Es la época del año cuando muchos costarricenses comen más. En los diez días últimos del año cada adulto puede comer hasta 50 tamales, ricos todos, mientras que visita a sus familiares o en hogar propio. No comer el tamal que le pone en frente la “Tía Grace” es insultarla; igual con la suegra, la cuñada, la prima y otras todas con su confección tamalera.