La Guerra del Peloponeso (431-401 a.C.) enfrentó a las ciudades-estado de Atenas y Esparta por la dominación de Grecia. Liderados por Pericles, los atenienses expandieron su imperio marítimo, lo que alarmó a Esparta. La guerra incluyó la expedición ateniense a Sicilia, que terminó en desastre. Finalmente, Esparta derrotó a Atenas, destruyó sus Muros Largos y estableció su control sobre Grecia, aunque este dominio resultó ser temporal.