etapas del proceso de investigación-acción participativa, que incluyen la identificación de un problema, análisis del problema, formulación de hipótesis, recolección e interpretación de datos, diseño e implementación de un plan de acción y evaluación de los
Este documento presenta una propuesta educativa llamada Jaibaná interactivo que busca ofrecer una guía sobre el uso del baúl de Jaibaná como instrumento didáctico y pedagógico. El baúl de Jaibaná contiene recursos educativos como juegos y libros para enseñar a niños de preescolar y primaria, especialmente en las áreas de comunicación y matemáticas. El objetivo general es desarrollar un aprendizaje significativo y tecnológico a través del juego. Los objetivos especí
El documento presenta una introducción al análisis de coyuntura. Define coyuntura como la combinación de factores y circunstancias presentes en un momento determinado. Explica que el análisis de coyuntura implica examinar los acontecimientos actuales en relación con la estructura social subyacente utilizando categorías como acontecimientos, escenarios, actores y relación de fuerzas. Además, destaca la importancia de analizar cómo los acontecimientos actuales se articulan con factores estructurales que cambian más lentamente
Cp01 el fin del estado y el porvenir del capitalismo (reflexion desde una lec...Miguel Angel Zamora
Este documento analiza el fin del estado y el futuro del capitalismo desde una perspectiva marxista. En 3 oraciones:
1) Argumenta que la globalización es más un fenómeno político que económico, debilitando la soberanía estatal a favor de corporaciones multinacionales y estados dominantes.
2) Examina cómo el neoliberalismo también ha debilitado la soberanía estatal interna a través de la privatización y descentralización, aunque el estado sigue siendo necesario para regular las relaciones de mercado.
3
Este documento analiza los cambios sociales, económicos y culturales que han ocurrido desde la crisis de los años 70, marcando el inicio de la era "posmoderna". Se discuten tres aspectos clave: 1) Lo económico y sus efectos en las subjetividades y cuerpos de las personas. 2) Las formas institucionales y cómo estas se han vuelto más rígidas pero vacías de significado. 3) Lo cotidiano y cómo lo genérico-social se manifiesta en las pequeñas tramas de la vida diaria. El documento
El documento resume el neopositivismo y el postpositivismo. El neopositivismo limita la validez del conocimiento a lo empírico y verificable. El postpositivismo emerge como una alternativa al reconocer que la realidad humana está sujeta a factores cualitativos más que cuantitativos y que el conocimiento se da a través de la interacción entre el sujeto y el objeto de estudio.
Un artículo de opinión es un escrito periodístico donde el autor expresa sus reflexiones sobre un tema de actualidad con el objetivo de influir en la opinión de los lectores. Para hacer un artículo de opinión, se debe trazar una idea sobre la cual opinar, buscar datos para respaldar la postura, redactar las ideas con palabras sencillas para que sean comprensibles para todos, y revisar el artículo varias veces antes de someterlo a la opinión de otras personas.
Este documento presenta la estrategia de leer en red, la cual consiste en establecer conexiones entre las ideas de los diversos párrafos de un texto para comprender la progresión temática. Se explica que leer en red implica identificar las relaciones como causa-consecuencia, problema-solución, entre otras. Además, ayuda a entender, analizar e interpretar de forma integral la información presentada.
Exposicion de cualitativa investigacion accion participativarojas_henry
Este documento presenta los conceptos y etapas clave de la investigación-acción participativa. Comienza describiendo que fue propuesta por Kurt Lewin en 1946 y que involucra a la comunidad en la comprensión y solución de sus propios problemas para lograr transformación social. Luego detalla las 8 etapas del proceso de investigación-acción participativa, que incluyen la identificación de un problema, análisis del problema, formulación de hipótesis, recolección e interpretación de datos, diseño e implementación de un plan de acción y evaluación de los
Este documento presenta una propuesta educativa llamada Jaibaná interactivo que busca ofrecer una guía sobre el uso del baúl de Jaibaná como instrumento didáctico y pedagógico. El baúl de Jaibaná contiene recursos educativos como juegos y libros para enseñar a niños de preescolar y primaria, especialmente en las áreas de comunicación y matemáticas. El objetivo general es desarrollar un aprendizaje significativo y tecnológico a través del juego. Los objetivos especí
El documento presenta una introducción al análisis de coyuntura. Define coyuntura como la combinación de factores y circunstancias presentes en un momento determinado. Explica que el análisis de coyuntura implica examinar los acontecimientos actuales en relación con la estructura social subyacente utilizando categorías como acontecimientos, escenarios, actores y relación de fuerzas. Además, destaca la importancia de analizar cómo los acontecimientos actuales se articulan con factores estructurales que cambian más lentamente
Cp01 el fin del estado y el porvenir del capitalismo (reflexion desde una lec...Miguel Angel Zamora
Este documento analiza el fin del estado y el futuro del capitalismo desde una perspectiva marxista. En 3 oraciones:
1) Argumenta que la globalización es más un fenómeno político que económico, debilitando la soberanía estatal a favor de corporaciones multinacionales y estados dominantes.
2) Examina cómo el neoliberalismo también ha debilitado la soberanía estatal interna a través de la privatización y descentralización, aunque el estado sigue siendo necesario para regular las relaciones de mercado.
3
Este documento analiza los cambios sociales, económicos y culturales que han ocurrido desde la crisis de los años 70, marcando el inicio de la era "posmoderna". Se discuten tres aspectos clave: 1) Lo económico y sus efectos en las subjetividades y cuerpos de las personas. 2) Las formas institucionales y cómo estas se han vuelto más rígidas pero vacías de significado. 3) Lo cotidiano y cómo lo genérico-social se manifiesta en las pequeñas tramas de la vida diaria. El documento
Deleuze, gilles deseo y placer (traducido por javier sáez, en archipiélag...Diana Gomez
Este documento discute varios conceptos clave en los trabajos de Michel Foucault sobre el poder. El autor comienza analizando la tesis de Foucault sobre los dispositivos de poder en Vigilar y Castigar y La voluntad de saber. Luego propone su propio concepto de "disposiciones de deseo" para describir cómo circula el deseo en una sociedad. Finalmente, cuestiona la idea de Foucault de que una sociedad se "estrategiza" en lugar de contradecirse, argumentando que lo primero son las "líneas de f
Este documento analiza la crisis actual como una crisis del sistema global más que como una simple crisis
económica del capitalismo. Sostiene que la crisis tiene sus raíces en un paradigma obsoleto basado en el logos
cartesiano-newtoniano y que para superarla se necesita un nuevo paradigma holístico e integrador. Propone que
este nuevo paradigma debe estar basado en los descubrimientos de la física cuántica y promover la evolución de
la conciencia humana hacia una mentalidad más integral.
Este documento discute las condiciones históricas actuales para la ocupación del Estado en Argentina. Identifica tres condiciones principales: 1) La pérdida de centralidad del Estado debido a su transformación y la emergencia de otras fuerzas poderosas; 2) El desprestigio de la política luego de la dictadura y la democracia problemática; 3) El debilitamiento de las identidades político-partidarias y la fragmentación de las agrupaciones masivas. Estas condiciones plantean desafíos para pensar nuevos modos de ocupar
Este documento discute los nuevos escenarios para la construcción político-institucional en el Estado argentino. Señala tres condiciones clave: 1) La pérdida de centralidad del Estado debido a su transformación y la emergencia de otras fuerzas, 2) El desprestigio de la política, y 3) El debilitamiento de las identidades político-partidarias. Argumenta que ocupar el Estado implica pensar formas de acción dentro de estas condiciones históricas, considerando también dos subjetividades: la demandante y la responsable. El
El documento discute la complejidad de negociar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia. Señala que el proceso ha sido ambiguo debido a que el gobierno no parece entender plenamente la dinámica y objetivos del ELN como grupo insurgente. El ELN ha luchado por décadas contra el Estado colombiano para derrocar el gobierno burgués. Para lograr la paz, el gobierno debe comprender claramente la historia, estructura y metas revolucionarias del ELN.
La cuestión social en la primera decada del sxxi martinettoalem2112
Este documento resume las perspectivas de varios autores sobre la crisis del estado de bienestar y la nueva cuestión social. Según Gorz, el capitalismo ha abolido el trabajo tradicional y ha creado una sociedad donde todos compiten por empleos escasos. Rossanvallon describe tres crisis del estado de bienestar: financiera, ideológica y filosófica. Finalmente, Castel argumenta que la centralidad del trabajo se ha cuestionado, creando una nueva relación entre el hombre y el trabajo que trasciende el modelo fordista.
Este documento resume y analiza las teorías de Michel Foucault sobre los dispositivos de poder. El autor argumenta que Foucault ve los dispositivos de poder como constitutivos de la verdad y la sexualidad, más que como meramente normalizadores. Sin embargo, el autor prefiere hablar de "disposiciones de deseo" en lugar de dispositivos de poder, ya que ve al deseo como primario sobre el poder. Además, cree que los efectos de los dispositivos de poder pueden considerarse represivos aunque sus procedimientos no lo sean.
El Geoderecho y los centros mundiales de Poder Guilherme Sandoval Góes Ramón Copa
El nostálgico maestro Celso Renato Duvivier de Albuquerque Mello, ya enseñaba que, más allá de que no haya un derecho constitucional internacional claramente delimitado, el nivel de constitucionalización de la política externa de un país depende del grado de internacionalización de la vida nacional y de la intensidad de sus relaciones internacionales.
En este sentido, el derecho de las relaciones exteriores se ubica, en alguna parte, entre lo constitucional y lo internacional, tal vez más cercano a este último. Cierto es que ya no basta con hablar de “soledad de la Constitución”, en considerarla como un “Universo cerrado y excluyente”, sino como un pluriverso basado en el pluralismo interno, internacional y comunitario.
En esta era globalizada, es imperioso marcar la dimensión neo-jurídica de la Constitución, que recibe contenidos internacionales en los documentos fundamentales, muchas veces, provenientes de la geopolítica de los centros mundiales de poder. Es preciso, pues, trepar hacia el escalón científico más elevado para mirar, con ojos de observador, la interconexión entre las relaciones internacionales, la geopolítica y el derecho. Para realizar su función de impartir justicia, el derecho no puede permanecer al margen de la geopolítica y de las relaciones internacionales, así como éstas no pueden permanecer ajenas al derecho. Tanto la política nacional – al concebir los objetivos nacionales -, como la estrategia nacional – al fijar las acciones para alcanzarlos -, deben seguir fielmente el orden constitucional del Estado Democrático de Derecho, dentro de un orden jurídico internacional de naciones civilizadas.
El documento define el Producto Interno Bruto (PIB) como la medida del valor monetario total de los bienes y servicios finales producidos en un país durante un período determinado. Explica que la demanda se refiere a la cantidad y calidad de bienes y servicios que pueden ser adquiridos por los consumidores a diferentes precios, y que está representada por una curva de demanda. Finalmente, relaciona la economía y la política, señalando que aunque tienen un grado de autonomía, existe una interdependencia entre ambas esferas.
René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación participó en el Foro Internacional Emancipación e Igualdad. Su discurso se concentró en plantear el conocimiento como herramienta para la reducción de la desigualdad.
La entrevista discute la vigencia del marxismo frente a la crisis del capitalismo neoliberal. El entrevistado argumenta que: 1) Las crisis de capital no han sido superadas y validan las ideas de Marx; 2) La concentración y centralización del capital confirman el análisis de Marx; y 3) La producción de riqueza junto con la pobreza demuestran la ley de acumulación de Marx. El desafío actual es reconstruir la relación entre marxismo y movimientos de masas a través de la organización política.
Daniel bell -el_advenimiento_de_la_sociedad_post-industrialIvan Félix
Este documento presenta una introducción a un ensayo de prognosis social sobre el futuro de las sociedades industriales avanzadas. Explica que la prognosis se diferencia de la predicción en que se centra en tendencias y regularidades más que en eventos concretos. Aunque el futuro no puede predecirse con certeza, la prognosis permite establecer límites y restricciones que guíen las decisiones políticas. Finalmente, señala que la prognosis social es más compleja que otros tipos de prognosis como la tecnológica o demográfica, dado que las variables soci
El advenimiento de la sociedad - Daniel Bell.pdfMarcellaPrince2
Esta obra explora la sociedad post-industrial a través de reflexiones que giran en torno a temas conexos: las teorías del desarrollo en la sociedad industrial (Marx Sombart, Max Weber, Schumpeter, Raymond Aron), el paso de una economía productora de bienes a otra de servicios y los cambios de la estructura del empleo en provecho de los profesionales y técnicos en Estados Unidos,
INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALESJustice First
El siglo XX, está lleno de sucesos trascendentales en la vida de las ciencias y también en la vida humana, el principal acontecimiento fue la caída del muro de Berlín.
Este documento discute la necesidad de una insurrección contra el capitalismo. Argumenta que el capitalismo ha llevado a una despersonalización del ser humano y que la transformación hacia una sociedad sin clases propuesta por Marx aún no se ha logrado. A pesar de los intentos de varios grupos por interpretar el sistema, pocos se enfocan en cambiarlo. El documento también critica los recortes presupuestarios anunciados por el gobierno español que afectarán desproporcionadamente a los trabajadores y grupos vulnerables. Concluye que una
FORMACIÓN, MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LOS ESTADOS.pdfKARENGARCIA589654
Este documento discute la formación, modificación y extinción de los estados. Explica que un estado puede formarse de manera primaria, sin ninguna organización política previa, o de manera secundaria a través de la modificación o extinción de un estado preexistente. También describe los diferentes procesos de modificación de un estado, incluyendo cambios en la población, el territorio o el poder, y distingue entre evolución y revolución como medios de modificación. Finalmente, analiza las teorías sobre la modificación de los est
En este discurso hago un ejercicio de reflexión acerca del capitalismo como introducción al lanzamiento del libro "17 contradicciones y el fin del capitalismo" del PhD.
