El poema expresa el deseo de encontrar consuelo y refugio en la figura materna de la Virgen María. El autor pide permiso para apoyar su cabeza en el regazo de María, vivir a su lado para sentir su amistad, perdón y desvelo. También desea rezar a los pies de María junto a la cuna de Jesús y abrazar el consuelo de su pasión. En última instancia, se siente como un niño asustado que busca la protección de su madre en el cielo.