Julio César se adueñó de la República Romana en el 45 a.C. y se autodenominó dictador de por vida, marcando el fin de la República y el comienzo del Imperio Romano. Octavio Augusto terminó la conquista de Egipto en el 29 a.C. y completó la conquista de Hispania en el 19 a.C., estableciendo el control romano sobre el Mediterráneo.