La metamorfosis de la Cuestión Social Castel cap 8Adriana Aguinaga
El documento analiza la transformación de la cuestión social a partir del derrumbe de la condición salarial. Robert Castel explica que la crisis del empleo llevó a la exclusión social y a una "nueva cuestión social" caracterizada por la precariedad laboral. También describe las características contradictorias de la "sociedad salarial" como su carácter inacabado, los efectos ambiguos entre homogeneización e individualización, y la crisis de representación del progreso y el futuro.
Los sediciosos despertares de la anarquía - BarretN SinApellido
El documento describe el panorama actual del movimiento anarquista, destacando un "sedicioso despertar" en las últimas décadas. Explica que el anarquismo responde a factores sociales, históricos y de lucha, y se renueva a través de los cambios en estos factores. También analiza el resurgimiento en América Latina, señalando cientos de grupos anarquistas recientes, y plantea la necesidad de definir proyectos y tareas para el movimiento.
Deleuze, gilles deseo y placer (traducido por javier sáez, en archipiélag...Diana Gomez
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este nuevo paradigma debe estar basado en los descubrimientos de la física cuántica y promover la evolución de
la conciencia humana hacia una mentalidad más integral.
Este documento discute las condiciones históricas actuales para la ocupación del Estado en Argentina. Identifica tres condiciones principales: 1) La pérdida de centralidad del Estado debido a su transformación y la emergencia de otras fuerzas poderosas; 2) El desprestigio de la política luego de la dictadura y la democracia problemática; 3) El debilitamiento de las identidades político-partidarias y la fragmentación de las agrupaciones masivas. Estas condiciones plantean desafíos para pensar nuevos modos de ocupar
Este documento discute los nuevos escenarios para la construcción político-institucional en el Estado argentino. Señala tres condiciones clave: 1) La pérdida de centralidad del Estado debido a su transformación y la emergencia de otras fuerzas, 2) El desprestigio de la política, y 3) El debilitamiento de las identidades político-partidarias. Argumenta que ocupar el Estado implica pensar formas de acción dentro de estas condiciones históricas, considerando también dos subjetividades: la demandante y la responsable. El
El documento discute la complejidad de negociar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia. Señala que el proceso ha sido ambiguo debido a que el gobierno no parece entender plenamente la dinámica y objetivos del ELN como grupo insurgente. El ELN ha luchado por décadas contra el Estado colombiano para derrocar el gobierno burgués. Para lograr la paz, el gobierno debe comprender claramente la historia, estructura y metas revolucionarias del ELN.
La cuestión social en la primera decada del sxxi martinettoalem2112
Este documento resume las perspectivas de varios autores sobre la crisis del estado de bienestar y la nueva cuestión social. Según Gorz, el capitalismo ha abolido el trabajo tradicional y ha creado una sociedad donde todos compiten por empleos escasos. Rossanvallon describe tres crisis del estado de bienestar: financiera, ideológica y filosófica. Finalmente, Castel argumenta que la centralidad del trabajo se ha cuestionado, creando una nueva relación entre el hombre y el trabajo que trasciende el modelo fordista.
Este documento resume y analiza las teorías de Michel Foucault sobre los dispositivos de poder. El autor argumenta que Foucault ve los dispositivos de poder como constitutivos de la verdad y la sexualidad, más que como meramente normalizadores. Sin embargo, el autor prefiere hablar de "disposiciones de deseo" en lugar de dispositivos de poder, ya que ve al deseo como primario sobre el poder. Además, cree que los efectos de los dispositivos de poder pueden considerarse represivos aunque sus procedimientos no lo sean.
El Geoderecho y los centros mundiales de Poder Guilherme Sandoval Góes Ramón Copa
El nostálgico maestro Celso Renato Duvivier de Albuquerque Mello, ya enseñaba que, más allá de que no haya un derecho constitucional internacional claramente delimitado, el nivel de constitucionalización de la política externa de un país depende del grado de internacionalización de la vida nacional y de la intensidad de sus relaciones internacionales.
En este sentido, el derecho de las relaciones exteriores se ubica, en alguna parte, entre lo constitucional y lo internacional, tal vez más cercano a este último. Cierto es que ya no basta con hablar de “soledad de la Constitución”, en considerarla como un “Universo cerrado y excluyente”, sino como un pluriverso basado en el pluralismo interno, internacional y comunitario.
En esta era globalizada, es imperioso marcar la dimensión neo-jurídica de la Constitución, que recibe contenidos internacionales en los documentos fundamentales, muchas veces, provenientes de la geopolítica de los centros mundiales de poder. Es preciso, pues, trepar hacia el escalón científico más elevado para mirar, con ojos de observador, la interconexión entre las relaciones internacionales, la geopolítica y el derecho. Para realizar su función de impartir justicia, el derecho no puede permanecer al margen de la geopolítica y de las relaciones internacionales, así como éstas no pueden permanecer ajenas al derecho. Tanto la política nacional – al concebir los objetivos nacionales -, como la estrategia nacional – al fijar las acciones para alcanzarlos -, deben seguir fielmente el orden constitucional del Estado Democrático de Derecho, dentro de un orden jurídico internacional de naciones civilizadas.
El documento define el Producto Interno Bruto (PIB) como la medida del valor monetario total de los bienes y servicios finales producidos en un país durante un período determinado. Explica que la demanda se refiere a la cantidad y calidad de bienes y servicios que pueden ser adquiridos por los consumidores a diferentes precios, y que está representada por una curva de demanda. Finalmente, relaciona la economía y la política, señalando que aunque tienen un grado de autonomía, existe una interdependencia entre ambas esferas.
René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación participó en el Foro Internacional Emancipación e Igualdad. Su discurso se concentró en plantear el conocimiento como herramienta para la reducción de la desigualdad.
La entrevista discute la vigencia del marxismo frente a la crisis del capitalismo neoliberal. El entrevistado argumenta que: 1) Las crisis de capital no han sido superadas y validan las ideas de Marx; 2) La concentración y centralización del capital confirman el análisis de Marx; y 3) La producción de riqueza junto con la pobreza demuestran la ley de acumulación de Marx. El desafío actual es reconstruir la relación entre marxismo y movimientos de masas a través de la organización política.
Daniel bell -el_advenimiento_de_la_sociedad_post-industrialIvan Félix
Este documento presenta una introducción a un ensayo de prognosis social sobre el futuro de las sociedades industriales avanzadas. Explica que la prognosis se diferencia de la predicción en que se centra en tendencias y regularidades más que en eventos concretos. Aunque el futuro no puede predecirse con certeza, la prognosis permite establecer límites y restricciones que guíen las decisiones políticas. Finalmente, señala que la prognosis social es más compleja que otros tipos de prognosis como la tecnológica o demográfica, dado que las variables soci
El advenimiento de la sociedad - Daniel Bell.pdfMarcellaPrince2
Esta obra explora la sociedad post-industrial a través de reflexiones que giran en torno a temas conexos: las teorías del desarrollo en la sociedad industrial (Marx Sombart, Max Weber, Schumpeter, Raymond Aron), el paso de una economía productora de bienes a otra de servicios y los cambios de la estructura del empleo en provecho de los profesionales y técnicos en Estados Unidos,
INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALESJustice First
El siglo XX, está lleno de sucesos trascendentales en la vida de las ciencias y también en la vida humana, el principal acontecimiento fue la caída del muro de Berlín.
Este documento discute la necesidad de una insurrección contra el capitalismo. Argumenta que el capitalismo ha llevado a una despersonalización del ser humano y que la transformación hacia una sociedad sin clases propuesta por Marx aún no se ha logrado. A pesar de los intentos de varios grupos por interpretar el sistema, pocos se enfocan en cambiarlo. El documento también critica los recortes presupuestarios anunciados por el gobierno español que afectarán desproporcionadamente a los trabajadores y grupos vulnerables. Concluye que una
FORMACIÓN, MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LOS ESTADOS.pdfKARENGARCIA589654
Este documento discute la formación, modificación y extinción de los estados. Explica que un estado puede formarse de manera primaria, sin ninguna organización política previa, o de manera secundaria a través de la modificación o extinción de un estado preexistente. También describe los diferentes procesos de modificación de un estado, incluyendo cambios en la población, el territorio o el poder, y distingue entre evolución y revolución como medios de modificación. Finalmente, analiza las teorías sobre la modificación de los est
En este discurso hago un ejercicio de reflexión acerca del capitalismo como introducción al lanzamiento del libro "17 contradicciones y el fin del capitalismo" del PhD.
La metamorfosis de la Cuestión Social Castel cap 8Adriana Aguinaga
El documento analiza la transformación de la cuestión social a partir del derrumbe de la condición salarial. Robert Castel explica que la crisis del empleo llevó a la exclusión social y a una "nueva cuestión social" caracterizada por la precariedad laboral. También describe las características contradictorias de la "sociedad salarial" como su carácter inacabado, los efectos ambiguos entre homogeneización e individualización, y la crisis de representación del progreso y el futuro.
Los sediciosos despertares de la anarquía - BarretN SinApellido
El documento describe el panorama actual del movimiento anarquista, destacando un "sedicioso despertar" en las últimas décadas. Explica que el anarquismo responde a factores sociales, históricos y de lucha, y se renueva a través de los cambios en estos factores. También analiza el resurgimiento en América Latina, señalando cientos de grupos anarquistas recientes, y plantea la necesidad de definir proyectos y tareas para el movimiento.
Ofrecemos herramientas y metodologías para que las personas con ideas de negocio desarrollen un prototipo que pueda ser probado en un entorno real.
Cada miembro puede crear su perfil de acuerdo a sus intereses, habilidades y así montar sus proyectos de ideas de negocio, para recibir mentorías .
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...Juan Martín Martín
Criterios de corrección y soluciones al examen de Geografía de Selectividad (EvAU) Junio de 2024 en Castilla La Mancha.
Soluciones al examen.
Convocatoria Ordinaria.
Examen resuelto de Geografía
conocer el examen de geografía de julio 2024 en:
https://blogdegeografiadejuan.blogspot.com/2024/06/soluciones-examen-de-selectividad.html
http://blogdegeografiadejuan.blogspot.com/
ACERTIJO DESCIFRANDO CÓDIGO DEL CANDADO DE LA TORRE EIFFEL EN PARÍS. Por JAVI...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “DESCIFRANDO CÓDIGO DEL CANDADO DE LA TORRE EIFFEL EN PARIS”. Esta actividad de aprendizaje propone el reto de descubrir el la secuencia números para abrir un candado, el cual destaca la percepción geométrica y conceptual. La intención de esta actividad de aprendizaje lúdico es, promover los pensamientos lógico (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia y viso-espacialidad. Didácticamente, ésta actividad de aprendizaje es transversal, y que integra áreas del conocimiento: matemático, Lenguaje, artístico y las neurociencias. Acertijo dedicado a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Business Plan -rAIces - Agro Business Techjohnyamg20
Innovación y transparencia se unen en un nuevo modelo de negocio para transformar la economia popular agraria en una agroindustria. Facilitamos el acceso a recursos crediticios, mejoramos la calidad de los productos y cultivamos un futuro agrícola eficiente y sostenible con tecnología inteligente.
José Luis Jiménez Rodríguez
Junio 2024.
“La pedagogía es la metodología de la educación. Constituye una problemática de medios y fines, y en esa problemática estudia las situaciones educativas, las selecciona y luego organiza y asegura su explotación situacional”. Louis Not. 1993.
4. G r u p o d o c e
INDICE
Prólogo
Parte I 1 7
Del Estado al mercado
El agotamiento de una lógica
I Lógica de Estado 23
II ¿Instituciones sin Estado? 38
III Exclusión, reclusión, expulsión 47
IV Operatoria de mercado 57
Parte II 77
Del fragmento a la situación
Nuevas estrategias de subjetivación
I Viejas estrategias, nuevas condiciones 81
II Estrategias de subjetivación contemporáneas 95
Epílogo 109
Del Fragmento a la Situación 4
5. G r u p o d o c e
I
LÓGICA DE ESTADO
¿En qué crisis estamos?1
Hay crisis y crisis. Las que adquieren la forma de un devenir caótico pertenecen al segundo
tipo. Porque al primero pertenecen las crisis cuya entidad se reduce a ser pasaje entre una
configuración y otra. La crisis, como impasse en el que transcurre la descomposición de una
lógica y la composición de otra, describe un estado de cosas donde hay destitución de una
totalidad, pero también hay fundación de otra. Es lo que solemos llamar transición. La crisis
como devenir caótico reseña unas condiciones en las que, si bien hay descomposición de una
totalidad, nada indica que esa descomposición esté seguida de una recomposición general,
diferente en su forma pero idéntica en su función totalizadora. Así pues, la crisis actual
posiblemente sea de este segundo tipo.
Según una definición histórica, una lógica entra en crisis cuando encuentra dificultades para
reproducirse como hasta entonces. La definición en regla designa un campo problemático:
dificultades para reproducirse como hasta entonces. La interrupción de la cadena reproductiva
pone en jaque la lógica en cuestión. Ante tal interrupción, cabe preguntarse por el status de la
crisis. ¿Qué es lo que encuentra hoy dificultades para reproducirse como hasta entonces? O
dicho de otro modo, den qué crisis estamos?
La crisis actual consiste en la destitución del Estado Nación como práctica dominante2, como
modalidad espontánea de organización de los pueblos, como paninstitución donadora de
sentido, como entidad autónoma y soberana con capacidad de organizar una población en un
territorio. En este sentido, lo que encuentra dificultades para reproducirse es la metainstitución
Estado Nación. Esta imposibilidad reproductiva no describe el mal funcionamiento de las
instituciones del Estado Nación, o por lo menos no se trata solamente de eso. Este
agotamiento describe una variación de otra estirpe: la descomposición del Estado para todas y
cada una de las situaciones. Mutilado de esa capacidad, el Estado ya no es el que era. Su
estatuto es otro.
Ahora bien, sin Estado capaz de articular simbólicamente el conjunto de las situaciones, las
fuerzas del mercado también alteran su estatuto, y en esta alteración devienen práctica
dominante. Que el mercado sea práctica dominante no significa que sustituya al viejo Estado
Nación en sus funciones de articulados simbólico. La dominancia del mercado desarrolla otra
operatoria, que no es la articulación simbólica sino la conexión real. Si el Estado Nación era
ese terreno que proveía un sentido para lo que allí sucediera, el mercado es esa dinámica que
conecta y desconecta, inevitablemente, lugares, mercancías, información, personas, capitales
o tecnología, sin que esa conexión/desconexión asegure a priori un sentido.
