El documento discute varios puntos sobre cómo la tecnología digital ha afectado la propiedad intelectual y el derecho de autor. Señala que las copias digitales tienen la misma calidad que el original y permiten hacer muchas más copias sin pérdida de calidad, lo que choca con el actual régimen de propiedad intelectual. También explica que en 1996 se acordaron dos tratados para asegurar que el derecho de autor sobreviviera en el mundo digital aunque todavía no han sido ratificados por los estados de la Unión Europea. Finalmente, argumenta