Los seres humanos desarrollan intuiciones geométricas a partir de los 6 años que concuerdan con la geometría euclidiana, incluso sin educación matemática formal. Un estudio con indígenas del Amazonas encontró que podían resolver problemas geométricos básicos. Los resultados sugieren que los conceptos geométricos fundamentales como que dos caminos no se crucen o que la suma de los ángulos de un triángulo es 180 grados son intuitivos para los humanos desde una edad temprana.