1 Sobre el concepto de crisis, ver: I. Lewkowicz y otros, XXII Jornada Anual "Psicoterapias de crisis y en la crisis" en Centro de Estudios
en Psicoterapias, Buenos Aires, 1999.
2 Sobre el concepto de práctica dominante, ver: M. Campagno e I. Lewkowicz, La historia sin objeto, Buenos Aires, 1998.
Del Fragmento a la Situación 5
6. G r u p o d o c e
Ahora bien, éste es el terreno agotado, pero aún no indagamos el status de esta crisis. Ante
todo es preciso aclarar que la crisis actual no remite al pasaje de una totalidad a otra (de la
totalidad Estado Nación a la totalidad mercado). Tampoco se trata de un impasse entre dos
configuraciones cualesquiera. La crisis actual resulta de la disgregación de una lógica
totalizadora sin que se constituya, en sustitución, otra totalidad equivalente en su efecto
articulados. De esta manera, lo específico de nuestra condición es que no pasamos de una
configuración a otra, sino de una totalidad articulada a un devenir no reglado.
Si es cierto que el Estado se ha desvanecido en su función articuladora, si es cierto que se ha
agotado la configuración nacional sin que sea sustituida por otra, suponer que la crisis actual
es una transición que dará lugar a otro esquema totalizador puede ser, por lo menos, un error
estratégico. En principio, nada autoriza a pensar que el agotamiento del Estado Nación dará
lugar a una lógica totalizadora, Por el contrario, hay indicios que permiten pensar que la
operatoria de mercado no necesita, para su funcionamiento, la puesta en forma de una lógica
de ese tipo. Más bien, pareciera que le hace obstáculo. En este sentido, la crisis actual no es
un impasse entre dos formaciones sino la modalidad de una dinámica cuya forma irrevocable
es el devenir no reglado.
Por lo señalado, la crisis actual no revela un impasse sino un funcionamiento determinado. Si
el devenir no reglado es la temporalidad específica de la dinámica actual, la noción de crisis
como interrupción tal vez complique la posibilidad de pensar en su especificidad el despliegue
actual del mercado. Por qué? Porque hoy la crisis no es impasse ni coyuntura sino modo de
funcionamiento efectivo. En este sentido, la crisis como devenir caótico ha llegado para
quedarse.
El término perplejidad circula con insistencia en los últimos años. Se lo escucha de modo
recurrente en conferencias y charlas; se lo lee en libros y revistas. Podría tratarse de una
moda. Pero también podría tratarse de otra cosa: un indicador del estatuto distintivo de la
crisis actual. O más precisamente, un indicador de un tipo específico de reacción ante la crisis.
Perplejidad tal vez sea el término que designa, sintomáticamente, la pérdida de vigencia de los
parámetros capaces de leer la crisis actual. Si frente a algo estamos perplejos, no es ante el
cambio de una configuración por otra. Sobre esto hay experiencia. Por el contrario, estamos
perplejos ante ese cambio desreglado, ante ese devenir aleatorio que se ha convertido en un
término central de nuestras vidas.
Ahora bien, investigar la crisis actual implica investigar cuáles son las operaciones de
pensamiento capaces de operar en la crisis. Si se verifica una serie de dificultades para que
una lógica se reproduzca como hasta entonces, es posible pensar que también entra en crisis
la serie de recursos y operaciones de pensamiento disponibles para percibir la crisis. En este
sentido, los cambios aleatorios y desreglados que constituyen la experiencia actual llamada
crisis, convierten en obsoletos los parámetros disponibles para pensar. Así, también entran en
crisis los recursos para pensar la crisis.
Estas nociones están en crisis porque la superficie de implicación se ha alterado radicalmente
con el agotamiento del Estado Nación como metainstitución. Sin duda, ya nada es igual.
Tampoco las categorías. Las categorías pensadas en condiciones nacionales son incapaces de
pensar
la crisis como dato permanente de nuestras vidas, también son incapaces de pensar el devenir
aleatorio como funcionamiento efectivo de la dinámica actual. Pero este devenir aleatorio ha
venido para quedarse. Entonces, será necesario pensarlo, más allá de que estemos perplejos
ante el despliegue de un devenir imposible de anticipar.
Del Fragmento a la Situación 6
7. G r u p o d o c e
La muerte del Estado
En Así habló Zarathustra, Zarathustra postula la muerte de Dios. No se trata de la descripción
de unas objetividades, se trata de una declaración que sanciona la muerte de Dios en unas
condiciones específicas. Esto no quiere decir que cualquier enunciado sea capaz de sancionar
tal cosa. Esto quiere decir que la declaración de Zarathustra mata a Dios, y mata a Dios
porque de allí en más organiza un recorrido sin soporte divino. Ahora bien, este recorrido está
marcado por la muerte de Dios. Al respecto, Zarathustra señala que los dos siglos posteriores
a la declaración serán los siglos de las sombras de Dios. Así se dejará sentir la última
maldición divina: habrá que lidiar con los fantasmas del muerto.
La figura de Zarathustra es, en algún sentido, una figura lejana: las condiciones políticas en las
que escribe, el muerto en cuestión, el mundo que habita. Pero en algún otro sentido, es
nuestro contemporáneo, y somos contemporáneos en la medida en que estamos tomados por
un mismo tipo de problema. Para nuestra estrategia, no se trata de Dios sino del Estado, pero
se trata -y aquí la contemporaneidad problemática- de ser testigos del agotamiento de una
dominante. Ahora bien, ser testigos no significa ser espectadores de una transformación
exterior, significa determinar el sentido de esa transformación3. La declaración nietzscheana
proclama la transformación de las condiciones habitadas, pero al hacerlo, también las altera.
En este sentido, Zarathustra no es el mismo después de sancionar la muerte de Dios, pero
Dios tampoco. La declaración de muerte termina de matar al moribundo.
Por lo menos, hay dos tipos de cambio: los cambios que acontecen en el interior de una lógica,
y los cambios de lógica. Esta diferenciación clasifica los recursos de pensamiento con diversa
suerte. Para pensar las transformaciones en una lógica, disponemos de una variedad de
herramientas. Variedad que se forja y multiplica al ritmo de las transformaciones en el interior
de ese sistema. Para pensar los cambios de lógica, estamos inevitablemente menos
entrenados, porque la mutación de una lógica no puede ser pensada con los recursos de esa
lógica. ,Justamente por eso, el patrimonio en esas condiciones es escaso. Pensar el pasaje del
Estado al mercado sitúa esa dificultad. La muerte del Estado, la vigencia del Estado en
condiciones de mercado y la operatoria de mercado no pueden ser tomados en su novedad por
las herramientas disponibles para pensar las mutaciones en el interior de la lógica, estatal y
nacional. Los cambios actuales exigen, entonces, reinventar los recursos para pensar estas
alteraciones.
Nuestra subjetividad estatal piensa el pasaje de una lógica a otra desde representaciones
estructurales. En este sentido, el agotamiento del Estado Nación como modalidad dominante
de organización social sólo puede ser considerado como desarticulación de una lógica y
surgimiento de otra, distinta pero equivalente en su función totalizadora. Ahora bien, el pasaje
del Estado al mercado implica una mutación que no es sustitución de un paradigma estatal por
otro, sino alteración esencial en los modos de organización.
Los modos de organización actuales componen un paisaje poblado de términos de diversa
procedencia- Las instituciones nacionales en condiciones de mercado ya no son lo que eran, y
la presencia de los artefactos mediáticos de mercado también alteran el status de la viejas
instituciones. Muerto el Estado, sus sombras no deban de producir efectos en esa fluidez
llamada mercado. La superposición entre términos y operatorias de Estado y de mercado no
puede ser pensada bajo el esquema estructural, necesita de otros recursos. La formulación
3 Sobre los conceptos de testigo y espectador, ver: C. Corea. Espectadores y testigos, en elaboración.
Del Fragmento a la Situación 7
8. G r u p o d o c e
nietzscheana sobre la muerte de Dios y la vigencia de sus sombras posiblemente nos oriente
en la tarea de pensar el agotamiento del Estado Nación y la naturaleza de sus sombras en
tiempos de mercado.
Antes de detenernos en la naturaleza de la muerte anunciada, tal vez sea conveniente reseñar
el estatuto del Estado en los tiempos nacionales. Dicho de modo menos elegante, antes de
enterrar al muerto, veamos de quién se trataba.
Ya fue señalado que nuestro punto de partida es la destitución del Estado Nación como
modalidad hegemónica de organización de los pueblos. Aquí importa señalar qué es lo que se
ha agotado de esa modalidad que supo ser dominante entre el inicio de las revoluciones
burguesas y el fin de la Guerra Fría. En principio, vale decir que aquello que se ha desvanecido
es el Estado como metainstitución donadora de sentido. Ahora bien, qué significa que el Estado
sea metainstitución? Significa que es la condición de existencia institucional, el principio
general de consistencia y el articulador simbólico que dona sentido a las situaciones que son
parte de esa lógica. Si el Estado Nación es tales cosas, implica que el Estado es el marco
organizativo donde transcurre la vida. En la lógica nacional, fuera de ese universo
metainstitucional, no hay existencia socialmente instituida.
Es preciso señalar que ese marco organizativo donde transcurre la vida en tiempos nacionales
produce la subjetividad capaz de atravesarlo. Es decir, las instituciones disciplinarias de los
Estados Nacionales (familia, escuela. hospital, cuartel, fábrica, prisión, etc.) instituyen la serie
de operaciones necesarias para habitar la metainstitución estatal. En este sentido, la
dominación de los Estados Nacionales es correlativa de un tipo específico de subjetividad. A
saber: la subjetividad ciudadana. Si esta correlación es inevitable, la destitución de uno de los
términos en cuestión tiene consecuencias sobre el otro. Sin Estado Ilación como
metainstitución, no hay subjetividad ciudadana; sin ciudadanos como soporte subjetivo, no
hay posibilidad de Estado Nación. En este sentido, el agotamiento del Estado Nación como
metainstitución también implica el agotamiento de un tipo específico de subjetividad: la
subjetividad ciudadana.
Destacada la naturaleza del Estado en tiempos nacionales, retomemos nuestro punto de
partida: den qué consiste la muerte del Estado Nación? Consiste en la destitución del Estado
como marco general de la vida en sociedad, en el desvanecimiento del Estado como práctica
dominante. Ahora bien, el Estado que resulta de esta destitución altera radicalmente su
estatuto. De esta manera, si el Estado deviene incapaz de producir un sentido para orientar la
experiencia vital (social e individual), pierde su condición de articulador simbólico, es decir, de
Estado Nación. Siendo esto así, estamos en presencia de otro tipo de Estado: el Estado
Técnico-administrativo. Justamente por eso, trazar continuidad entre las funciones, el alcance
y las formas del Estado Nación y el Estado actual es, por lo menos, un abuso de lenguaje.
Hasta aquí la indagación acerca del agotamiento del Estado nos permite señalar lo siguiente:
por un lado, la muerte del Estado Nación consiste en su desvanecimiento como marco
organizativo de la vida en sociedad; por otro, la muerte del Estado no implica la extenuación
de todo tipo de estatalidad, sino la desaparición del Estado como práctica dominante.
La muerte del Estado Nación y la emergencia del Estado Técnico-administrativo son
contemporáneas de otra variación decisiva: si el Estado ya no es lo que era, el mercado
tampoco lo es. En otros términos, la destitución del Estado Nación acontece cuando el mercado
deja de ser una institución regulada, en mayor o menor medida, por los Estados Nacionales.
Sobre la operatoria actual del mercado volveremos en otro apartado, pero resta realizar aquí,
por los menos, dos observaciones: primero, si el Estado supo ser práctica dominante en
tiempos nacionales, el mercado deviene práctica dominante en tiempos postnacionales;
segundo, si el mercado deviene práctica dominante, la naturaleza de la dinámica social se
altera radicalmente. Dicho de otro modo, el pasaje del Estado al mercado tiene consecuencias
t radicales en los modos de organización social. Por qué? Porque la variación no se limita a la
sustitución de un sistema de lugares llamado Estado por otro llamado mercado. La variación
Del Fragmento a la Situación 8
9. G r u p o d o c e
consiste fundamentalmente -y aquí su radicalidad-, en la abolición de esa metaestructura de
lugares, sentidos y funciones, llamada Estado Nación. Puesta en jaque esta estructura estatal,
emerge otro tipo de dinámica, y esta dinámica resulta incompatible con cualquier sistema fijo
de determinaciones. En este sentido, el pasaje del Estado al mercado implica el pasaje de un
tipo de organización basada en una metaestructura de lugares a una dinámica que no necesita
ni de una posición metaregulatoria ni del anudamiento integral de los términos que forman
parte de ese universo. En síntesis, la operatoria mercantil no es la articulación simbólica entre
los términos institucionales de una metaestructura, sino la conexión aleatoria entre los nodos
de esa red llamada mercado.
El paisaje actual está marcado, entre otras, por tres condiciones: la destitución del Estado
Nación como metainstitución; la instalación de un Estado que se legitima como administrador
técnico de las nuevas tendencias; y la dinámica de mercado como práctica dominante. Claro
está que se trata de presencias con diversa potencia; claro está que, de alguna manera,
componen el terreno por el que transita la subjetividad contemporánea. Ahora bien, este
tránsito por operatorias diversas no resulta sencillo para una subjetividad, como la estatal y
nacional, acostumbrada a lidiar con una institución supra y excluyente como el Estado Nación.
Pero sobre todo, este movimiento resulta complejo porque nuestra subjetividad, marcada por
las viejas representaciones, se resiste a pensar y habitar las nuevas coordenadas.
