La historia de la fundición ha evolucionado desde las primeras comunidades neolíticas que forjaron utensilios de cobre hasta los modernos sistemas de producción en serie. Actualmente, la tecnología para fundir metal es más versátil, segura y productiva, destacándose los hornos de inducción que permiten una fusión rápida, limpia y uniforme sin necesidad de purificación.