María visita a su prima Isabel, quien está embarazada, para apoyarla en el nacimiento de su hijo Juan. Durante el encuentro, Isabel reconoce la vida de Dios en el vientre de María, y María canta la grandeza del Señor. El bebé Juan salta de gozo en el vientre de Isabel al percibir la alegría del encuentro entre sus madres. Como María, la Iglesia debe atender las necesidades humanas y llevar a Cristo a todas las personas.
2. Así que Isabel oyó el saludo
de María, exultó el niño en su
vientre, e Isabel, llena del
Espíritu Santo, clamó con voz
potente: ¡Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿De dónde a mí
que la madre de mi Señor
venga a visitarme?
Lc 1, 39-45.
3. María, como su hijo Jesús,
es sensible a las
necesidades humanas.
Siempre dispuesta,
siempre atenta, sale para
visitar a Isabel, su prima,
que está encinta.
Acude a su lado para
atenderla y apoyarla en el
nacimiento de su hijo,
Juan.
Como Jesús, María
siempre está en camino.
4. De la actitud del servicio nace la auténtica alegría.
El encuentro de las dos mujeres es gozoso.
Unidas, comparten una gran experiencia interior.
Se saludan, se elogian, alaban a Dios.
5. Isabel reconoce la vida de Dios que late en el seno de
María, y esta canta la grandeza del Señor.
Se siente profundamente amada por Dios, llena de
un don inmenso que sabe derramar, contagiando a su
prima de un gozo inagotable.
6. Y la criatura salta de gozo en el vientre. Es hermoso
cómo el pequeño Juan, desde el seno materno,
percibe la alegría del encuentro y comienza, ya, su
misión como precursor del que vendrá…
7. Los niños, antes de nacer, ya
comparten las experiencias
de sus padres,
especialmente de la madre.
Desde las entrañas
maternas, los bebés captan
sus emociones, sus palabras,
su ternura.
Por eso las vivencias de la
madre son cruciales en la
vida y el desarrollo posterior
de los hijos.
8. María hace algo más que
ser solidaria.
Trae un regalo muy
especial a su prima: le trae
a Dios, cobijado en su
seno.
Dice Martín Descalzo que
el trayecto de María para
ver a Isabel fue la primera
procesión de Corpus de la
historia.
9. La Iglesia, como María, tiene esta doble misión:
Por un lado, ha de atender las necesidades humanas
de las personas y estar al lado de quienes sufren.
Pero no puede limitarse a su labor humanitaria. Su
gran misión es ser portadora de Cristo a todas las
gentes, como lo hizo María.
10. Isabel dice a María: ¡Bendita tú porque has creído!
Las promesas de Dios se cumplirán en ti.
Esta frase contiene un gran mensaje para los
creyentes. Benditos somos cuando creemos y
confiamos en Dios...
11. …porque Dios tiene un
sueño para nosotros.
Solo pide nuestra fe y
nuestra disposición.
Si somos fieles y nos
ponemos en camino,
como María, el sueño de
Dios se cumplirá en
nosotros.
12. El sueño de Dios es una promesa llena de todo
cuanto anhelamos en lo más hondo de nuestro ser.
Dios sueña, también, que cada uno de nosotros sepa
llevar su presencia a los demás.
Esta es nuestra misión como cristianos.
María nos muestra el camino.
13. Textos de Joaquín Iglesias Aranda.
Música: Eres nuestra esperanza, de Vituli.