Este testimonio describe cómo Liz oró para que Dios cambiara la actitud antipática de su jefe en una fundación, y cómo Dios respondió a sus oraciones cambiando la actitud de su jefe y permitiéndole trabajar tiempo completo. Liz luego organizó grupos de oración entre los estudiantes, lo que trajo paz a la fundación y complació a su jefe. El testimonio concluye instando a los lectores a confiar en que Dios controla sus vidas y responderá a sus problemas si oran y creen en él.