Durante el reinado de Isabel II en España se implantó un régimen liberal que generó tensiones entre los partidos Moderados y Progresistas. Estos partidos se disputaban el poder mediante pronunciamientos militares que colocaban en la presidencia a generales de uno u otro bando. Además, los favoritismos personales de la reina provocaron frecuentes cambios en el partido gobernante y en la constitución, lo que resultó en una gran cantidad de constituciones de corta vigencia. La reina mostró una clara preferencia por el partido Moder