La autonomía moral se refiere a la capacidad de tomar decisiones morales de forma independiente, considerando a los demás y no solo por recompensas o castigos. Piaget investigó el desarrollo de la autonomía moral en niños y encontró que a medida que crecían, sus juicios morales dependían menos de la autoridad de los adultos. Sin embargo, pocos adultos alcanzan un nivel completo de autonomía moral, ya que a menudo sus decisiones siguen influenciadas por premios, castigos u obediencia ciega a las normas.