El documento describe cómo una persona se levantó apresurada una mañana sin tomarse tiempo para rezarle a Dios, resultando en un día lleno de problemas y tristeza. Al reflexionar, la persona se dio cuenta que no le había pedido ayuda, alegría o belleza a Dios, y que no había llamado a la puerta de Dios para abrirse paso a su presencia. La mañana siguiente, la persona se levantó temprano y se tomó tiempo para orar a Dios antes de enfrentar el día.