Nuestra estrategia de pensamiento en relación con las nuevas condiciones se organizó desde
una declaración: la muerte del Estado. Declaración cuyo estatuto no es la descripción de unas
alteraciones objetivas, sino la determinación del sentido para esas variaciones. Podría decirse
que la figura paradigmática de esta operación es Nietzsche, porque decide darle crédito a una
percepción: Dios ha muerto. Declarada esa percepción, Nietzsche organiza un recorrido sin
Dios. ¿Qué significa esto? Significa ser fiel a esa declaración, esto es, inventar modos de
pensar y operar sin esa condición supra llamada Dios. Ahora bien, las condiciones
contemporáneas invitan a un mismo tipo de experiencia. Declarada la muerte del Estado, será
necesario organizar un recorrido sin ese soporte supra que aseguraba un sentido, a priori, para
todas y cada unas de la situaciones. Declarada la muerte del Estado, la tarea subjetiva parece
consistir en inventar modos de pensar y de habitar capaces de operar en condiciones sin
Estado metainstitucional.
Del Fragmento a la Situación 9
10. G r u p o d o c e
Lógicas activas, lógicas agotadas
Somos contemporáneos de una serie de transformaciones en el lazo social y la subjetividad
instituida. Sobre este registro, no hay dudas. Pero las dudas prosperan cuando se intenta
precisar el estatuto de esas transformaciones. En este texto, no se trata de detenernos,
nuevamente, en las variaciones que libera el agotamiento del Estado Nación como
paninstitución donadora de sentido. Más bien, se trata de ensayar la definición de una
categoría estratégica en la indagación de esas variaciones. Vale señalar, entonces, que la
pregunta que orienta esta nota es la siguiente: ¿a qué llamamos agotamiento?
Supongamos una lógica social cualquiera. Supongamos que esa lógica dispone de un tipo
específico de enlace social. Supongamos que esos lazos son discursivos y prácticos, es decir,
efecto de unos dispositivos que instituyen un sentido para transitar esa lógica. Supongamos
que ese sentido, que se inscribe prácticamente, significa y orienta a los agentes que son parte
de ese universo. Supongamos que todo eso sucede a la vez. De ser así, estamos en presencia
de una lógica activa. Ahora bien, supongamos una variación en esa actividad. Supongamos
que el sentido producido por tales dispositivos deviene incapaz de significar y orientar a los
agentes de ese sistema. Supongamos que el lazo social que deriva de tales instituciones se
desvanece en sintonía con la ausencia de significación. Supongamos, otra vez, que todo eso
sucede a la vez. Supongamos, entonces, que las condiciones ya no son las mismas. De ser así,
estamos en presencia de una lógica agotada.
Por lo antes señalado, una lógica está activa cuando tiene capacidad de significar lo que allí
sucede. Por otra parte, una lógica está agotada cuando deviene incapaz de simbolizar lo que
en ese terreno acontece. Se podría decir, entonces, que el agotamiento de una lógica no
implica la desaparición de sus dispositivos productores de sentido. Más bien, implica que esos
dispositivos devienen incapaces de semejante empresa. En otros términos, el agotamiento no
describe la desaparición de los términos de la lógica en cuestión sino el desvanecimiento de su
consistencia integral.
Perdida la consistencia, el sistema ya no es lo que era. Tampoco sus agentes. Las sombras de
la vieja lógica complican la posibilidad de leer en su especificidad las nuevas condiciones. El
ocupante de la lógica afectada percibe que los recursos con los que contaba ya no le permiten
orientarse, pero también percibe que esos recursos desgarrados son el patrimonio heredado
del que dispone. Entre la inconsistencia y la consistencia de las herramientas, entre las viejas
representaciones y las nuevas prácticas, se inicia la tarea de pensamiento.
Ahora bien, qué es pensar el pasaje de una lógica activa a una lógica agotada?, Cómo pensar
el agotamiento de una lógica desde esa lógica.? Pensar el agotamiento de una lógica exige la
declaración de ese agotamiento, por qué? Porque el agotamiento de una lógica cualquiera no
se deduce a partir de la observación de unas objetividades alteradas, sino que se decide a
partir de unos términos sintomáticos. En este sentido, la postulación del desvanecimiento de
una lógica como entidad integral no es una operación descriptiva de naturaleza académica,
sino una estrategia subjetivante que habilita la posibilidad de indagar las consecuencias de esa
desarticulación.
Así definida, la noción de agotamiento deviene decisiva para pensar tanto el desvanecimiento
del Estado Nación, suelo metainstitucional, como sus consecuencias sobre los términos que
supieron componer esa lógica. Sin Estado Nación como práctica dominante, las viejas
instituciones ya no son las mismas: su existencia y su consistencia se han visto alteradas.
Sobre los alcances de esta alteración en los dispositivos nacionales, insistiremos en las
próximas páginas. Pero resta decir que, declarada la muerte del Estado Nación como lógica
Del Fragmento a la Situación 10
11. G r u p o d o c e
activa, ya nada será l0 mismo. Y nada será lo mismo porque de aquí en más, el Estado Nación
como condición supra-institucional ha desaparecido, por lo menos, para nuestra estrategia de
pensamiento .
Del Fragmento a la Situación 11
12. G r u p o d o c e
II
¿INSTITUCIONES SIN ESTADO?
Instituciones y galpones
Las instituciones ya no son lo que eran. Sobre esto, no hay dudas. Pero las dudas prosperan
cuanto se intenta pensar ya no lo que eran sino lo que son. Resulta sencillo responder la
pregunta acerca de qué son las instituciones, si suponemos que esas instituciones apoyan en
suelo nacional y estatal. Pero desvanecido ese suelo, agotado el Estado Nación como
metainstitución donadora de sentido, que son las instituciones? Cuál es su estatuto actual?
Para responder estas preguntas, para describir las configuraciones destituidas, empecemos por
precisar la naturaleza de las instituciones disciplinarias y el tipo de subjetividad que instituyen
en tiempos de Estado Nación.
Cada sistema social establece sus criterios ontológicos de existencia. En los Estados
Nacionales, la existencia es existencia institucional, y el paradigma de funcionamiento son las
instituciones disciplinarias. En este sentido, la vida individual y social transcurre en este tipo de
organizaciones.
Entre otras: familia, escuela, fábrica, hospital, cuartel, prisión, etc. Ahora bien, estas
instituciones apoyan en la metainstitución Estado Nación, y ese apoyo es el que les provee
sentido y consistencia integral. Pero la articulación institucional no termina ahí. Los dispositivos
disciplinarios no sólo prosperan en territorio nacional, sino que organizan entre ellos un tipo
específico de relación. Gilles Deleuze, en Posdata sobre las sociedades de control, la denomina
relación analógica. Este funcionamiento analógico, que consiste en el uso de un lenguaje
común, es el que habilita la posibilidad de estar en las distintas instituciones de encierro con
las mismas operaciones. Esta correspondencia analógica entre las marcas subjetivas
producidas por las instituciones es la que asegura la relación transferencia) entre ellas. De esta
manera, cada una de las instituciones opera sobre las marcas previamente forjadas. La escuela
trabaja sobre las marcas familiares, la fábrica sobre las modulaciones escolares, la prisión
sobre las molduras hospitalarias, etc. Como resultado de este funcionamiento, se organiza un
encadenamiento institucional que asegura y refuerza la eficacia de la operatoria disciplinaria en
cada uno de los dispositivos.
Resta decir que el tránsito por las instituciones disciplinarias causa las operaciones necesarias
para habitar la metainstitución estatal. De esta manera, el Estado Nación delega en sus
dispositivos la producción y la reproducción de su soporte subjetivo, es decir, la subjetividad
ciudadana.
Por lo señalado, la consistencia institucional necesita de una metainstitución regulatoria. Sin
Estado Nación que asegure las condiciones de operatividad, las instituciones disciplinarias ven
alterada su consistencia, su sentido, su campo de implicación, en definitiva, su propio ser. De
esta manera, el agotamiento del Estado Nación como principio general de articulación
simbólica trastoca radicalmente el estatuto de las instituciones de encierro. Suponiendo que
esto sea así, indaguemos las consecuencias en las instituciones de lo que venimos llamando
pasaje del Estado al mercado.
Del Fragmento a la Situación 12
13. G r u p o d o c e
El pasaje del Estado al mercado implica el desvanecimiento del suelo donde apoyaban las
instituciones disciplinarias. Como consecuencia de esto, la consistencia institucional queda
afectada. De esta manera, el tablero que regulaba los movimientos de las piezas
institucionales se desintegra. Sin tablero que unifique el juego, las instituciones se transforman
en fragmentos sin centro. Del encadenamiento transferencial a la segmentación, las
instituciones ven alterarse su status. Por otra parte, esta alteración describe unas
configuraciones que, desarticuladas de la instancia proveedora de sentido y consistencia, se
desdibujan como producción reglada. En definitiva, se trata de la destitución de unas
condiciones con capacidad de organizar significación, sin que se constituya nada equivalente
con virtud simbolizadora. Ahora bien, esta destitución no termina aquí. Huérfanas del Estado
Nación, las instituciones también ven afectada la relación entre sí, porque el suelo que sostenía
ese vínculo transferencial se desintegra con el agotamiento del Estado Nación. Sin paternidad
estatal ni fraternidad institucional, la desolación prospera. Como consecuencia de ello, el
sufrimiento en las instituciones agotadas se hace permanente.
Que las instituciones sin Estado, que los fragmentos sin centro, produzcan sufrimiento no
significa que las instituciones disciplinarias -en plena era nacional- no fueran capaces de
semejantes efectos. Todo lo contrario. Si es cierto que no hay sufrimiento humano en sí sino
respecto de unas marcas determinadas, cualquier marca en la subjetividad -sea estatal o
mercantil, institucional o no- será padecida. En este sentido, los ocupantes de las instituciones
de encierro también sufren, pero sobre todo sufren el carácter normalizados de las instancias
disciplinarias. Ahora bien, el ocupante de las instituciones postnacionales sufre por otras
marcas. No se trata de alienación y represión, sino de destitución y fragmentación.
Retomemos el asunto antes presentado: ¿cuál es el estatuto actual de las instituciones? En
principio, será conveniente decir que una institución para ser tal, necesita de una
metainstitución que reproduzca las condiciones donde apoya. Dicho de otro modo, no hay
instituciones disciplinarias sin Estado Nación. Si esto es así, el agotamiento del Estado implica
el desvanecimiento de una condición ineliminable para la existencia institucional. Es cierto que
la observación del paisaje social parece arrojar otras conclusiones. A pesar de la muerte del
Estado Nación, hay escuelas, familias, prisiones, etc. En este sentido, la evidencia más
inmediata pondría en cuestión la definición. Sin embargo, si bien persisten tales o cuales
términos, no es menos cierto que en las nuevas condiciones el sentido de estas
configuraciones se ha visto modificado. Está claro que hay escuelas, familias, prisiones. Pero
no se trata de instituciones disciplinarias, de aparatos productores y reproductores de
subjetividad ciudadana. En este sentido, la subjetividad que resulta de estar en las escuelas,
las familias o las prisiones cuando el mercado es la instancia dominante de la vida social, es
absolutamente otra. Sobre el estatuto de esta nueva subjetividad, nos detendremos en breve.
Por lo planteado, la producción y la reproducción de ciudadanos eran tareas de las instituciones
disciplinarias, y estas tareas sólo eran posibles cuando el Estado Nación reproducía las
condiciones generales en que descansaban tales instituciones. Las instituciones sólo son
instituciones si se reproducen. Se reproducen si su suelo es estable. Y su suelo es estable por
obra de la metainstitución estatal. No hay instituciones sin metainstitución que asegure las
condiciones de reproducción. Caído ese segundo nivel, no hay reproducción posible del suelo
para las instituciones.
Ahora bien, la correlación entre subjetividad ciudadana, dispositivos normalizadores y Estado
Nación hoy está agotada. Si bien se verifican situaciones donde siguen operando algunas de
las representaciones y prácticas propias de la lógica nacional, no se verifica la reproducción de
esa correlación como instancia general. De esta manera, el agotamiento de la lógica estatal
inaugura un tipo de funcionamiento donde la fragmentación deviene rasgo predominante.
Siendo así, las instituciones ya no son lo que eran.
Ahora bien, las instituciones ya no son las mismas porque sin metaregulación estatal, quedan
huérfanas de función, tarea, sentido. Sin proyecto general donde implicarse, será necesario
Del Fragmento a la Situación 13
14. G r u p o d o c e
pensar nuevas funciones, nuevas tareas, nuevos sentidos. Por otra parte, tampoco serán las
mismas porque las condiciones generales con las que tienen que lidiar no son estatales sino
mercantiles, no son estables sino cambiantes. Nacidas para operar en terrenos sólidos, la
velocidad del mercado amenaza la consistencia ya fragmentada de las instituciones. De esta
manera, -sin función ni capacidad a priori de adaptarse a la nueva dinámica-, se transforman
en galpones. Esto es, en un tipo de funcionamiento ciego a la destitución de la lógica estatal, y
a la instalación de la dinámica de mercado. Esta ceguera compone un cuadro de situación
donde prosperan: suposiciones que no son tales, subjetividades desvinculadas,
representaciones e ideales anacrónicos, opiniones varias, etc. Se trata, en definitiva, de
configuraciones anómicas que resultan de la destitución de las regulaciones nacionales.
Así definidos, los galpones son el destino de las instituciones disciplinarias en tiempos
postnacionales. Pero este destino resulta de la destitución de unas condiciones
metaregulatorias, y la instalación de. la dinámica de mercado. Ahora bien, para esta dinámica,
las instituciones disciplinarias -paradigma de un funcionamiento estatal, progresivo y regulado-reflejan
un tipo de existencia y consistencia incapaz de adecuarse a la flexibilidad y reinvención
propias de la contemporaneidad. Justamente por eso, el paradigma de organización
institucional propio de los Estados Nacionales deviene obsoleto en los tiempos de velocidad.
Para precisar el estatuto de los galpones, tal vez sea conveniente rastrear cómo queda situada
la relación entre instituciones en condiciones de mercado. Para esto, partamos de una queja
que se deja escuchar, con regularidad sintomática, entre maestros y profesores de escuelas,
colegios y universidades. Los docentes dicen que los estudiantes no saben leer ni escribir, que
son indisciplinados, que no participan en clase, que son impertinentes y maleducados, que "no
tienen nivel". En definitiva, que carecen de las operaciones lógicas y subjetivas para habitar la
situación aula. Así caracterizados, los alumnos no cuentan con las habilidades con las que
-según la suposición docente- deberían contar.
