La ingeniería genética humana implica la alteración del genotipo de un individuo con el objetivo de seleccionar el fenotipo antes o después de la concepción. Existen dos tipos: la ingeniería genética negativa, que busca eliminar trastornos genéticos mediante terapia génica, y la positiva, que teóricamente podría usarse para mejorar rasgos como la fuerza o inteligencia en humanos, aunque ahora esos usos se limitan a la ciencia ficción.