Kóoch es el creador del universo según la mitología tehuelche. Llorando por la soledad, sus lágrimas formaron el mar. Sus suspiros crearon el viento que dispersó la oscuridad, permitiendo la llegada de la luz del sol. Kóoch continuó creando la tierra, plantas, animales y los primeros humanos. Sin embargo, la oscuridad intentó recuperar el control, por lo que Kóoch creó la luna para iluminar las noches y mantener a raya a las fuerzas oscuras.