Jesús sana a un hombre poseído por espíritus malignos en la región de los gerasenos. Cuando Jesús le ordena al espíritu que salga del hombre, este identifica su nombre como Legión y dice que son muchos los que habitan en el hombre. Los espíritus luego piden permiso para entrar en una manada de cerdos cercana, a lo que Jesús accede, y los cerdos se lanzan por un precipicio al lago. El hombre queda sano y Jesús le pide que cuente lo sucedido.