Algunos dirán que esa reacción docente no es nueva; que, por oficio, suelen quejarse de las
incapacidades de sus alumnos. Posiblemente, esa cantinela sea tan vieja como la
escolarización masiva, institución de los Estados Nacionales. Pero la intensidad de ese
murmullo empieza a ser sospechoso de otro tipo de funcionamiento. En otros términos, la
denuncia docente ¿indica un defecto de tales o cuales estudiantes e instituciones o revela -más
radicalmente- condiciones y subjetividades otras que las supuestas por los docentes?
La suposición de unas mínimas operaciones lógicas y subjetivas entre los estudiantes de los
más diversos niveles es una suposición nacida en las condiciones de Estado Nación. Más
precisamente, es una suposición que se verifica cuando la relación entre instituciones es
analógica, cuando la estructura formal es compartida por los agentes en cuestión. Entonces, la
intervención de una institución se apoya en las marcas previas de la subjetividad, marcas
efectuadas por cualquier otro dispositivo normalizados. De esta manera, la experiencia
institucional preliminar, sea cual fuere, produzca los contenidos que produjere, opera como
condición de posibilidad de las marcas disciplinarias futuras. En este sentido, si bien el pasaje
de la institución familia a la institución escuela, o de la institución colegio a la institución
universidad, inaugura posibilidades, saberes, operaciones, relaciones, complejidades diversas,
apoya sobre una estructura formal antes armada. Se trata, en definitiva, de diversos
dispositivos que forjan la misma subjetividad (institucional). Ahora bien, todo esto es posible
cuando el Estado Nación opera como institución que unifica bajo un mismo régimen, al
conjunto de las experiencias. Así, la articulación institucional está asegurada, más allá de las
anomalías, las patologías o los tropiezos de cualquier emprendimiento.
No es el caso: las quejas antes señaladas no parecen tener status de anomalía, sino de indicio
del agotamiento de una lógica. En este registro se podría pensar, entonces, la multiplicación de
las protestas docentes. Si tomamos esto como cierto, tal vez sea conveniente indagar cómo
queda situada la relación entre instituciones una vez agotada la lógica paninstitucional.
Del Fragmento a la Situación 14
15. G r u p o d o c e
Si la subjetividad institucional producida por los dispositivos disciplinarios de los Estados
Nacionales, operaba como puente facilitador de las relaciones, hoy no hay nada equivalente a
esa metasubjetividad, a esas operaciones básicas que simplificaban el ingreso en un
dispositivo. Más bien, sucede todo lo contrario. La subjetividad dominante no es institucional
sino massmediática. En este sentido, sus operaciones básicas no son disciplinarias sino otras.
No se trata de normativa y saber sino de imagen y opinión personal. Si las operaciones son
estas, se inicia el malentendido; se interrumpe la razonable suposición. ¿Por qué? Porque las
instituciones disciplinarias (ya devenidas galpones) operan como si el sujeto interpelado
estuviera constituido por las marcas disciplinarias, pero el sujeto que responde no dispone de
operaciones institucionales sino mediáticas. Se arma, entonces, el desacople subjetivo entre la
interpelación y la respuesta, entre el agente convocado y el agente que responde. De esta
manera, el galpón destituye a la institución que determinaba las relaciones entre sus agentes.
Las instituciones sin Estado son galpones. Las instituciones sin normativa capaz de producir
subjetividad son galpones. Ahora bien, la producción de instituciones y de subjetividad fue, en
tiempos nacionales, atributo estatal. Agotado el Estado Nación como paninstitución, esa
posibilidad deviene imposible. Muerto el padre, será necesario pensar otros modos de
existencia. De no ser así, nuestro destino será el galpón.
Dicen que un hombre digno es aquel que es capaz de forjar otro destino que el pautado para
él. Suponiendo que así sea, si nuestro destino son los galpones, será necesario pensar un
modo de existencia más subjetivante, Pero ese otro modo de existencia tiene que partir de lo
que hay. ¿Y qué hay? Galpones. En este sentido, si el padecimiento actual está ligado a la
ausencia de normas para regular los encuentros, con el desacople entre las subjetividades
supuestas y las reales, será necesario operar sobre estas disfunciones. Justamente por eso, la
tarea subjetiva tendrá que ver con la producción de espacios productores de la subjetividad
pertinente para esa situación. Sin esa primera operación, prospera la desvinculación, Así, la
tarea institucional en nuestras condiciones consiste en la producción situacional de
subjetividad, en la creación focal de un espacio habitable. De no ser así, seguiremos
padeciendo en los galpones.
Del Fragmento a la Situación 15
16. G r u p o d o c e
IV
OPERATORIA DE MERCADO
Desgarro, fragmentación, desligadura
Para esta estrategia no es posible pensar las transformaciones actuales en el lazo social y la
subjetividad sin apelar al agotamiento de la lógica nacional y la emergencia de la dinámica de
mercado. En este sentido, la alteración que nos permite pensar la contemporaneidad es lo que
venimos llamando pasaje del Estado al mercado. Sobre el estatuto del agotamiento del Estado
Nación como paninstitución donadora de sentido, los argumentos ya fueron presentados en
otro apartado. Sobre la naturaleza de este pasaje, la operatoria de mercado y sus efectos en la
subjetividad (desgarro, fragmentación, desligadura), ya es momento de pronunciarnos.
Empecemos, entonces, por la modalidad que adquiere ese pasaje.
Si el pasaje del Estado al mercado consistiera en la sustitución de una metainstitución estatal
por otra mercantil, la transformación actual queda reducida a simple relevo. De esta manera,
el agente en cuestión varía, pero los procedimientos de dominación permanecen. Ahora bien,
si el pasaje del Estado al mercado también implica la variación de esos procedimientos, la
alteración no es reemplazo sino emergencia de una dinámica social radicalmente diversa. En
otros términos, si el mercado no es metainstitución donadora de sentido ni principio general de
consistencia, estamos en presencia de una operatoria que no es posible reducir a variante del
modelo de organización social propio de los Estados Nacionales. Si esto es así, será necesario
pensar de qué se trata esa dinámica que surge cuando el Estado Nación deja de ser práctica
dominante.
¿Qué significa que el mercado no proceda del mismo modo que los Estados Nacionales? Por un
lado, que la nueva dinámica social opera sin ligar objetivamente sus términos, sin regular lo
que allí sucede, sin anudar consistencias; por otro lado, que su operatoria no busca la
articulación simbólica de los agentes de la lógica en cuestión, sino la conexión real entre
distintos puntos de esa red llamada mercado. Pero esta conexión que pone en contacto los
nodos de la red no produce una regulación previa para esos roces. Más bien, todo lo contrario.
Ahora bien, por lo planteado hasta aquí, el pasaje del Estado al mercado implica el
agotamiento de una lógica totalizadora capaz de ligar simbólicamente al conjunto de los
agentes de la paninstitución Estado Nación y el surgimiento de una dinámica que conecta los
términos que son parte de esa red, sin ligar ni producir significación alguna. Se trata, en
definitiva, del pasaje de un lógica de encuentros metaregulados a una dinámica de
amontonamientos destituyentes. Y las consecuencias subjetivas se dejan sentir. De esta
manera, la desligadura de lo ligado y la fragmentación de lo articulado componen el paisaje
por el que tendrá que transitar la subjetividad contemporánea.
Si el ciudadano de los Estados Nacionales tenia que lidiar con una metainstitución que anudaba
con una normativa que reprimía y alienaba, las condiciones en las que están enredados los
ocupantes de la lógica de mercado son radicalmente otras. Justamente por eso, su sufrimiento
Del Fragmento a la Situación 16
17. G r u p o d o c e
no tiene que ver con el disciplinamiento de los cuerpos y las conciencias, sino con el desgarro
que genera la lógica de mercado en las subjetividades.
Pero, ¿qué es lo que desgarra a la subjetividad actual qué es un desgarro? En principio, el
desgarro está causado por la dinámica de mercado. Más precisamente, es un efecto-en la
subjetividad- de una lógica cuya temporalidad es la velocidad, la sustitución, la inmediatez.
Dicho de otro modo, la subjetividad mercantil intenta adaptarse a unas condiciones que varían
permanentemente, pero ese intento, que necesita de la creación de unas operaciones
específicas (reinvención y flexibilidad), tiene consecuencias subjetivas. Vale decir, entonces,
que el desgarro es el subproducto de la puesta en juego de esas operaciones en conexión con
los estímulos del mercado. En este sentido, desgarro es el término que designa una serie de
marcas constitutivas de la subjetividad actual. A saber: destitución de consistencias y
desligadura de anudamientos simbólicos. En definitiva, desvanecimiento de la máquina de
pensar disponible.
El desgarro de la subjetividad contemporánea prospera como destino en condiciones de
fragmentación, y la fragmentación sólo es posible en coordenadas postnacionales. Esto es, en
ausencia de lógicas totalizadores capaces de convertir un término cualquiera en término de esa
totalidad. Sin procedimientos de unificación bajo un mismo régimen de sentido -es decir, sin
Estado Nación como metainstitución reguladora de las significaciones-, el paisaje actual se
puebla de fragmentos, de esas instancias que resultan de una lógica incapaz, pero sobre todo
desinteresada, en articular esa disgregación sin centro.
Sin centro metainstitucional que regule los encuentros entre los agentes del sistema social, el
desgarro y la fragmentación se transforman en vida cotidiana. Esto es, en las condiciones que
tendrá que subjetivar la subjetividad contemporánea. Ahora bien, si los efectos de la lógica a
subjetivar son la desligadura y la destitución de consistencias, será necesario hacer un balance
de las herramientas para hacer algo con lo que han hecho de uno. Por qué este balance?
Porque las herramientas disponibles -y forjadas en lógica estatal y nacional-, están diseñadas
para operar con otro tipo de obstáculos (entre tantos, alienación, represión,
institucionalización), obstáculos que no son los nuestros. Por el contrario, los padecimientos
actuales no parecen estar causados por la sobreregulación de las instituciones del Estado, sino
por la ausencia de reglamentación en tiempos de mercado. Entonces, la tarea subjetiva
necesita orientarse a la transformación de los fragmentos, espacios desreglados por
excelencia, en situaciones habitables. Esto es, con capacidad de forjar su propias reglas. Para
que esto suceda, será condición convertir los procedimientos heredados en estrategias para
producir ligaduras en tiempos de destitución.
Del Fragmento a la Situación 17
18. G r u p o d o c e
Desgarros en tiempos de mercado
En alguna parte de La corrosión del carácter, Richard Sennett nos pone al tanto de las razones
de este título provocador. Sin duda, el subtítulo de la obra participa de la provocación: Las
consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Título y subtítulo anticipan, de
algún modo, un problema que insistirá a lo largo del texto. Por no decir, de nuestra actualidad.
Si es cierto que flexibilidad y reinvención son operaciones ineludibles en tiempos de mercado,
vale preguntarse por los efectos que produce en la subjetividad contemporánea -Sennett dirá
en el carácter de las personas-semejantes requerimientos. En otros términos, qué tipo
subjetivo resulta de transitar una lógica que necesita, para su funcionamiento, de la flexibilidad
y reinvención permanente de sus agentes?
No hay dudas, flexibilidad y reinvención prosperan como virtudes en tiempos de velocidad,
esto es, cuando las condiciones varían de ocasión en ocasión. Ahora bien, si las virtudes son
tales, nada parecido a los planes quinquenales organiza hoy el destino de los capitales, los
Estados o las personas. Todo transcurre en el corto plazo, y la destitución amenaza la
existencia de cualquier emprendimiento (personal, profesional, político). Sin Estado Nación que
garantice la consistencia del suelo donde apoyaban sus acciones los actores nacionales, el
mercado hace libremente su número. Y en este hacer sin restricciones, conecta y desconecta
los términos de esa red.
Por lo señalado, la existencia mercantil exige flexibilidad y reinvención, pero sobre todo exige
que estas operaciones estén pautadas por la dinámica del mercado. En este sentido,
flexibilidad y reinvención devienen requisitos para estar en la partida. Pero ser participante de
este juego tiene consecuencias, y las consecuencias también se dejan sentir en el campo
identitario de la subjetividad. Sin consistencia asegurada y en plan de renovación permanente,
la destitución identitaria se transforma en destino. Esto es, en una condición con la que
tendrán que lidiar, inevitablemente, los ocupantes de la lógica en cuestión. Por otra parte, es
preciso señalar que esa destitución implica el desvanecimiento de las consistencias disponibles.
Ahora bien, ese desvanecimiento en las condiciones actuales significa dispersión, desligadura y
desarticulación de los ordenadores simbólicos de la subjetividad en ciernes. De esta manera,
los efectos no calculados de la adaptación a un medio siempre cambiante marcan la
subjetividad contemporánea, y el desgarro deja su huella.
Si es cierto que la subjetividad mercantil busca adaptarse a la velocidad del mercado vía
innovación y flexibilidad, no es menos cierto que en ese intento desgarra la subjetividad,
destituye consistencias, desliga los términos ligados. Pero el destino de la reinvención y la
flexibilidad, tal vez pueda ser distinto. Pero para que esto suceda, estas operaciones tendrán
que suspender su conexión con los requerimientos del mercado. Si la flexibilidad y la
reinvención no son imposición de la dinámica dominante sino operaciones de una tarea
subjetiva orientada a ligar de otro modo el tejido desgarrado, su estatuto podrá ser otro.
Según la caracterización realizada, la operatoria de mercado desgarra la subjetividad
contemporánea, y este desgarro describe una consistencia mutilada. En este sentido, la
destitución no remite a la liberación de una ligadura alienante, como podría ser en tiempos
nacionales. En la lógica de mercado, la producción de consistencias no es empresa de la
práctica dominante sino tarea subjetiva orientada a imponer restricciones a la destitución,
efecto de la operatoria de mercado. Ahora bien, la imposición de estas restricciones no busca
la restitución de la metaconsistencia perdida por el agotamiento del Estado Nación como
paninstitución donadora de sentido. Tampoco sería posible. Por el contrario, busca la
reinvención de una consistencia en otra clave. Y esta otra clave no es estatal ni mercantil; es
fiel a un recorrido subjetivo.
