1. Henrietta Lacks y sus Células Inmortales
En este artículo deseo rendirle un homenaje a Henrietta Lacks, quien sin haberlo sabido ha
contribuido enormemente al desarrollo de múltiples disciplinas incluidas la medicina, biología,
virología, inmunología, genética, citología, farmacología, biotecnología, cosmetología y muchas
más, con cuyos aportes hoy podemos diagnosticar y prevenir muchas enfermedades y tener una
mejor calidad de vida, gracias a la mejor compresión del funcionamiento (fisiología) de las
células y al estudio de los efectos que diferentes agentes, desde virus hasta cosméticos, producen
en ellas.
La historia comienza en 1951, cuando Henrietta, algunos meses después de su quinto parto,
presenta una hemorragia disfuncional (sangrado que ocurre irregularmente durante el ciclo
menstrual) y es remitida por su médico tratante al hospital Johns Hopkins de Baltimore,
Maryland, que en esa época era el único que atendía a pacientes Afroamericanos. Allí es
atendida por el Dr. Jones, quien al examinarla encuentra en su cuello uterino una pequeña masa
de color púrpura que sangra muy fácilmente al ser tocada. Para confirmar su diagnóstico, le
practica una citología (Pap) y toma algunas biopsias (muestras del pequeño tumor) que son
enviadas al laboratorio de citología, dirigido por el Dr. Gey, para ser estudiadas. Al observarlas
el Dr. Gey diagnostica una forma muy agresiva de cáncer de cuello uterino llamada carcinoma
epidermoide también conocida como carcinoma de células escamosas (pues las células al ser
observadas con el microscopio parecen escamas de pescado), que al cabo de nueve meses de
infructuosos tratamientos termina con la vida de Henrietta.
Durante varios años el Dr. Gey venía estudiando sin éxito la manera de cultivar células humanas,
las cuales son necesarias en múltiples estudios, pues al cabo de algunos días las células que
lograban replicarse (dividirse) en los medios de cultivo utilizados morían. Al recibir las muestras
provenientes de Henrietta, con su equipo de colaboradores deciden cultivarlas en tubos de
ensayo. Y para sorpresa de todos, observaron que a diferencia de las células humanas cultivadas
hasta entonces, las células de Henrietta no morían, sino que por el contrario continuaban
dividiéndose. Cuando las nuevas células se cultivaron en diferentes discos de Petri (recipientes
en forma de plato, que contienen gelatina y otros nutrientes que facilitan el cultivo de bacterias,
microorganismos, o células) continuaron dividiéndose y en los nuevos cultivos aun siguieron
creciendo.
Ante estos resultados muestras de estas células empezaron a ser enviadas a otros laboratorios y
compartidas con investigadores alrededor del mundo, quienes continúan cultivándolas y
utilizándolas hasta la fecha, pues aunque son células cancerígenas conservan todas las
propiedades de las células humanas, excepto la del proceso de muerte programada después de
varias replicaciones (apoptosis). El Dr. Gey decidió llamar esta línea de células humanas, la
primera en ser cultivada exitosamente en el laboratorio, Células HeLa, sin embargo nunca fue
reconocido el origen de estas células, hasta 20 años más tarde cuando un investigador de la
escuela de medicina John Hopkins, en donde trabajaba el Dr. Gey y continuaban cultivando las
células, contactó a los hijos de Henrietta, diciéndoles que era importante que supieran que células
de su madre continuaban vivas después de tantos años y que necesitaban realizarles algunas
pruebas genéticas para confirmar algunos hallazgos relacionados con el cáncer que la mató.
2. La verdad es que necesitaban sus muestras de sangre para hacer algunas pruebas genéticas y
compararlas con las de las células originales. Posteriormente su código genético fue publicado y
puesto en internet. Sin embargo, esta información nunca les fue comunicada a los hijos de
Henrietta ni les fueron solicitados sus permisos para hacerlo.
Se calcula que gracias a las células HeLa se ha creado una industria de miles de millones de
dólares, pues continúan siendo las células humanas más utilizadas en todo tipo de
investigaciones biológicas, incluso se han usado para investigar los efectos que la gravedad cero
en viajes espaciales y la radiación de las pruebas atómicas producen en las células humanas.
Durante la década de los 50 en el siglo pasado, fueron las primeras células humanas en ser
clonadas; el famoso Dr. Salk las utilizó para el desarrollo de la vacuna contra el polio, que se ha
venido aplicando desde entonces y prácticamente lo ha erradicado de todos los países del mundo
excepto Pakistán, Afganistán y Nigeria. Las células HeLa fueron vitales para establecer que el
virus del papiloma humano (VPH) era el causante de más del 85% de los cánceres de cuello
uterino, como lo fue en el caso de Henrietta. Y gracias a este hallazgo fue posible desarrollar la
vacuna contra el virus, la vacuna contra el VPH, que desde hace algunos años se está aplicando a
niños y niñas en muchos países.
Se calcula que desde que la primera célula HeLa fue cultivada hasta la fecha, se han producido
20 toneladas de células, se han registrado cerca de 11.000 patentes de productos, procedimientos
o procesos en los cuales se utilizaron estas células, se han publicado miles de artículos científicos
y cada día aparecen nuevos pues las investigaciones continúan.
