La Jornada Mundial de la Juventud es un evento organizado por la Iglesia Católica para reunir a los jóvenes católicos de todo el mundo que tiene lugar anualmente en cada diócesis y cada dos o tres años en una ciudad sede presidida por el Papa; comenzó en 1984 durante el papado de Juan Pablo II para incentivar la participación juvenil y ha tenido gran éxito, atrayendo a más de 5 millones de personas en 1995; también incluye la entrega de la Cruz de los Jóvenes y una imagen de la Virgen María