Del Fragmento a la Situación 18
19. G r u p o d o c e
Inventarse o desaparecer
En la renovada literatura de management de los años `90, insiste un imperativo que podría ser
formulado en estos términos: reinventarse o desaparecer; alterarse o morir. Ese imperativo
entiende la reinvención como estrategia de adaptación a un medio ambiente cambiante. Así
definida, la alteración se transforma en operación necesaria para permanecer en la dinámica
de mercado. Entonces, la subjetividad mercantil tendrá que entrenarse en semejante
quehacer.
Esa innovación constante, que para el management de los `90 es un destino inevitable, no es
más que el requerimiento de una lógica que condena el proceder del mismo modo, en una y
otra ocasión. La estadía en esta lógica exige, entonces, de la reinvención permanente de sus
agentes en conexión con las demandas cambiantes del mercado. Ahora bien, que esas
demandas sean cambiantes significa, entre otras cosas, que la temporalidad de la reinvención
es un cada vez que prospera al ritmo de los estímulos del mercado. La dominancia de este
cada vez produce un tipo de efecto que, a falta de mejor nombre, podríamos llamar caducidad
sin experiencia. ¿Qué significa esto? Significa que el abandono de un recurso por parte de un
agente mercantil, no resulta de una operación que hace la experiencia y agota, en su
productividad, ese recurso. Por el contrario, se trata de un mecanismo de adaptación a unos
estímulos variables. Estos estímulos ciegos a la experimentación impiden -en nombre de la
sustitución innovadora- cualquier posibilidad de indagación. Por qué? Porque bloquean la
retención de ese término a indagar. Sin posibilidad de retención, no hay posibilidad de
apropiación y agotamiento. Entonces, la variación exigida por el mercado marca la caducidad
inmediata de las cosas, las personas, las ideas. De esta manera, la innovación queda reducida
a un imperativo neoliberal. Esto es, a una sustitución sin experiencia, a una caducidad sin
apropiación.
La exigencia innovadora del management de los '90 subraya un rasgo de la subjetividad actual,
pero también subraya los modos en que esa subjetividad transita el mundo del que forma
parte. En este sentido, el discurso del management ofrece una estrategia de tránsito: la
reinvención en conexión con las demandas del mercado. Ahora bien, esta conexión es la que
asegura que la estrategia en cuestión quede, inevitablemente, sometida a los ritmos del I
mercado. Dicho de otro modo, el sujeto debe reinventar-se
otro cuando los estímulos del mercado así lo demanden. Pero esta demanda será necesario
entenderla como operación constitutiva de la subjetividad mercantil. Es la dinámica de
producción de la subjetividad instituida.
Si es cierto que la reinvención postulada por el management de los '90 describe un modo de
estar en el mundo, no es menos cierto que se trata de un modo causado por los ritmos del
mercado. Que la reinvención sea un modo de transitar las condiciones actuales no significa que
sea el único. Por el contrario, significa que es el modo ofrecido por la dinámica dominante. Si la
reinvención es la modalidad producida por los agentes del mercado, será posible preguntarse
por el status de un estar no pautado por los tiempos mercantiles. Ahora bien, un estar no
sometido a la temporalidad del mercado implica otro modo de subjetividad. Antes que estar,
podemos llamar habitar a la práctica de determinación subjetiva de un campo en autonomía
respecto de las for- mas dominantes. Se trata de la subjetivación en el envés, de la
subjetividad instituida.
Así definido, el habitar requiere de una serie de operaciones de pensamiento capaces de
suspender, situacionalmente, los imperativos de la lógica en cuestión, las operaciones de la
subjetividad dominante. Vale decir, entonces, que esa suspensión no necesita de la puesta en
Del Fragmento a la Situación 19
20. G r u p o d o c e
jaque de la lógica. Más bien, necesita de la interrupción de su eficacia en la situación que
pretenda ser habitada.
Una precisión tal vez pueda aclarar el registro de lo que estamos llamando habitar como
interrupción situacional de una dinámica de partida. La temporalidad del mercado es
sustitución sin alteración subjetiva, caducidad sin experiencia. Si es así la temporalidad
dominante. no será posible que prosperen las figuras del habitar y del habitante. Para que esto
acontezca, será necesario construir un dispositivo competente tara desacelerar la velocidad del
mercado y albergar otra temporalidad. Dicho de otro modo, será necesario producir un tiempo
capaz de habilitar la retención (y no la sustitución) de aquello que se presente.
Por lo dicho hasta aquí, estar y habitar describen operaciones de pensamiento radicalmente
distintas, aunque ambas condicionadas por las transformaciones actuales. Si bien el terreno es
el mismo. las estrategias de relación con ese terreno no lo son. Y no lo son porque el estar,
como estrategia de reinvención continua, permanece sometido a la operatoria de mercado.
Mientras que el habitar, como operación sobre ese funcionamiento, determina un espacio y un
tiempo en autonomía respecto del mercado.
Vimos la noción de habitar, pero aún no nos detuvimos en las operaciones de pensamiento
características del habitante. Aquí importa una de ellas, la reinvención. Ante todo es preciso
aclarar cuál es el status de la invención para el habitante. Para orientarnos en esta empresa,
tal vez sea estratégico distinguir entre reinvención como exigencia objetiva y reinvención como
decisión subjetiva. Respecto de la re-invención como imperativo objetivo, es lo que describe el
management de los '90. Respecto de la reinvención como decisión subjetiva, será necesario
destacar -por lo menos- dos cosas: por un lado, la invención subjetiva no consiste en un
mecanismo sometido a la velocidad del mercado, sino en una estrategia de invención de un
espacio y un tiempo en diferencia con la velocidad; por otro, la invención no queda
determinada por las demandas cambiantes del mercado, sino por el recorrido subjetivo del que
formará parte. En este sentido, la reinvención no es imperativo neoliberal sino herramienta
disponible para un recorrido.
Ahora bien, inscripta en una trayectoria subjetiva y no sometida a la lógica de mercado, la
reinvención tiene otro estatuto. Entonces, la reinvención podrá ser instrumento de mercado u
operación subjetiva. Usted decide.
Del Fragmento a la Situación 20
21. G r u p o d o c e
La violencia de los resultados
En una entrevista a un joven gerente, en el suplemento Económico de Clarín del 29 de octubre
de 2000, se lee. "Trabajamos en una compañía muy orientada a los resultados, y hoy la
violencia de los resultados es enorme". Al parecer, no se trata de una denuncia. Tampoco de
una queja o de la puesta en circulación de una posición ideológica. Más bien, parece tratarse
de una definición en regla, pero de una definición con capacidad de exceder el campo que, en
principio, describe. Esto es, la compañía. Tengan el estatuto que tuvieren esas palabras, los
dichos del entrevistado describen una alteración radical en los parámetros de racionalidad
instituidos por los Estados Nacionales. Esto es, en los modos de leer y calificar un recorrido
personal, profesional o político. Ahora bien, la confesión del joven gerente también revela una
transformación no menos radical: hoy los resultados operan como principio general de
consistencia.
Por lo señalado, los parámetros de racionalidad actuales son otros que los nacionales. La
violencia de los resultados o simplemente los resultados, marcan los movimientos de los
agentes que danzan al ritmo de los requerimientos del mercado. Desde la subjetividad forjada
por los Estados nacionales, podrá decirse que esta variación no es más que la decadencia
moral de unos parámetros de racionalidad más nobles. Pero para una subjetividad no estatal
se trata de la alteración de los principios de lectura y evaluación que orientaron la subjetividad
en tiempos nacionales.
La mutación general que permite situar la dominancia de los resultados como parámetro de
racionalidad se advierte en el agotamiento del Estado Nación como paninstitución donadora de
sentido. Ahora bien, este agotamiento también implica la destitución de sus principios de
racionalidad como principios generales de orientación. Por otro lado, esa destitución no es
efecto de la desestimación moral, por parte de los agentes de la lógica desvanecida, de tales
principios -o por lo menos, no se trata solamente de eso-. Más bien, el abandono de aquellos
principios no es más que la consecuencia de su incapacidad para evaluar un recorrido en
condiciones post-nacionales.
Antes de precisar las condiciones en las que los resultados prosperan como parámetro de
consistencia, detengámonos en el horizonte de racionalidad propio de los Estados Nacionales.
En la lógica nacional, los resultados no administran la suerte de una carrera (personal,
profesional, política). Por el contrario, el destino de una carrera descansa en la acumulación
progresiva de logros, logros posibles (por ser lineal y anticipable el devenir), y adquiribles
mediante esfuerzo. Esfuerzos y logros constituyen, entonces, los parámetros de racionalidad
de un recorrido en tiempos de Estado Nación. Esto es posible, entre otras tantas condiciones,
por la vigencia de una institución lineal y progresiva del tiempo. Sólo sobre esa temporalidad
los logros pueden llegar a ser acumulativos y el porvenir anticipable. Pero ese tiempo lineal y
progresivo también es una institución de los Estados Nacionales. De esta manera, sin Estado
Nación como metainstitución, tampoco hay tiempo lineal y progresivo.
Sin institución nacional del tiempo, la posibilidad de acumular esfuerzos y logros en un
derrotero resulta, en principio, imposible. Esta imposibilidad se desarrolla cuando las reglas de
juego, sean las que fueren, se desvanecen como principio general de consistencia. Es decir,
cuando las instituciones donde operan los agentes varían de situación en situación. Sin reglas
de juego ni condiciones estables, no hay modo de saber a priori cuáles de las estrategias serán
productivas y cuáles no. Si esta es la dinámica, los', instrumentos de orientación y lectura que
suponen linealidad y progreso devienen obsoletos. Sólo en estas coordenadas operan los
resultados como principio general de racionalidad. El disco más vendido, la película más vista,
Del Fragmento a la Situación 21
22. G r u p o d o c e
el vídeo más alquilado o el futbolista del siglo son las figuras de esta nueva racionalidad.
Figuras capaces de leer una producción sólo desde sus resultados objetivos.
Si los parámetros de racionalidad instalados por el mercado son los resultados, si la vigencia
de estos parámetros es posible en una dinámica ciega a lo sucedido en un recorrido, la
pregunta de la subjetivación es: cómo habitar una experiencia sin sepultarla en sus resultados.
Dicen que habitar un recorrido también consiste en la producción de sus parámetros de lectura
y evaluación. Dicen que una experiencia tiene valor de experiencia cuando inventa en
autonomía los modos de hacer su balance. Sea del tipo que fuere, cualquier experiencia
subjetiva necesita de esta elaboración. De no ser así, los resultados dominan. Y una
experiencia pensada exclusivamente desde los resultados se desrealiza como recorrido
subjetivo porque queda sometida a los parámetros de racionalidad instalados por el mercado.
Habitar un recorrido exige, entonces, trazar otros criterios de racionalidad. Pero otros no
significa otros cualesquiera, significa otros en tanto que específicos de ese recorrido. La
producción de esa especificidad necesita, por un lado, de la interrupción de la temporalidad
caótica del mercado y sus parámetros específicos; por otro, de la invención de una
temporalidad en inmanencia con el recorrido, esto es, atenta a las producciones, los
retrocesos, los obstáculos y las fidelidades que libera ese trayecto subjetivo.
Hoy nos toca navegar en las aguas del mercado. Algunos se podrán lamentar por eso. Pero lo
decisivo no parecen ser las aguas sino el modo en que decidimos navegarlas. Es decir, estamos
atentos a resultados, o en fidelidad con '` los recorridos subjetivos emprendidos.
Del Fragmento a la Situación 22
23. G r u p o d o c e
Del empleo vitalicio al empleo temporario
Partamos de una evidencia compartida: el trabajo ya , no es lo que era. El uso de nuevas
tecnologías, los efectos del mercado global, la sustitución de pirámides institucionales por
organizaciones en red, la desaparición de la programada carrera abierta al talento, la
inestabilidad, el riesgo y la flexibilidad como rutina describen algunos rasgos del nuevo modo
de trabajo. Un buen indicador de esta alteración es el desvanecimiento del empleo vitalicio
como destino social por excelencia. Que el empleo no sea centralmente vitalicio tiene
consecuencias. Entre ellas: es necesario buscar, una y otra vez, empleo: es necesario ofrecer,
una y otra vez, nuestras capacidades. Esto indica una doble variación: por un lado, la condición
temporaria del empleo no es un accidente sino la temporalidad específica del trabajo actual;
por otro, la búsqueda de trabajo transita unas condiciones distintas a las supuestas por la
subjetividad ciudadana.
Que una búsqueda, en este caso de empleo, no coincida con la representación de esa
búsqueda, en principio, indica poco. Se podrá señalar que entre la representación que un
sujeto tiene de una búsqueda y esa búsqueda hay una distancia ineliminable. La distancia que
aquí importa no es la distancia inevitable pero transitable entre la representación y la práctica
propias de una misma lógica social, sino la distancia intraducible entre las representaciones de
una situación histórica y las prácticas de otra. Si la primera distancia es insalvable, la segunda
aparece en determinadas condiciones, condiciones que son las de nuestra actualidad.
Esta actualidad está marcada por la presencia de una serie de prácticas que no se deja leer en
su novedad por las viejas representaciones (estatales). Forjada en condiciones nacionales, la
subjetividad ciudadana procesa, piensa, resiste y se equivoca en clave nacional. Los modos de
estar en el mundo y el lenguaje de la subjetividad ciudadana resultan de transitar las
instituciones disciplinarias de los Estados Nacionales. Agotada esta paninstitución como
instancia dominante, prosperan prácticas que no encuentran modo de ser leídas desde las
representaciones que tramaron la subjetividad nacional. Esta distancia intraducible entre viejas
representaciones nacionales y nuevas prácticas es lo que define nuestra contemporaneidad.