La historia de Henrietta Lacks había sido ignorada durante varias décadas hasta cuando el
periodista Michael Rogers escribió dos artículos acerca de las células HeLa, uno en el Detroit
Free Press y otro en la revista Rolling Stone. Posteriormente se han realizado varios
documentales y libros, el más reciente La vida inmortal de Henrietta Lacks, escrito por Rebecca
Skloot y publicado en 2010, en donde narra las implicaciones familiares, éticas, científicas y
económicas de las investigaciones en las cuales se usan sus células HeLa.
Henrietta nació el primero de agosto de 1920 en Roanoke, Virginia, era madre de cinco hijos y
estaba casada con David Lacks. Trabajó cultivando tabaco en Virginia antes de viajar a
Maryland, en donde muere el cuatro de octubre de 1951 a la edad de 31 años. En su honor se han
erigido monumentos en Clover, Virginia, se han nombrado escuelas, como la Henrietta Lacks
Health and Biosciences High School en Vancouver, Washington; se han publicado documentales
por la BBC y otras organizaciones, y finalmente se ha reconocido su gran contribución a las
ciencias por la Fundación Nacional de los Estados Unidos para la Investigación del Cáncer, el
Instituto Smithsoniano en Washington, e incluso le han sido otorgados varios títulos académicos
Honoris Causa.
Las células HeLa ilustran varios aspectos de la investigación científica que utiliza especímenes
(muestras) humanos. Hoy es necesario tener un permiso en el cual se informa por escrito por qué
es necesario tomar las muestras, que muestras se van a tomar, los riesgos a los que puede estar
expuesto el paciente al tomar las muestras, para qué se van a utilizar, si se permite su uso en
investigaciones científicas y las condiciones bajo las cuales pueden ser comercializadas si es del
3. caso. No se pueden tomar muestras de tejidos de menores de edad sin el consentimiento
informado de sus padres o del responsable legal.
Sin embargo, en la década de los cincuenta del siglo pasado, no era claro si las muestras de
patología o citología tomadas de pacientes en las clínicas, hospitales o consultorios médicos
estaban sujetas a las normas de consentimiento informado del paciente, incluso algunas de estas
normas aún no habían sido promulgadas. Años más tarde, cuando el Dr. Gey fue preguntado
acerca del origen de las células HeLa, dijo que provenían de Helen Lane, pues al parecer temía
algunas consecuencias legales al haber omitido el nombre de Henrietta inicialmente.
Paradójicamente, mientras las células HeLa eran la base de una industria multimillonaria, ni el
Dr. Gey, ni mucho menos los familiares de Henrietta, cuya tumba ni siquiera tenía una lápida,
quienes incluso no tenían seguros de salud, recibieron alguna compensación económica. Por esta
razón, cuando la escritora Skloot publica el libro y se convierte en un éxito literario, decide donar
parte de las ganancias para crear la fundación Henrietta Lacks y permitirle a las múltiples
industrias, laboratorios y personas que se han beneficiado económicamente con las células HeLa,
donar algunos recursos para pagar los seguros de salud y la educación de los descendientes de
Henrietta y de esta manera compensarlos y rendirle un homenaje a la persona cuyas células
inmortales continúan usando.
Gracias a las células HeLa podemos entender claramente qué es el cáncer. Tal como ocurre con
estas, las células cancerígenas no mueren y continúan replicándose y creciendo, inicialmente en
el tejido en donde se originan y luego invadiendo otros órganos y tejidos, lo que llamamos
metástasis. Cuando las células cancerígenas invaden tejidos sanos, compiten por sus nutrientes y
por su espacio y finalmente terminan afectando su funcionamiento, hasta terminar con la vida de
la persona.
Hoy gracias a las células HeLa, entendemos mucho mejor como las células cancerígenas se
comportan, es posible prevenir un gran porcentaje de los cánceres de cuello uterino con la
vacuna contra el virus del papiloma humano, el polio está cerca de ser erradicado del planeta, y
un gran número de investigaciones las continúan utilizando para crear nuevos productos que
mejoren nuestra salud y la calidad de vida de quienes los necesiten.
Para finalizar, es importante recordar que diagnosticado a tiempo el cáncer puede ser tratado y
muchas veces curado. Y que aunque las mujeres hayan recibido las tres dosis de la vacuna contra
el virus del papiloma humano (VPH), que previene hasta un 85% de los cánceres de cuello
uterino, deben hacerse periódicamente la citología cervical una vez inicien su vida sexual o
cumplan los 18 o 21 años tal como lo determinen con su médico tratante.
Para este artículo se consultaron las siguientes fuentes:
Rebecca Skloot, Cells that save lives are a mother's legacy.
(http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9E01EED9153BF934A25752C1A9679C8B63&scp=1&sq=cells+t
hat+save+lives+are+a+mother%27s+legacy&st=nyt), New York Times. (Consultado el 31 de enero de 2015).
The Henrietta Lacks Foundation (http://www.henriettalacksfoundation.org), a foundation established to, among
other things,help provide scholarship funds and health insurance to Henrietta Lacks's family. (Consultado el 31 de
enero de 2015).