Volvamos sobre las alteraciones en el status del trabajo y los modos de pensar estas
alteraciones. El pasaje del empleo vitalicio al empleo temporario produce una diversidad de
efectos. No se trata aquí de rastrear esa diversidad, sino de detenerse en algún aspecto de
ella. A saber: qué temporalidad forja el empleo temporario; qué subjetividad resulta de esa
temporalidad; qué estrategia de búsqueda de empleo exige una lógica de empleo
fundamentalmente temporaria.
El empleo vitalicio como destino social por excelencia es posible en unas condiciones
determinadas. Entre otras, una institución lineal y progresiva del tiempo. Un ciudadano
promedio de los Estados Nacionales, criado en esa linealidad progresiva, sabía de su destino
porque el futuro era, entonces, predecible. En el ámbito laboral, por ejemplo, rara vez se
registraban cambios radicales. Lo mismo sucedía en otros ámbitos de la vida social. De esta
manera, nuestro ciudadano sabía -entre otras cosas- dónde y cuándo iba a jubilarse. Pero
también sabía que antes de esa jubilación, los logros resultaban acumulativos en una carrera
profesional.
Ahora bien, sin progresividad ni linealidad, el tiempo, social es otro. Así modificado, también es
otro el tiempo de trabajo. Una buena guía de esta modificación es la! condición temporaria del
empleo, condición que no pa- rece ser una coyuntural interrupción del empleo vitalicio y sino
un nuevo modo de organización del trabajo. Este: modo de organización introduce, entre
otras, una novedad decisiva: la estacionalidad del empleo exige buscar reiteradamente trabajo.
Se vera que no se trata de la búsqueda a la que nos tenía acostumbrados la regular estabilidad
Del Fragmento a la Situación 23
24. G r u p o d o c e
de los tiempos progresivos y lineales. Se trata de una búsqueda que transcurre en otras
coordenadas. Justamente por eso, nos obliga a revisar la estrategia.
Si es cierto que se ha desvanecido el empleo vitalicio, si es cierto que la condición temporaria
define el trabajo actual, suponer que la búsqueda de empleo sigue siendo lo mismo destaca la
impericia de una subjetividad que se resiste a habitar en unas condiciones que han cambiado.
Si habitar significa habilitar las operaciones necesarias para transitar ese nuevo terreno, será
conveniente pero sobre todo estratégico suspender, por un lado, las operaciones que impidan
habitar la temporalidad actual del trabajo; por otro, inventar las operaciones capaces de entrar
en relación con esa novedad. En definitiva, este habitar nos invita a hacer la experiencia de
una autoivención en conexión con un problema: forjar las condiciones de empleabilidad
pertinentes para una lógica de empleo temporaria.
Un ejemplo puede aclarar esto último. Según la definición vitalicia de empleo, el curriculum
vitae describe las instituciones por las que pasó un trabajador, y el juego de calificaciones
adquirido a lo largo de una vida de trabajo. Así pues, las condiciones de empleabilidad parecen
forjadas en una dirección y para siempre. El curriculum vitae, entonces, presenta un recorrido
uniforme y progresivo. Este curriculum anclado en la estabilidad garantizada por la
paninstitución Estado Nación resulta inoperante a la hora de lidiar con la velocidad actual del
mercado. Los flujos del mercado son demasiado dinámicos para un solo juego de
calificaciones. En este sentido, el mercado transcurre en el cada vez y solicita como efecto de
esa operatoria, menos un saber a priori que unas operaciones capaces de entrar en relación
con ese cada vez. Definido de este modo, el curriculum vitae se convierte en un obstáculo (y
no en una herramienta) en la búsqueda de empleo. ¿Cuál será, entonces, el formato curricular
capaz de habitar y operar en las nuevas condiciones?
Declarada la inoperancia del curriculum vitae en una lógica de empleo temporario, el
curriculum actual como herramienta productora de subjetividad empleable necesitará transitar
el cada vez. ¿Qué significa este cada vez? Será necesario investigarlo. Pero posiblemente poco
tenga que ver con la lineal novela laboral, y mucho tenga que ver con una operación de
historización capaz de discriminar qué aspectos del recorrido profesional generan posibilidades
para la obtención del empleo en el cada vez. Así definido, el currículum actual opera como un
procedimiento de selección de los recursos y las operaciones pertinentes para cada situación.
Ahora bien, este procedimiento no consiste en un proceso burocrático de selección de lo
existente, sino en una operación producida por un habitante de las situaciones características
en las transformaciones contemporáneas .
Del Fragmento a la Situación 24
25. G r u p o d o c e
Parte II
Del fragmento a la situación
Nuevas estrategias de subjetivación
Las notas de este apartado están nucleadas en torno de un campo problemático. El
agotamiento del Estado Nación como paninstitución donadora de sentido no sólo implica el
agotamiento de esa lógica social y sus tipos subjetivos sino también -y esto es lo que importa
en esta segunda parte- el agotamiento de sus estrategias de subjetivación4. Dicho de otro
modo, el pasaje del Estado al mercado altera radicalmente el estatuto de la subjetividad
instituida en los tiempos nacionales. El soporte subjetivo de la organización social ya no es el
ciudadano producido por las instituciones disciplinarias sino el consumidor instalado por los
artefactos de mercado. Ahora bien, esta alteración no se limita a la alteración de la
organización social instaurada por la lógica nacional. También tiene consecuencias
perturbadoras sobre las estrategias de pensamiento y de intervención (es decir, de
subjetivación) propias de la dinámica agotada.
Si una estrategia de subjetivación puede ser definida como la serie de operaciones de
pensamiento y de intervención sobre una subjetividad determinada, el desvanecimiento de la
subjetividad en cuestión tendrá efectos sobre tales estrategias. Por qué? Porque el material
subjetivo con el que tendrán que lidiar las operaciones de subjetivación será radicalmente
diverso. En otros términos, si los modos de dominación varían, nada nos permite suponer que
las viejas estrategias de subjetivación seguirán siendo activas en las nuevas condiciones. Por el
contrario, modificada la superficie de implicación -ya no se trata del Estado Nacional y sus
instituciones sino del mercado neoliberal y sus fragmentos- será necesario revisar las
herramientas de pensamiento y de intervención disponibles hasta entonces.
Ahora bien, esta revisión sólo deviene estratégica cuando el modo de dominación específico de
los Estados Nacionales se desvanece. En este sentido, el desvanecimiento del Estado como
instancia articuladora de la vida en sociedad y la emergencia del mercado como práctica
dominante, inauguran un campo problemático inédito. Ya no será decisivo pensar las
operaciones de subjetivación en la subjetividad disciplinada por los Estados Nacionales, sino
las estrategias de intervención en la subjetividad fragmentada por el mercado neoliberal; ya no
será decisivo inventar modos de ruptura con la normativa establecida por los dispositivos
estatales, sino estrategias de subjetivación capaces de hacer con la destitución mercantil.
Dicho de otro modo, la dominante mercantil produce otros efectos en la subjetividad que la
dominante estatal. No se trata de disciplinamiento y normalización, sino de fragmentación y
destitución subjetiva. Por eso mismo, las estrategias de subjetivación no podrán ser las mimas
en terreno nacional y en terreno neoliberal. Por eso mismo, será conveniente repensarlas en
conexión con el estatuto de las nuevas condiciones. Las notas que siguen -cada una a su
modo- buscan ser parte de esta tarea de pensamiento.
4 Sobre los conceptos de subjetividad socialmente instituida, envés subjetivo y subjetivación, ver pp. 20-22
Del Fragmento a la Situación 25
26. G r u p o d o c e
.II.
ESTRATEGIAS DE SUBJETIVACIÓN
CONTEMPORÁNEAS
Ya fue señalado. Somos contemporáneos de una serie de transformaciones decisivas en las
formas de dominación. Justamente por eso, el pasaje del Estado Nación al mercado neoliberal
también implica otra serie de alteraciones decisivas en las estrategias de subjetivación. En este
apartado, nos detendremos fundamentalmente en algunas figuras de la subjetivación nacidas
en los tiempos postnacionales.
Vale decir que estas notas no buscan reseñar una teoría general sobre las formas de
pensamiento y de intervención en las condiciones contemporáneas. Apenas se trata de
presentar algunas herramientas en conexión con un campo problemático inédito (y también
impensable) para la subjetividad estatal. ¿Qué implica pensar sin Estado? ¿Cuáles son las
formas de subjetivación en los tiempos contemporáneos? En definitiva, cuáles son las
operaciones capaces de transformar a un ocupante de las viejas instituciones disciplinarias en
un habitante de las transformaciones contemporáneas? Antes de ensayar alguna respuesta
para estas preguntas, tal vez sea conveniente situar sus condiciones de emergencia.
La dominación estatal apoya en diversos fundamentos (políticos, económicos, ideológicos,
sociales, etc.). No importa detenerse aquí en la batería de fundamentos propia de los Estados
Nacionales, lo que sí importa señalar es que no hay dominación estatal sin fundamento de
algún tipo. Como la dominación de Estado descansaba en sus fundamentos, la subjetivación
moderna consistía en subvertir, romper, cambiar esos fundamentos. Cuestionadas las bases del
sistema, la dominación entraba en jaque. Ahora bien, la dinámica de mercado no apoya en
unos fundamentos perdurables. Más bien, su vitalidad exige todo lo contrario. En este sentido,
su medio no es la solidez estatal sino la fluidez mercantil. Así, la subjetivación como ruptura de
los fundamentos de la dominación deviene -en principio- inadecuada para operar en un medio
fluido como el neoliberal. Dicho de otro modo, si en la lógica estatal la tarea de pensamiento y
de intervención consistía en mover o desplazar los fundamentos que sometían a los ocupantes
de las instituciones, nuestra tarea no parece ser esta. ¿Por qué? Porque en un medio fluido
como el mercado actual, el movimiento o el desplazamiento de los términos en cuestión no son
conquistas subjetivas -como lo eran en los Estados Nacionales- sino su condición ontológica.
Por esta razón, la subjetivación actual no adopta la forma movediza de los tiempos
disciplinarios.
Ahora bien, si la fluidez es el modo de existencia en los tiempos mercantiles, será necesario
forjar los procedimientos de pensamiento y de intervención capaces de marcar este terreno.
Pero también será necesario pensar nuevas estrategias de subjetivación en relación con una
dominación que no sabe -ni pretende saber- de fundamentaciones sólidas. En definitiva, la
tarea subjetiva en los tiempos neoliberales requiere de otro tipo de operaciones. Ya no es
preciso desligar, romper, subvertir sino ligar, afirmar, sostener. Dicho de otro modo, nuestro
punto de partida no son las instituciones estatales sino las destituciones mercantiles.
Las notas que siguen son observaciones sobre distintas operaciones orientadas a ligar, afirmar,
sostener. Si bien se trata de estrategias de subjetivación diversas (habitar, desacelerar,
suspender), también se trata de estrategias que trabajan sobre un mismo material subjetivo:
fragmentos y subjetividades fragmentadas5.
5 Habitar, desacelerar y suspender son estrategias de subjetivación en las condiciones contemporáneas. Claro está que no son las
únicas. Pero aquí se trata de detenernos en estas tres operaciones.
Del Fragmento a la Situación 26
27. G r u p o d o c e
Qué implica hacer de un fragmento una situación? Vayamos por partes. El agotamiento del
Estado Nación como metainstitución implica el desvanecimiento de un tipo de dominación
totalizadora. Agotado el Estado que totalizaba y en presencia de una dinámica mercantil que
opera sin totalizar, ya no hay un mundo sino fragmentos, ya no hay un sistema que articula a
las partes en un todo y les provee un sentido sino fragmentos dispersos huérfanos de
significación. Pero ¿qué es un fragmento? Lo que resulta de ese agotamiento, lo que se
desprende por astillamiento, por desquicio o sin plan de institución. En definitiva, un fragmento
es lo que queda. Ahora bien, transformar un fragmento en una situación es una estrategia
sofisticada pero imprescindible en los tiempos contemporáneos. Esta estrategia consiste en la
fundación de una lógica sin remisión a otra (ya sea estatal o mercantil). Y sin remisión implica
el asentamiento de un espacio y un tiempo situacionales, es decir, autónomos. En este sentido,
ese espacio y ese tiempo no remiten a una totalidad previa sino a una fundación local. Su
existencia no se deduce de la lógica anterior sino de esa misma producción. Dicho de otro
modo, hay conversión de un fragmento en una situación cuando la fluidez mercantil ya no
cuenta, cuando las condiciones generales son suspendidas situacionalmente por una operación.
Por eso mismo, habitar una situación exige tomarla como absoluta, exige que no adquiera su
consistencia de un exterior complementario sino de su propia producción, exige que no se
componga como una parte de un todo sino como una elaboración soberana. En definitiva,
hacer de un fragmento una situación implica transformar cada situación en un mundo
habitable6.
Pero ¿qué es una situación? La producción de una demarcación. Esto es, la producción de un
espacio y un tiempo en un medio sin marcas socialmente instituidas. Pero la producción de la
situación también implica la' creación de la subjetividad capaz de habitar ese espacio y ese
tiempo. En este sentido, una situación constituye a su habitante -y no es el marco en el que se
manifiesta un tipo subjetivo previo-. Dicho de otro, la fundación de una situación es también la
fundación de su habitante. De esta manera, las estrategias de subjetivación en los tiempos
contemporáneos consisten en hacer de un fragmento una situación, de una subjetividad
fragmentada una subjetividad situacional.
Si es cierto que ya no hay un sistema totalizador basado en unos fundamentos sólidos, la
transformación ya no consiste en la alteración de ese sistema y de sus fundamentos. Ahora
bien, que la alteración no adquiere esa forma no quiere decir que la tarea subjetiva esté agote.
Más bien, significa que sus procedimientos son otros. Si no hay un sistema articulado de
dominación, será necesario transformar cada fragmento en situación. Si no hay fundamentos
que subvertir, será necesario sostener las situaciones fundadas. De esta manera, el pasaje del
Estado Nación al mercado neoliberal modifica radicalmente el campo del implicación subjetiva.
Ya no se trata del mundo o de los Estados Nacionales sino de las situaciones.
6 En los tiempos nacionales circulaba en las instituciones -sobre todo en las educativas una consigna progresista que podría ser
formulada en estos términos: "Esto no es una isla". ¿Qué era esto? La escuela, el colegio, la universidad. Pero también cada aula. Que
las instituciones no fueran islas implicaba que estuvieran conectadas con el afuera. Que las instituciones fueran islas implicaba que
estuvieran desconectadas del afuera. Ahora bien, esta consigna prosperó en las condiciones nacionales porque las instituciones
disciplinarias limitaban los intercambios con el afuera, con la realidad, con los hechos políticos e ideológicos. Pero en las condiciones
contemporáneas, esta consigna resulta anacrónica. Las instituciones actuales no sufren por la ausencia de intercambios o de
conexiones con el afuera sino por la inundación de términos impertinentes. En este sentido, la tarea actual parece consitir en ajustar,
limitar y regular los intercambios y las conexiones con el afuera. Justamente por eso, la metáfora de la isla se invierte. No se trata de
conectar las islas con el continente sino de construir islotes habitables que no sean inundados por el océano mercantil.
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Habitar
Para el pensamiento crítico moderno, la subjetivación es sinónimo de salida de las instituciones
estatales. ¿Por qué? Porque las instituciones disciplinarias de los Estados Nacionales operan
encerrando a sus agentes. Ahora bien, el pasaje del Estado Nación al mercado neoliberal
implica el desvanecimiento de estas instituciones. En este sentido, la subjetivación como
interrupción del encierro también se desvanece. Si la reclusión ya no es la forma de
organización de la subjetividad, será pertinente preguntarse por las formas que adquiere la
subjetivación en las condiciones post-encierro. Antes de indagar estos asuntos, detengámonos
en el modelo de subjetivación en los tiempos disciplinarios.
El pensamiento crítico moderno supone -para pensar e intervenir- condiciones estatales y
nacionales. Entre otras, una metainstitución estatal y unas instituciones de encierro. Partiendo
de aquí, la subjetivación consiste en el abandono de los dispositivos de encierro. Dicho de otro
modo, las estrategias de subjetivación nacidas en condiciones disciplinarias piensan
inevitablemente bajo el esquema encierro-libertad.
El agotamiento del Estado como paninstitución también implica el agotamiento de sus
estrategias de pensamiento y de intervención. En este sentido, el pasaje del Estado al mercado
altera radicalmente la implicación de las estrategias de subjetivación. Ya no se trata del Estado
y sus instituciones de encierro sino del mercado y su fragmentos, ya no se trata de romper con
sino de habitar. Ahora bien, ¿qué es el habitar como estrategia de subjetivación?
¿Qué figura es la figura del habitante? Vayamos por partes. En principio, un habitante es la
subjetividad capaz de forjar y transitar una situación. En este sentido, el habitante es el que
convierte un fragmento en situación. Dicho de otro modo, es el tipo subjetivo que hace de la
situación de la que forma parte un mundo. La transformación de una situación en mundo exige
la demarcación de los términos que serán de la partida. En términos, implica la producción de
un espacio y un tiempo situaciones.
As¡ definido, el habitar no consiste en la ocupación de un lugar en un sistema de lugares -lo
que sería propio de la metainstitución estatal-. Por el contrario, consiste en la determinación
de ese espacio y de ese tiempo. En este sentido, el punto de la partida de un habitante no son
las lugares instituidos sino los fragmentos destituidos. Justamente por eso, habitar un espacio
es determinarlo. Y para determinarlo es preciso construirlo. De esta manera, habitar -en
condiciones de fluidez- es sinónimo de construir. Pero como la construcción sucede en la
fluidez, está amenazada de destitución. De esta manera, la construcción no podrá ser de una
vez y para siempre. Por el contrario, construir en las condiciones de fluidez exige una tarea
permanente. En otros términos, exige la colonización de ese espacio conquistado por el
habitar. Pero ¿qué es colonizar? Es una operación sobre el terreno conquistado. Es la tarea
subjetiva en tiempos de destitución. Es el emprendimiento capaz de sostener lo fundado. Sin
esta operación, la situación y el habitante se desvanecen. Sin esta operación, hay fragmentos
y subjetividades fragmentadas. Justamente por eso, el habitar deviene estrategia de
subjetivación decisiva en los tiempos contemporáneos .
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Desacelerar
La subjetividad ciudadana, la subjetividad forjada por los Estados Nacionales prosperó en un
medio sólido. La solidez como lógica supone que dos términos vecinos permanecen vecinos en
la medida en que no se introduzca movimiento alguno de separación. De esta manera, sin una
intervención interesada en producir desplazamientos, los ocupantes de un medio sólido
permanecen en el mismo sitio relativo. Como consecuencia de esto, el estado regular de los
agentes en condiciones de solidez es la ausencia de movimiento. Justamente por eso, las
estrategias de subjetivación en un medio sólido momo el nacional- consistían en la
movilización de los términos fijados, retenidos o inmovilizados por las instituciones
disciplinarias.
La solidez como lógica no sólo implica regularidad de las condiciones sino también -y como
consecuencia de esto- la posibilidad segura de orientación. Dicho de otro modo, si en un
ambiente sólido se reproduce sin mayores alteraciones la localización de los términos que
componen ese sistema, si en un medio insisten las coordenadas que permiten distinguir un
paisaje de oteó, un ocupante cualquiera no encontrará mayores dificultades a la hora de
transitar por esa superficie. En este sentido, la permanencia de las marcas en la era nacional
habilitaba el tránsito sin mayores contratiempos por la solidez.
Por lo señalado, la regularidad del medio y la probabilidad de orientación en ese medio son
posibles en un terreno sólido. Pero estos posibles -que supieron organizar la vida de los
ciudadanos en los Estados Nacionales- hoy devienen imposibles. Y devienen imposibles porque
la condición de implicación de las subjetividades ya no es la solidez sino la fluidez, ya no es el
Estado metainstitución sino el mercado neoliberal. De esta manera, la experiencia
contemporánea no sucede en un tablero estable sino en un espacio fluido.
Ahora bien, ¿qué significa que la subjetividad contemporánea esté afectada por la fluidez?
¿Qué significa que la vida suceda en un medio fluido? Significa que los parámetros que
organizaban la experiencia en un medio sólido se desvanecieron con el agotamiento del Estado
Nación como paninstitución donadora de sentido, significa que los principios que le permitían a
un ciudadano orientarse en la lógica nacional se desintegraron con el agotamiento del medio
sólido. Pero también significa que este desvanecimiento no forjó nuevas estrategias (generales
o no) para conducirse en la fluidez.
Sin marcación del medio fluido, no hay posibilidad de orientación. Y no hay posibilidad de
orientación porque no disponemos de un espacio y un tiempo socialmente instituidos. En este
sentido, espacio y tiempo eran condiciones a priori en la solidez, eran instituciones de los
Estados Nacionales. Pero en la fluidez ya no es así. En un medio fluido como el neoliberal, no
hay espacio ni tiempo sino velocidad y aceleración. Ahora bien, qué implica esta sustitución?
Implica que la velocidad y la aceleración no son los modos en que se desplazan los términos en
un espacio y un tiempo determinados sino el modo de estar en la fluidez. En este sentido, la
velocidad y la aceleración son rasgos de la subjetividad contemporánea. En este sentido, la era
del mercado neoliberal es la era de la, f fluidez
Si la subjetividad instalada por la dinámica de mercado supone velocidad y aceleración, el
modelo de subjetivación nacido en la solidez nacional resulta impertinente. Y resulta
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impertinente porque lo que causa sufrimiento -en la actualidad- no es la solidez sino la fluidez.
Dicho de otro modo, las condiciones de implicación de las estrategias de pensamiento y de
intervención contemporáneas no son la fijación y la ausencia de movimiento sino la velocidad y
la aceleración. Por esta razón, resulta necesario entrenar a las subjetividades en la
desaceleración. Esto es, en los procedimientos capaces de marcar tiempo y espacio en el
terreno fluido. Ahora bien, en tiempos de fluidez, desacelerar no es una operación meramente
cuantitativa sino centralmente cualitativa. En definitiva, se trata de una operación que busca
construir pausas en un ambiente veloz. Y en la velocidad neoliberal, la desaceleración
sobreviene clave de la subjetivación contemporánea.
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Suspender
Fieles a su función, los eventos institucionales arman su número vivo. Pretenden que allí se
desarrolle la discusión. Hay expositores y espectadores. Pero sobre todo hay consumidores. El
juego armado para la ocasión empieza a rendir sus frutos. Por quinta vez se escucha decir:
¡qué interesante! Otras tantas veces, los disertantes buscan divertir al aburrido auditorio.
Doblemente interesante. No hay dudas, el evento institucional ha sido un éxito. Todo salió
como estaba representado. La concurrencia es numerosa, las estrellas invitadas concurrieron,
y los organizadores son felicitados por los asistentes al suceso.
Así definida no resulta sencillo ligar la dinámica del evento institucional con ese material tan
volátil llamado pensamiento. Más bien, resulta imposible. La condición volátil del pensamiento
exige otros procedimientos. Más precisamente, exige la creación de una materialidad con
capacidad albergar esas operaciones que constituyen pensamiento. Pero también con
capacidad de suspender las operaciones que impiden su presentación.
Se suele decir que cada lógica instituye el tipo subjetivo capaz de transitarla. El evento
institucional no es una excepción. También produce sus ocupantes específicos. A saber:
expositores y espectadores; disertantes y auditorio. En las condiciones del evento institucional,
los expositores despliegan, con mayor o menor pericia, el número trazado para la ocasión. Los
espectadores dejan sentir su opinión, y se manifiestan satisfechos o no por el servicio ofrecido.
Así las cosas, todo transcurre en el terreno de la subjetividad instalada por el evento. Nos
vamos como vinimos. Sabiendo un poco más, opinando un poco más. El pensamiento no rozó
la ocasión. Somos los mismos. Ahora bien, para que el destino sea otro será necesario
suspender las operaciones propias del evento y forjar otras operaciones. En definitiva, otra
subjetividad.
El evento institucional ya fue caracterizado. Resta indagar los rasgos del dispositivo solidario
con la tarea de pensamiento. Es preciso aclarar que si el pensamiento es una operación sobre
un obstáculo en un recorrido subjetivo, en estas coordenadas, el obstáculo es el evento
institucional y sus tipos subjetivos. Ahora bien, ¿qué figura subjetiva será capaz de hacer con
tales obstáculos? El dispositivo asamblea tal vez nos oriente en este interrogante.
La asamblea es un dispositivo de pensamiento. Pero este dispositivo no tiene expositor ni
espectadores. Tampoco dispone de saberes y opiniones. Más bien, estos están suspendidos, y
sólo serán convocados de ser necesitados. Mientras el evento institucional se organiza desde el
saber y/o la opinión, la asamblea nace a partir de un problema compartido. Y en torno de ese
problema se constituye. En este sentido, lo que hace lazo en la asamblea es un problema
coincidente. En este sentido, el lazo en la asamblea es inevitablemente problemático y
situacional. Que el lazo sea problemático y situacional significa que la asamblea se arma en un
punto de no saber colectivo. Ahora, este no saber no describe la ignorancia de los allí reunidos
respecto de un área específica. Este no saber describe un problema impensado por los allí
reunidos. En ese terreno donde el saber y la opinión son estériles, hay posibilidad de que la
asamblea se constituya en dispositivo de pensamiento.
Es importante señalar que la asamblea es una producción que consiste en la suspensión de los
componentes de la lógica institucional (saber y opinión; expositor y espectador) y la
determinación de un tipo de enlace problemático (pensamiento; asamblea). Si esto sucede,
hay encuentro de pensamiento. Esto es, algo transcurre en el terreno de la subjetivación. Ya
no somos los mismos ni nos vamos como vinimos, porque el pensamiento rozó el encuentro
asamblea.
Finalizado el evento, se inicia la evaluación del despliegue institucional. Las variables de
ocasión confirman (o no) el éxito del suceso: concurrencia numerosa, presencia mediática,
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asistencia de los invitados de lujo, participación y debate. La clave numérica organiza la
evaluación del evento. De esta manera, los números dominan la temporalidad postevento. Los
números también confirman el éxito, y los organizadores quedan satisfechos con lo sucedido.
Sin otras herramientas para leer lo ocurrido, los resultados se convierten en la instancia de
decodificación del evento institucional. Nuevamente transitamos el terreno de la subjetividad
socialmente instituida.
Los dispositivos de pensamiento necesitan de otras herramientas de lectura. En este sentido, la
lectura en clave numérica le hace obstáculo a una lectura en otra clave. La asamblea como
dispositivo de pensamiento exige de una operación capaz de rastrear lo producido en ese
encuentro. En este sentido, necesita de un balance. Pero ¿qué es un balance?
Si la asamblea es un dispositivo de interrupción de la subjetividad instalada por el evento
institucional, el balance es la operación de suspensión de los modos ofrecidos por ese evento
para evaluar lo sucedido. El encuentro acontecido en situación de asamblea no puede ser
pensado en su radicalidad por el lenguaje de los resultados. Justamente por eso, necesita
forjar unos parámetros de lectura atentos a la producción en cualidad -y no a la puesta en
serie en cantidad-. La operación balance consiste entonces en el registro de lo acontecido en
situación de asamblea. Ahora bien, este registro no describe una anotación objetiva, describe
la percepción que una subjetividad (en estas condiciones, los habitantes de la asamblea) tiene
de sus impasses, debilidades y obstáculos, pero también de sus invenciones, sistematizaciones
y movimientos. En este sentido, el balance es una operación en fidelidad a la producción de
pensamiento en la lógica de asamblea.
Partimos del evento institucional y de la dominancia de los resultados. Transitamos la
subjetividad socialmente instituida. Asamblea y balance son operaciones de subjetivación
sobre esa subjetividad. O dicho de otro modo, son modalidades de interrupción del obstáculo
que impide el pensamiento. Sin esta interrupción no hay pensamiento porque el pensamiento
consiste, para nuestra definición, en la suspensión de los recursos y representaciones de la
lógica instituida que impiden habitar esa situación. De esta manera, pensar exige sustraerse
del evento institucional y la dominancia de los resultados. Sin esta suspensión, permanecemos
en el terreno del evento institucional.
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